Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Los doce trabajos de Astérix

Cuando Astérix parodió los doce trabajos de Hércules, incluyendo un pasaje en la que debían resolver un trámite con la administración romana, se quedaron cortos. Ni Hércules, ni los galos conocían ni padecían algo tan maravilloso como la burocracia española del s. XXI. Acompáñenme en esta historial real.

El caso es que necesitaba un simple papelito. Una copia de la revalorización de la pensión de mi madre para este 2024 que está a punto de terminar. Misión de comando, ir a casa de mis padres, hacerle una foto al documento y enviarla por Whats App. Entrar y salir. Y aún me puedo quedar a comer y, si hay suerte, me llevo un tupper de lentejas a casa, que la vida de soltero es así.

Peeeero a veces los papeles se pierden. Por lo que sea. Así que tras infructuosa búsqueda no encontramos el papelito por ninguna parte. Pero bueno, todo tiene solución y alguien tuvo una idea: “Eso se llama a la Seguridad Social y mandan copia por correo”. Venga, pues vamos a ello que hoy en día con un móvil con conexión a Internet se hacen milagros.

Y en esas estamos que me siento en el sofá. La mesa puesta. “Nene, siéntate a comer”. “No, mamá, que hago esto en un momento que me corre prisa y seguro que no se tarda”.

Muahahahahha.

Primer paso. Escribir en Google lo que hace falta. Buah, tirado. Me aparece un enlace, lo pincho y primer filtro. Introducir DNIe, o certificado digital. Empezamos bien. Ah, no, que también pone que se puede hacer por SMS. Pinchas y te piden el DNI, el normal. Lo introduces y te piden un número de móvil. Ya está. Al momento SMS. Beep beep. Introduzca el código de cuatro dígitos. Lo haces. Ya estará, piensas… iluso.

Se abre la página con los datos completos del titular del DNI. Todo. Dirección, fecha de nacimiento, vida laboral… todas esas cosas. Buscas exactamente lo que quieres, encuentras la pestañita y pinchas. ¿Desea descargar el PDF? Hombre, pues a eso hemos venido. Pues primero habilite las pantallas emergentes. Lo haces. Vuelves a pinchar. ¿Desea descargar el PDF? Que sí. ¿Pero otra vez? No, no, otra vez no, la primera, que antes no me dejaba. Se descarga.

Lo abres y no, no es lo que pedías. Compruebas que has pinchado la pestaña correcta y lo vuelves a hacer. Te preguntan por tercera vez si lo quieres descargar. QUE SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ. Nene, no grites y siéntate a comer. Espera, mamá que ya casi está.

Pues no, sigue sin ser el documento que quieres. Ves otra pestaña. Vamos a intentarlo así. Pinchas. Introduzca DNI. Lo vuelves a hacer. Descargue formulario PDF, rellénelo y envíelo. Lo descargas. Ah, no, te vuelven a preguntar si quieres descargarlo. Les dices que sí. Lo abres. Rellene todos los campos del PDF. Nombre, apellidos, DNI, fecha de nacimiento, domicilio… Todo lo que aparece en páginas anteriores. Ya si eso, cuando acabe me siento a comer. Lo rellenas todo. Observaciones: le indicas claramente lo que quieres. Especificas, quiero el documento A. No el B, ni el C, ni un certificado de vida laboral, ni nada raro. El documento A. Lo haces.

Guardar documento. ¿Está seguro? Leches, pues sí, que para eso llevamos un rato. Vuelves a la pantalla anterior y pinchas en subir documento.

Ya estará, piensas. Jajajajajjaa. Que te crees tú eso. Ahora comienza el festival. Introduzca sus datos. Otra vez. Introduzca DNI. Introduzca fecha de caducidad del DNI. Introduzca soporte del DNI. ¿Mande? Como se huelen que el común de los mortales desconoce lo que es el número de soporte del DNI te ponen un dibujito para que lo veas. Lo buscas. Lo metes. Ya estará. Nooooo.

Mis padres han terminado de comer y se sientan. Yo a lo mío.

Cumples todo lo que te pide la web. ¿Continuar? Claro, aquí hemos venido a jugar, mientras no me pidan sangre de unicornio o las polainas de un gnomo irlandés vamos bien.

Por favor, haga una foto del DNI en la que aparezca el titular sujetándolo con la mano, los hombros hacia atrás y se vea bien. Mamá, que hace falta una foto. Ay, así sin peinar ni nada. Ojo que tampoco es fácil. Tienes que dar permiso en la web para que usen tu cámara y al darle te sale en la pantalla una silueta en la que tienes que centrar a la persona y el DNI. Lo haces como puedes y que sea lo que Dios quiera.

Ya estará… jajajajajajaja

Ahora haga una foto del DNI. Sólo, sin nadie. La haces. Ahora haga una foto del reverso del DNI. La haces. ¿Continuar? Pues ya no sé qué decir… venga, va, continúo.

Nueva pantalla. Especifique su petición. Lamadrequelosparió. QUE YA TE LO HE DICHO TRES VECES. Lo haces. Introduzca su DNI. ¿Pero los números o te mando otra foto? Solo los números. ¿Quiere que se lo enviemos por email? Sí, mejor, porque si me lo trae el Pony Express no sé si va a ser efectivo. ¿Seguro? Que sí. Introduzca dirección de correo electrónico. Lo haces. Pantalla emergente. Te hemos enviado un correo, introduzca la clave de confirmación.

Vas al correo. Ves la clave. Vuelves a la pantalla. La introduces.

Por favor. Introduzca DNI y correo electrónico válido. Otra vez. Sí. Lo haces. ¿Desea finalizar? A ver, lo que deseo es el papelito. Eso y ponerme a llorar; y comer, que con la tontería, aquí sigo. En ese momento te das cuenta de que al principio la solicitud era por SMS, en algún momento la cosa ha derivado en correos electrónicos. Pero claro, como para empezar otra vez.

¿Está seguro de que desea finalizar? Sí. Pinchas la pestañita con pánico. Sale el relojito ese dando vueltas. De repente te mandan a la primera pantalla. Y no pasa nada. No llega correo, no llega SMS. Ni un wasap ni nada. Mira que si la hemos liado…

Sale un mensajito. Su solicitud ha sido atendida, en breve le llegará un correo electrónico con la documentación solicitada. Gritas y lo celebras como el gol de Coscia que le sirvió al Hércules para ascender. Nene, no grites. No grito.

Aparece un nuevo mensaje. ¿Desea rellenar una encuesta de satisfacción?

Dudas. Si escribo lo que pienso puede que aparezca una patrulla de la Guardia Civil. Y como lo he hecho con el móvil de mi madre y sus datos no quiero que acabe en el juzgado. Pinchas. Introduzca DNI. ¿En serio?. Lo haces. Pones una estrella porque no se puede poner menos. Aparece otra ventana con pestañas. Te dan opciones para que digas por qué la experiencia ha sido mala. Todas son del tipo “la conexión de Internet era mala” pero ninguna “he tenido que meter los datos N veces en un proceso absurdamente largo”. La rellenas con lo que sea, pinchas y te dan las gracias.

Al momento un correo. Qué efectividad. Ah, no, es un correo en el que te indican que te enviarán lo que has solicitado. Gracias y blablabla. Gobierno de España. No es magia, son tus impuestos.

Lo cierras todo. Otro correo. Número de seguimiento de la solicitud. Prefieres no tocar nada no vaya a ser que te vuelvan a pedir el DNI, fecha de nacimiento y todos los datos. Otra vez. Ya estará, piensas, no creo que lo manden hoy, piensas, llegará mañana, piensas.

Al día siguiente te levantas con la ilusión de un niño el día de Reyes. Miras el correo. Nada. Esperas, nada… A media mañana llega un correo. Beep beep. Ministerio de no sé qué. Suena Nessun Dorma, de Turandot. We Are The Champions, de Queen. Fuegos artificiales. Abres el correo. Descargas el PDF.

Y te han mandado el documento que no es. Retenciones de IRPF de 2023. Miras el móvil. Miras alrededor por si hay una cámara oculta. Te sientas. Piensas en el Nota, de el Gran Lebowsky, que solo quería su alfombra y ahora lo que escuchas es Always Look On The Bright Side Of Life, de Monty Phyton y piensas que mejor te lo tomas a cachondeo.

Manín Soriano

Alicantino y herculano. O al revés. Estudié Historia para cargar aviones y me encantan las dos cosas.

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