El Hércules volvió a ganar en el Rico Pérez ante su afición y lo hizo frente a uno de los modestos del grupo, el Atco. Pulpileño. El conjunto almeriense salió al escenario sin ningún complejo, pero fue de más a menos. La presión alta dejó paso a cerrar más sus líneas a medida que pasaba el encuentro. A eso se le suma su poca pegada en ataque, baste decir que quizá la más clara de gol la hicieron a cuatro minutos para el final, con los de casa ya bien relajados. El internacional guineano Bikoro se reencontró con él mismo y volvió a ser el gran Bikoro de antes de marcharse a la Copa de África. Abrió la lata mediada la primera parte y después todo fue llegando solo. Como pasó frente al Alzira, otro de esos partidos que poco a poco ves como controlas, como dominas y al final, terminas ganando.
Hércules 3 – Atco. Pulpileño 0

En la jornada veintitrés del Grupo V de la Segunda RFEF giró visita a Alicante el equipo representativo de la localidad almeriense de Pulpí. Equipo de los de la parte baja de la tabla, pero con fama de incómodos a domicilio. Los acompañó un grupo de alrededor de cincuenta aficionados. Afrontó Mora el partido con las bajas de Acuña, más Nico y Chuli que al final no estaban al cien por cien. Sí entró en la convocatoria ya reestablecido Raúl González. El Hércules había logrado tan solo cinco puntos de los últimos quince disputados y la victoria era primordial. El colegiado que tocó en suerte, el catalán Carrero Romera, de veintiocho años, su tercera temporada en este nivel arbitral. Bien en líneas generales, pero en la primera parte se tragó un penalti, y ya van unos cuantos; al final se ganó y la cosa quedó en el olvido o hizo menos daño, pero el tema de los penaltis no pitados había sido la cantinela de la semana. Una de las razones por las que todo salió bien o al menos ajustado a lógica fue que Sergio Mora olvidó el experimento fallido de Socuéllamos, no amontonó tanta gente en el centro del campo y volvió a su planteamiento de cuatro en defensa con dos pivotes, dos más en las alas y un enganche por detrás del delantero centro. El sacrificado fue Borja Díaz que sí tuvo minutos en la segunda parte.

El partido fue incluso aburrido y tostón en su primera media hora, solamente Bikoro había avisado en una gran acción que decidió culminar en vez de ceder a Aketxe, y minutos después, un córner botado por Pedro no tuvo una buena ejecución por parte de Carlos David. Y entonces el penalti, en el pico derecho del área Pedro caracolea y le derriban, el árbitro duda y los jugadores siguen con la acción, nos quedará la duda de si el colegiado quiso interpretar cierta ley de la ventaja, de la que no obtuvimos ninguna ventaja y salimos perdiendo. Y al borde del final del primer acto el gran gol de Bikoro, al estilo del día frente al Murcia. Borja Galán por la izquierda se entiende bien con él, y el internacional con el cañón que tiene en el pie, da un zapatazo que se cuela entre el palo y el larguero de Héctor Pizana, gol de rabia además con ángulo y cabida inimaginable. Uno a cero.

Le hicieron falta a Pedro y ahí le lesionaron, a la postre en los primeros minutos de la segunda parte se marchó lesionado con un fuerte golpe en el tobillo, la falta la botó Aketxe y parada espectacular. Todos nos fuimos al descanso al menos con buen sabor de boca.
Para empezar el técnico visitante Sebas López, llevó a cabo tres cambios, pero ni asustó a nadie ni fueron efectivos. Definitivamente el Hércules se hizo con el partido, y su dominio fue creciendo a la par que mermaba el del Pulpileño, que no llegaba a la meta de Adri y desarrollaba un juego más parejo a si estuvieran empatados. Se marchó Pedro con su lesión, el Hércules necesitaba cerrar el partido por tranquilidad pese a que el rival no atosigaba. Entonces en el sesenta y cinco, Raúl González, recibe del bilbaíno Aketxe que le envió un balón desde la derecha, encara y sólo tiene que empujar, el compañero muy generoso prácticamente le había fabricado la jugada, con su enemigo ya vendido. A partir de ahí Mora podría haber optado por cerrar al equipo, quizá hubiese sido suficiente, pero los de Almería estaban desarbolados y como sin querer la cosa llegó el tercero. Raúl Ruiz ayer muy entonado, por la derecha toma toda una autopista, llega hasta mitad del área y fusila al meta Pizana. Aprovechó Mora la bonanza del resultado para hacer hasta cinco cambios, dosificar al equipo y que jugaran algunos de los que menos minutos tienen. Y así hasta el final, el rival estaba deseando escuchar el pitido. Sin embargo, cosas del fútbol a cuatro para la conclusión esa jugada en la que un atacante lanzó un gran tiro con la zurda y Adri López casi inédito todo el partido en acciones de mérito se lució con gran intervención mandando el balón a córner. El Pulpileño fue otro fiel reflejo de esos tantos equipos que se hacen fuertes en su feudo a veces de pequeñas dimensiones, a veces de césped artificial, pero que cuando viajan fuera de casa frente a equipos punteros sacan a relucir carencias y muestran de qué adolecen, en este caso de efectividad en la parte de arriba, sobre todo.
Sala de prensa
El técnico del Pulpileño, Sebas López, compareció resignado y honradamente dijo que el Hércules había sido superior a ellos. Tuvo elogios para el rival al que definió como “equipo que hace un fútbol combinado y le gusta mucho el trato del balón”; después también apuntó ser el conjunto de los de la parte alta que a él más le ha gustado. Campo difícil y reconocimiento de fallos y nervios por parte de los suyos.

Sergio Mora reconoció por su parte que hacia falta ganar un partido en casa y levantar la moral después de lo de Socuéllamos. Dijo que siempre es ambicioso, y que era el día de proponer y crear. Igualmente admitió que la presión es terrible, antes de empezar ya se sabía uno de los resultados de los de arriba y esto hace que haya que manejar los tiempos y la situación. Asume que al final todo será cosa de cuatro rivales. Intercity-Hércules-La Nucía y Murcia. Y que el más regular y menos fallos cometa será el campeón de grupo.
Finalmente, aunque elogió a toda la plantilla, la prensa le sacó sus ensalzamientos para Bikoro, que ya parece volver por donde solía.

Venció el Hércules, falló el Murcia, que no pasó del empate en casa frente al Socuéllamos, falló doblemente La Nucía que perdió en casa contra el Ejido, inesperado, pero quien no falla es el Intercity, ni fuera ni dentro. Es verdad que no hace grandes goleadas, pero por la mínima o por escaso margen salda sus encuentros con victorias. Y eso son tres puntos sumados a otros tres, semana tras semana.
El próximo sábado a las cuatro de la tarde en la Ciudad Deportiva del Levante, el Hércules se las verá contra el filial de los de Primera División. Por cierto, que ayer domingo le hicieron un roto al Eldense, de donde también se llevaron la victoria de la vecina localidad.

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