Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Ingeniero

Fuente: Picatoste.

Estudiar tiene un principio y, aunque a veces parezca interminable, también tiene un fin. Estudiar hasta el final es siempre un buen consejo. De las cosas que me duelen en lo más profundo, una de ellas es ver a alguien con ganas de aprender y sin la posibilidad de hacerlo, ya sea por razones económicas, sociales o de cualquier otra índole. Ahí es donde debemos estar todos, arrimando el hombro y facilitando, en lo posible, el acceso al conocimiento a quien lo desea alcanzar.

Creo que ya lo conté alguna vez: llevé a mis hijos a ver a una niña en las calles de El Cairo. Estaba en la avenida Talaat Harb, junto a la famosa plaza Tahrir. Sentada en el suelo, pedía el zakat mientras, con una vela, iluminaba sus deberes y copiaba sus lecciones. Mis hijos no lo han olvidado.

Estudiar siempre implica esfuerzo. Y quienes triunfan, quienes realmente logran sus metas, suelen ser aquellos alumnos que encuentran un método. Un pequeño gran truco que solía compartir con mis estudiantes de Historia Medieval (a los que aún echo mucho de menos) era este: no veáis el estudio como una carrera de obstáculos, sino como un paseo, un viaje por el conocimiento.

Y así, tras cinco años de estudio constante, metódico y sin descanso, sincronizado muchas veces con su novia —que estudiaba Medicina lejos, ambos conectados por internet—, los dos han conseguido su objetivo: terminar sus carreras. Este año comienzan una nueva etapa.

Guille no lo tuvo fácil. Con una dislexia bastante importante, tuvo que aprender a hablar con la ayuda de un foniatra excepcional, Javier Guijarro, que hizo un trabajo magnífico. Y aprendió a estudiar de la mano de un auténtico maestro: José Ángel García Pardo (¡cómo te echamos de menos!).

Su recorrido comenzó en La Llar de Aire Libre, un lugar excepcional para los más pequeños, una auténtica joya que tenemos en Alicante. Allí, con Reme, Carmen, Pepe, Susana, Isabel y otros grandes educadores, los niños vivían la felicidad en estado puro. Más tarde pasó al colegio Aire Libre, que, a pesar de estar junto al anterior, poco tiene que ver con su espíritu original. Arrastra el lastre de una ideología que no quiere soltar, empobreciendo así un lugar que nació para ser un espacio de libertad. Una auténtica pena.

Después, estudió en el colegio El Valle, desde donde dio el salto a la Universidad de Alicante. Y allí, por sus propios medios, logró sacar adelante la carrera de Ingeniería Civil, con todos sus cálculos, sus matemáticas, sus materiales…

Enhorabuena, Guille, por demostrarnos que con voluntad y tenacidad todo se puede alcanzar, por muchas que sean las dificultades y por muy complicado que parezca el camino. Nos has enseñado a todos. Nos has sorprendido por tu constancia, por no desfallecer nunca, por seguir siendo tú, por estar siempre ahí, por mantener a tus amigos, por ayudar siempre.

¡Eres la hostia*, chaval!

En Roland Garros se puede leer: «La victoria pertenece a los más tenaces». Como lo ha conseguido nuestro Carlitos (que lo tenía muy difícil)… Pero se puede lograr. Mira a Guille.

*Hostia, palabra española que sirve para expresar enfado, miedo, alegría, felicidad, tristeza, envidia, hambre, sed, dolor, ira, susto, decepción o ese momento en que se te cuelga el ordenador y no le habías dado a «guardar». 🤣

P.D. No se pierdan la exposición de Lorenzo Aguirre en el MUBAG, que se inaugura esta semana.

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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