Corría el año de 1856 (aún faltaban dos para la llegada del ferrocarril a Alicante) cuando el gobierno de su majestad Isabel II de España decidió la creación del Instituto Geográfico y Estadístico. El país quería modernizarse. El Instituto Geográfico Nacional, nombre con el que lo conocemos hoy día, tenía entre otros objetivos el de elaborar el mapa topográfico de España y establecer la altitud de ciudades y accidentes geográficos con respecto a las cotas más bajas de su suelo, las que se sitúan a nivel del mar. Pero ¿cómo hacerlo? La superficie del mar está en constante movimiento ¿cómo establecer parámetros y cálculos precisos y fiables si no partimos de una superficie estática? y, así mismo, ¿desde dónde efectuar las mediciones? Aquí es donde entra Alicante.
¿Por qué se eligió nuestra ciudad? Un clima estable y su situación en el Mediterráneo con respecto a la península, hacen posible que este enclave esté más protegido que otras ciudades costeras de España contra las acciones adversas del clima y el mar, lo que de cara a efectuar mediciones de precisión es un punto a favor. Además la ciudad era el destino final de la red ferroviaria que unía la capital con el mar Mediterráneo. Madrid estaba cerca, lo que -logísticamente- era también otro factor favorable para Alicante.
Las ciudades de las costas españolas del Cantábrico y el Atlántico fueron descartadas para este empeño de establecer el nivel cero de altitud pues presentaban unas fluctuaciones del nivel del mar tan grandes que los continuos desniveles de la orilla hacían imposible las mediciones fiables. Baste decir, a modo de ejemplo, que en un mismo día en San Sebastián el nivel del mar puede variar más de 4 metros, mientras que en Alicante la variación anual no supera los 20 cm. Un factor definitivo para elegir el lugar.
Así pues, decidido el sitio había que ponerse manos a la obra con los instrumentos necesarios para levantar un moderno y fiable mapa topográfico de España teniendo como punto de origen, como Cota Cero, la ciudad de Alicante. Aquí se instaló el primer mareógrafo de España.
Este de la foto es un mareógrafo Thomson de 1926 que estuvo instalado en el puerto de Alicante. Durante decenios cumplió su función de medir la variación de nivel que experimenta la superficie del mar, considerando a éste como una lámina de agua exenta de oleaje. Por eso estos aparatos se ubican en el interior de las dársenas portuarias. Hoy está expuesto en el museo del Observatorio Astronómico de Madrid.
Pero volvamos a los años 70 del siglo XIX. Durante tres años y medio -desde julio de 1870 a febrero de 1874- se realizaban cuatro mediciones diarias del nivel del mar sobre una regla metálica fija situada en el inicio del muelle de Levante, concretamente en las populares escalinatas de la reina. A las 9, las 12, las 15 y las 18 horas, el mareógrafo del puerto de Alicante realizaba sus mediciones y registraba los datos. Actualmente una placa colocada por el ministerio de Fomento en febrero de 2005, recuerda el lugar desde donde se realizaron estas mediciones que permitieron establecer la altitud cero, la cota cero, en Alicante.
Lo que viene a indicar esta placa situada en las escaleras de la reina es que ese es el verdadero nivel cero de altitud sobre el nivel del mar, aunque todas las mediciones se efectúan desde el ayuntamiento, tomando éste como la cota cero.
Una vez compilados los datos que durante más de 3 años había recogido el mareógrafo, se realizó una nivelación de precisión mediante la cual se obtuvo el desnivel entre la señal marcada en la regla metálica del puerto (la de la placa de las escalinatas, el verdadero nivel cero) y el primer peldaño de la escalera principal del ayuntamiento que es, desde entonces, la Referencia Altimétrica Nacional, el Nivel de Precisión 1 (NP 1).
El NP 1 se representa por un clavo de bronce que indica el «datum altimétrico» o cota cero. Todas las altitudes de España se miden desde este punto en la escalera del consistorio alicantino. Pero para ello hubo que establecer primero el desnivel con la referencia del puerto y esta operación dió como resultado una altitud de 3’4095 metros del nivel NP1 con respecto al Nivel Medio del Mar en Alicante (NMMA en topografía). Teniendo esto en cuenta para los cálculos de geógrafos y topógrafos (al resultado había que sumarle el desnivel de 3’4095 m) desde el clavo de bronce del ayuntamiento alicantino se empezaron a «trazar» las líneas de nivelación de precisión para todo el territorio español.
Siguiendo el trazado de las vías de comunicación (carreteras y líneas de ferrocarril) se fueron estableciendo los niveles de precisión (NP). Alicante, origen de todas las mediciones altimétricas, tiene -como ya hemos señalado el nivel de precisión 1 (NP1), Madrid el NP 26. Los NP se señalaban con los «clavos de nivelación» en el suelo de las estaciones ferroviarias o en edificios y monumentos emblemáticos. Se acompañaban por unas placas ovaladas, situadas en lugares más visibles, donde se deja constancia de la altitud del lugar sobre el nivel medio del mar en Alicante.
Toda España está llena de placas de altitud en las que se menciona a Alicante. La gran mayoría fueron colocadas a lo largo de 50 años, entre los 70 del siglo XIX y 1925. Probablemente estamos ante la primera campaña de marketing de Alicante a escala nacional. El nombre de la ciudad figura en muchos lugares visibles de España desde hace décadas y todo costeado por el Estado a través del Instituto Geográfico, organismo que ya no se ocupa de la conservación de los clavos de nivelación y las placas de altitud. De los primeros, muchos han desaparecido o quedado sepultados por las remodelaciones efectuadas con el paso de los años en estaciones y edificios. Las placas -que son la «propaganda» de Alicante- perviven mejor y en mayor cantidad. Como también perviven, aunque absolutamente olvidados, dos mareógrafos en el puerto de Alicante. Uno, desde 1925, en la escollera que llevaba hasta la «punta de la farola», a la que ya no se puede llegar pues lo impide un control de seguridad.
El otro, más moderno, está desde 1953 junto a la bocana de la dársena interior del puerto, en un extremo de la zona Ocean Race, oculto entre las ruinas del pub Muelle 10 y un andamiaje repleto de motos acuáticas. Tampoco faltan los necesarios contenedores de basura justo en la puerta.
Ambos mareógrafos que -como decimos- permanecen absolutamente olvidados, bien podrían formar parte de un circuito turístico con las escalinatas de la Reina y el Ayuntamiento, como lugares que han protagonizado una parte de la historia científica de nuestro país desde que se estableció en Alicante el nivel de altitud cero de España.
Ciento cincuenta años después, en plena era de la inteligencia artificial y los satélites, apreciamos la paciencia y el mérito de los topógrafos que realizaron en aquella lejana época del XIX, con los medios de entonces, los trabajos necesarios para establecer la Cota Cero en nuestra ciudad. Hoy día la tecnología de satélites permite realizar en segundos lo que para ellos supuso años de trabajo. Pero a pesar de que las mediciones son más rápidas y precisas el nivel medio del mar en Alicante se sigue considerando el mismo, pues los datos aportados por la tecnología del siglo XXI difieren en escasos centímetros de los de aquellos pioneros.
Vaya para ellos nuestro homenaje desde la Cota Cero.
Imágenes y Fuentes: Instituto Geográfico Nacional; Centro de Observaciones Geodésicas; Archivo Municipal de Alicante; Juan Toro (Interés por la Geomática); Observatorio Astronómico de Madrid; Redacción Hoja del Lunes.
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Donde está entonces la subida del nivel del mar debido al calentamiento global?
En la tele y en vuestras mentes.
[…] se escogiera el nivel del mar. Así que se buscó un emplazamiento en la costa española en la que las variaciones entre bajamar y pleamar fueran las menores posibles. Es decir, tenía que tener poca oscilación marítima. Eso ya descartó por completo […]
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Gracias por recordar…
Un abrazo
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