Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Trescientas... y pico

La realidad, ¿qué realidad?

Miguel Ángel Rodríguez en 2019, en la investidura de Díaz Ayuso. Fotografía del PP de la Comunidad de Madrid (Fuente: Wikimedia).

Decía Aristóteles, y le creímos durante tanto tiempo, que «la única verdad es la realidad». Puede que esa misma realidad milenaria en la que se ha aposentado nuestra civilización esté hoy en desuso. Hasta el punto de hacernos dudar si Gaza existe en verdad, si sus niños están muriendo de hambre de verdad, si lo que ven nuestros ojos es real o solo producto de nuestra pobre imaginación. Y pudiera ser que no. Lo ha dicho un ministro israelí: «los niños de Gaza no pasan hambre». Y el mundo parece haberle creído pues casi nada hacen para evitarlo.

En esa misma no realidad vive Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, quien tampoco ve que vive en un piso de lujo pagado con dineros robados a la Hacienda pública, sino que aquí su novio es la víctima. Tampoco su mentor, Miguel Ángel Rodríguez (MAR), es un maléfico inventor de bulos, que se atreve a amenazar a periodistas, más bien parece suceder lo contrario: Que son periodistas encapuchados los que intentan asaltar como terroristas la casa de Ayuso y su pareja. Ellos dos —Ayuso y MAR— son lo mejor que le ha pasado a Madrid. Sin duda son lo único cierto. Todo lo demás es bruma, niebla.

Y ya puestos, Putin tampoco es un tirano, ni un asesino. Quien eso piense desconoce la pura realidad. Putin, reelegido recientemente por aclamación, es realmente un liberador de su pueblo y su guerra en Ucrania solo persigue agrandar la geografía de la libertad, el mapa de la libertad. El mapa de esa nueva realidad que nos invade y nos confunde.

La realidad es ahora otra cosa, no la que habíamos pensado que era. El Gran Israel lo justifica todo, incluso la muerte de decenas de miles de niños y mujeres inocentes, cuyas imágenes despanzurradas que vemos, tampoco deben ser reales porque está pasando como si nada sucediese, otro producto infame de nuestra pueril imaginación. Fruto de nuestra propia confusión.

Lo único cierto, palpable, creíble en la Cataluña de hoy es Puigdemont. Él, mesías y salvador de la patria. El hombre que huyó en un maletero y que está a punto de regresar en loor de multitudes, como un héroe, parece la única certeza en tierras catalanas, pues todo lo demás es también bruma, historia no vivida. Para él todas las canciones, todos los romances, todas las entrevistas. El Cantar de Puigdemont que ya se recita en los cenáculos independentistas es, parece, la única certeza que nos queda si no queremos caer en la melancolía y en el extrañamiento.

Y es que, claramente, hay que reconocer que todos ellos han ganado la batalla, también la de la impunidad. Unos, Israel, Rusia, Netanyahu, Putin… la guerra real, la que se hace con material de guerra, con bombas que matan, con tanques que destrozan hogares, que convierten en escombros los sueños de varias generaciones. Los otros, los Ayuso, Puigdemont, MAR, Trump… la guerra de la información. La de convertir al victimario en el héroe, la de aquellos que, inocentes e incautos, pensaban que los hechos se acabarían imponiendo en las conciencias de la gente.

Decía Isaac Asimov: «Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho». Eso debía ser antes. Ahora no. Ahora todos los hechos, como la realidad que percibimos, como los niños de Gaza, como el piso donde vive la presidenta madrileña, como la responsabilidad de Puigdemont, tampoco existen. Debe ser entonces que Aristóteles tampoco existió. Y que él, junto a Isaac Asimov y tantos otros, han sido solo producto de nuestro trastorno. De nuestra vieja y falsa memoria. De nuestra vieja y acartonada realidad. Esa misma que hoy se bate en retirada.

Pepe López

Periodista.

6 Comments

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  • Estoy de acuerdo en casi todo lo que dices- Pero se te ha olvidado una cosa o un alguien- ¿Quién ha convertido a Puigdemont en «un mesías y salvador de la patria… y regresar en loor de multitudes, como un héroe… para él todas las canciones, todos los romances? ‘El Cantar de Mío Cid’ es de autor anónimo. Más el autor de ‘El Cantar de Puigdemont’ es bien conocido y se llama Sánchez, el gran traidor a Aristóteles, a la verdad, a la realidad y creo que a España… ¡por siete votos!

    • Recuerda Ramón que los héroes de entonces y los cantares existieron porque había juglares que los recordaban y recitaban, pero también que en aquella corte y en esta los buenos juglares compartían mesa y mantel con los bufones, y de eso también vamos servidos hoy en día se llamen como se llamen… distinguirlos se hace complicado y esa es posiblemente nuestra tragedia!!!

  • Te comento,pero no es real.Leo tu artículo, pero no lo leo, me levanto por la mañana, pero no me levanto….pero… ¿qué es lo que está pasando? o…¿no está pasando?
    Excelente artículo.

    • Ese parece el objetivo José Clement… y como bien decía Antonio Muñoz Molina en «Todo lo que era sólido»… ya nada es lo que parece, las cosas dejan de tener consistencia, las leyes dejan de cumplir su objetivo, el desmadre se abre camino y ¡Salvese quién pueda!…