Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

¿Hablamos de Gaza?

Ciudad de Gaza, Franja de Gaza. Fotografía de One Armed Man (Fuente: Wikimedia).

Llevamos ya una buena temporada con noticias sobre Gaza, sobre Israel, sobre Palestina, conceptos que no todo el mundo tiene claros. Como acabaremos en la actualidad, entiendo imprescindibles un par de pinceladas, una geográfica y otra histórica, sin profundizar porque sería imposible en un artículo, para poner en contexto la situación.

Palestina, que es el nombre que los romanos dieron a esa provincia cuando fue conquistada (no sin esfuerzo por Tito) en tiempos de Vespasiano, su padre, en lo que parece ser una evolución natural de filisteos o tierra de los filisteos en reconocimiento a una de las mayorías que habitaban el lugar.

Ya se profesaba por allí una extraña religión que los romanos del imperio apenas podían entender. Adoraban a un solo Dios del que se proclamaban pueblo elegido en la convicción, fe, de que ese Dios los liberaría.

Realmente, ni la población era tan homogénea ni, mucho menos, los límites geográficos se corresponderían con lo que 2000 años después resultó la colonia que la Sociedad de Naciones puso bajo administración inglesa tras la caída del imperio otomano, y que se denominó Palestina.

Esta colonia, fruto del reparto interesado entre franceses e ingleses de toda la zona del cercano oriente (como tantas otras veces), tuvo unos límites tan arbitrarios como Jordania, Siria o Irak. Pero comprendía los territorios históricos de Judea, Samaria, Galilea y otros que nos suenan en mayor o menor medida a los que cursamos alguna vez la asignatura de religión.

El término de Israel viene del nombre que, según la tradición judía, Dios otorgó a Jacob, hijo de Isaac y Rebeca y nieto de Abraham, el patriarca tanto del cristianismo, del islam y del judaísmo del que derivan las dos primeras. Todos los judíos se sienten sucesores de Jacob (Israel) y entienden como tierra de Israel la que habitaron los israelitas en tiempos bíblicos (incluso antes y, en menor medida, después).

Las 12 tribus de Israel (Fuente: Wikimedia).

Podemos convenir, sin desvariar demasiado, que la colonia Palestina inglesa englobaba prácticamente todos los territorios del Israel de aquellos tiempos… y alguno más. Pero la historia fue como fue y distintas expulsiones o huidas (diásporas), especialmente la del año 70 de nuestra era, tras la rebelión de los judíos contra la ocupación romana que concluyó con la destrucción del segundo templo de Jerusalén y con los huesos de los moradores que sobrevivieron dispersos en todas direcciones. Hubo muchas, antes y después de este episodio, pero quedémonos con ésta porque supuso la casi eliminación efectiva de los judíos de tierra de Israel como ellos sostienen.

Cayó Roma (el imperio de occidente) aunque allí se mantuvo el romano de oriente que conocemos como bizantino, que también cayó en 1453 con la toma de Constantinopla por los otomanos (turcos musulmanes). La caída de uno y otro encierra los tiempos que hoy denominamos Edad Media. Poca relevancia histórica tuvo aquella Palestina en tantísimos años, salvo el asunto de las cruzadas, con toda clase de connotaciones religiosas, económicas y estratégicas… Luchas de poder al fin y al cabo entre gente completamente ajena a los lugareños cuyo origen también fue cambiando en función del imperio o el conquistador de turno.

Saltamos al escenario tras la Segunda Guerra Mundial. La situación era ya algo distinta porque numerosos judíos, todavía en estricta minoría, se fueron asentando en la Palestina británica. Incluso algo antes pues era una costumbre de españoles, franceses, alemanes y especialmente rusos, realizar de vez en cuando limpias de judíos con excusas tan científicas como ser causantes de sequías, quiebras, epidemias y cualquier otra desgracia que se tuviera a mano (Hitler no fue nada original). Eran los pogromos, derivación del ruso que refería a masacres dirigidas, instigadas o toleradas por el poder contra los judíos principalmente (aunque no sólo, otras etnias, colectivos o minorías también los han sufrido a lo largo de la historia).

El resultado es que los judíos no podían sentirse a salvo en ningún lado porque pendía sobre ellos la amenaza de ser masacrados, torturados o, en el mejor de los casos, expoliados por el mero hecho de serlo.

A finales del XIX y principios del XX ya había activos movimientos sionistas reclamando un estado judío como única forma de tener un sitio seguro. El caso “Dreyfus” (un oficial francés acusado falsamente de traición en 1894 por su origen judío) dividió la sociedad francesa y sensibilizó a buena parte de su población y, sobre todo, el genocidio llevado a cabo por el régimen nazi acabó por dar carpetazo al asunto. Años antes llegaron a plantearse algunas ubicaciones creativas; Uganda y Madagascar estuvieron sobre la mesa que, junto con algún otro aún más estrambótico, fueron desechados por los lideres judíos que presionaron para que su estado se estableciera en tierra de Israel.

Rendición de Pakistán a las fuerzas indias y de Bangladés en 1971 (Fuente: Wikimedia).

Y ¿cómo se dio carpetazo? Pues de la misma manera que la ONU, organismo en que los británicos descargaron el muerto tras una salida poco gallarda de su colonia, solucionaba todas las causas similares. Dividiendo el territorio para poner cada zona en manos de la etnia, religión o grupo mayoritario. Así sucedió en la independencia de la India, joya de la corona británica, que tuvo que ser dividida en tres estados porque hindúes y musulmanes se mataban sin tregua. Y así nacieron Pakistán y Pakistán Oriental (hoy Bangladesh) de mayoría musulmana, desgajados de la India inglesa para evitar un baño de sangre mayor. Pero claro, mayorías no son totalidades. En la zona india quedaban muchos musulmanes y algo parecido al otro lado. Las circunstancias no invitaban a quedarse en tu tierra de toda la vida bajo el control de los otros. El éxodo fue brutal. Muchos millones de criaturas, unos 7 millones por bando según fuentes, tuvieron que irse de sus casas con lo puesto a tierras desconocidas en la esperanza de tener una oportunidad, al menos de vivir para empezar de la nada, que se les negaba en la suya porque el destino los colocó, sin comerlo ni beberlo, en el lado equivocado.

Así sucedió también con la determinación de las nuevas fronteras entre Polonia y Alemania. Para resarcir a los polacos del bocado en su territorio que se cobró en el este el bando soviético, se decidió fijar la frontera polaco-germana en el río Oder, quedando todas las tierras al este de este río bajo el estado polaco. Así millones de alemanes de Pomerania, Brandenburgo, Silesia, por mencionar los principales, recibieron la orden de abandonar su hogar para dirigirse al territorio que se mantuvo alemán. La mayoría de ellos andando y en condiciones imposibles como pueblo derrotado que eran. Millones lo iniciaron y unos cuantos (millones también), según palabras literales del canciller Adenauer se desvanecieron en el aire.

En 1948 la ONU decretó la división de la colonia inglesa de Palestina en dos estados. Por fin un estado judío, Israel, y uno Palestino. Se hizo una división en función de la demografía dominante, más o menos el 55 % para judíos y el 45 % para musulmanes (a pesar de ser los segundos el doble de población, por lo que hubo su polémica), dejando Jerusalén y Belén bajo control internacional. Los judíos aceptaron ipso facto porque, realmente, nada tenían y los musulmanes no reconocieron ni la división ni el nuevo estado judío en la convicción de que, más pronto que tarde, los lanzarían al mar.

También hubo un movimiento de personas, pero a mucha menor escala que los reseñados anteriormente. Entre 300 000 y 700 000 musulmanes (no he encontrado consenso), abandonaron su tierra en el ya Israel. Muchos en prevención de daños y otros muchos también, hostigados por los israelíes. Pero muchos más se quedaron y desde entonces hasta hoy, ellos y sus descendientes son ciudadanos israelíes de pleno derecho (con alguna connotación con respecto a sus obligaciones militares dadas las circunstancias) en un número, hoy, levemente superior a los dos millones (21,4 % de la población). Otros 300 000 judíos hicieron el camino inverso, prácticamente nadie se la quiso jugar y emprendieron viaje a zona judía.

Como es sabido, tan pronto como se declaró el estado de Israel todas las naciones vecinas lo atacaron. Egipto, Iraq, Yemen, Arabia Saudí, Jordania, Siria y Líbano se unieron para expulsar a los judíos del estado recién creado. Contra todo pronóstico, tras un año de hostilidades, Israel resultó ganador y el armisticio que selló la paz (1949) imponía una mayor cesión de territorio al estado de Israel. Hubo varias más con resultado similar pero mucho más breves.

Bandera del Estado de Israel.

Espero que me disculpen por la simplificación extrema de temas tan delicados y complejos. He intentado ser, hasta ahora, básicamente descriptivo y asumo los errores e incorrecciones que con toda seguridad trufan ya este artículo. Es el precio de la concreción y de mis limitaciones. Vamos con opiniones.

¿Y por qué tuvieron desarrollos y desenlaces tan distintos indios y alemanes con respecto a los palestinos? Pues habrá mil razones, pero me quedo con ésta, muy sencilla, sobre la que pocas veces he oído reparar. Los desplazados de la división india y de la zona alemana repolonizada fueron inmediatamente asimilados por la población de las zonas receptoras. Con sus problemas, muchos, pero, mal que bien, acabaron encontrando un plato de caldo y un techo amigo bajo el que llorar su desgracia y mirar hacia el futuro. 

 En Palestina no pasó eso. La población musulmana que abandonó la Palestina ya israelí (por las buenas o por las malas) fueron confinados en campos de refugiados a la espera de la inmediata expulsión de los judíos como decía. Los países musulmanes que atacaron al Israel recién constituido, ni se plantearon que se proclamara un estado palestino musulmán. Se limitaron a anexionarse, por la vía de los hechos primero y formalmente después, lo que quedó de la Palestina no israelí. Jordania (Transjordania en aquellos años) se quedó la Cisjordania y Egipto la franja de Gaza.

Pero los palestinos expatriados de sus tierras se tuvieron que quedar en sus campos de refugiados (obviamente ya ciudades con el paso de los años) bajo soberanía de sus correspondientes ocupantes, prácticamente apátridas. Ni atisbo de crear un estado Palestino. Las sucesivas guerras de Suez, Seis Días y Yom Kipur no beneficiaron en nada ni a la geografía, ni al devenir del futuro estado. Las fronteras quedaron establecidas en su configuración actual, quedando el territorio palestino menguado, dividido y separado físicamente en lo que hoy conocemos como Cisjordania y Gaza. En distintos periodos, Israel ha ocupado total o parcialmente tanto uno como otro y han mantenido, y mantienen, control efectivo sobre sus fronteras y sobre el tránsito de sus gentes.

Columna de humo sobre Amán durante los combates entre el Ejército jordano y los fedayines, 1 de octubre de 1970 (Fuente: Wikimedia).

En los 60, Jordania, no sé si por presión exterior, por solidaridad o por complejo de culpabilidad incluso concedió pasaporte jordano a una gran cantidad de palestinos y una sede para la ya operativa OLP (Organización para la Liberación de Palestina). El resultado fue desastroso. Organizaron un ejército, un seudoestado y llegaron a conspirar contra el propio rey Hussein de Jordania. Éste, viendo socavada su autoridad, los atacó en los sucesos (una especie de guerra de baja intensidad) que se conocieron como el Septiembre Negro. Concluyeron con la expulsión de los palestinos de Jordania y de la OLP, que se exilió al Líbano. Éste, en buena medida gracias a sus invitados, pasaron de ser la Suiza de Oriente Medio a la guerra civil. No dejaron de hostigar a Israel desde Líbano (como antes desde Jordania) y éste acabó siendo invadido por Israel. La OLP tuvo que abandonar también Líbano rumbo a Túnez. No parecen ser el inquilino que sueñe un casero.

Hubo muchísimos intentos de llegar a acuerdos, pero nunca se llegó a buen puerto. Posiblemente ni hubo la suficiente voluntad, ni la calidad de los dirigentes lo permitió. Aparte de esto, no parece muy aventurado predecir que el que lo proponga sería fulminado… por los suyos. Miren si no al malogrado Isaac Rabin.

A la OLP le salió competencia. El grupo Hamás, financiado básicamente por Irán y apoyado (secretamente) en un principio por los propios israelíes para debilitar a Fatah (los de la OLP), tomó fuerza entre los palestinos con un discurso mucho más agresivo contra Israel y contra Fatah a los que tachaba de colaboracionista con Israel pues incluso reconoció el estado judío. Hamás se radicalizó hasta el extremo, y en su ideario básico está la eliminación del estado de Israel. En las elecciones de 2006 Fatah ganó en Cisjordania y Hamás en Gaza suponiendo la separación de facto en dos territorios no ya inconexos, que ya lo eran, sino descoordinados e independientes. No siempre son bien recibidos unos en zona de los otros. No ha vuelto a haber elecciones desde entonces en ninguna de las dos zonas. Hamás, reconocida como organización terrorista, gobierna en Gaza a su antojo dado que Egipto se desentendió hace muchos años y, desde allí, nunca ha parado de hostigar a Israel con misiles casi diarios. Al igual que Jordania se desentendió de Cisjordania donde gobierna Fatah, aunque hoy está tan trufado de asentamientos judíos, prácticamente todos (si no todos) ilegales y pasándose por el arco del triunfo todas las resoluciones de la ONU al respecto, que hablar de aquello como gobierno no tiene mucho sentido.

Y ¿cuál era la situación en los últimos tiempos? Vamos con una breve descripción y nos colocamos antes del ataque de Hamás de octubre del 23, desencadenante inmediato de la actual crisis.

Mapa de Israel: En color blanco: Antes de la guerra de los Seis Días. En color rosa: Después de la guerra. P.D.: La península del Sinaí fue devuelta a Egipto en 1982 (Fuente: Wikimedia).

En Cisjordania (el este) la cosa está tranquila porque la ocupación de Israel es prácticamente total con zonas de control palestino pero, como decía, completamente deslavazado por los innumerables asentamientos cuyos colonos campan a su gusto y donde la vida de un palestino viene a valer lo mismo que la de un gusano… o la de un opositor venezolano, para los que anden flojos en biología. Así es desde hace muchísimos años y pienso que nunca cambiará a mejor para los palestinos.

Desde el norte, o sea Líbano, el grupo Hezbollah, armado hasta los dientes por Irán (que es el animador travieso de la zona), se dedica a lanzar bombas y misiles a las ciudades fronterizas de Israel desde el sur del Líbano, bien surtidos a través de la desarticulada Siria desde Irán como decía. Hezbollah ha llegado a ser (no sé si lo es ahora tras la escabechina de los buscas y los posteriores descabezamientos sufridos), un ejército más preparado, equipado y potente que el del propio Líbano.

Desde el sur los chicos de Hamás, ya sabemos que, en su nunca abandonado anhelo de eliminar a Israel de la faz de la Tierra, no han parado de atacar todas las aldeas y ciudades israelís dentro de su alcance. Y han hecho suyo el lema “desde el río (el Jordán, claro) hasta el mar, Palestina será musulmana”. Al oeste no hay caso porque está el mar.

 Y así han estado las cosas desde hace ya demasiados años. Los palestinos hostigando a Israel desde donde podían e Israel devolviendo las agresiones con una ratio de unos 100 (musulmanes) a 1 (israelí) si consideramos las bajas por bando. Curiosamente, la dependencia económica de ambas zonas era absoluta pues buena parte de la mano de obra de Israel son palestinos que cruzaban las fronteras todos los días para trabajar.

No sé si han reparado que ningún país musulmán (y allí lo son todos menos Israel) ha abierto ni su corazón ni sus fronteras a sus hermanos de credo. Es más, los dos países musulmanes fronterizos con las zonas palestinas tienen sus fronteras cerradas o con restricciones durísimas al paso de palestinos a sus países. Jordania sólo permite el paso a través del puente Rey Hussein, y Egipto sólo a través del paso de Rafah, que conecta Gaza con la península del Sinaí. Ambos con las restricciones aludidas y ambos también con buen número de kilómetros de frontera cerrada a cal y canto y vigilada como pocas.

Bandera de Palestina.

Nadie quiere a los palestinos. En un principio querían sus tierras, ahora ni siquiera eso. Para Egipto es un dolor de muelas y no los quieren ni ver por allí (radicales ya tienen los propios) y Jordania ya experimentó en carne propia lo que supuso su intento de integración.

Ni que decir tiene que, en todos estos años, a pesar de todo, Israel ha montado una sociedad completamente libre, democrática, industrializada, avanzada e hipertecnificada. Todo en un desierto, con escasísimos recursos naturales e hídricos y superando cuatro guerras con un desequilibrio de fuerzas en contra difícil de explicar. No es el caso actual donde, dadas las circunstancias, se han dotado de uno de los mejores ejércitos del mundo y de las mayores industrias armamentísticas también. Nucleares (no reconocidas) incluidas.

No entro es si es justo o injusto. Ni siquiera en quién tiene razón si tal cosa existiera, pero les voy a plantear la siguiente situación.

Usted tiene una vivienda unifamiliar con un buen jardín y zonas deportivas apañaditas. Pero tiene unos vecinos que, por una cuestión de linderos, se la tienen jurada. Poder a poder usted sabe que poco pueden hacer en contra suya… y ellos también. Pero se dedican a tirarles piedras de vez en cuando, a veces con más intensidad e incluso algún tiro ha llegado. Alguna vez le han roto una farola o un cristal y han llegado a herir al perro, y sus hijos están por allí jugando. Les ha advertido reiteradamente que de mantener su actitud tomará las medidas que saben que puede tomar. Pero ellos insisten e incluso recrudecen su agresión. ¿Usted, qué hace? Ataca (pudiendo hacerlo) para eliminar o minimizar las agresiones, soporta estoicamente la lluvia de misiles, o les deja la casa por aburrimiento. No es fácil.

Militantes de Hamás capturan el 7 de octubre de 2023 a civiles en Israel. Bodycam (Fuente: Viquipèdia).

Esta es la situación esquemática que se vive por allí. Tendrán más o menos derechos, unos y otros. La historia avalará sus tesis en mayor o menor medida, pero hoy, en 2025, las cosas están así. Por errores de unos, aciertos de otros, dirigentes inútiles, sagaces o corruptos. 

Pero la Historia no es justa, es Historia. La ley del más fuerte sigue siendo la principal ley. Que se lo digan a los ucranianos, que se lo digan a los indios americanos, que se lo digan a los saharauis, que se lo digan a los que sufren los delirios de grandeza de Trump. Si puedo y quiero, lo hago. De manera sutil o no, el que está en posición de fuerza la hace valer. Israel tiene esa posición porque se la ha sabido ganar tanto en la lucha, como en el desarrollo de su país, como tejiendo las alianzas de su interés.

La causa palestina no debería ser contra Israel, o desde luego, no sólo. Pero no se ha vendido así por intereses casi siempre espurios. Todos los musulmanes y no musulmanes ofendidísimos por la inaceptable situación de la población civil de Gaza nunca han dado un paso en alguna dirección adecuada (que yo no sé cuál es) distinta de salir en los medios (eso los occidentales), obtener fondos para sus ONGs y el autobombo.

Da verdadera grima ver y escuchar a representantes de la izquierda española consternados por la masacre que Israel está infligiendo a población indefensa, rehenes de Hamás y víctimas de Israel. No recuerdo tan profundo dolor por el genocidio, este sí, que todavía se perpetra contra los rohingya en Myanmar (Birmania para los de mi quinta), por cierto, también musulmanes. Más de ¡¡¡¡siete millones de venezolanos!!! han tenido que abandonar su país, su vida, sin tan siquiera una guerra; ha sido suficiente una dictadura fascistoide la que les ha privado de lo más elemental que, además, siempre tuvieron, por no entrar en el paraíso de Cuba. Eso sí, justificado cuando no alentado desde la izquierda española con un patético ZP que ha hecho una singular evolución de tonto a malo. Con un Pablo Iglesias y sus acólitos de asesores dando lecciones contra la casta para acabar en un casoplón en la zona chic de la sierra madrileña y con sus hijos en un colegio privado. Siempre hay que recurrir a Orwell, como suelo decir, pero es que es una descripción exacta.

Gaza (y de otra manera Cisjordania) están atrapados en una pinza de salida imposible. Una población joven que ha sido inoculada desde su nacimiento con el odio a Israel cuya eliminación, convendrán conmigo que es imposible dado su poder, el propio y el de sus aliados. Un gobierno terrorista y radical obsesionado con la causa imposible, que supone y garantiza la desgracia, el atraso y la penuria perpetua para su población. Y al otro lado un país absolutamente superior con un gobierno criminal dirigido por quien sabe que, cuando se acabe esta guerra, tendrá que responder de asuntos muy serios y está haciendo méritos, a costa de los gazatíes y paradójicamente gracias a ellos, para pasar a la historia con la eliminación de Hamás y, ya puestos, con la anexión de todos los territorios que un día debieron conformar el estado musulmán de palestina.

La Knéset está formada por 120 diputados elegidos por sufragio universal y proporcional cada cuatro años. Fotografía de Xiquinhosilva (Fuente: Wikimedia).

Ver la composición del gobierno de Israel estremece a cualquier bien nacido. No pestañearía alguno de ellos si se lanzaran todos los palestinos al mar. Afortunadamente no son mayoría, pero sus votos son necesarios para demasiadas cosas. Como aquí lo son los de filoetarras, independentistas o antisistema ante un gobierno con suficientes tragaderas como el nuestro. Nadie está libre de desgracias.

No veo ningún tipo de solución buena. Un estado palestino hoy no es viable. Cisjordania es una sucesión de asentamientos que no se cederán jamás. Gaza está tan íntimamente ligada a Hamás que imposibilita su propia existencia como estado. La asimilación de la población a un Israel ya con todos los territorios palestinos anexionados tampoco es una opción, por una cuestión, entre otras muchas y no baladíes, meramente demográfica. La tasa de fertilidad de los palestinos musulmanes es muy superior a la de los occidentalizados israelíes y en muy poco tiempo los musulmanes serían más y no lo consentirán. Recuérdese que Israel sí es una democracia y cada persona tiene un voto. Hay partidos musulmanes en el parlamento de Israel.

El ataque del pasado octubre de 2023 pareciera diseñado por los propios radicales judíos para tener la oportunidad de hacer lo que, de otra forma, no se hubieran atrevido.

Los palestinos siempre han vivido de sus muertos. Poner las lanzaderas de misiles sobre colegios y hospitales es su estrategia básica, sabedores de que la respuesta israelí será precisa e inmediata. Y ahí están con sus cámaras, o con las de sus partidarios, prestos a publicar imágenes de mutilados, si son niños mejor, sean o no de ese ataque, o de ese sitio, o de ese año. Al final la vida de esa pobre gente es sólo propaganda para que la cosa siga y ellos puedan (los que mandan) seguir con su vida regalada en Qatar o Bahrein.

La fortuna del gran líder palestino (y ahora de sus descendientes) durante buena parte de todo esto tiempo, Yasser Arafat, se escribe en euros con 10 dígitos. Y el primero no tiene por qué ser necesariamente un uno.

Un atacante de Hamás se lleva a un civil el 7 de octubre en Israel. Cámara de la calle (Fuente: Wikimedia).

En el ataque de Hamás del 23 se cometieron, grabaron y divulgaron atrocidades propias de lo peor del ser humano. Tampoco recuerdo de los progres españoles la contundencia esperable. Cualquier condena venía indisolublemente ligada a un descafeinador PERO… Ese uso sistemático de la adversativa para condenar, pero poquito.

El activismo, que es en lo que se ha convertido buena parte de la izquierda, es ya una profesión. Greta Thunberg clamaba por el cambio climático del que seguramente no tenía ni idea. Ahora se embarca, a motor, contra el genocidio en Gaza del que, probablemente tampoco tenga demasiada. Les propongo a ella, y a Colau, que, ya que van hacia oriente, sigan hacia Afganistán donde las mujeres se divierten poco y tienen aún menos valor que un palestino en Cisjordania. También se podría incorporar Irene Montero. Es por dar ideas.

Para acabar y si han tenido la inmensa paciencia de llegar hasta aquí, ruego que disculpen las lagunas y las simplificaciones que me he permitido para hacer este texto. Deploro la actuación de Israel (de este Israel) en Gaza y lo considero una actuación criminal. Deploro la mera existencia de Hamás y lo que supone para los suyos. Con estas variables, la ecuación no tiene solución… en el campo real.

Si algún lector no está de acuerdo con parte o todo lo que escribo puede que hasta esté de acuerdo con él porque, según desde donde lo mire… lo veo de distinta manera. Lo que sí prometo es responder a cualquier comentario que tuvieran a bien hacer. 

Somos afortunados de vivir donde nos ha tocado vivir en el tiempo que nos ha tocado vivir. No es nuestro mérito. Otros, los gazatíes, por ejemplo, (pero otros muchos también, probablemente miles de millones), no pueden decir lo mismo, Y, seguramente no es su demérito. 

Juan José Martínez Valero

Nacido y criado en Melilla y afincado en San Pedro del Pinatar (Murcia) desde los 15 años. Dejé los estudios para desarrollar la empresa familiar de la que todavía vivimos. Muy aficionado desde siempre a temas científicos y de actualidad.

22 Comments

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  • Comparto parte de sus opiniones, otras tienen un tufo a Vox….
    Pero su artículo me parece valiente y me ha ayudado a entender algo de Historia.
    Gracias

    • Muchas gracias por el comentario, Francisco José. Me alegra que te haya podido ayudar en algo. Sí que me queda la curiosidad de saber dónde has encontrado ese tufillo. Precisamente hace no mucho, y en este mismo periódico, se publicó un artículo mío («Lo de Torre Pacheco desde Torre Pacheco» que te invito a leer) donde no le dedico flores a Vox. Claro, es imposible no coincidir en nada con cualquiera de los partidos. Por desgracia es demasiado común encontrar a quien está de acuerdo con todo lo que salga del partido que sigue o vota.
      Si en algo he coincidido con Vox, que me lo tienes que contar, pues será porque en éste o aquel punto estaré de acuerdo. Y si no lo estoy, y se tercia en mi opinión para algún escrito lo diré igualmente.
      Es fantástico que podamos disfrutar de la libertad que nos ofrece este medio. No dejes de usarla, especialmente, con la educación y buen talante de tu comentario. Juanjo.

  • No comentaré el artículo por falta de conocimiento serio de antecedentes históricos y contexto .
    Juan José admiro tu valentía y capacidad de síntesis en el artículo, que parece extenso pero es muy ameno e instructivo sobre la situación actual del conflicto.
    Lo que es innegable, creo yo, es que se está cometiendo algo parecido a un genocidio por parte del presidente israelí.

    • Gracias, Anastasio. La palabra «Genocidio» se está convirtiendo en una especie de «identificador» de parte. Lo matizas con ese «algo parecido» y lo veo muy acertado. Yo no creo que sea un genocidio porque de querer eliminar a la población por el hecho de serlo, medios tienen desde hace décadas. Supongo que también pararía la cosa si Hamás desistiera y entregaran los que puedan quedar de los rehenes vivos o muertos pero eso no es verosímil con la información que se maneja. Pero, como dices, si no es un genocidio, se le parece bastante. Quizás masacre, que puede devenir en genocidio cuando las salidas para los civiles sea ninguna. Posiblemente no estamos lejos.

      • Juanjo,
        La comisión de la ONU ha decretado oficialmente se trata de genocidio, guste o no guste la palabra.
        El dejar muerto de hambre a un pueblo entero y dejarlo destinado a una muerte lenta eso también es genocidio. No hay que llegar a un sistema como el perpetrado por Hitler, para llegar a eso.
        Eso es uno de los tantos argumentos de la propaganda israeli que algunos partidos europeos han hecho propios..
        Lo que me da rabia es que lo que esta pasando debería que pertenece a un sentimiento humano ( y lo mismo vale para las víctimas de Venezuela, de Birmania, de Yemen , de Israel etc), no a una campaña izquierda/derecha.
        Personalmente tengo la acostumbre de leer cotidianos de los dos bandos; eso me ayuda a entender el porqué de otro punto de vista.
        No te deniego que haya gente del gobierno o izquierda que haya hecho propio esta causa, pero tampoco se puede denegar que muchos cotidianos de derechas hasta hace poco ni siquiera mencionan el conflicto. Como si no exisistiera. Y esta misma gente , que continuamente dice que no se habla de los demás conflictos y que sólo se tiene pena para los palestinos, que acciones hacen ellos para estas otras poblaciones ( Sudán, Yemen, etc?)? Si razonadas asi pues no hablemos de ningún conflicto, ya que si hablamos de uno parece que no nos importa del otro.

        • Te reitero mi indiferencia hacia el uso del término. Que la ONU diga algo oficialmente no tiene mucho más valor que la composición de la comisión que lo redacte. Sólo me quejaba de que se haga bandera del término. Masacre, genocidio, crímenes contra la humanidad, ni entro en la valoración jurídica. Ni si quiera en la histórica. Allí. Hoy, unos matan y otros son matados. Sólo eso debería importar. Por lo demás, básicamente de acuerdo. Sólo añadir que tu último argumento lo puedes ver al revés: » Si razonadas asi pues no hablemos de ningún conflicto, ya que si hablamos de uno parece que no nos importa del otro» dices.
          Entonces, si hablamos sólo de éste (que no es ni el más grande en ningún parámetro que elijas) ¿Qué debemos pensar? Lo miro de mil maneras y veo argumentos para lo que se quiera.
          Quédate con la frase que puse antes que creo que ya he puesto en alguna respuesta anterior. «Allí. Hoy, unos matan y otros son matados. Sólo eso debería importar».

  • No sólo es nuestro gobierno el que está utilizando esa palabra para calificar lo que está ocurriendo en Gaza. Es más, la cuestiones semánticas aquí no me sirven cuando elnpresiidente de Israel quiere eliminar a los habitantes de Gaza y ni siquiera permite algún alto el fuego para repartir ayuda humanitaria. Las personas de Gaza están muriendo de muchas formas.
    Quizá no tendrá en cuenta lo que millones de judíos sufrieron en la segunda guerra mundial a causa del antisemitismo nazi.

    • Nadie tiene en cuenta eso cuando se siente (y con motivos) en superioridad. En este caso y es literal, aplastante.
      No es que lo vea buen ni mal, constato hechos. Casi siempre ha sido así y en casi todas partes.

  • El respeto a la vida humana y al derecho de un pueblo a formar una comunidad con derechos y obligaciones debe ir más allá de querer ganar una guerra y apoderarse de una extensión de tierra.

    Opino igual sobre la invasión rusa a Ucrania.

    Ambos presidentes ya están declarados criminales de guerra y acusados de crímenes contra la humanidad por el tribunal de La Haya.

    • El respeto a la vida humana no es lo más respetado de éste, nuestro mundo. Ni ahora ni en toda la historia siempre se han encontrado causas más o menos reales, pero casi siempre ajustadas a intereses concretos para que resulte el derecho, debiendo ser el que más, menos respetado. El derecho de los pueblos es aún más etéreo. Los mismos palestinos (y prácticamente todo el mundo islámico) niega ese derecho al propio pueblo judío. Y si no existe hoy un estado palestino en Palestina es por la avaricia de los «hermanos» de fe que en su día, como decía en el artículo se quedaron con el territorio. Por cierto, estados casi todos recién constituidos. Siria, en su configuración actual se constituyó como estado independiente en el 46, el mismo año que Jordania bajo el nombre de Transjordania por citar a vecinos próximos. Pero históricamente ha habido pueblos sin estado y estados sin pueblo. O pueblos en varios estados. La misma Sudamérica sería un buen ejemplo. Si miras por qué son como son Perú, Ecuador, Bolivia u otros, y ya no los países en sus fronteras actuales sino los pueblos que quedaron separados …y los enemigos que quedaron juntos. En África la cuestión multiplica por 1.000 lo de Sudamérica. El estado de Kuwait tiene un muy difícil encaje en cuanto a la identificación «pueblo-nación». Los Kurdos, que sí son un pueblo, no tienen estado y los saharauis viven exiliados en Tinduf (Argelia) porque no sé si son un pueblo pero sí se que no son marroquíes, por lo menos los que vivían el el Sahara cuando se retiró (tampoco gallardamente» España.
      En cuanto al tribunal internacional, sólo he visto juzgados y condenados a perdedores de guerras donde pudieron ser apresados. Viene ser como la ONU, ente resoluciones para que una u otra parte las puedan esgrimir según les interese. Por quedarnos en nuestro caso, Israel sólo se abrazó la resolución de la ONU que supuso su creación. Las muchísimas que ha habido después exigiendo su retirada de los asentamientos que iban creando a las bravas en Cisjordania se las han pasado, todas, por el mismo sitio. También las hay conminando a los ingleses a devolver a España la colonia de Gibraltar. O a Marruecos su nulo derecho sobre Ceuta y Melilla. Confío más en los jueces israelíes que tienen procesado a buena parte de su gobierno actual, incluido su primer ministro por malversación, abuso de autoridad y algunos delitos más. Quizás ese futuro judicial del ejecutivo israelí explique lagunas de su criminales conductas.

  • Uffff 🤦🏻‍♀️🤦🏻‍♀️
    No sé por dónde empezar, creo que tu artículo, en esta ocasión… No sé muy bien como definirlo, pero me parece cobarde, parece un discurso o un escrito de Felipe González, era un orador increíble, capaz de estar hablando tres horas sin decir nada, y aunque cierto es que das una magistral clase de historia… No me queda muy claro en qué punto estás, tal vez no es mi día y no me he enterado de nada.
    Mi bisabuela era judía, con lo cual obviamente algo de sangre judía tengo, e igualmente diré que no soporto esa expresión «tengo sangre de….»pero eso no significa que no sea así.
    Lo que realmente me preocupa son las consecuencias de decir lo que uno piensa en una sociedad democrática como la nuestra, ¡Da mucho miedo y vergüenza!
    Me da mucha pena que mueran niños, que mueran mujeres, hombres, que en definitiva son inocentes, sean de donde sean y del país que sean, pero voy a resumirte lo que pienso sobre Israel y Palestina.
    Dale un trozo de desierto a un palestino y el mismo trozo a un israelita, con las mismas condiciones de clima etcétera, el palestino seguirá sumido en el desierto y el israelita lo convertirá en un oasis. Tal vez podrías pensar que el israelita le quitaría el trozo de desierto al palestino y entonces volveríamos a empezar.
    Solo puedo pensar en Shani Louk, 22 años, ¿A quién se le ocurre ir a un concierto con tu novio a escuchar música? Eso por no hablar de otras historias que son de la peor película de terror🤷🏻‍♀️ esto es lo que tiene la tecnología y su avance🤷🏻‍♀️ y son de esas cosas que me hubiera gustado no ver. Ese ha sido el detonante, sin necesidad de retroceder cientos de años para intentar asimilar la barbarie.
    Yo no estoy a favor de Palestina, que cada cual saque sus propias conclusiones, Israel ¿está cometiendo un genocidio? No me cabe la menor duda, por muchos millones que se lleven los que dirigen el país «Yasser Arafaf», solo espero que algún día… las mujeres en Palestina, puedan dirigir sus propias vidas, porque eso significará que hemos avanzado.
    Irene Montero, Colau, Greta Thunberg…. Realmente no sé cuál de ellas me da más grima, asco o miedo 🤷🏻‍♀️ únase Javier Bardem.
    Jamás se puede cimentar una familia, sociedad, un país, un mundo, sin sentido común, sin inteligencia y sin empatía.
    Mientras Hamás (GRUPO TERRORISTA) dirija la Franja de Gaza, ¡JAMÁS¡ habrá una salida para Palestina.
    Tal vez estemos dejando atrás a Rusia y Ucrania, nuevamente guerras sin sentido, inocentes muriendo, ¿De parte de quién estamos? Podríamos hacer reseñas, la anexión de Crimea, la guerra en el Donbás, y creó firmemente que ahí está el problema, tenemos la tendencia, creo que ingenua, de buscar un sentido al sin sentido y la mejor manera de hacerlo es retrocediendo en la historia, por eso precisamente no somos capaces de avanzar.
    ¿Qué es lo que está pasando en Venezuela? Creo que voy a dejarlo ahí. Sea como sea un gran artículo. Un saludo

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    • Muchísimas gracias, María Isabel. Me ha gustado leerte.
      No pienso que haya hecho un escrito cobarde.
      Yo casi nunca estoy absolutamente seguro de las cosas. Suelo reflexionarlas bastante y, cuantas más facetas miras, si es que fura capaz de abarcar todo el «poliedro» más consciente eres de que, quizás, se te escapó alguna de las caras y eso te impide una comprensión completa del asunto y resulta un limitante para formar opinión con el menor sesgo posible, todos los tenemos.
      De jovencito, como «rojo» convencido que era (es lo que tocaba a esa edad y en esos años), era » de parte Palestina» por así decirlo. El razonamiento era aplastante. Están unas gentes en sus pueblos, en sus casas, con sus cabras, con sus redes de pesca, como sus ancestros desde cientos de años atrás y, por unos abusos cometidos por no saben quién, en no saben dónde, contra tampoco saben quién, un mal día, unos señores a 10.000 km de su casa deciden que te tienes que largar porque tu casa, tu tierra, tu sitio será para estos otros en base a que hace 2.000 años echaron a sus antepasados de allí ¿Quién puede rebatir eso? Es una injusticia palmaria contra la que cualquier bien nacido se revolvería hasta el límite de sus fuerzas.
      Luego, vas recibiendo otras informaciones, otros análisis, otros datos y el asunto se va relativizando. Las tácticas terroristas sostenidas en el tiempo por los palestinos no han ayudado aunque los judíos (yo no las viví por edad) también las usaron. Los ingleses no se fueron por el calor. Mira el atentado al Hotel Rey David en Jerusalén con casi 100 muertos (casi todos ingleses) o la matanza en la aldea musulmana de Deir Yassin a pocos km de Jerusalén, con mas de 100 aldeanos masacrados por el grupo terrorista judío «Irgún» dirigidos por Menajem Begin el mismo año 48, que, por cierto, llegó a ser primer ministro de Israel en los 70, yo lo recuerdo, e incluso Nobel de la Paz junto a Sadat por los acuerdos de Camp David.
      Israel utilizó el terrorismo cuando no tenían estado y los palestinos hacen lo mismo ahora. No los justifico, sólo intento entender algo y hacerme una idea de las cosas.. Claro, la inteligencia, la preparación y la «calidad» de unos y otros es como comparar a cualquier hijo de vecino con Curie (María). Pero desde el punto de vista moral ambos utilizaban lo que creían más conveniente sin ningún otro miramiento. Ninguno es ninguno. Hay muchos más casos de matanzas y los muertos casi siempre eran del mismo bando.

      En cuanto a lo de «Dale un trozo de desierto a un palestino y el mismo trozo a un israelita, con las mismas condiciones de clima etcétera, el palestino seguirá sumido en el desierto y el israelita lo convertirá en un oasis»

      Es una evidencia. La superioridad es indiscutible (y yo soy de la opinión convencida de que los judío, los de hoy, son un colectivo intelectualmente superior). Lo que causa el conflicto es que «conviertas en tu oasis mi desierto» echándome de él. La superioridad no debiera conllevar el derecho a aplastar.

      Muchísimas gracias, María Isabel. La calidad de tu reseña, creo que merecía esta contestación. Estoy orgulloso de lo que me comentáis, desde distintos puntos de vista pero con la misma educación. Disentir civilizadamente es la mejor garantía de convivencia y progreso. Y la Hoja del Lunes nos da el marco perfecto de libertad para que lo hagamos.
      Ya para acabar, en cuanto a la alusión a los discursos vacío de Felipe González, tampoco lo veo así. Lo que sí es cierto es que no me pronuncio en un sentido u otro. Pero es que no soy capaz. Podría haber escrito dos artículos con fundamentos sólidos a favor de uno y de otro. De ahí la endiablada situación. Con todo la razón, la legitimidad que le pudiera quedar a Israel ya la perdió con lo que están haciendo allí en los últimos tiempos.

      • Muchas gracias por tu comentario, igualmente a La Hoja de Lunes, por proporcionarnos la libertad de expresarnos, estemos acertados o no.
        Podríamos estar con reseñas históricas hasta el infinito jajaja.
        Los británicos invadieron la Agencia Judía, dos mil quinientos judíos fueron arrestados, en ningún momento pretendo justificar el atentado y los cerca de cien muertos del Hotel Rey David, pero esta es la dinámica que creo que desgraciadamente utilizamos, no tengo muy claro si para reconfortarnos para tener razón o perderla pero es lo que hay. El Mossad no se queda atrás, ¿Alguien tiene la legitimidad de decirme que cuando cazaban nazis era lo correcto? ¿Sí…no…?
        ¿Y todo lo demás? Que no es poco….
        Y por último en cuanto a los británicos…. Necesitarías unos cuantos artículos para rememorar las atrocidades innombrables que han cometido a lo largo de su historia. Nuevamente gracias, estoy deseando leer tu próximo artículo, por favor no nos hagas esperar mucho ☺️

  • Ante todo, gracias por tu artículo. Aludía alguno de tus comentaristas a no sé qué tufillo a Vox, a discurso ¿demagógico y/o vacío?, estilo fulano de tal, incluso que no es posible localizarte en un punto y eso, hoy, parece que es grave y susceptible de poder ubicarte en todos los puntos ideológicos imaginables. Y me lo he vuelto a leer para intentar ver qué se me había escapado.
    Me gusta el cine y hay ejemplos de planos secuencia magistrales (el paseo en triciclo en El resplandor o
    Alfred Hitchcock en La soga, entre cientos). Pero esos planos no son la película y pretender (con todos mis respetos a quien opine lo que opine) que un artículo de opinión vale tanto como la referencia concreta a tal o cual secuencia es no haber entendido la película. ¿Atrocidades? Las que queramos: (periodistas muertos o asesinados, niños mutilados, muertos de hambre o muertos por bombas…), insisto, lo que queramos.
    Últimamente, y a propósito de Gaza, no consigo tener conversaciones inspiradas en las neuronas y no en las vísceras. Por eso me ha gustado mucho tu artículo, porque te has atrevido a abrir el foco y permitir a quien se atreva a mirarlo también con perspectiva de película completa y no desde tal o cual toma. Y, frente a lo demagógico posible, hay muchas vías que señalas. Te doy las gracias por ello y por preferir, con valentía, la neurona a la víscera.

    • Muchas gracias, Antonio. Yo comprendo las críticas de los lectores que, como tú, se han tomado la molestia de poner un comentario. Y también como tú, un texto generoso y expresando sus puntos de vista y sus desacuerdos o coincidencias ( como en tu caso) con bastante profundidad pero sobre todo con enorme respeto. Es un tema delicadísimo pero es que, además, por pura casualidad su publicación ha casi coincido con el agravamiento de la crisis en los últimos días. No era mi intención. Si sigues mi trayectoria, verás que no busco temas sobre la actualidad rabiosa aunque tampoco los esquivo si así lo considero.
      Posiblemente hubiera buscado un enfoque menos histórico pero, como decía al principio del artículo, me pareció conveniente, en el ánimo, como bien has captado de que se pueda “entender la película”. Para ti lo he logrado y otros ven sesgos de uno u otro lado que seguramente, en no sé qué medida habrá, ser imparcial con uno mismo se acerca a una misión imposible. Como también parece misión imposible, y cada vez más, tener conversaciones inspiradas en las neuronas y no en las vísceras. Creo que no faltan neuronas en los comentarios, quizás tampoco vísceras pero es incuestionable el ánimo de argumentar sus opiniones de todos vosotros.
      Por desgracia, la sociedad actual nos está convirtiendo en en soldados. Cumpliendo órdenes y lo que es peor, esperándolas cuando no deseándolas. El criterio propio escasea. Si el partido con el que simpatizas, militas o votas dice que la nieve es negra, el que lo niegue será “enviado a galeras” por darle bazas al enemigo. Yo suelo decir que no doy el voto, lo presto. Ahora sería más ajustado un “renting”, cedes el uso pero no la propiedad y a los cuatro años vemos si repetimos o cambiamos. La pena es que si el “uso” no es el pactado (en política si faltas a los compromisos adquiridos) pueden seguir usando tu voto, incluso, contra ese compromiso hasta las siguientes elecciones. Está claro que ellos lo saben, saben que hay más vísceras que neuronas y lo alimentan polarizándolo todo. Los trasvases son de derechas y las desaladoras de izquierdas. Las renovables son de izquierdas y las nucleares de derechas. Y así tantas cosas. Ahora, también el tema palestino ha tomado esos derroteros, los de derechas apoyan a los israelíes y los de Izquierdas a los palestinos. Menos neuronas aún, si no utilizas el término “genocidio” eres un facha. En estos comentarios he visto un cierto ánimo de “convencer” y, por lo menos, en estos intercambios, yo diría que más neuronas qué vísceras. Gracias de nuevo.

  • Hola Juanjo he leído tu artículo con atención y confieso que llevo 2-3 dias meditando sobre ello y toda una serie de libros y documentos que llevo leyendo desde hace meses ( en mi caso personal ando hablando de esta cuestión desde hace un par de años).
    Con respecto al articulo, me ha parecido interesante, pero me ha dejado parcialmente con una sensación de vacío.
    El relato histórico que ofreces es demasiado breve. Y cuando la historia se resume en exceso, se corre el riesgo de que parezca un simple enfrentamiento eterno entre dos pueblos, cuando en realidad hay hechos muy concretos y decisiones políticas que explican por qué estamos aquí.

    Tras la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano se derrumba. Sus territorios son repartidos entre británicos y franceses en el acuerdo secreto Sykes-Picot. A los árabes se les promete independencia si luchan contra los turcos. Al mismo tiempo, en 1917, Londres promete a los sionistas un “hogar nacional judío” en Palestina con la Declaración Balfour. Tres promesas incompatibles. Tres compromisos que siembran la semilla del conflicto moderno.

    En 1922, Palestina queda bajo mandato británico. Los árabes descubren que no tendrán independencia. Los judíos comienzan a llegar en masa con apoyo internacional. Entre los años 20 y 40, los enfrentamientos crecen. Y no olvidemos un punto incómodo: los grupos armados sionistas que actuaron con violencia, atentados como el del hotel King David en 1946 ( dejando 96 víctimas de las cuales 28 britanicos) o la masacre de Deir Yassin en 1948. Estos actos, que rara vez se mencionan, marcaron la huida y el terror de miles de familias árabes.

    En 1948, el Reino Unido se retira. Israel proclama su independencia. Y en la guerra que sigue, más de setecientos mil palestinos son expulsados de sus casas. La Nakba. La catástrofe. No es un detalle, es el hecho fundacional de la identidad palestina y de la herida abierta hasta hoy.

    Después vienen 1967, la Guerra de los Seis Días, la ocupación de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Y con ella, los asentamientos ilegales que la ONU condena una y otra vez. Pero el artículo no menciona nada de esto.

    Se habla mucho del adoctrinamiento palestino. Cierto. Pero incompleto. En Israel también existe un adoctrinamiento profundo: escuelas, servicio militar, cultura política. No es solo Netanyahu. Una parte de la sociedad respalda esa visión del árabe como enemigo. Sin esa base social, Netanyahu no podría mantenerse en el poder tanto tiempo.

    Se menciona el “armamento palestino”. Pero ¿dónde queda la comparación con el poderío israelí? Israel no es solo un Estado armado: es una potencia mundial en industria militar y tecnológica. Empresas como Google o Microsoft colaboran en proyectos de inteligencia artificial aplicada a defensa. Y al mismo tiempo, lobbies como el AIPAC condicionan la política exterior de Estados Unidos. Esto no es ideología. Son hechos.

    Y es verdad que de Palestina se habla mucho más que de otros conflictos como Sudán o Yemen. Pero no hay que confundir ni generalizar. En cualquier causa puede haber gente que se acerque por interés, incluso económico. Sin embargo, en este caso hay una razón más profunda: Israel no es Sudán ni Yemen. Israel siempre se ha presentado como un país “como los nuestros”, casi como Francia o Italia: con valores occidentales, con una democracia consolidada, incluso como un Estado que defendía derechos de las minorías, de los gays. Precisamente por eso choca tanto ver que ese mismo país cometa prácticas de ocupación, apartheid o bombardeos masivos contra civiles. Porque de Sudán o Yemen nadie espera democracia. De Israel sí. Y esa decepción genera más indignación y más debate.

    En medio de todo esto, Netanyahu declara que Israel debe convertirse en una “Esparta autarquica”. Una autarquía militarizada, preparada para el aislamiento internacional. ¿De verdad ese es el camino para la seguridad de Israel? Parece más bien una ruta hacia la autodestrucción: aislamiento, sanciones, pérdida de aliados.

    Por eso, aunque tu artículo intenta ser equilibrado, al dejar fuera tantas piezas históricas y políticas corre el riesgo de sonar demasiado cercano a narrativas recurrentes.

    Y la verdad incómoda, la que hoy reconocen juristas y organismos internacionales, es que lo que está ocurriendo en Gaza tiene un nombre: genocidio.

    • Muchas gracias, Mirko. Comparto lo de las múltiples omisiones que comentas en el relato histórico. Pero en un asunto tan endiabladamente complejo necesitaría mucho más espacio del que se le supone a un artículo. Conozco el acuerdo Sykes-Picot y la Declaración Balfour, incluso alguno más con que unos y otros trataron de «comprar» apoyos. Posiblemente no haya estado acertado en la selección de los hitos que harían comprender mejor lo que pasa. Si lees mis respuestas a los distintos comentarios verás que amplío un poco más. En cuanto al terrorismo judío, en cuanto a la composición del gobierno judío y la opinión que me merece. Y sí, Netanyahu y su gobierno ya no son de los nuestros. Este Israel no tiene defensa y espero que la presión interna, que la hay, haga lo que nosotros no podemos hacer.