Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Mi querida España

Sánchez, a la caza del Ibex 35

Científicos expertos en la degeneración neuronal, también la de un país, España, por ejemplo, creen que el nanómetro, núcleo, del problema reside en el instinto invisible del poder para colonizar las instituciones vitales. Ese instinto se concreta en la creación de una empresa denominada SETT, Sociedad Española para la Transformación Tecnológica. Con esta SETT tecnológica, el gobierno de Sánchez prepara su asalto al IBEX 35. Cuenta con 20 000 millones para ello. De modo que la suerte de un país, el nuestro, depende de cómo se mueven las fichas en un tablero de juego de damas. Las blancas son los euros, o los dólares, como siempre; las negras las mueve Pedro Sánchez.

Las enfermedades neurodegenerativas del ser humano se localizan en una parte del cerebro denominada sustancia negra, o nigra. La actual situación sociopolítica española puede considerarse como una enfermedad inequívocamente neurodegenerativa, progresiva e irreversible, que afecta a los órganos vitales del Estado de Derecho, esto es, a la sustancia nigra de la democracia y de la libertad. Esa sustancia no es más que el deterioro permanente de las neuronas democráticas del sistema que surge de la Constitución del 78.

Amparándose en la existencia de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), mediante las cuales el Gobierno dispone de filiales como Navantia, Tragsa, Hunosa, etcétera, se ha sacado de la manga una SETT tecnológica, un instrumento perverso, para infiltrarse en empresas e instituciones consideradas estratégicas, dotada con 20.000 millones de euros, presumiblemente provenientes de fondos europeos. ¿Se justificarán? Quién lo sabe…

Para calibrar la importancia de tan brillante juego de prestidigitación, basta señalar que la SEPI matriz estaba constituida por 2000 millones. La SETT a la que nos referimos pretende ser un instrumento eficaz, por supuesto que lo es, para que el Gobierno pueda entrar, directa o a través de testaferros, en empresas consideradas vitales en los campos de la digitalización, financiero y audiovisual. Tal como apunta el diario Libre mercado, con la creación de la SETT se evidencia el interés del Gobierno por el asalto a empresas del IBEX que puedan considerarse idóneas para sus intereses. De esta manera, se consumaría el interés del ejecutivo que preside Sánchez por colonizar ya no solamente las principales instituciones del país, sino también las empresas de mayor rango que pueda interesarles.

Fotografía oficial de Pedro Sánchez (Pool Moncloa).

Esa colonización, como apuntaba la pasada semana en Hoja del Lunes, incluiría a PRISA, empresa estratégica, para el Gobierno, por sus dos baluartes mediáticos de El País y la SER, y algunas otras de menor calado con proyección en las redes digitales. Prueba evidente del interés por PRISA es su blindaje decretado por el Gobierno hasta finales del año en curso, con opción de prolongarse por tiempo indefinido. Como si fuera una empresa de secretos espaciales, o de la fabricación de una bomba atómica española, o de la curación del cáncer. Algunos medios consultados aseguran que ese bloqueo se hizo por decisión del mismísimo presidente y sin que se enterasen la mayoría de ministros.

PRISA sería uno de esos núcleos invisibles localizados en la sustancia nigra desde la que el Gobierno ejerce el siniestro control degenerativo de la democracia española. No sería el único. Ya dispone de TVE y de la agencia de noticias EFE. Pocos parecen para hacer frente a las informaciones generalizadas y en desbandada de las supuestas corruptelas de los “Caso Koldo”, sus derivados de Ábalos, Illa, Armengol y, por si fuera poco, de Begoña Gómez.

De momento, PRISA sigue bajo control del Gobierno, muy preocupado por cubrir la baja de Miguel Barroso, fallecido el pasado mes de enero y principal valedor del sanchismo en el grupo mediático. Con el cerrojo echado para que nadie pueda desequilibrar las actuales fuerzas, y la ayuda del inversor francés, de origen armenio, Oughourlian, que ostenta la mayoría del accionariado, el gobierno resiste las embestidas de algunos fondos de inversión interesados en formar parte de la plataforma.

El caso más significativo sería el del multimillonario francés Vincent Bolloré, con una fortuna que supera los 9000 millones de euros, amigo del expresidente francés Sarkocy y de tendencia conservadora. Bolloré posee algo más del 11 por ciento del accionariado de PRISA, y sus intenciones se orientan a formar un tándem con su amigo Oughourlian para hacerse con el grupo.

Vincent Bolloré en el festival internacional del automóvil en 2014. Fotografía de Thesupermat (Fuente: Wikimedia).

Con más del 40 por ciento del accionariado, el binomio francés, con claros matices conservadores, tendría la intención de interponer una Opa para hacerse con el grupo mediático. El intento lo frenó en seco Pedro Sánchez, mediante el bloqueo decretado sobre PRISA. Todo parece indicar, sin embargo, que dicho tándem aguarda, agazapado, su oportunidad, para cuando se produzca el cambio político con el ascenso del PP al poder.

De momento, el presidente armenio-francés parece sentirse a gusto como presidente del grupo, y si no ha hecho movimientos extraños en el seno del accionariado es por razones de mantener una buena relación con el sanchismo y, sobre todo, por la deuda que arrastra PRISA, que supera los 900 millones de euros. Tampoco Bolloré ha insistido en su asalto. Se conforma con el 11 por ciento. Su aspiración es entrar en Indra, la joya de la corona tecnológica española. Bolloré es un inversor astuto y, sobre todo, paciente.

Como se desprende de todo lo anterior, los escarceos políticos y económicos protagonizados por el gobierno están condicionados por la realidad de un país harto de la corrupción y con tres elecciones a la vista. Si alguien tirase de la manta más de la cuenta (para el gobierno) o las elecciones condicionaran fórmulas ya preestablecidas por el sanchismo para seguir en el poder, el falso equilibrio se vendría abajo, y de nada servirían los cambalaches de SEPIS y SETT inventadas por el sanchismo.

Esos inventos, esos cambalaches, esos instintos de supervivencia, constituyen el núcleo de la sustancia gris degenerativa de la democracia española. Solo sobre ellos se sustancia la crisis del sistema del 78. Además del desgobierno al que ha sometido al país (en palabras de Felipe González, “Sánchez no tiene una idea de cómo gobernar”), el sanchismo es ese núcleo que se esconde en la sustancia nigra, más negra de mi querida España.

Manuel Mira Candel

Periodista en medios nacionales e internacionales; presidente de la Asociación de la Prensa de Alicante; Premio Azorín de Novela en 2004 con "El secreto de Orcelis" y autor, desde entonces, de más de doce libros, entre ellos las también novelas: “Ella era Islandia”, “Madre Tierra”, “El Apeadero”, “El Olivo que no ardió en Salónica”, “Esperando a Sarah Miles en la playa de Inch”, “Las zapatillas vietnamitas” y "Giordano y la Reina".

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  • Amigo Manolo: Tenemos la ‘nigra’ y estamos gafados, además de muy jodidos. No acabo de ver el final del túnel. Gran artículo. Un fuerte abrazo.