Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

“Otra ronda de chupitos”

Fotografía: Pascual Raygoza (Fuente: Pixabay).

El verano se está acabando y durante las semanas precedentes hemos podido disfrutar de cenas estivales con nuestros conocidos y amigos. En una de estas reuniones con profesionales de la Comunicación recibí una pregunta directa: por qué A Punt tiene tan escasa penetración en la provincia de Alicante… No sabía por dónde empezar la respuesta pues la causa no es solo una. El motivo de esta desafección tiene varios pilares que alejan a los medios de comunicación públicos en valenciano de la sociedad de la provincia de Alicante. Y una frase que escuché en una mesa juvenil contigua me dio la pista para poder explicarlo de forma clara y transparente. Los chavales, a voz en grito, habían pedido al camarero “una ronda de chupitos”.

Así que, siendo poco original, les dije “si os tomáis un chupito cada vez que escucháis en A Punt el término ‘País Valencià’ podréis encontrar uno de los motivos de desafección. Prefieren utilizar esta denominación que la de Comunidad Valenciana”. A eso añadí “cada vez que escuchéis ‘les comarques del sur’ tomaros otro chupito porque tampoco quieren decir el término administrativo de provincia (ya sea de Alicante, Castellón o Valencia). Y por último culminé: “y por cada programa en TV o radio donde haya tertulianos o invitados os animo a que toméis otro chupito cuando veáis que no hay ningún participante de la provincia de Alicante”.

Varios días después recibí un mensaje de WhatsApp. Uno de los asistentes a la cena me escribió “Eres un (superlativo que evito por educación). Hace dos días mi mujer y yo nos pusimos voluntariamente a ver los informativos y la programación propia de A Punt y terminamos con una cogorza impresionante. Acabamos una botella que teníamos empezada, nos cascamos una segunda que teníamos sin empezar… y menos mal que se acabó porque luego seguí escuchando la tertulia deportiva… y no bebimos más porque ya no teníamos licor”. Luego me enteré que no me habían escrito antes porque en la jornada anterior no pudieron casi ni levantarse. Estuvieron todo el día entre la cama, el sofá y el aseo… y alguna visita fugaz a la cocina para alguna infusión, bebida fría y alimento ligero.

Me quedé tranquilo porque solo les puse tres ejemplos. Si empiezo a analizar el centralismo informativo del Cap i Casal, el desprecio a tradiciones culturales porque las consideran conservadoras, la madrileñofobia y un largo etcétera (verán que no cito expresamente la tradición taurina mediterránea) y les hubiera pedido un chupito por cada ejemplo de estos últimos, el repartidor de Glovo se hubiera forrado sirviendo bebidas alcohólicas en un solo domicilio.

Mención aparte y final se tiene que hacer con la lengua valenciana para explicar esta desafección. Uno de los motivos de la creación de A Punt es el fomento y la difusión de nuestra propia lengua, decisión que apoyo sin ninguna duda y lo defiendo de forma tajante e inequívoca. El problema es cuando estas indicaciones se hacen de forma excluyente y contra el castellano. No puede ser que estemos limitando la asistencia de invitados porque no hablen valenciano con fluidez, ni tampoco que busquemos a expertos en materias concretas valorando más su dicción en valenciano que su condición de sabio en el conocimiento que queremos difundir. Dicho de otro modo: Si Miguel Hernández fuera contemporáneo nuestro, no tendría cabida en nuestros programas culturales.

Por ello mi consejo fue que la prueba se hiciera con chupitos. Si el experimento se hiciera con cubatas; hay gente que acaba en coma etílico.

Vicente Cutanda

Vocal del Consejo Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC).

2 Comments

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  • Vicente: eres grande. Has acertado de lleno y has dejado en ridículo a los ‘falsos valencianistas’ que pretenden seguir comiendo toda la vida en los pesebres de políticos ideologizados que no quieren hacer Comunidad Valenciana sino autovalencianismo con intereses económico-políticos. Lo de Miguel Hernández, un pleno al quince. Un abrazo. Ramón Gómez Carrión.