Para poder entender qué fue la Corona de Aragón debemos remontarnos a la época de Carlomagno y de su temor a que los musulmanes, que subían imparables por la Península Ibérica, llegaran hasta el centro de Europa. El rey carolingio, por otro lado, también intento tener influencia y expandirse por el norte de Hispania, pero sus tropas fueron rechazadas. Así que creó una zona a ambos lados de los Pirineos que protegiera la frontera y que poco después sería el Imperio Carolingio al ser coronado el rey de los francos, Carlomagno, como emperador por el papa León III, el 25 de diciembre del año 800. Esta coronación tuvo lugar en la Basílica de San Pedro en Roma y marcó el inicio del nuevo Sacro Imperio Romano Germánico y la restauración del Imperio Romano en Occidente.
El origen de la corona de Aragón está en la Marca Hispánica, creada por Carlomagno después de haber intervenido en la ciudad de Zaragoza para extender su influencia política sobre la Península Ibérica, atendiendo a la petición de ayuda del gobernador musulmán de dicha ciudad que quería independizarse del emir de Córdoba. Cuando Carlomagno llega a la ciudad después de haber saqueado algunos lugares para poder aprovisionarse, el emir de Córdoba ya había sustituido al gobernador y sus tropas no fueron bien recibidas.
En el camino de vuelta es atacado por los vascones, año 778, en el puerto de montaña de Roncesvalles, como venganza por aquellos saqueos anteriormente referidos. Ante el fracaso de aquella campaña, Carlomagno crea un territorio defensivo en los Pirineos para evitar el avance musulmán, la Marca Hispánica (como también hizo en el norte de Italia y en la frontera con Alemania para prevenir ataques de sus enemigos), ocupada por francos y algunas gentes que habían dejado las zonas conquistadas por los musulmanes. Dicha Marca la dividió en condados cuyos titulares no eran señores feudales, sino delegados del rey, sin independencia ni posibilidad de herencia de los cargos.
En el año 801 la ciudad de Barcelona es conquistada a los árabes y anexionada a la Marca Hispánica por Ludovico Pío (Luis I el Piadoso), hijo de Carlomagno, rey de Aquitania y emperador a la muerte de su padre en el año 814. Impuso su autoridad sobre Pamplona y los vascones (813). Pretendió dividir su reino entre sus tres hijos, hecho que causó gran debilidad en el imperio debido a las luchas de poder entre ellos. Esto fue aprovechado por los condados de la Marcas para ir adquiriendo ciertos privilegios a cambio de las ayudas militares.
En el año 824 el vascón Íñigo Arista, quien llegaría a ser el primer rey de Pamplona, derrota de los francos en la segunda batalla de Roncesvalles. Esta batalla, aunque no fue tan famosa como la de 778, fue esencial en la formación del Reino de Pamplona.
Wifredo El Velloso y los condados catalanes

La muerte de Ludovico Pío en el año 840 y los enfrentamientos entre sus hijos dio lugar al Tratado de Verdún tres años más tarde. En él se cedía la parte occidental del imperio Carolingio a Carlos el Calvo, quien entregó como gratitud a su lealtad los condados de Barcelona, Gerona y Narbona a Sunifredo (padre de Wifredo El Velloso), que ya era conde de Urgel-Cerdaña, y a su hermano Suñer los condados de Ampurias y Rosellón. Posteriormente Wilfredo recibió como recompensa por su fidelidad el condado de Urgel-Cerdaña (condados que en aquel tiempo no eran hereditarios, sino designados por el rey) y Suñer II recuperó el condado paterno de Ampurias. Wifredo fue nombrado en el año 878 conde de Barcelona, Gerona y de Besalú y recibió la dignidad de marqués por Luis el Tartamudo (hijo de Carlos el Calvo). A su hermano Miró se le asignó el condado de Rosellón, que a la muerte de éste pasó a pertenecer a Wifredo El Velloso.
Wilfredo fue anexionándose territorios con los que fue formando el condado de Osona donde fundó el monasterio de Santa María de Ripoll y de San Juan de las Abadesas y restauró el obispado de Vich. Por aquellas fechas ya era notoria la debilidad de la monarquía franca por la lucha por el poder. Wilfredo aprovechó estas circunstancias en las que se solicitaba ayuda a los condados para poder aumentar su independencia de los reyes de quienes dependía, y se convirtió en el último conde nombrado, pues sus hijos ya fueron considerados herederos directos. A partir de estos momentos, todos los condes dejan de ser funcionarios nombrados por el rey para convertirse en una nobleza hereditaria.
Fue de gran importancia las sucesivas repoblaciones de distintas áreas despobladas entre la zona franca y la musulmana, que separaba dos líneas de condados: los pirenaicos y los marítimos. Quedaba en el centro la antigua diócesis de Ausona-Plana de Vich. Así que Wifredo fue ampliando sus territorios en las zonas de Vich, Ausona, Ripoll y Montserrat hasta llegar al río Llobregat en su desembocadura.
Wifredo el Velloso murió el 11 de agosto del año 897 en un enfrentamiento con los musulmanes que habían lanzado una gran ofensiva llegando hasta las puertas de Barcelona. La muerte de Wifredo se produjo por una lanzada realizada a manos del señor de Lleida. Fue enterrado en el monasterio de Santa María de Ripoll que él mismo había fundado. Los condados que había reunido bajo su dominio, a su muerte, fueron repartidos entre sus hijos como herederos.
Con el tiempo, los distintos condados catalanes terminaron bajo la influencia de los condes de Barcelona, que fueron consolidando su poder por encima del de los demás condados.
Los condados aragoneses

La islamización del territorio de Aragón desde el principio de la invasión árabe no llegó a influir demasiado en la zona de montaña. Viendo la cercanía al territorio franco, la corte carolingia quiso apoderarse de las ciudades de Huesca y Zaragoza aliándose con los gobernadores musulmanes de las zona, pero el emirato de Córdoba desarticuló estos intentos. Con el deseo de proteger las fronteras en los Pirineos, Carlomagno estableció una serie de condados bajo la denominación de Marca Hispánica (comentado anteriormente). Un representante de la corte carolingia, el conde Aureolo, se erigió en conde de Sobrarbe sobre el año 800. El conde Guillermo de Tolosa incorporó Ribagorza y Pallars a su condado en el año 806. Tras unos cambios de dominación musulmana y cristiana. A la muerte del conde de Sobrarbe tres años después, Amrús ibn Yusuf, walí de Huesca, ocupó Sobrarbe. Y fue el conde Aznar Galíndez I, quien recuperó hacia 814 dicho condado. Aznar I, por desaveniencias con su yerno, fue enviado a la Marca Hispánica en Urgell, Cerdaña, Pallars y Ribagorza. Fue su hijo Galindo Aznarez I, al que le encomendaron la ocupación del valle cristiano de Echo y la fundación del monasterio de San Pedro de Siresa. El conde Galindo, al ver la falta de apoyo por la desintegración del imperio carolingio fue el que dio origen al condado independiente de Aragón. Y sobre el año 872 el conde Ramón I independizó Ribagorza y Pallars, segregados del obispado de Urgell, constituyéndose un el obispado de Roda.
En el año 911, el rey de Pamplona Sancho Garcés I conquistó la mitad occidental del valle del Aragón a al-Tawil, y el conde Galindo Aznárez II, antiguo aliado de al-Tawil, le conquistó unos años después la mitad oriental del valle del Aragón, entre otros territorios. Viendo este deseo de expansión del Conde de Aragón el rey Sancho Garcés I, avasalló el condado de Galindo II y sometió otro territorio musulmán. Dos años después, el obispo Galindo de Pamplona erigió el obispado de Aragón.
Ya convertido en reino Pamplona desde Íñigo Arista, y en tiempos de García I Sánchez desde el año 925 al 970, recibió como dote al casarse con Endregoto, hija del conde de Aragón Galindo Aznares, dicho condado quedando así unido al reino de Pamplona.
En el año 999 gran parte de Aragón fue asolado por Almanzor. Y su hijo se apoderó del condado de Sobrarbe y de parte de Ribagorza. La posterior acción de Sancho Garcés III, y la reconstrucción y fortificación de los territorios, así como la constitución más tarde del reino de Aragón iniciaron una nueva época para aquellos territorios.
Los reyes de Aragón
Ramiro I (1035-1064)

A la muerte de Sancho III el Mayor, rey de Pamplona, su reino había quedado dividido entre sus tres hijos. García, el primogénito, recibió el Reino de Navarra; Fernando heredó el Condado de Castilla (luego fue Rey de León y Conde de Castilla); Gonzalo, los Condados de Sobrarbe y Ribagorza; y Ramiro, el Condado de Aragón, que elevó a reino. Así pues, Ramiro I fue el primer rey de Aragón. A la muerte de su hermano Gonzalo (1044), conde de Ribagorza y Sobrarbe, se los anexionó, titulándose rey de los tres territorios. Apoyó a su hermano García Ramírez III de Navarra, que estaba enfrentado con su otro hermano, Fernando I de Castilla. A la muerte de García en la batalla de Atapuerca, siguió prestando ayuda a su hijo y sucesor Sancho IV, contra el rey castellano.
Para expandir su territorio, firmó una alianza con los condes catalanes conquistando partes de la taifa de Lérida. Murió ante la fortaleza de Graus.
Sancho Ramírez I (1064-1094)

A Ramiro I, le sucedió su hijo Sancho Ramírez, que continuó apoyando a su primo Sancho IV de Navarra contra el rey de León, Galicia y Castilla Alfonso VI por los conflictos territoriales.
Y Sancho Ramírez de Aragón sucedió como rey a Sancho IV de Navarra, que fue asesinado porque los nobles descontentos con él por su autoritarismo y por no poder repartir honores habiendo paralizado la Reconquista que les privaba de tierras y botines urdieron una conjura contra él que fue asesinado en una cacería por su hermano Ramón precipitándolo por un barranco en Peñalén.
Aprovechando el desconcierto por el vacío de poder, Alfonso VI de León y Castilla se apoderó de La Rioja y la zona de el actual País Vasco; y Sancho Ramírez, aprovechó para proclamarse rey de Navarra uniéndolo al reino de Aragón.
Sancho Ramírez continuó con la conquista de territorios musulmanes, centrándose especialmente en las zonas montañosas. A parte de estas conquistas, apoyó al rey musulmán de Lérida con ayuda del conde de Barcelona contra su hermano, el rey de Zaragoza con el que combatía el Cid Campeador. Posteriormente, con la invasión almorávide, ayudó a su antiguo enemigo el Cid.
Sancho Ramírez conquistó varias poblaciones promoviendo la repoblación de las zonas e hizo tributario al reyezuelo de Huesca (1090). Sus relaciones con el Papado y el viaje que realizó a Roma facilitó la introducción del rito romano en las iglesias aragonesas y navarras.
Sancho Ramírez reinó hasta 1094, momento en que su hijo Pedro I de Aragón asumió el trono. A Pedro I de Aragón le sucedió su hermano Alfonso I el Batallador, quien reinó hasta 1134. Tras la muerte de Alfonso I sin descendientes, Pamplona y Aragón se separaron nuevamente, y en Pamplona le sucedió García Ramírez de Pamplona, el Restaurador (1134-1150), biznieto del rey García Sánchez III de Pamplona y nieto de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, por parte de Madre; y en Aragón le sucedió el hermano de Alfonso, Ramiro II el Monje.
Pedro I (1094- 1104)

Ayudó a su padre en diversas campañas entre las que se encuentra la Batalla de Alcoraz en la que Pedro I tomo la ciudad de Huesca tras la victoria de Alcoraz (1096) y abrió el camino hacia Zaragoza. Según la leyenda, pidió ayuda divina, cuya petición fue respondida con la aparición de San Jorge con su cruz roja y su intervención decisiva contribuyo a derrotar al enemigo. Para recordar y agradecer su apoyo habría creado el blasón con la Cruz de San Jorge y cuatro cabezas de moros debajo de dicha cruz.
Alfonso I el Batallador (1104-1134)

Sucedió a su hermano Pedro al que acompaño en la batalla de Alcoraz. Fue rey de Aragón y de Pamplona. Contrajo nupcias con Urraca, hija de Alfonso VI, rey de León y Castilla. Estuvo ocupado en los conflictos del reino de su esposa del que era consorte. Esta situación se complicó con desavenencias matrimoniales ya que él y Urraca no se ponían de acuerdo en las gestiones de sus reinos (como ya vimos al hablar de Urraca I de León). La unión de ambos concluyó con la anulación del matrimonio por consanguinidad por el papa Pascual II en 1114.
A finales de 1117 en la ciudad de Zaragoza, tras la muerte del gobernador musulmán, se generó un vacío de poder y Alfonso aprovechó la debilitación del gobierno de la taifa. Con el apoyo de nobles occitanos , así como de los condes de Urgel, Pallars y Ribagorza, Diego López de Haro, señor de Vizcaya, acudió como vasallo y con el respaldo del papa (que otorgó bula de cruzada), acabaron conquistando la ciudad de Zaragoza, capital de una extensa taifa en 1118. A esta conquista siguió la de Tudela, Tarazona, Calatayud y otros lugares. Destacó en la lucha contra los musulmanes y llegó a duplicar la extensión de los reinos de Aragón y Pamplona tras la conquista clave de Zaragoza. En sus campañas llegó hasta Córdoba, Granada y Valencia y a derrotar a los musulmanes en otras tantas batallas. Realizó gran número de donaciones y concesiones que influyeron demográfica y económicamente y sirvieron de desarrollo en la historia del valle del Ebro. Influyó en la posterior evolución legislativa aragonesa y pamplonesa. Fundó y consolidó diócesis y monasterios, así como favoreció el tránsito por el Camino de Santiago como vía de nuevas ideas y desarrollo del arte románico.
Murió sin descendencia y los aragoneses en desacuerdo con el testamento del rey de dejar el reino en manos de las Órdenes Militares, se inclinaron por su hermano Ramiro, monje por aquel entonces, para sucederle y los navarros por García Ramírez, biznieto del rey navarro García III, rey de Pamplona y por parte de madre, nieto de Rodrigo Díaz de vivar, el Cid Campeador.
Ramiro II el Monje (1134-1137)

Para poder ser rey de Aragón, Ramiro II tuvo que dejar la vida eclesiástica en la que llegó a ser abad en el monasterio benedictino de San Pedro el Viejo de Huesca y más tarde, obispo de la diócesis de Roda-Barbastro. Durante su reinado, Alfonso VII de Castilla y León, le conquista el Reino de Zaragoza, aunque posteriormente lo devuelve a Ramiro II mediante un compromiso de vasallaje.
Contrajo matrimonio con la idea de tener descendencia. Una vez tuvo heredera en su hija Petronila, a la edad de un año la comprometió con Ramón Bereenguer IV, conde de Barcelona, 24 años mayor. Tras el compromiso de matrimonio y de respeto y lealtad hacia él, Ramiro se separó de su esposa y abdicó. Volvió a la vida eclesiástica en el monasterio de San Pedro el Viejo de Huesca manteniendo el título de rey hasta su muerte, posiblemente en 1157. Ramón Berenguer se intituló princeps de Aragón administrando la herencia de Petronila, con la que se casó en 1150.
La campana de Huesca
Según la leyenda, ciertos nobles habían desafiado la autoridad de Ramiro. Éste, indeciso ante esta complicada situación, mandó un mensajero a pedir consejo a su antiguo maestro el abad de San Ponce de Tomeras. El abad llevó al mensajero hasta el huerto sin mediar palabra y fue cortando las coles que más sobresalían dejando las más pequeñas (hay versiones con rosas o ramitas). Luego le dijo: “Vete a mi señor el rey y dile lo que has visto, que no te doy otra respuesta”. Ramiro II convocó Cortes en Huesca indicando que quería hacer una campana que se oyese en todo el reino. El rey fue haciendo pasar a su consejo uno a uno a los principales nobles rebeldes y ordenaba su ejecución cortándoles el cuello. Una vez concluido, mandó poner en círculo las cabezas colocando la del noble principal colgada de una cuerda en el centro, a modo de campana. Luego invitó a pasar al resto de nobles, sirviendo de ejemplo para establecer la paz en el reino.
Esta leyenda tiene un fondo real, pues parece que ajustició a varios nobles que no aceptaban su autoridad.
Petronila I (1137-1162)

Fue la primera reina propietaria de Aragón. Su marido, Ramón Berenguer, se convirtió en príncipe de Aragón. Éste adoptó el apellido y el escudo de armas de la Casa de Aragón, asegurando así la continuidad de la dinastía aragonesa. Él mismo llevó la administración de sus condados y del Reino de Aragón, ampliando el territorio gracias a su actividad política y bélica. Continuo el vasallaje a Alfonso VII de León y Castilla por el Reino de Zaragoza (Regnum Caesaraugustanum).
Participó en la conquista de Almería junto con Alfonso VII de Castilla. Él mismo conquisto en 1148 Tortosa, y posteriormente distintas ciudades como Lérida, Fraga además de otras tierras. Hizo tributario al rey Lobo de Valencia y Murcia. En su empeño por agrandar sus dominios se alió con el rey de Inglaterra Enrique II y así poder avanzar sobre Occitania. Murió en el año 1162.
La reina Petronila en 1164, dictó testamento transmitiendo sus posesiones a su hijo Alfonso, el cual fue rey de Aragón y conde de Barcelona, siendo el primer monarca en ostentar ambos títulos que formaron la Corona de Aragón.
Alfonso II es el primer rey, que como tal, empleó las cuatro barras que aparecen en la bandera aragonesa con la unión dinástica de las Casas de Aragón y Barcelona y simbolizaron la autoridad del rey de Aragón.
Según la leyenda, se cuenta que el origen de las barras fue debido a que el conde de Barcelona, Wifredo el Velloso, pidió un símbolo para su casa al rey carolingio del cual era vasallo después de una batalla en la que cayó herido, y el rey dibujó cuatro rayas sobre el escudo del conde con la propia sangre de Wifredo.
Alfonso II (1162-1196)

Nació en Perpiñán hacia 1157, primogénito de Petronila I. Fue rey de Aragón, y por parte de su padre Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y de Gerona, Osona, Cerdaña y marqués de provenza. Durante su minoría de edad tuvo como tutor a Enrique II de Inglaterra (padre de Ricardo Corazón de León, Juan sin Tierra y Leonor Plantagenet, la cual casó con Alfonso VIII de Castilla, el de Las Navas de Tolosa). Consiguió el dominio de las tierras de Occitania con el apoyo del rey de Inglaterra. Fundó las ciudades de Santa María de Albarracín y de Teruel en 1171. Ayudó en el sitio de Cuenca (1177) a Alfonso VII de Castilla y éste renunció a sus pretensiones sobre Aragón.
Soberano ilustrado que cultivó la poesía provenzal, y el primer rey que empleó las cuatro barras rojas, que como emblema pudo llegar a Aragón por medio de su padre el Conde de Barcelona, y desde ese momento irá unido a la Casa Real de Aragón. Durante su reinado se fundaron numerosos pueblos y villas en Aragón y Cataluña.
Fue significativa su protección a la orden reformadora del Císter, el impulso a las órdenes militares o la colaboración genovesa que ya se había iniciado con su padre, Ramón Berenguer IV, y que facilitó la presencia de las naves catalanas en el comercio mediterráneo. Considerado como un rey conciliador según la Crónica de San Juan de la Peña, en su versión aragonesa, que recoge la impresión causada como conciliador entre los príncipes de su tiempo: “Et tantost por la discordia que hera entre los reyes de cristianos, algunos reyes avían feyto paz e tregua e amiztad con los moros; porque el papa Celestino, queriendo que paz e amor entre los cristianos, mandó al dito rey don Alfonso e a los otros reyes de Espayna que no oviesen tregua con los moros, mas que todos amigablement se aviniesen e fuesen contra ellos. […]”. Realizó una peregrinación a Compostela para mediar con Sancho VII el Fuerte de Navarra, Alfonso VIII de Castilla, Alfonso IX de León y Sancho I de Portugal, y poder calmar las actitudes de discordia existentes entre estos monarcas y para que unieran sus fuerzas contra la amenaza almohade. Ese mismo año de 1196 fallecería (en 1212 tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa, principio de la caída definitiva musulmana).
Conclusión
Los orígenes del reino de Navarra, de los condados de Aragón, Ribagorza y Sobrarbe (estos tres condados formarían el Reino de Aragón), y los Condados Catalanes surgieron de la creación de La Marca Hispánica por Carlomagno, constituyendo una zona de frontera del Imperio Carolingio como defensa al avance musulmán hacia el centro de Europa. La dependencia de La Marca al Imperio Carolingio fue perdiendo fuerza con la disputa de los nietos de Carlomagno, hijos de Ludovico Pío (Luis I el Piadoso), que dividirían dicho imperio. Finalmente, estos condados se declararían independientes y serían hereditarios.
El Reino de Aragón se creó por Ramiro I, que había heredado el territorio como condado de su padre Sancho III el Mayor rey de Pamplona y uniendo Ribagorza y Sobrarbe a la muerte de su hermano Gonzalo.
Petronila I, hija de Ramiro II el Monje, reina de Aragón, celebró nupcias con Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona uniendo por matrimonio ambos territorios. Su hijo Alfonso II, heredó los títulos de Rey de Aragón y Conde de Barcelona uniendo así la Corona de Aragón bajo su poder.
Otra gran lección de historia para comprobar que no cualquier tiempo pasado fue mejor. Un fuerte abrazo.
Gracias, Ramón.
Cada tiempo tiene sus cosas positivas y negativas, y hay que verlas y juzgarlas con los ojos y la mentalidad de esa época. Cada generación se adapta a su momento.
Un abrazo.