No sé cuantos años, pero ya son bastantes. De forma habitual, cada año, cuando llega el Día de la Mujer, nuestra Casa se engalana y se pone de fiesta. Es un día importante, entrañable y de justicia. Todo nació cuando una de nuestras socias más veterana y feminista (Mati Bautista), planteó esta celebración. Hubo exposición de pintura para empezar –algo a lo que somos muy dados–. Pero lo que no faltó nunca fue una charla reivindicativa y unos poemas que recitar.
Como la edad todo lo suaviza, aquellas charlas reivindicativas fueron derivando más en la exaltación de diversas mujeres que, a lo largo y ancho de la historia, sin pensar siquiera en ser feministas (en muchos casos no se había inventado ni la palabra ni el deseo de serlo), dieron muestras de la inmensa valía que tienen las mujeres y más aquellas que en épocas en las que ser mujer era simplemente ser un objeto quizás de adorno; o una casi esclava que cosía, hacía las labores del hogar o las dirigía a lo sumo; tal vez –incongruencias de los tiempos– musa o estandarte de la honra y el honor de su marido, que la enaltecía en grado superlativo más defendiéndose a sí mismo y proclamando su gallardía que tratando, sobre todo, de dar a esa esposa, a esa mujer, el lugar que, como ser humano, le correspondía, le corresponde.
Y así fueron apareciendo Isabel la Católica, Beatriz Galindo, Santa Teresa de Jesús, Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro, entre otras. Este año han sido las protagonistas Concepción Arenal, Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken.

Siguiendo la línea impuesta de obviar el carácter político de las protagonistas, pese a que algunas de ellas lo han sido e importantes –dentro de su contexto histórico y político– sólo se ha tratado de hacer ver y resaltar todo cuanto estas mujeres hicieron por sus coetáneas y cómo fueron capaces de demostrar su enorme valía en circunstancias y situaciones muy adversas muchas veces. Incluso de cómo haciendo oír su voz clamando por derechos de la mujer que hoy ya se consideran obvios y naturales, pero los que ya tenemos muchos años sabemos que no hace tanto parecían un imposible, una entelequia.
No han sido muchas las personas que han impartido estas charlas y siempre lo han hecho personas de la Casa, pero este año hemos tenido la inmensa suerte y dicha de que haya sido Rosalía Mayor, presidenta de la Asociación de Periodistas de la provincia de Alicante y Alicantina de Adopción 2021, quien disertase sobre las 4 mujeres más cercanas a nuestra sociedad actual de cuantas han pasado ya por nuestra tribuna: Concepción Arenal, Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken.
Rosalía, entendiendo el carácter apolítico que la Casa siempre quiere dar a estos actos, por otra parte quizás demasiado politizados, hizo una disertación amena y distinta, vista sobre todo desde el punto femenino que, por ser mujer, pudiera aportar. Rosalía también se refirió al origen de la celebración del 8 de marzo, fue “el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, extendiéndose luego a otros países. Ese día hace ya 111 años se exigieron para las mujeres el derecho al voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. Menos de una semana después, el 25 de marzo de 1911, 123 trabajadoras y 23 trabajadores, la mayoría inmigrantes murieron en el incendio de una fábrica de camisas en Nueva York por no poder salir del edificio, pues habían sido encerradas para evitar los robos que se producían con frecuencia. Este suceso tuvo mucha repercusión en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, donde se reivindicaron las condiciones laborales que condujeron al desastre.
Desde ese momento, la lucha por la igualdad de los derechos de hombres y mujeres ha sido imparable y cargos directivos, profesiones, trabajos en los que era una excepción ver a mujeres, ahora ya no llaman la atención, porque la sociedad ha cambiado radicalmente en su visión de la mujer y la realidad es que hemos llegado a lugares impensables hace sólo cincuenta años. En esta reivindicación hay nombres de mujeres que, con su lucha y su compromiso por la igualdad, consiguieron dar importantes pasos para que hoy la sociedad sea más igualitaria”.
Desde estas líneas le damos las gracias con todo nuestro afecto por su generosidad.
Mati (Fotografía: Francisco Page). Gloria (Fotografía: Francisco Page). Rosa Mari (Fotografía: Francisco Page).
Tras la charla, pasamos al punto en el que distintas socias de la Casa han leído algunos poemas de mujeres poetas y reivindicativas en sí mismas y en sus poemas. Siempre son muy aplaudidas, y este año no ha sido una excepción.
He aquí alguno de los poemas que se leyeron:
Sin título @LiaKarachuri
Temo por mí, temo por todas las mujeres de mi vida, No me siento segura ni a la luz ni a oscuras, Por las calles hay cuerpos inertes que cedieron en la lucha, otras más que nunca se enteraron que llegaron al final. ¿Qué culpa tenemos de haber nacido con este género? ¿Qué culpa tienen nuestros padres? ¿Por qué me odias a mí monstruo de la noche? Silencio…no me respondes, entonces que sea Dios el que te juzgue. Hoy, este llanto quema mi ser como el aguardiente, Es tanto que hasta el ave matutina esconde su canto. Ya no quiero ser más el blanco de tus vituperios Solo quiero la tranquilidad y equidad, Quiero la bondad y la paz. Tenemos que alzar nuestro canto al unísono. Gritar que somos muchas Somos la vida Somos amor. Porque la mujer tiene valor, ¡sí!, el mismo que tienes vos.
Josefina (Fotografía: Francisco Page). Rosalía (Fotografía: Francisco Page). Leonor (Fotografía: Francisco Page).
Rotundamente negra, de Shirley Campbell
Me niego rotundamente A negar mi voz, Mi sangre y mi piel. Y me niego rotundamente A dejar de ser yo, A dejar de sentirme bien Cuando miro mi rostro en el espejo Con mi boca Rotundamente grande, Y mi nariz Rotundamente hermosa, Y mis dientes Rotundamente blancos, Y mi piel valientemente negra. Y me niego categóricamente A dejar de hablar Mi lengua, mi acento y mi historia. Y me niego absolutamente A ser parte de los que callan, De los que temen, De los que lloran. Porque me acepto Rotundamente libre, Rotundamente negra, Rotundamente hermosa.
Al finalizar el acto tomamos un vino manchego y unas tapitas para terminar de alegrar el día y desearnos a todos la igualdad en todos los aspectos entre hombres y mujeres; que llegue un día en que las desigualdades hayan desaparecido; en que quienes ocupen los mejores puestos sean aquellos y aquellas que más se lo merezcan; que la igualdad de trabajos y salarios dejen de ser una utopía; que la violencia de género y de todo tipo haya desaparecido.
Fernando Navarro Jiménez
Presidente de la Casa de Castilla-La Mancha – Asociación Cultural “El Quijote” – Alicante
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