Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Sin formalidad no hay dignidad

Marcha del orgullo Gay del pasado 23 de julio en Alicante. Foto: V. CAMPOAMOR
Marcha del orgullo Gay del pasado 23 de julio en Alicante. Foto: V. CAMPOAMOR
Cierto es que he estado en la tentación de titular este artículo “Sin bragas y a lo loco” pero finalmente rectifiqué, tras meditarlo, pues no quería caer yo también en la mismas miserias que denuncio, o en la frivolidad de la que acuso. Viene esta reflexión al caso en relación con la marcha del orgullo Gay, […]

Cierto es que he estado en la tentación de titular este artículo “Sin bragas y a lo loco” pero finalmente rectifiqué, tras meditarlo, pues no quería caer yo también en la mismas miserias que denuncio, o en la frivolidad de la que acuso. Viene esta reflexión al caso en relación con la marcha del orgullo Gay, que hace unos días recorrió el centro de la capital de Alicante por sus principales arterias.

Aunque yo no me manifestaría nunca por el hecho de ser heterosexual, por el hecho de ser de una determinada nacionalidad, o por el hecho de ser de una determinada raza, vale que este colectivo se manifieste por una reivindicación por la igualdad. 

Momento de la Marcha del Orgullo Gay del pasado 23 de julio en Alicante. Foto: V. CAMPOAMOR

Bien está que no se obvien los derechos de gays, lesbianas y transexuales, pero, ¿qué pintaban en esta ocasión los bisexuales? ¿Y ese matiz tan concreto?  Según tengo entendido, bisexual es aquel que mantiene indistintamente relaciones tanto homosexuales como heterosexuales. Es la primera vez que voy a ser políticamente incorrecto, en este artículo de opinión y poco me importa. Lo que siempre se conoció coloquial y popularmente, como comer carne y pescado, o hacer al hilo y a la lana. ¡Vamos, para entendernos! Qué esta noche me acuesto con un tío, y la semana que viene con una mujer. Y nos quieren hacer ver que es lo más normal del mundo. Ellos son los normales, los que están en los parámetros establecidos y nosotros los anormales, los retrogradaos, los anticuados, porque no comulgamos con ruedas de molino.

Marcha del orgullo Gay del pasado 23 de julio en Alicante. Foto: V. CAMPOAMORSabe Dios que no hablo de oído, ni de referencias. La tarde sabatina del día 23 de julio, me metí de lleno en la manifestación para constatar de primera mano todo lo que digo. Lo que podía haber sido una verdadera reivindicación en toda ley por la diversidad, derivó como suele ser habitual, en un espectáculo, de “pluma loca” imposible de tomar en serio y valorar en su justa medida. Un recorrido más parecido a un desfile de carnaval o retreta, que transcurrió entre lo pintoresco y lo grotesco. Bien entendido que grotesco es todo aquello que produce risa o burla, por buscar lo ridículo, extravagante o absurdo. Aquello que podría haber sido algo serio y formal porque no deja de tener su fundamento y argumentos, pasa a ser, no ya una “Ópera Buffa” sino un desatino y un despropósito que raya lo ordinario, soez y vulgar.

Marcha del orgullo Gay del pasado 23 de julio en Alicante. Foto: V. CAMPOAMORTravestidos casi en cueros en un coche rojo descapotable, hombres vestidos de mujeres con grandes plataformas, y diversidad de especímenes semidesnudos, mostrando pechos, piernas, culos y otros atuendos, por los que seguramente cualquier otro día, en plena calle, algún miembro de la Policía Local les hubiera parado por altercado público o escándalo,  eso suponiendo que esa ley u ordenanza, siga vigente, cosa que actualmente ya la pongo en duda. Como no podía ser de otra forma, dos concejalas del Ayuntamiento de Alicante, portaban la pancarta que encabezaba la marcha y, para no ser menos, el ínclito alcalde Echávarri, se sumó posteriormente a la comitiva. ¡Faltaría más! Si hubiese sido por el derecho de los católicos, a esto o aquello no, pero por este tipo de cosas sí; el primero. Algunos adultos portaban al principio niños, sobre sus hombros. Desconozco que representaba esa simbología, aunque me quedo estupefacto, cuando después, en un telediario, aparece una noticia sobre menores y a los niños se les pone una franja en la cara para preservar…. ¿Para preservar qué?  Cuando después se les hace participes en esta feria.

Allí estuvieron los de la UGT, los Animalistas, Las Lesbianas Gitanas de un pueblo de la Vega Baja, los de este partido, los del otro, Maroto y el de la Moto. Sólo faltó la Cabra de la Legión y los Antitaurinos, que para reclamar cualquier escaparate es bueno.

En definitiva, imposible tomarles en serio en medio de este folklore.

Virtudes Campoamor

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