Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Entrevistas

Soledad Rodríguez: «No hay límites en lo que podemos enseñar, ni el cielo es el techo»

La entrenadora de boccia, Soledad Rodríguez, con la campeona olímpica Desi Segarra (Fuente: Apda).

Esta entrenadora de boccia, un deporte todavía muy desconocido, es la preparadora de la deportista paralímpica campeona nacional y del mundo Desi Segarra, emblema del Club Empleo Aspe y a la que ya entrevistamos también en Hoja del Lunes.

Nacida en Argentina, concretamente en el Mar de Plata donde dio sus primeros pasos en la boccia, Soledad Rodríguez formó parte del equipo técnico de la selección de su país con deportistas de categoría bc3 (utilizan la canaleta para dar mayor afectación motriz). Maestra en Educación Física y acompañante terapéutica, esta joven reside desde hace unos años en Alicante y combina su trabajo en un centro comercial con los entrenamientos como preparadora de la campeona Desi Segarra.

Empezamos la partida.

Sole.— Estudiaba profesorado y durante unas prácticas en las escuelas, celebrando el día de la primavera en un patio, había una nena en silla de ruedas a la que no invitaron a intervenir en toda la jornada, incluso a pesar de que se le veía una persona funcional que usaba los brazos y el tronco. Me llamó mucho la atención y al finalizar las prácticas, presenté el informe que debía presentar titulándolo «El perchero del patio» y describí toda esa situación que a mí me había asombrado tanto. Me preguntaba qué estaba aprendiendo esa niña en el área de educación física, y la respuesta era nada. Yo ya tenía claro que nuestro rol de docente es impartir la enseñanza a todos por igual, tardemos más o menos o lo hagamos de forma diferente.

Al año siguiente cursábamos la materia de discapacidad. En el gimnasio al que acudía, el entrenador hacía las rutinas, el seguimiento, charraba conmigo, me cuidó en definitiva —algo muy común en Argentina—. Se trataba de Cristian Rosado, coach de la selección argentina de boccia. Cristian trataba de captar asistentes bc3 y fui a las prácticas de boccia y me encantó, me fascinó. ¿Cómo podía ser que justo a las personas más afectadas, a las que crees que no puedes enseñarles nada, les podamos ofrecer un mundo entero? Ahí está lo rico. Podemos enseñar todo, no hay límites, no hay techo, ni el cielo es el techo.

Era 2010, empecé a entrenar con un chico hasta que a los dos años me cambiaron a otro deportista que quería ascender a nivel de selección. Con Juli, que era su nombre, y los demás chicos continué, siempre en bc3. Es mi pasión y ahí sigo y no dejaré la boccia nunca.

Sole.— Entrené a un chico en handcycle, recostado en bicicleta con las manos, durante un tiempo y también he impartido natación adaptada como salud.

Sole.— Sí, mi trayectoria con Juli terminaba pero quería seguir y, animada por la gente que me rodeaba, decidí hacer el curso de árbitro y, al venir a España, Adrián Antuna, jefe de la selección argentina, me puso en contacto con Beatriz Castedo, árbitro internacional de la Comunidad Valenciana; hablé con ella y me recibió con los brazos abiertos y empecé a arbitrar, pero nunca hablé de mí; yo era “Sole, árbitro argentina”. Por entonces surgió el curso de monitor de boccia que organizaba Fesa y la Universidad de Valencia con Miguel Ángel López, entrenador en el Club Amics de la boccia, y me apunté. Hice las prácticas en ese club porque lo veía muy armado.

Unos días antes del campeonato nacional, recibí una llamada de Miguel Ángel para que les acompañara de asistente de un
deportista. Yo le decía que era una locura, que no tenía el vínculo con el deportista que es tan necesario en bc3. Al final acudí a ese nacional, que se celebró en Valencia, y cuando los árbitros me veían en la cámara de llamadas, se sorprendieron al descubrir mi faceta de entrenadora.

En eso, Raúl González (Champi), me comenta que tiene una deportista bc1 que necesita una entrenadora, que lo ideal es que fuese una mujer. Plantée que pudiéramos cuadrarlo para cumplir con las horas de prácticas que me quedaban y lo vi como un gran desafío al tratarse de una bc1 y como un desafío a seguir aprendiendo, así que acepté y empecé con Desi.

Soledad Rodríguez junto a Desi Segarra (APDA).

Sole.— ¡Una locura! No entendía cómo una atleta de la selección que tenía tres entrenadores me buscase a mí. ¿Qué estaba pasando? Era una propuesta muy linda y, a la vez, un seleccionado es una responsabilidad enorme. Era demasiado lindo para ser verdad.

Sole.— Este diciembre de 2025 haremos dos años.

Sole.— La primera impresión que tuve fue que Desi era un desafío muy hermoso. Yo tenía algunas nociones de entrenamiento con el pie —que es como lanza ella—, por Mauricio, un deportista que tuve en Argentina. Me emocionaba comenzar en una categoría nueva, conocer a una nueva jugadora y, a la vez, era un orgullo representar a España, de donde es mi abuela y donde tengo mi vida y mi corazón, aunque me sienta también muy argentina.

Sole.— Para evaluarla, al principio la dejé trabajar sola. Soy muy de observar desde fuera. Vi a una Desi muy ansiosa y teníamos una desorganización de base, por lo que había que empezar de cero aun sabiendo que ella ya llevaba tiempo, pero había que reforzar desde abajo para, a partir de ahí, crecer a nuestro propio ritmo. Ese fue el enfoque.

Sole.— Sí, dependiendo siempre del deportista, claro. Con Desi, vi que sí se podía. Su gran desafío es el control de la fuerza y soy partidaria de tener dos bolas de la misma dureza que la blanca y cuatro intermedias. De hecho, fuimos probando con flexibilidad hasta llegar a esta decisión. Esa responsabilidad era además otro aspecto que ella debía asumir para decidir cuál utilizar.

Sole.— En responsabilidad, en implicación y en poner la bola bien no hay diferencia. La gran ventaja en bc1 es poder ver la partida y entre ambas categorías cambia el volumen del entrenamiento y la velocidad en los lanzamientos. El control de la fuerza también es distinto porque es más difícil que con rampa; el dominio de los nervios sí es similar. Por otro lado, Bc1 es
mucho más fluido. En el caso de Desi, el recorrido de la bola es similar al que hace cuando sale de la rampa, ya que ella lanza con el pie, no hay aéreos, no hay impacto contra el suelo y, en este sentido, es diferente del deportista bc1 que juega con la
mano.

Desi Segarra y Soledad Rodríguez (APDA).

Sole.— Para mí no, al contrario, es una ventaja. Lo único es que no tiene juego aéreo, pero muy pocos bc1 tienen precisión en el juego aéreo. Que la bola no bote le da mucho más control.

Sole.— Eso es algo que debería decir Desi (se ríe). Soy una apasionada por el deporte, muy respetuosa, empática, trato de no entrar en lugares que no me corresponden, me centro en el objetivo y lo transfiero al atleta; le hago ver que hay una responsabilidad y un desafío e intento dejar en el atleta unas herramientas que pueda utilizar no sólo en el deporte, sino también en su vida diaria. El deporte es un puente en la vida, la vida está por fuera del puente, y si los técnicos nos enfocamos sólo en lo técnico cuando termina ese tiempo queda un vacío y eso hay que evitarlo. Tiene que ser un lindo recorrido, comunicar al deportista lo que vale y es lo que demuestra. ¡Ah! Y tengo mucho carácter…

Sole.— A mí me encanta la iniciación deportiva también, pero me ha tocado el recorrido de alto rendimiento y me siento cómoda ahí. En la base hay que divertirse y hacer cosas locas que luego no puedes hacer.

Sole.— Pienso igual. Yo fui jugadora de básquet y ahí aprendí y luego, en mi formación académica, también lo aprendí. La empatía es necesaria, saber qué está sintiendo el jugador y respetar y no hacer lo que a mí no me gustaría que me dijesen o me hiciesen, malos tontos, malos gestos… Es importante transmitir confianza al deportista y creer en él. Que confíe en el trabajo realizado. Fomentar su valía, que si sigues así, saldrá todo bien. Animar. Dar seguridad, no somos máquinas, pero también con realismo, no puede salir todo bien, de seis bolas, se fallan dos. Y bienvenido sea el error para ajustar después.
No conviene despersonalizar. “Hay que hacerlo así como te digo”, eso no es.

Sole.—  No, al cien por cien no, porque ellos necesitan también firmeza; te buscan el límite y la contención. Ha de sentirse contenida pero también apoyada para seguir adelante. El técnico ha de tener una distancia operativa junto a una comprensión hacia el deportista.

Sole.— Claro, ese trabajo invisible complica esa línea. Hay que acompañar, aseo, comida, baño, levantar, acostar; manejar toda su tensión y su ánimo y no sólo hacer de técnico en el campo y marcharse a casa. Dejar los espacios a cada persona (tanto para el deportista como para el entrenador) es necesario. Empatía, sí, pero sin mezclarse con asistencialismo completo. Te entiendo pero no te justifico en todo; hay que valorar cada situación como tal.

Sole.— Ante todo la cultura es distinta. Y la estructura también. Acá tenemos una linda estructura y en Argentina sobrevivimos ante los numerosos obstáculos que aparecen. Y aún así, consiguieron medalla de plata. Pasión y empuje definen a Argentina y acá tenemos muchos más detalles y acompañamiento al deportista. Así que a mí no me desenfocan los problemas.

Sole.— Echo de menos compartir el mate cuando salgo al campo o hablar sin pensar, aunque en el equipo de la selección y del arbitraje ya son como familia y me hacen sentir en casa cada día más.

Sole.— A mí no me pesa, sigo siendo Sole y me enorgullece. En Desi sí lo noté porque lo llevaba como un pesar y ahora va entendiendo que es un orgullo, un reconocimiento y ha de disfrutar de ese camino. Hay que dar a entender a los demás que también fallamos, que somos humanos y que pueda ser una motivación personal de superación. Todos somos iguales. Me encanta entrenar con los demás en equipo porque somos club todos y tenemos una oportunidad de representar a un país y es muy lindo; quieres mostrarte lo más perfecto posible pero no somos máquinas, sino personas en un proceso deportivo. Todos los días cambiamos, no podemos estar siempre igual e intento minimizar esa etiqueta o mirarla de otro modo.

Sole.— Ahora hay un plantel de chicos muy jóvenes que van aprendiendo; sin embargo, en mi país están los chicos de toda la vida que saben más por experiencia, por proceso, por paciencia y por su trayectoria deportiva. En Argentina somos muy de procesos, esperamos los tiempos y sabemos cuándo viene la subida, cuándo llega la meseta y cuándo la bajada. Acá se entrena más en individual y has de unirlos para trabajar y eso complica, pero se sigue trabajando en ese relevo generacional.

Desi Segarra y Soledad Rodríguez.
Fuente: Apda.

Sole.—  Estamos en el camino. Nos juntamos en el CAR en las mismas fechas, se trabaja en la selección en conjunto y eso ayuda a puntualizar los detalles y programar mejor los contenidos. Seguir trabajando juntos y no ser islas. Soy muy positiva en eso.

Asociación de palabras

Soledad Rodríguez prepara la bola para Desi Segarra (APDA).

Sole.— Ay, las dos. Creo que un atleta ha de tener las dos porque necesitan al compañero para jugar y tener esa comunicación y relajación y disfrute con otro. Individual a solas se carga con mucha mochila pesada y en el equipo se puede descargar, compartir, sentir que otro pasa por lo mismo que uno…

Sole.— Lo que yo sí haría es que, en la categoría bc3 (con canaleta) se separase a los paralíticos cerebrales de los físicos para revalorizar el rol de los pc. La boccia nació para la parálisis cerebral y hoy en día vemos las rondas finales de los campeonatos siendo la mayoría físicos. Nosotros debemos ser quienes revaloricemos con ese cambio de regla. De hecho, en parejas ya no es necesario que juegue un pc y antes sí lo era y eso mantenía ese espíritu. ¿Dónde queda la parálisis cerebral más baja? Lógicamente las selecciones van a buscar rendimiento y estoy segura que ese cambio cuestionaría mucho y se notan diferencias en la evolución y el aprendizaje entre una patología y la otra. El cambio en el tiempo de lanzamiento me parece bien porque el deportista necesita un punch de agilizar un poquito.

Sole.— En los inicios sí puede ser pero en bc1 tienen suficiente tiempo de sobra.

Sole.— A nivel nacional hay un gran nivel y se actúa sabiendo que el deporte es para los chicos. En España hay un reconocimiento bueno, si bien, en general, estaría bien darles más difusión tanto al colectivo como a nivel personal; no salen en las redes sociales como los deportistas, no se les menciona del mismo modo. Y todos ellos son un libro de información enorme.

Sole.— Acá no sé lo que son los clinics. En Argentina es muy común hablar con los compañeros del equipo, qué piensan, cómo lo ven, qué hacemos, y eso es genial pero de momento no he tenido esa ocasión acá salvo en el básquet. Lo ideal es compartir
desde la verdad, no quedarnos en mostrar lo que uno hace; compartir desde la humildad y no desde el ego.

Sole.— Creo que habría que empezar por hacer entender a los atletas lo que es la competición y lo que conlleva; hay un gran vacío en eso. Muchas veces van de paseo por la liga, no leen el reglamento, hay falta de implicación que parte desde nosotros
los técnicos y desde todos los lados. Nos dan la oportunidad de jugar al menos una vez al mes y eso tiene un valor; el deportista tiene que entrenar bien para eso. Los clubs han de implicarse también en eso y verlo igual para fomentar la motivación. La
estructura puede mejorarse a partir de ahí y desde abajo debemos empujar para bien y así ampliar.

Sole.— Acá se me reconoció mi formación como técnico superior en animación socio cultural y deportiva y comencé a trabajar en el programa HospiEsport de la Federación de deportes adaptados de la comunidad valenciana (FESA) en el marco de los deportes de sala y es una experiencia muy gratificante. La boccia es enriquecedora en todos los aspectos de la persona. Todo es una caja de herramientas para usar en la vida diaria. Cada situación de boccia es una superación constante, un trabajo duro y específico y cada acción parte del deportista hacia el juego. Todo lo que se pone en práctica (control de nervios, felicidad, miedo, resultado, etc) hay que afrontarlo y aplicarlo en la vida diaria más allá del propio juego.

Sole.— Que se acerque, que pregunte, que si le genera incomodidad o desvía la mirada que venga, que lo conozca que es un mundo diferente y como persona le va a enriquecer un montón y a abrir una ventanica como en el ordenador de un mundo
distinto y de un montón de cosas que no se imaginan y verán un deporte riquísimo que te hace sacar muchas sensaciones.

Sole.— Agradecer a quienes confiaron en mí; desde el equipo técnico de la Federación Nacional, a Champi, a Juan, a Desi y a su familia. Y a mi jefa que me permite ir a las competiciones y a mi marido que es mi familia. Muchas gracias.

Asociación pro personas con discapacidad de Aspe

La Asociación Pro- Personas con Discapacidad de Aspe es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 1975 por familiares de personas con discapacidad de Aspe por la ausencia del servicio de atención social en la población.
APDA tiene como finalidad aumentar la calidad de vida de las personas con discapacidad y de su entorno que, por diferentes circunstancias, tienen dificultades para desarrollar una vida normalizada con la misma igualdad de oportunidades que la mayoría de los miembros de la comunidad.

Esta asociación posee una personalidad jurídica propia y capacidad plena de obrar para administrar y disponer de sus bienes y cumplir los fines que se propone.

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