¿Qué te has «fumao»?

La idea de sacar el tráfico de la primera línea de costa en el centro de Alicante es un objetivo recurrente de las autoridades municipales desde hace años. Sobre la mesa han estado proyectos como el soterramiento —la mejor opción, sin duda—, aunque también se ha dicho que «no se puede hacer». Increíble. Basta darse un paseo por The Channel (de Dover a Pas de Calais) para ver si se puede o no. Otra cosa es que el coste sea elevadísimo, que lo es. Pero claro, estamos a la cola de inversión estatal —52 de 52— y llevamos años sin presupuestos por la actual política del «de aquí no me sacan ni con agua hirviendo». Así seguimos, en el mismo punto: The Last of Us.

Alguna vez pienso que, si reclamáramos los atrasos más intereses, igual nos tocaba el número premiado y por fin veríamos abrirse nuestro túnel luminoso en La Goteta para amanecer en Benalúa sur, más anchos que largos. Inocentemente, todavía espero verlo.

Como el soterramiento parece encallado, se han propuesto alternativas: aquel puente sobre el puerto, estilo Manhattan, que llegó incluso a presentarse y que habría cambiado aún más nuestra vista al mar. En fin, se intenta, pero sin dinero ni avances reales; aunque sé que la idea sigue rondando en cabezas de gobernantes y asesores.

Ahora que se habla de los sandbox urbanos —experimentos impulsados por la administración para probar ideas— quizá es el momento de aplicar el concepto aquí. Igual que hay ciudades donde las papeleras clasifican solas los residuos, pasos de cebra iluminados como en Andorra, biorreactores de algas para oxigenar el aire, barrios enteros convertidos en laboratorios vivos como Smart Kalasatama (Helsinki), o vehículos autónomos como en Singapur, ¿por qué no en Alicante?

Con la ayuda de todos, aunque algunos suelten el inevitable «eso es imposible» o el clásico «¿qué te has fumao?», podríamos probar algo parecido: liberar el frente litoral del tráfico, desde la Plaza del Mar hasta Casa Mediterráneo, creando un espacio único que multiplique la Explanada, transforme Canalejas en un área singular y devuelva a las personas el terreno cedido hace más de un siglo a coches, tranvías y trenes.

La propuesta no es tan descabellada. El tráfico de la Avenida de Dénia se desviaría por Gran Vía, para zona norte y hospital, y por Jaime II hasta Alfonso el Sabio, con un control semafórico renovado para agilizar horas punta. El Postiguet seguiría abierto hasta la Plaza del Mar, con acceso a aparcamientos y puerto. Los vehículos con etiqueta verde podrían entrar al casco antiguo por la calle San Telmo y al centro por San Fernando (que cambiaría de sentido hasta la Rambla), manteniendo la Plaza del Ayuntamiento peatonal.

La entrada sur quedaría habilitada hasta La Lonja, garantizando el acceso a la Autoridad Portuaria, Panoramis y estacionamientos, con conexión hacia Óscar Esplá, Maisonnave y la Estación. Y todo ello acompañado de aparcamientos disuasorios en Plaza del  Mar, Postiguet y zona sur del puerto, junto con un transporte público y el TRAM reforzado.

No es ciencia ficción. Es posible. Solo exige decisión y coordinación técnica. Igual que la catarata de la Cantera —aún pendiente—, o la recuperación de la Británica junto con la zona verde del lago que algún día deberían avanzar.

El posibilismo y la practicidad no tienen por qué estar reñidos. Alicante necesita ideas, aunque parezcan imposibles. Porque los sandbox urbanos anuncian el futuro, y no son política: son ciudad. Evidentemente las cosas son difíciles, es como ser del Hércules, complicado, sufrido… pero a veces compensa.

(Haciendo amigos).

PD: Nada de lo dicho es una crítica, sino una invitación a pensar en lo nuestro y en el futuro que queremos para la ciudad.