Me permito recuperar algo que escribí hace un tiempo. Estamos en un mundo desquiciado, en el que sociópatas y psicópatas se han convertido en especies invasoras que están acabando con las mejores especies del pensamiento y del sentimiento occidentales, basadas en las culturas griega y romana, enriquecidas con las ideas del Cristianismo, todas ellas encajantes en lo que siempre se ha denominado ley natural, la que define la dignidad del género humano, hombres y mujeres, dos géneros diferentes y complementarios que están a punto de desaparición en virtud de la ideología de género, con la que unos espabilados “gramscinianos” (del ‘vidente’ Gramsci: dominar la cultura para controlar al hombre) quieren acabar con el pensamiento grecorromano y cristiano. La ideología de género, un invento para destruir los valores tradicionales de Occidente, propicia las enfermedades mentales.
Como Marx y Engels, como Lenin, como Stalin, Hitler y Mussolini (no olvidemos que el nazismo y el fascismo nacieron de movimientos extremistas de izquierda y que el falangismo de José Antonio tenía elementos socializantes), nuevos mesías de izquierdas y del capitalismo pugnan por controlar el inmediato futuro del planeta. Hay movimientos profundos liderados por auténticos sociópatas y psicópatas.
Los que saben de estos asuntos que tienen que ver con el alma (o con el cerebro si lo prefieren) señalan que “la única diferencia entre sociopatía y psicopatía está en su origen: mientras que el psicópata ya nace con este rasgo, el sociópata adquiriría sus rasgos en el desarrollo y acumulación de experiencias. Se basan ambos tipos en el desprecio por las normas y los derechos ajenos. Engañan, hieren y manipulan para lograr todo aquello que se proponen sin ser necesariamente violentos”… “Otros expertos creen que existe otro tipo de rasgos que marcaría la diferencia: el sociópata tiene una base de impulsividad, mientras que el psicópata casi siempre planificará sus actos y pocas veces improvisará” (¿Han visto cómo han planificado Sánchez y su núcleo duro los pactos con Bildu, ERC y Junts bajándose los pantalones hasta los tobillos?).
El psicópata carece de empatía desde su nacimiento. Los rasgos fundamentales del mismo son el egocentrismo (incapacidad de ver desde el punto de vista de la otra persona, narcisismo y sentido de superioridad); la ausencia de empatía (no le interesa lo que el otro siente, sea alegría o dolor); la necesidad de satisfacción personal (excesiva importancia a lo que él quiere, sin importarle lo que los demás necesiten, sientan o piensen); el encanto superficial (mostrar ante los demás una apariencia abierta y segura, nada de timidez, utilizando habilidades para lograr adaptarse y conseguir sus fines); y la necesidad de control (tienen una tendencia abusiva a querer dominar a cada persona y cada situación: estos hace que ejerzan la manipulación, el abuso y la mentira sobre los demás), puntos todos éstos que se han calcado en los citados humillantes pactos de investidura, condenados unánimemente por todas las asociaciones de jueces, tanto de derechas como de izquierdas, ninguneadas y hasta acusadas de prevaricación; pactos criticados así mismo por grandes figuras del PSOE verdadero, como Felipe y Guerra, acusados de casi fascistas como todo el que se opone al sanchismo degradante.

Resumen los expertos (he leído a algunos, pero no tengo un comité de expertos, lo declaro abierta y humildemente) que los psicópatas “cuentan con una falta de empatía y una frialdad que les define y les convierte en personas dañinas para los demás. Pienso en algunos líderes políticos de otros tiempos y de ahora. He citado antes algunos. Pero hay otros que no he nombrado y que todos conocemos. Cada quien y cada cual puede completar estas líneas con sus nombres.
Los últimos acontecimientos políticos en España podrían confirmar las tesis de especialistas que hablan de un incremento de las enfermedades mentales. Yo no digo, ni sugiero, que Sánchez sufra de psicopatía. Cuando me pregunto, inocentemente, si Sánchez es un psicópata, apunto esa posibilidad, como uno más, acaso yo y usted también, en este mundo de locos en que se ha convertido la política y hasta la vida social, con golpistas que acusan de prevaricadores a los jueces que les aplicaron las leyes (leyes democráticas) y con gobernantes que les apoyan y que quieren dejar en ridículo a los magistrados del Tribunal Supremo ante los ojos atónitos de casi todos los españoles, de toda Europa y de todo el universo político, jurídico y legislativo. El mundo mundial grita que eso es de locos.
No hace falta ser muy inteligentes para no comulgar con ruedas de molino. Por mucho que insistan Pedro y los suyos, mas los asociados de Junts. Bildu, ERC, PNV, Sumar y PSOE, 2+2 nunca pueden ser igual a 5. Aunque lo apruebe el Parlamento mediante una ley con mayoría absoluta. Repito una evidencia: los votos pueden hacer leyes injustas, pero no verdades. Yo creo que Sánchez no es un psicópata; necesito creer que no habrá investidura traidora a España y que va a convocar elecciones generales, porque podría ganarlas, mientras que perdería un referéndum sobre la amnistía.
A Pedro Sánchez se lo digo: quema las naves y triunfa como Hernán Cortés o manda esas naves a Lepanto y conviértete en un don Juan de Austria o un Miguel de Cervantes. Lucha por causas nobles, como ellos, y no te alíes con delincuentes peligrosos que no quieren convivir con España ni contigo y sólo buscan sacarte los higadillos, con la vista puesta (te lo dicen claramente) en destruir España. Mira la pizarra y comprueba que no hace falta ser Einstein para saber que 2+2=4. Hasta yo lo he aprendido y mira que soy de letras. Como socialdemócrata cristiano que me confieso siempre que viene a cuento, te ruego que vuelvas al redil del verdadero PSOE socialdemócrata si no quieres arrastrar al partido a la desaparición. No añadas ese baldón a los de mentiroso, tragaldabas, traidor y cobarde. Dios y España te perdonan si te arrepientes de tus pecados, como perdonarían a tus aliados si se arrepintieran de los suyos. Pero disfrutan sádicamente martilleando nuestros tímpanos con su “lo volveremos a hacer”, que en la magnífica y cultísima lengua catalana, tan española como el castellano, suena así: Ho tornarem a fer. A los españoles nos gustan todas las lenguas del Estado. Qué pena que los rencorosos y catetos separatistas persigan el castellano, también denominado internacionalmente como español. Somos un gran país y debemos defenderlo hasta la muerte, con dignidad de españoles todos. ¡Viva Cataluña, vivan todas las autonomías, viva el Rey, viva la Constitución, viva España!
Enhorabuena, Don Ramón Gómez Carrión. Porque LA TIBIEZA DEL SILENCIAR AL MENTIROSO ES LA PEOR DE LAS TRAICIONES A NURSTRO OFICIO VOCACIÓN PERIODÍSTICA DE OBSERVAR Y CONTAR… en el Periodismo con mayúsculas…
Ha engañado, mentido, manipulado, y lo sigue haciendo Pedro Sánchez, en una desesperada huída hacia adelante, ‘a tumba abierta ‘, (la ‘gallina marroquí’ en sus escuchas del teléfono del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por el ‘caso Pegasus’, cantará sin remedio, contará todo…).
Porque la ‘gallina marroquí’ necesitará ‘cantar’, contar todo sobre la decisión presidencialista de Sánchez quien le ha regalado la independencia del Sáhara, pues la ‘gallina marroquí’ necesitará ganarse al nuevo Presidente y Gobierno cuando fenezcan el político Sánchez y su cuadrilla de ‘estomagos agradecidos’, servirles atlateres, palmeras y palmeros, y aborregados, todo lo contrario de las autocríticas constructivas en el PSOE, opuestas con rotundidad SIN TIBIEZA CÓMPLICE a los desvaríos políticos del actual secretario general Pedro Sánchez, en las opiniones representadas por el expresidente del Gobierno Felipe González, su vicepresidente Alfonso Guerra, ministros del PSOE como CORCUERA, etcétera etcétera…
Jueces, magistrados, fiscales, todas y todos, RECHAZAN LA TIBIEZA (como tú lo haces maestro Ramón Gómez Carrión) PORQUE SILENCIAR LAS MENTIRAS ES LA MAYOR DE LAS TRAICIONES AL OFICIO PERIODÍSTICO DE OBSERVAR Y CONTAR…
Llegó el principio del fin del ‘Sanchismo aborregado ‘…
Enhorabuena Don Ramón…
Gracias
Pedro J Bernabeu
Gracias a ti. Un abrazo.