Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Mi querida España

Caso Cebrián: la demolición del Estado llega a la prensa

Juan Luis Cebrián en 2012. Fotografía de Angélica Martínez tomada en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Ciudad de México (Fuente: Wikimedia).
Un buen amigo me preguntó hace días si seguía leyendo “El País”. Le dije que hacía tiempo que no lo leía. Se extrañó. Otros decidieron hacer lo mismo, negarse a leer el periódico icónico de la Transición, antes que yo. La razón es muy simple: ha dejado de ser lo que era. Y con eso basta. Dejar de ser lo que fue “El País”, en los tiempos que corren, es un acto de traición a la conciencia democrática de la nación española. En su día, “El Pais” representaba esa conciencia. Lo digo con nostalgia y con tristeza. Recuérdese su gloriosa portada en la madrugada del 23F: “Con la Constitución.” Ahora, ¿con quién está? La respuesta, inequívoca, al servicio de Pedro Sánchez, guardaría una estrecha relación con el cese de Juan Luis Cebrián como presidente de honor de Prisa.

Lo peor del caso es que el buque insignia de Prisa abandonó los principios de la Transición desde hace mucho tiempo, probablemente desde que entrara en su consejo de administración el periodista y escritor Miguel Barroso, exsecretario de Comunicación durante el gobierno de Rodríguez Zapatero, amigo personal de este, esposo de Carme Chacón y consejero de Prisa desde 2021, hasta su fallecimiento, por infarto, el pasado mes de enero. A Miguel Barroso, hombre de indiscutible talento, se le puede considerar un topo del PSOE, más bien del sanchismo, o del zapaterismo, en el grupo editorial propiedad del enigmático empresario armenio Josep Oughourlian, que ostenta la mayoría del accionariado, el 30 por ciento.

Los fallecimientos de Barroso y de Alierta, presidente de Telefónica, otro de los accionistas de Prisa, aunque hostil al PSOE, dejó al armenio con las manos libres para operar con cierta libertad, pero a Oughourlian, fundamentalmente inversor y hombre de finanzas, lo único que en verdad le importaba, y le importa, de Prisa es sacar provecho de su inversión. Lógico. Entonces, ¿por qué no vende y se larga? That is the question. La respuesta a esa pregunta es mucho más difícil de lo que cabe imaginar.

Su cese fulminante demostraría hasta qué punto El País se ha convertido en el campo de operaciones estratégicas y de influencias del sanchismo

En primer lugar, por el “extraño comportamiento” del mayor accionista del grupo, a quien, aun importándole, como dije, un bledo la política española, no tiene más remedio que resistir numantinamente los bandazos y politiqueos de nuestro país; en segundo lugar, porque Prisa arrastra una deuda de más de novecientos millones de euros y se halla, en la práctica, en quiebra técnica; y en tercer lugar porque las lenguas de doble filo aseguran que, tras el porcentaje accionarial del 30 por ciento, se encuentran otros inversores anónimos que estarían interesados en mantener a toda costa los riesgos de arrastrar tan descomunal deuda por razones estrictamente políticas. ¿Está entre ellos la Moncloa, o un testaferro?

De todo lo anterior cabe deducir que Prisa, sus medios periodísticos, El País y la SER, se ha convertido en la clave estratégica del poder mediático del sanchismo, a raíz del legado de Barroso, que se mantiene por pura inercia; de la existencia de testaferros encubiertos en el accionariado del grupo; y, sobre todo, del patriarcado económico que Moncloa ejerce sobre los citados periódico y cadena de radio generalistas sin el que tales medios no podrían sobrevivir. Algunos analistas han llegado a asegurar que el actual gobierno de coalición depende del ejercicio mediático y propagandístico a su favor que ejercen los dos medios, y que estos dependen de los favores y apoyo del gobierno, en su acepción más purista del sanchismo. Es decir, si cayera uno, caería el otro.

La filtración de que, antes del 23J, el presidente del PP, Núñez Feijoo, tuviera contactos con ejecutivos de Prisa, ante las encuestas favorables que apuntaban un cambio de gobierno, demostraría hasta qué punto el accionariado de la empresa estaría predispuesto a buscar alternativas a su alarmante situación económica. La deuda de 930 millones de euros deberá renegociarse el próximo año.

En este estado de cosas, Juan Luis Cebrián, uno de los mejores periodistas españoles del último medio siglo, creador y fundador de El País y presidente de honor de Prisa, encarnaría la línea crítica ante la deriva anticonstitucional del actual gobierno. Al menos en dos ocasiones en los últimos meses, Cebrián publicó en su periódico sendos artículos especialmente críticos contra el gobierno. Su cese fulminante, sin explicaciones, demostraría hasta qué punto El País, representación genuina de la Transición política en España, se ha convertido en el campo de operaciones estratégicas y de influencias del sanchismo.

Dejar de ser lo que fue El País, en los tiempos que corren, es un acto de traición a la conciencia democrática de la nación española

Todo lo cual obliga a pensar que la insostenible situación económica del medio y la inestabilidad política de la nación justificarían la apertura de un periodo, no exento de incertidumbre, de expectativas hasta conocer los resultados de las próximas elecciones, especialmente las europeas. A tenor de esos resultados, en varios medios digitales se especula con la posibilidad de un adelanto electoral para antes de que termine el año.

Así pues, el cese de Juan Luis Cebrián es todo un símbolo del empeño de Pedro Sánchez de colonizar las instituciones o empresas, públicas o privadas, para perpetuarse en el poder. La demolición del Estado de derecho sigue, lenta e inexorablemente. Subvertir el actual sistema democrático de la nación española e instaurar un “nuevo régimen”, solo instalado en la cabeza de Pedro Sánchez, ha dejado de ser una paranoia conspiranoica. Es una realidad. Así lo creía Cebrián. Y por eso lo han cesado.

El tiempo de esa demolición ha llegado a la prensa. Nuevas teorías y evidencias dejarían entrever que en el ánimo de Sánchez, de mantenerse en el poder, está el hacerse con presencias accionariales de pequeña monta en empresas que controlan emisoras digitales. De esa manera, continuaría con su, desde ahora, intento de colonizar, al máximo que pueda, la libertad de prensa. El proceso suma y sigue.

Manuel Mira Candel

Periodista en medios nacionales e internacionales; presidente de la Asociación de la Prensa de Alicante; Premio Azorín de Novela en 2004 con "El secreto de Orcelis" y autor, desde entonces, de más de doce libros, entre ellos las también novelas: “Ella era Islandia”, “Madre Tierra”, “El Apeadero”, “El Olivo que no ardió en Salónica”, “Esperando a Sarah Miles en la playa de Inch”, “Las zapatillas vietnamitas” y "Giordano y la Reina".

2 Comments

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Responder a Sánchez, a la caza del Ibex 35 – Hoja del Lunes Cancel reply

  • Querido Manolo: A Pedro Sánchez no le van a leer tu artículo. Ni a Bolaños. En Moncloa sólo leen ‘El País’, vendido al sanchismo, y sólo escuchan la SER, comprada por el sanchismo. Me gustaría saber lo que ingresa Prisa por publicidad oficial. Te ha salido otro artículo ‘cumbre’, de los de salir por la puerta grande de Las Ventas, quiero decir de la libertad de expresión. Un fuerte abrazo.