Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Tapiados

Fotografía de T. Gil.

No descubro nada si abordo el tema de la falta de viviendas. Algún colega de mis tiempos laborales me comenta que si siguieran existiendo las cajas de ahorros —que tantas viviendas sociales construyeron— el problema sería menor. Quizás, pero hemos de mirar el panorama desde la rabiosa actualidad. Ya he comentado aquí alguna vez la existencia de numerosos solares en nuestra ciudad abandonados a su suerte, la mayor parte sin preocupación aparente de sus propietarios, lo cual aboca a que permanezcan mal vallados, algunos con basura, matorrales y, en ocasiones, en vías de gran tráfico humano y rodado ofreciendo una panorámica poco positiva de la ciudad de Alicante.

Pero a más de solares —a los que cabría una actuación por parte del Ayuntamiento más dinámica— podemos añadir las edificaciones abandonadas, algunas de ellas con lo que fueron sus puertas y ventanas tapiadas para evitar a los okupas. Sólo en una mañana me he encontrado con cuatro casas, cuyas fotografías incluyo en este comentario. Están en la plaza de Les Palmeretes, en la calle València y en Capitán Segarra. Desconozco si sus dueños están esperando mejores oportunidades para su venta, o si es que existen problemas hereditarios, o es que han fallecido sin descendientes, o… Quizás estén al día en el pago del IBI, o  los contratos de la luz y el agua hayan sido anulados, o… Lo cierto es que tampoco este ¿presunto? abandono aporte una visión positiva de lo que somos como sociedad y de cómo nos administramos.

Pero aún hay más: muy cerquita de donde nuestros ediles dicen que gobiernan la ciudad, dos fachadas ilustran la dejadez de los titulares de dos propiedades, de las cuales también incluyo fotografías tomadas hace unas semanas, pero que serían idénticas si las hubiera tomado hace un año, o quizás dos… Parece que para estos edificios no ha pasado el tiempo. Están en la calle Rafael Altamira, uno frente a otro, mirándose a la cara.

Fotografía de T. Gil.

Sus fachadas continúan imperturbables pese al paso del tiempo sin que, al parecer, ni funcionarios del área de Urbanismo, ni su titular, hayan propiciado un avance que favorezca su utilidad. Parece como si las casas de arriba tienen sus ojos y sus oídos tapiados para la gestión.

Toni Gil

Periodista.

1 Comment

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  • hola, el de la calle Altamira supuso la desaparición de la mejor panadería con horno de leña de la ciudad, sus inquilinos fueron desalojados ante la inminencia de su derribo o reforma para la sede del colegio de aparejadores, valga la paradoja. Ahi está con su manta de retraso y su insulto a la ciudadanía. Un abrazo Toni.