Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

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Minorityreporteando

Tom Cruise en una escena de "Minority Report" (Fuente: Xataka).

Hay una peli de Spielberg del año 2002 que se titula Minority Report, protagonizada por Tom Cruise que va, grosso modo, de que los delitos se pueden predecir antes de que se produzcan, algo tipo videncia delictiva. Pues, ¡vaya!, para que digan que la ficción es cosa de las pelis, pues que leo en prensa que el señor Peatonilizador, alias Barcala, ya no necesitamos sus patinetes para la tercera edad, pues que augura recaudar el año que viene el doble por la zona azul y un 39 % más por multas. Vamos, que ya nos pone a los alicantinos como presuntos infractores, así, por el morro, porque la bola de cristal del ayuntamiento peatonal le ha dicho que los de aquí vamos a infringir la ley un 39 %. No un 40, ni un 52, ni 38; no, un 39 % matemático, que no sé de dónde se sacan esos porcentajes que esgrimen con orgullo de manera tan precisa; que yo, si fuera político y no se cumpliera, me iba a mi casa con la cabeza gacha y dando gracias que no me tiraran tomates y asegurándome bien de que no he dejado el coche en zona azul, ni en la Plaza del Ayuntamiento, no sea cosa que me multen. Pero que aquí, como que no va a pasar nada, que encima el alcalde tendrá razón y la peña con su cutre picaresca lo hará tan mal que corroborará esas predicciones. A mí me sabe mal lo de que un político, un alcalde no más, prejuzgue a sus alicantinos, muchos votantes, a una condena de antemano sin presunción de nada, pero es que en estos tiempos que nos corren pues ya todo vale.

Yo pediré a los Reyes Magos, además de la inútil baliza que al sol no se ve y que alumbra menos que los intermitentes de posición, mi patinete porque ya rondo mi tercera edad y porque me niego a pedirle al gordito de la Coca-Cola nada que no puedo expulsar los gases aunque sean light. Y no, no es peyorativo lo de gordito, yo lo he sido en varios momentos de mi vida y no pasa nada, porque seamos sinceros, Papá Noel delgado como que toda la peña empezaría: «pues algo le pasa», «está enfermo», «estará deprimido». Porque da igual, la peña siempre tiene algo para criticar y un servidor de los primeros.

Sigo leyendo en prensa alicantina lo de Educación. Eso de que pretende crear un registro digital integrado con el expediente docente electrónico (EDEN, que suena a paraíso pero que lleva su trampa, como lo de comer manzana con piel, que es indigesta) para recopilar toda la formación de los docentes, entiendo que en la Comunidad Valenciana. Pero que la conselleria quiere como prioritario que los profesores estén al día en inteligencia artificial, convivencia, prevención de riesgos, educación en valores, igualdad de género, derechos humanos, comunicación lingüística, competencia matemática, competencia científica, sostenibilidad, ciudadanía democrática y, si puede ser, operar a corazón abierto tampoco estaría mal porque puestos a pedir… Entiendo que ahí entran ramas de otras carreras universitarias, pero que a mí me hace gracia lo de conselleria… No, a ver, el que lo ha propuesto que le eche valor, que dé la cara, que seguro que estará sentado en algún despacho solo y aburrido y tratando de hacerse notar, pero que en su vida habrá estado en un aula. Es que lo que pide, no lo da ni un MacGyver porque entiendo que, a pesar de todas esas cosas, vaya, habrá que dar clase, aunque tampoco es muy importante porque como todos y todas van a pasar aunque se toquen la nariz y los padres y madres realicen todas las manualidades de Navidad con materiales comprados en un chino que nada tienen que ver con dar clase pero quedan genial pues, ¿a quién le importa aprender ortografía, o cálculo si la IA te lo puede resolver todo? De hecho, yo preguntaría a la IA cuánta gente de Educación sobra en su puesto y que dé nombres y a la calle, porque son innecesarios.

Pero que no se les bajen los calcetines, que ese es un don que un servidor aún no controla, que veo a la peña correr como si no hubiera un mañana con esos calcetines blancos que ni Julio Iglesias luce tan bien y que no se les bajan, que los llevan ahí a la altura del gemelo, luciendo pierna y que un servidor se pone unos y ya está con cuarto y mitad del mismo en los dedos y parando para estirar, que siempre hubo clases calcetiniles. Y que no, que eso los de conselleria no lo ponen como curso digital para Educación Física, que todo lo que no sea con una tablet, o de que si llueve bajo techo, no quieren saber nada porque de caligrafía y de normas ortográficas pues nos olvidamos; y si ya hablamos de leer a los clásicos, para qué, si ya no hay clásicos; ni referentes. Claro, sí, Bad Bunny es el modelo a seguir y hasta una cacatúa tiene mejor pronunciación. Pero que tampoco importa demasiado porque lo realmente importante es que las notas salgan geniales, aunque no se aprenda nada, y que en el registro quede que tu hijo sabe mogollón, o tu hija, que lo importante son las notas digitales en la web familiar. Eso y poder en el futuro fardar, aunque se pase de curso por sistema y sin necesidad más que de ir a clase.

Fuente: www.depositphotos.com.

Pero bueno, que lo importante de estas fechas es lo del Belén, que se ponga en cada casa. Sí, lo sé, de la peña ya nadie cree en el significado, pero los pocos que creemos pues desde siempre ha sido un referente esta época, este puente de la Purísima, para poner el árbol y el Belén. Que más era el rollo familiar de montarlo con el papel de fondo y recortar estrellas y poner arena de la playa y el papel de plata para simular el río y a ver dónde se ponían los pastores, que la estrella estaba claro; bueno eran cosas que ya han desaparecido porque los mismos padres ya como que pasan. Bueno, sí el árbol y poner un montón de luces en el balcón, pero que antes era otra cosa, con el espumillón, y poner la decoración en la puerta, incluso el aguinaldo que ya da igual porque los jóvenes ya van a comprar cada finde y pagan con tarjeta desde el móvil; antes ahorrabas para algo que deseabas o para ir a la feria de Navidad. Lo dicho eran otros tiempos, que no mejores, tan sólo diferentes.

Tampoco existían los doscientos millones de mensajes impersonales de móviles que, de un tiempo a casi ya, comenzarán a llegar felicitando las fiestas. Algunos, o muchos, repetidos, pero que bueno se perdonan porque al menos te metieron en el grupo de enviar al mogollón y no te dejaron fuera. Un servidor manda pocos y sin repetir, que tampoco es que valgan más, ni se lean con más emoción que los enviados clonados, pero es que uno es de la época donde recibía recordatorios navideños por carta, con alguna foto y con dedicatoria escrita a mano, nada de un guasap. Lo dicho, eran otros tiempos. Ni mejores ni peores. Distintos y de mi época.

 Como lo de las cenas que ya comienzan y que serán una constante hasta llegada la Nochebuena. Y los controles listos para lo que asegura Barcala llenarán las arcas de Nottinghalicantem.

Y en nada el estreno de la tercera de Avatar que tiene pinta de ser tan eterna como la segunda. El Cameron ya duda de si se harán más.

 Por cierto, el puente de la Constitución y de la Inmaculada Concepción. Lo dicho, por una cosa o por otra nadie habla de ello. Es lo que tiene el mundo de hoy.

          Canción, Si bastasen un par de canciones, Eros Ramazzoti.

          Película, Minority Report.

          En fin que ustedes lo lean, lo pasen y  lo paseen bien.

Bruno Francés Giménez

Escritor de serie B.

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