Desde que me jubilé —profesionalmente, porque padre de familia numerosa es un título para el que no existe jubilación: los hijos crecen, forman sus familias y nosotros pasamos, además de ser padres, a la categoría de abuelos, ¡una estrella más en la hombrera!—, mi amigo Benito me llama el “afilador”. Y es que tengo la sana costumbre de sacar punta a los lápices, a los lápices de grafito, los de siempre. Les saco una punta limpia, larga, afilada, que cuando te mira te dice: «¿Listo para disfrutar escribiendo? Saca tu mejor yo, que le daré la importancia que se merezca». Y si te ven con uno de esos lápices puede que alguien te diga: “ese lápiz te lo ha dado Miguel”.
Así me conocen ahora y entre lápiz y lápiz escribo de vez en cuando y me sorprendo de lo que con un lápiz bien afilado plasmo en el papel. He escrito estos pensamientos que espero que os haga pensar como me lo ha hecho mí:
Vacíos
¿No oyes los gemidos de tu yo más inmaterial?
Clama cuando cruza el desierto de tus vacíos,
esos que albergas en tu interior.
Tus refugios nunca te saciaron
tampoco lo consiguieron los éxitos,
solo te emborracharon.
Tu entorno no sabe de tus vacíos,
no saben que, si los llenases,
irradiarías un magnetismo que los cautivaría a todos ellos.
Y alimentado por el gran motor de la vida,
invadirías sus vidas con la suave espuma de tu mejor yo.
Ellos no lo saben, pero esperan tu sobreabundancia.
Piensa que has de ser al que nunca han de llamar
porque tú siempre estarás ahí.
¿Acaso has pensado que eres lo que hay?
¿Y que no hay mucho más que puedas ser?
No te engañes.
No dejes que el Maligno te haga creer que has llegado,
que apenas queda recorrido.
Tu yo espectacular está esperando que llenes tus vacíos
para mostrar al mundo esa cara oculta
que deslumbrará esperanza e incendiará la mediocridad.
No te olvides. Te están esperando.
Yo sigo afilando lapiceros, porque hay mucho que escribir, mucho que penar y mucho para hablar. Los que tenemos familias grandes nos damos cuenta que cuidar a la familia en todas las etapas de nuestra vida ¡vale la pena!
Miguel Salvador Landmann
Imagen: www.depositphotos.com.
Se me han pasado los días sin poner unas palabras de elogio a este escrito tan hermoso. Más vale tarde que nunca.