Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Caminando con la historia

Poner pies en polvorosa

Alfonso III. Autor: Alonso de Cartagena (Fuente: Wikimedia).

Poner pies en polvorosa es una de las muchas frases de nuestro castellano antiguo que nos viene francamente bien para introducir a uno de los héroes de esa España pasada e histórica que nunca deberíamos olvidar. La frase significa irse, huir o escapar precipitadamente. Existen varias versiones de su origen, la más creíble data de la época del alto medievo y hace referencia a la batalla de Polvoraria o Polvorosa donde, en el año 878, se encontraron las tropas de Alfonso III de Asturias llamado “el Magno” contra un contingente musulmán enviado por el emir Muḥammad I.

En las orillas del río Órbigo, en algún lugar del norte de la provincia de Zamora, la batalla entre los astures y musulmanes acabó con la gran derrota de estos últimos. Incluso se cuenta que un eclipse de sol hizo que los cordobeses se fueran precipitadamente, en estampida, teniendo miles de bajas que dejaban por el camino.

Este hombre llamado «el Magno» combatió a los nobles disidentes, contuvo los particularismos regionales y diezmó al enemigo islámico con constantes luchas donde “casi” siempre salía victorioso. Debido a su fuerte personalidad y gran liderazgo, logró alianzas que hasta entonces solo había logrado el denominado primer monarca del reino de Asturias, don Pelayo. Alfonso III pudo consolidar el reino astur, que alcanzó su máxima expansión y madurez bajo su mandato.

El gran Almudar, hijo del rey Mahomat, con el general Ibergamin y su gran ejército de sarracenos, viajaba desde el sur de la península hacia Astorga. Cruzaron el puente de Deustambén —entre los municipios de Arcos de la Polvorosa y Villaveza del Agua— que cruza el río Esla y continuaron por el lado derecho del río Obrego, con el objetivo de llegar a Astorga lo antes posible y evitar así la posible llegada de refuerzos del rey leonés Alfonso III (nacido en Zamora). Sin embargo, el rey cristiano conocía la llegada de las huestes moras y se adelantó a sus movimientos: les tendió una emboscada. Las tropas islámicas, pensando que eran superiores, se precipitaron a la batalla sin orden y, probablemente, con la corriente del río en su contra. Terminaron masacrados por los cristianos, hubo entre 12000 y 13000 bajas árabes. Según cuenta la tradición, solo sobrevivieron diez musulmanes, que se escondieron entre los cadáveres de sus compañeros islámicos fingiendo estar también muertos (aunque eso ya sabemos que esto puede ser muy relativo).

Río Órbigo. Fotografía: Alberto Sangil (Fuente: Wikimedia).

El Magno repobló unos territorios despoblados donde su mayoría eran migrantes mozárabes y, a raíz de esa batalla, los ejércitos astur-leoneses consolidaron el Duero como frontera del reino castellano sobre las plazas de Toro y Zamora.

El nombre de Polvoraria (Santa Cristina de la Polvorosa) es posible que se deba a que la batalla se produjo en condiciones de fuerte viento, por lo que se levantó una gran polvareda. Esta contienda es la batalla más famosa de Alfonso III. Es posible que también participara en el enfrentamiento, comandando tropas cristianas, Bernardo del Carpio (el vencedor de Roncesvalles).

Por cierto, como buen personaje de leyenda medieval, se cuenta que Bernardo del Carpio se apoderó de la espada “Durandarte” (o Durandal), que se la había quitado al mismísimo Roldán (sobrino de Carlomagno). La espada con la que el franco partió una montaña antes de darle muerte.

El pueblo de Santa Cristina de la Polvorosa pertenece a la provincia de Zamora y está próximo a Benavente. Podemos mencionar cómo en este pueblo zamorano pasó en origen la Vía de la Plata atravesando el río Esla hacia otro escondido pueblo castellano como es Alija del Infantado, al oeste del Órbigo.

Jorge Monreal

Natural de Madrid y dianense de adopción, estudié Educación Física (INEF) y toda mi vida ha estado vinculada a la nutrición y alimentación para el alto rendimiento deportivo, aunque mi vocación siempre fue el periodismo, así que con la ayuda de la Universidad de Barcelona logré tener el grado de comunicación además de otros estudios paralelos como Máster de Comunicación Empresarial y Corporativa en la Universidad Isabel I, un posgrado en Publicidad y Relaciones Públicas y un MBA en una escuela de negocios en Florida.

Lo importante es que soy una esponja para el periodismo y su historia, presente y posibles escenarios de futuro. Formar parte de la familia periodística y más concretamente de la APPA ha sido un verdadero honor al que espero poder contribuir engrandeciendo la Asociación y buscando un futuro próspero como profesionales y comunicadores, aunque tenemos que reconocer que en España nos queda un gran trabajo.

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