Homenaje a Emilio Feliu García.
Conocí a Emilio Feliu a principios de los 90 en unas jornadas de creatividad organizadas por la Universidad de Alicante en las que intervino. Desde un principio me di cuenta de que era una persona con una más que notable capacidad de escucha y sensibilidad para empatizar: un verdadero experto y casi podría decirse un enamorado de la comunicación en todas y cada una de sus muy diversas facetas. Enseguida supe que, además de profesor universitario en la Universidad de Alicante, era un riguroso investigador de la comunicación publicitaria. Alguien con quien valía y mucho la pena tratar de colaborar en algún proyecto docente e investigador.
Feliu falleció el pasado 18 de julio dejando un importante legado académico y humano que permanece vigente desde hace 3 generaciones de publicitarios, filólogos, sociólogos, semiólogos y comunicadores de distintas áreas, tanto del ámbito profesional como de la investigación académica y de ambos.
Feliu ha sido en España uno de los grandes divulgadores académicos de la publicidad y, en concreto, uno de los más relevantes autores en la investigación de temas relacionados con el lenguaje publicitario, su trascendencia social y su constante evolución. A partir de sus innovadoras aportaciones en la materia como Los lenguajes de la publicidad (tesis doctoral publicada en 1982), Publicidad y connotación: el mensaje de inferencia (1983), La negación (meta)discursiva de la publicidad (1996), La publicidad social (2004), entre otros; el fenómeno publicitario se estudia y se entiende como un conglomerado muy complejo y en constante evolución, que va mucho más lejos de una mera visión comercial, o incluso de su percepción en el ámbito corporativo. Desde los años 80 y la creación de la Universidad de Alicante, antes CEU, y en colaboración con algunos profesores de entonces, Feliu aborda la creación de la licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas y un ambicioso plan de estudios conforme a la realidad social imperante en aquellos años.

Como investigador sistemático de la Publicidad Social, Feliu aporta a la visión tradicional una mirada divulgadora, renovadora y mucho más pluridisciplinar que la percepción convencional vigente hasta entonces. Puede decirse que nuestro querido maestro y compañero oxigenó los conocimientos en la materia desde una perspectiva sistemática, holística y vanguardista del fenómeno publicitario en toda su dimensión.
Como consumado maestro de la retórica, Emilio tenía esa escasa virtud de quienes sobresalen en el arte de expresar toda su sabiduría en pocas palabras, dominando también los silencios verbales que hacen comprender lo que una persona quiere transmitir a su interlocutor, cuando la reserva es más recomendable que el uso de la palabra.
Todos sus alumnos entre los que me incluyo, algunos ahora profesores consolidados y en su caso profesionales reconocidos de distintas áreas de la comunicación, hemos bebido de sus fuentes y asimilado innumerables conocimientos que interesa transmitir a nuestras promociones de jóvenes publicitarios.
Gracias a Feliu, las nuevas generaciones de estudiantes universitarios contemplan y entienden la publicidad desde un prisma mucho más amplio, renovador y, sin duda, mucho más enriquecedor y realista que en el pasado.

Si en su haber académico es indudable el legado imborrable que ha dejado el profesor Feliu y el camino a seguir por los estudiosos del lenguaje de la publicidad, en su haber personal merece aquí hoy, al menos una mención. Maestro de la comunicación, excelente profesor, mentor generoso, asesor y noble amigo personal de muchos profesores y profesoras. Por añadidura, cabría también mencionar a la persona cordial y afable con una enorme y poco común capacidad de persuadir… “o convencer, que es distinto y disuadir en su caso”, como diría el maestro.
Tuve la fortuna de compartir muchas cosas y mucho tiempo con él, escuchando y aprendiendo tanto dentro como fuera de las aulas. Especialmente durante los 9 años que compartimos la asignatura Lenguaje Publicitario en la Universidad de Alicante, como director de mi suficiencia investigadora o como presidente del Tribunal de mi tesis doctoral en 2014.
Solo añadir que hoy me resulta difícil escribir estas líneas de admiración y enorme respeto hacia el profesor, sin caer en la tentación del halago excesivo, pero con la certeza de que serán muchas las personas de su círculo quienes compartan bastantes o algunas de estas reflexiones. Sirva este modesto homenaje a una persona sagaz, humanista y muy generosa, que tanto ha aportado a tantos de nosotros. No te olvidaremos, maestro.
Visitor Rating: 5 Stars
Visitor Rating: 5 Stars
Visitor Rating: 5 Stars
Visitor Rating: 5 Stars