Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Caminando con la historia

«Panioras», españoles en Nueva Zelanda

Descendientes de Manuel José de Frutos con banderas españolas y la paniora (Fuente: RTVE).

La historia nos aporta curiosidades tan peculiares como la de un cazador de ballenas español que terminó por crear una dinastía en las antípodas.

En 1835 un segoviano, de Valverde del Majano, arribó a las costas del otro lado del mundo llegando a formar la que es, a día de hoy, una colonia maorí de cerca de 20.000 miembros en una región que es todavía prácticamente virgen y continúa con el mismo esplendor salvaje con el que la pisó por primera vez Manuel José de Frutos Huerta.

Hasta ese remoto lugar llega la sangre española, los panioras, que su significado defiere la palabra “españoles” en su lengua autóctona.

En el territorio en el que se asienta la tribu Ngati Porou, la población maorí se divide en iwis o tribus, y los descendientes de don Manuel son denominados panioras, que significa españoles, ocupando el segundo puesto en número de individuos de una tribu o grupo familiar (hapus) en aquellos rincones de Nueva Zelanda.

La vida de los maoríes está estrechamente ligada a la tierra, un concepto sagrado y con la que logran una simbiosis entre sus individuos y sus antepasados, creando una identidad propia que persiste en nuestros días.

Descendientes maoríes de Manuel José de Frutos (Fuente: RTVE).

“La tierra de la larga nube blanca”, así es como llaman los panioras a las costas de Aotearoa (nombre maorí de Nueva Zelanda) y donde la semilla de nuestro marinero español ha permanecido hasta el punto que sus descendiente están muy orgullosos de sus orígenes españoles, lo que muestran escuchando habitualmente música española o simulando encierros como los de Cuéllar.

Manuel José de Frutos, cuyo nacimiento se data el 31 de enero de  1811, era hijo de un comerciante de lanas y una panadera, alto, fuerte, pelirrojo y con ojos verdes y durante varios años estuvo navegando en busca de aventuras y riqueza hasta que, en 1833 viajó hasta América, pasando a Perú, donde se enroló como marino en un ballenero británico llamado Elizabeth.​ Allí trabajó y consiguió enriquecerse gracias al aceite de las ballenas, producto que se empleaba para las lámparas y la grasa para elaborar jabón.

En 1834, el ballenero británico llegó a Port Awanui, en la costa este de Nueva Zelanda, para  recargar víveres, y Manuel José se enamoró de aquellos parajes, o de sus exóticas mujeres con poca ropa, llegándose a casar hasta con cinco (Tapita, Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea), no sin antes intentar la tripulación y la guarnición británica de la isla, buscar para su vuelta al joven español que, según cuenta la historia oral de padres a hijos, se escondió bajo la falda de una de las mujeres para no ser encontrado,  integrándose así  en la tribu aborigen.

Descendientes de Manuel José de Frutos a los pies del olivo que él plantó (Fuente: RTVE).

La amplia familia del aventurero comerciante creció con 9 hijos, 41 nietos y 299 bisnietos. Además, al poco de llegar, sembró una semilla de olivo que llevó desde España y cuyo árbol aún se conserva en Nueva Zelanda. Hoy, casi dos siglos después, sus descendientes son más de 20.000 y aunque el valverdano consiguió amasar una gran fortuna, le fue arrebatada a sus hijos por los ingleses, tras la Guerra de las Tierras de Nueva Zelanda. Este contencioso legal aún está sin resolver y el gobierno neozelandés se comprometió a resolver favoreciendo la devolución a sus descendientes las propiedades que deberían haber heredado.

Manuel José está enterrado en un mausoleo que se levantó en 1980 en Taumata y cuya tumba es lugar de peregrinaje .

Jorge Monreal

Natural de Madrid y dianense de adopción, estudié Educación Física (INEF) y toda mi vida ha estado vinculada a la nutrición y alimentación para el alto rendimiento deportivo, aunque mi vocación siempre fue el periodismo, así que con la ayuda de la Universidad de Barcelona logré tener el grado de comunicación además de otros estudios paralelos como Máster de Comunicación Empresarial y Corporativa en la Universidad Isabel I, un posgrado en Publicidad y Relaciones Públicas y un MBA en una escuela de negocios en Florida.

Lo importante es que soy una esponja para el periodismo y su historia, presente y posibles escenarios de futuro. Formar parte de la familia periodística y más concretamente de la APPA ha sido un verdadero honor al que espero poder contribuir engrandeciendo la Asociación y buscando un futuro próspero como profesionales y comunicadores, aunque tenemos que reconocer que en España nos queda un gran trabajo.

2 Comments

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  • Historia increíble, pero cierta, la de este segoviano, paisano de mi esposa, nacida en Segovia capital. Los vecinos de Valderde del Majano han recibido la visita de mahoríes descendientes de Manuel José de Frutos (apellido muy frecuente en tierras segovianas), en dos ocasiones. Y la han devuelto una vez, hace unos años. En Valverde se levantó un monumento a Manuel José con motivo de la visita mahorí. Los mahoríes y los valverdenses celebraron una misa por el aventurero segoviano y sus descendientes difuntos, como por los difuntos descendientes de las hermanas de Manuel José. ¡Fabuloso! Un abrazo, Jorge Juan.

    • Gracias Maestro por tus comentarios que siempre son un aliciente para seguir.
      Sí, esto que cuentas lo conocía y me parecía muy anecdótico, y no lo puse porque quiero que los artículos sean relativamente cortos y no «aburrir» al vecindario.
      Lo de tu mujer segoviana no claro, por cierto un saludo para la segoviense.
      Un abrazo.