Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Sin recortes

Visiones del Mediterráneo: la tolerancia como punto de partida

Fachada de Casa Mediterráneo en Alicante. Fotografía de Zarateman (Fuente: Wikimedia).

Hace ya un tiempo dediqué un estudio a una publicación ensayística poco conocida del escritor mallorquín Baltasar Porcel: Mediterrània. Onatges tumultuosos (2003). El autor dejaba bien claro su punto de partida desde el prólogo: “pretenc conceptuar la Mediterrània com a unitat, tot i que la seva naturalesa es trobi gloriosament constituïda per la pluralitat”. Concebir el espacio físico donde nos encontramos como una suma de horizontes infinito no impedía al autor ofrecer una visión extensa de las diferentes civilizaciones que la han poblado y su importancia en la evolución de la especie humana. Me interesó, sin ninguna duda, la facilidad de Porcel por comunicar una visión múltiple del concepto Mediterráneo, en sintonía con otras tesis de historiadores como Fernand Braudel en El Mediterráneo (1987), que nos pueden servir para entender mejor el desarrollo de la dialéctica unidad-diversidad en un momento de crisis como el actual, donde una guerra absurda se concreta en las cercanías de este espacio.

Por este motivo, que el Gobierno de nuestro país constituyera en nuestra ciudad Casa Mediterráneo el año 2009, no deja de ser una apuesta firme y decidida por el carácter mediterráneo de nuestra tierra. No entraré a valorar la falta de apoyo, denunciado en diversos momentos desde su creación, de algunas entidades públicas que forman parte del consorcio. No es el objetivo de este artículo. Me quedo con los valores que llevaron a su creación; así, somos un claro ejemplo del mestizaje, de la diversidad dentro de la tendencia del mundo actual a globalizar nuestra cultura. Hay que felicitar, por tanto, la gestión de todas las direcciones que ha tenido este centro dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores para fomentar la realización de proyectos y actividades que refuercen el conocimiento entre los países ribereños. El trabajo del actual director, Andrés Perelló, es un buen ejemplo de ello. Sin ir más lejos, hace una semana pudimos escuchar una charla sobre la materia de José Manuel Albares, ministro actual de Asuntos Exteriores, con una oratoria perfecta, pero con falta de contenidos que hubieran satisfecho las expectativas de quienes nos encontrábamos allí. Con todo, resaltaré un mensaje de su discurso: “Hay dos maneras de entender la Europa actual: desde la paz y el progreso que representan las democracias de la Unión Europea o desde el totalitarismo excluyente de Putin”.

Si el espíritu Mediterráneo tiene algún elemento que lo caracteriza, es la tolerancia y el ejemplo democrático que se plantearon desde sus primeras civilizaciones. Hemos sido origen de luchas fratricidas, de persecuciones raciales, religiosas y políticas; con el tiempo, deberíamos haber aprendido y haber sabido exportar los valores de la diversidad que nos caracteriza. Los que me conocéis sabéis que tengo tendencia al optimismo y al sentido utópico de la mejora de la sociedad. No debemos tener miedo por denunciar las injusticias y la falta de equidad. Tenemos que desterrar el ataque al otro, al que es diferente. Todo ello pasa por la defensa de la tolerancia, por la asunción de la crítica como un valor positivo para la mejora de nuestra sociedad.

Me temo que la importancia de estos valores no hemos sabido transmitirla, no hemos conseguido impregnar nuestro entorno de la esencia Mediterránea. No sirve de consuelo culpar a los medios de comunicación, a los docentes o formadores de nuestros jóvenes; todo lo contrario, es nuestra obligación, como integrantes de un espacio tan singular como el de nuestro mar, tender los puentes necesarios y fomentar el diálogo y la comprensión, al tiempo que desterramos cualquier actuación tiránica o despótica, para que todas y todos entendamos las palabras de Baltasar Porcel: “la Mediterrània és una massa i una història globals, sens dubte, però és igualment una vivència líricament il·luminada”. Una apuesta decidida por el entendimiento y la tolerancia por la diversidad. Un talante Mediterráneo que habría que recordar a alguno de nuestros gobernantes.

Carles Cortés

Catedrático de universidad y escritor.

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