Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Trescientas... y pico

Esclavismo 3.0

Imagen del Códice Kingsborough de un encomendero maltratando a un esclavo en México (Fuente: Wikimedia).

Sabemos, solo hay que mirar un poco, que una cosa son las leyes y otra la realidad, que la sola abolición de las realidades que nos disgustan no borran esas mismas atrocidades, esas injusticias. Hay en el mal como una resistencia a perpetuarse. Lo que empezamos a saber ahora también es que hay quienes desde poltronas y cargos públicos no solo guardan silencio con descaro, mucha desvergüenza y desmemoria sobre algunas de esas mismas realidades que nos horrorizan, sino que hasta se atreven a pedir pública y directamente el regreso de las leyes que las amparaban y justificaban. Hablamos, sí, de una cierta y modernista esclavitud, pero no solo.

Grecia, país europeo y parte del club europeo que se reclama civilizado, está enzarzada en cambiar su legislación laboral y pretende —en realidad ya lo ha hecho— alargar legalmente la jornada laboral hasta 13 horas al día y seis días a la semana. O sea, algo así como sancionar como deseable y legal que se pueda trabajar hasta 78 horas a la semana. ¡Eso sí, siempre que sean dos empleadores!, uno de ocho y otro de cinco horas al día. Hay protestas en la calle, pero tampoco muchas, no crean. Debe ser que hay cosas más importantes allí por las que preocuparse.

Aquí, en España, no llegamos a tanto, pero bueno vamos haciendo camino. El último país europeo en abolir la esclavitud, anteayer como quien dice y allá por 1870 según los cronistas, tiene al frente de algunas de sus organizaciones patronales más relevantes a gentes como el presidente de los hosteleros del país, un tal José Luis Izuel. Este buen hombre defendía hace unos días en unas jornadas de la patronal de la pequeña y mediana empresa, Cepyme, sin sorna y casi con la sonrisa en los labios que estaría bien poder trabajar doce horas al día “de 12 a 12, como toda la vida se ha hecho”. Bueno, algo es algo. Una menos que en Grecia. Una hora, me refiero.

El presidente de la Confederación Española de Hostelería, José Luis Izuel, aclarando sus declaraciones sobre la jornada laboral de 12 horas.

Aquí, también en nuestro país, sabemos que la economía sumergida es casi el primer sector económico en relevancia. Me refiero a esa realidad que tanto empobrece a los pobres y que a algunos tanto les cuesta de ver por ningún lado, esa realidad que tanto enriquece a los que ya van sobrados, esa buena gente y patriota gente para la que ahora hay una carrera de fondo entre las comunidades encabezadas por el dúo dinámico PP-Vox —tanto monta monta tanto— para bajarle impuestos. Eso, la economía en negro, la ley del más fuerte, lo tenemos asumido y forma parte del paisaje de toda la vida, que diría el tal Izuel. Y no solo no nos duele, sino que si hay que defenderlo se defiende. Algunos ya lo hacen.

Según informes recientes la economía que circula por las alcantarillas y donde las relaciones del viejo régimen esclavista son lo más parecido al convenio laboral, superaría el 20 % de nuestro PIB (Producto Interior Bruto), muy por encima de la media Europea, al menos de la de los países cuyo espejo deberíamos mirar de frente. ¿Alguien ha oído hablar de campañas para combatirla, para erradicarla, más allá, claro, de alguna declaración política de conveniencia a las puertas de alguna cita electoral?

En mi pueblo se comenta, como cosa entre curiosa y anecdótica, el ingenioso mecanismo que han descubierto algunos empresarios (¿?) para hacer frente a la (para ellos) “desorbitada” e inasumible subida del Salario Mínimo Interprofesional del 47 % en los últimos cinco años, desde los 739,50 hasta los 1.080 actuales. La pócima mágica no es otra que pagar a sus trabajadores —mayormente trabajadoras, porque esa es otra realidad que tanto nos cuesta ver— lo legal, esos 1.080 euros, para a continuación, antes de salir de la oficina, obligarles a que les devuelvan en metálico la diferencia entre el viejo y el nuevo SMI, o parte de él, que en cuestión de piratas es de suponer que los habrá mejores y peores, que los habrá hasta con un trocito de corazón. Los comentarios no hablan de denuncias conocidas, ni de protestas de las víctimas por este tan singular y actualizado modo de esclavitud 3.0. Será, como en Grecia, que hay cosas más urgentes a las que hacer frente. De las que preocuparse.

Recuerdo, para ir terminando, al futbolista Samuel Eto’o quien, nada más fichar por el más conocido club de fútbol catalán, allá por 2004, hizo unas polémicas y curiosas declaraciones a modo de promesa de esfuerzo y agradecimiento a quienes le habían dado aquella oportunidad: “Correré como un negro para vivir como un blanco”, eso dijo.

Ahora, casi veinte años después, algunos “blancos” en Grecia, en España, y en tantos otros sitios de la vieja Europa, que los ejemplos son solo eso, ejemplos, es muy posible que tuviesen algunas dificultades para acabar de entender el trasfondo de aquellas palabras. ¿Quiénes son hoy en día los negros, quiénes los blancos? ¿Quiénes son los que tienen que correr?

Pepe López

Periodista.

1 Comment

Click here to post a comment

Responder a PEDRO J BERNABEU MORA Cancel reply

  • Los pioneros españoles tras la aventura de Cristóbal Colón gracias a la valentía de la Reina Isabel y el Rey Fernando desterraron el canibalismo y la bestialidad de los pueblos americanos… además de la creación posterior de más de 30 universidades…, etcétera etcétera… Y luego por desgracia el engaño y la traición al pueblo y el robo de su libertad que perpetró el dictador y asesino Simón Bolívar y sus seguidores idolatradores del siglo XX y actuales…
    Medias verdades es mentira absoluta y descrédito del oficio de contar…
    Un abrazo…

    PD: Pepe Mujica gestor y hombre ecuánime… ejemplo a seguir a diferencia de Salvador Allende radical y su Gobierno con leyes y decretos anticonstitucionales como aprobaron partidos conservadores y socialistas en la Cámara y el Senado chilenos…
    Historia de América en revisión…