Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Psicología

Los grandes mitos a la luz del psicoanálisis

Imagen generada con ChatGPT.

El mito y el inconsciente: una palabra ancestral en el corazón de la psique.

Edipo, Prometeo, Narciso, Ícaro… ¿Qué nos dicen aún estos rostros de sombra y de luz surgidos del fondo de los tiempos? ¿Por qué habitan nuestros sueños, nuestros silencios, nuestras heridas secretas? Si bien atraviesan épocas y culturas, los mitos no pertenecen únicamente a la fábula o al imaginario colectivo: son los lenguajes primarios del inconsciente. El psicoanálisis, al interesarse por ellos desde sus orígenes, ha reconocido en estos relatos simbólicos verdaderas puestas en escena de conflictos psíquicos universales, a menudo inconscientes, a veces inconfesables, pero siempre estructurantes.

Como lo señaló Carl Gustav Jung, los mitos manifiestan el inconsciente colectivo: ese legado psíquico compartido por la humanidad, donde se depositan las grandes figuras arquetípicas que son el padre, la madre, el héroe, el monstruo, el doble, la caída, pero también la búsqueda. Son los sueños de la humanidad, portadores de angustias, deseos, tensiones internas y también de intentos por organizar el caos psíquico.

El mito y el sueño son dos formas paralelas a través de las cuales el inconsciente se expresa. Uno es nocturno, efímero, íntimo; el otro se transmite, se conserva, se inscribe en el lenguaje cultural. Pero ambos expresan la misma búsqueda de sentido, el mismo intento de elaborar aquello que, en nosotros, escapa al control.

El análisis psicoanalítico permite así leer los mitos no como simples relatos del pasado, sino como configuraciones vivas, siempre activas en nuestro interior. Revela las pulsiones reprimidas, los conflictos arcaicos, los fantasmas fundacionales que se esconden tras las figuras de Psique, Edipo o Teseo. No son solo personajes: son fragmentos de nuestra propia psique.

A través de los arquetipos y los símbolos que movilizan, los mitos permiten pensar lo impensado: la pérdida, la culpa, la transgresión, la separación, el deseo. Ofrecen un espacio donde estas tensiones pueden ser narradas, figuradas, e incluso, a veces, apaciguadas. Por eso su estudio, lejos de ser académico o distante, toca lo más íntimo y abre caminos de sanación y transformación.

Carl Gustav Jung. Fotografía de la Bibliteca ETH (Fuente: Wikimedia).

En este sentido, los mitos constituyen un recurso psíquico poderoso: forman una trama simbólica en la que cada cual puede proyectar sus propias preguntas, sus heridas, sus esperanzas. El mito actúa como un espejo colectivo, pero en el que cada uno ve su propia imagen deformada y, tal vez, también su verdad.

Leer los mitos a la luz del psicoanálisis es, por tanto, reconocer que no hablan solo de la humanidad en general, sino también de cada uno de nosotros en particular. Es aceptar que en su interior se representan escenas que aún hoy nos conciernen, porque atraviesan nuestro imaginario, estructuran nuestro inconsciente y esclarecen nuestra relación con el mundo. Es por ello que compartiré más adelante, aquí en Hoja del lunes a todos sus lectores, publicación del ensayo literario Los grandes mitos a la luz del psicoanálisis que estoy terminando.

Alain Andreu

Doctor en psicología clínica.
Responsable Cultural de la Casa de Francia de Alicante.

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