La DANA de Valencia nos ha recordado una vez más los efectos devastadores que puede llegar a tener la lluvia en el Mediterráneo: basta recordar las inundaciones de Castellón de 1949, las de Valencia en 1957, la rotura del Pantano de TOUS en 1982, la riada en Alicante el mismo año y 1997 o la inundación de la Vega Baja en 2019.
Este fenómeno, también conocido como gota fría, cada vez es más frecuente, hasta un 15 % más desde que comenzó el siglo XXI, debido a los efectos del cambio climático. Todo comienza con el aumento de la temperatura del agua del Mediterráneo que según Jorge Olcina, director del laboratorio de climatología de la Universidad de Alicante, «ya ronda los 27 grados, lo que provoca que durante la evaporación se formen nubes cargadas de más vapor de agua y energía que descargan en forma de lluvias cada vez más intensas y torrenciales. A lo que hay que sumarle el reajuste térmico de la propia atmósfera, que para compensar el aumento de las temperaturas cada vez envía más bolsas de aire frío».
Este escenario de DANAS cada vez más probables ante el aumento de las temperaturas no tiene pinta de que vaya a disminuir a corto plazo. Lo cual plantea la pregunta de qué pasaría si lloviera así en nuestras ciudades.
Así que vamos a hacer un repaso de qué estrategias e infraestructuras tienen las tres principales ciudades de la provincia: Elche, Alicante y Torrevieja. Tres localidades que se encuentran en zonas inundables o con peligro de inundarse.
Alicante.- 358 720 habitantes en 2024 según INE (Instituto Nacional de Estadística)

Mapa de las zonas inundables de Alicante. Fuente del mapa.
Alicante es una ciudad que a rasgos generales ha sido construida desde el nivel del mar hasta las lomas del Garbinet y el monte Orgegia, donde se encuentra ubicado el barrio de Juan XXIII. Este distrito está situado 100 metros por encima de la cota cero, que actualmente está ubicada (y oculta por la nueva pasarela construida en la reciente reforma) en el Paseo de Gomis, al lado de la Explanada.
Esta configuración urbanística convierte a la ciudad en una rambla gigante para las lluvias que caen en las zonas altas y corren raudas en busca del mar. A ella hay que sumarle dos particularidades: la ciudad está construida sobre barrancos y rodeada por ellos. Alicante está flanqueada por el barranco de las Ovejas que desemboca en la Playa de San Gabriel y el de Orgegia-Juncaret que lo hace en la Playa de la Albufereta.
Además, tal y como señala F.J Benito, periodista experto en temas hídricos, “Alicante tiene un diseño de las calles convexo en lugar de cóncavo, lo que facilita que el agua en lugar de ir canalizada por la calzada choque contra bajos o locales. A lo que hay que sumarle la situación del barrio de la Playa de San Juan que está construido por debajo del nivel del mar y carece de sistemas y mecanismos para bombear agua estancada al mar”.
Todas estas características hacen de Alicante una ciudad proclive a las inundaciones. Desde el siglo XVIII hasta el XX, cada generación de alicantinos la vio en algún momento de su vida inundarse. Hasta 1997 cuando todo cambió.
Después de la riada de ese año que se cobró cuatro víctimas mortales el por aquel entonces conseller de ordenación del Territorio, José Ramón García Antón, junto al entonces alcalde de la ciudad, Luis Díaz Alperi, levantaron la ciudad en un ambicioso plan que costó 186 millones de euros ( 30 000 millones de pesetas), y que consistió en la implantación de colectores en la zona norte de la ciudad para que desviaran los posibles torrentes de agua hacia los dos barrancos laterales previamente mencionados, el de las Ovejas y el de Orgegia-Juncaret.
También se recuperaron los barrancos naturales de la ciudad, cegados por la progresiva urbanización, y se encauzaron para que pudieran llevar agua al mar. Hablamos de los de la Rambla, Óscar Esplá, San Blas y Bon Hivern, en el barrio de El Pla. En Playa San Juan además se trabajó para que si llovía, la zona no quedara inundada, bajando la altura de las vías del antiguo trenet por donde hoy circula el Tram para que no hicieran de dique.
¿Qué pasaría si lloviese torrencialmente hoy en día? Todo esta infraestructura de colectores y barrancos canalizados absorbería el agua y la llevaría al mar.Estas obras están además apoyadas por el parque inundable de La Marjal en Playa de San Juan, el primero que se construyó en España, y el tanque de tormentas de San Gabriel, que recoge parte del agua sucia de las riadas y la canaliza a la depuradora.
Elche.- 243 128 habitantes en 2024 según INE (Instituto Nacional de Estadística)

Mapa de las zonas inundables de Elche. Fuente del mapa.
La ciudad de Elche, atravesada por el Río Vinalopó, presenta unas características totalmente diferentes a Alicante. De entrada es una ciudad más llana, no con tanto desnivel como su vecina. Y el Vinalopó la cruza a cierta profundidad por un cauce hormigonado que lo canaliza.
El problema que tiene el municipio con posibles inundaciones está en la desembocadura de dicho río. Y es que junto a los barrancos de Los Arcos y San Antón, transporta las aguas hasta el abanico fluvial coloquialmente conocido como la albufera de Elche (desde donde conecta con el mar por Santa Pola y La Marina), que se encuentra ubicado en las habitadas pedanías de Daimés y Derramador, habitadas y urbanizadas.
El otro problema que tenía, la inundación de ciertos puntos de la ciudad (incluso con débiles precipitaciones), se ha solucionado casi en su totalidad con las obras de mejora de alcantarillado e implantación de colectores realizadas por Aigües i Sanejament d’Elx S.A. Estas fueran planteadas en su Plan Director de 2012 del cuál hay ejecutado un 30 % según la propia empresa mixta.
Actualmente si llueve mucho, Elche cuenta en primer lugar con su red de alcantarillado de 570 kilómetros. Sus alcantarillas inicialmente se construyeron de forma unitaria, es decir, utilizando las mismas tuberías para transportar las aguas pluviales y las residuales; desde la entrada en vigor del Plan General de Ordenación Urbanística en 1988 las nuevas que se han construido se han diseñado siempre que se ha podido de forma separativa, siendo capaz de separar los dos tipos de agua. Además están apoyadas por una red de aliviaderos capaces de absorber el agua durante las precipitaciones y por el tanque de Tormentas del Parque Empresarial de Torrellano.
Pero el problema principal sigue siendo la desembocadura del Vinalopó y los dos barrancos en Daimés y Derramador. Es por ello que Aigües d’Elx hace tiempo que cambió su enfoque a no solo conseguir drenar lo máximo posible, sino también a ralentizar la posible corriente de agua con elementos laminadores o infiltrándola en el terreno para llevar la parte más contaminada a la depuradora por las alcantarillas. De forma que cuando desemboque, lo haga con la menor virulencia posible.
A raíz de las lluvias torrenciales del pasado mes de octubre, el Ayuntamiento de Elche y la empresa mixta han decidido darle una vuelta de tuerca a las soluciones ante posibles diluvios como el de Valencia. El consistorio por un lado está adecuando y limpiando los barrancos y ha sacado recientemente un sistema propio de alertas por SMS que actualmente se encuentra en fase de pruebas.
Aigües d’Elx por su parte, ha puesto en marcha un plan antirriadas que viene a sustituir al Plan Director de 2012 y que tal y como afirman en la empresa de de aguas ilicitana “pasa por priorizar dos actuaciones. En primer lugar la construcción de un tanque de aguas pluviales (O tanque de tormentas) en el barrio Altabix-Universidad que mitigue los riesgos de inundación en las áreas urbanas del entorno del barranco de San Antón, que son los barrios de Altabix y Travalón. Y en segundo lugar, digitalizar la medición de los datos pluviales de precipitaciones y caudales con un sistema integral de instrumentos que permitan gestionarlas a tiempo real durante las lluvias” .
Este sistema se integrará con un programa de previsión metereológica de la AEMET que multiplicará la capacidad de preveer y gestionar posibles inundaciones. Y para el futuro, está previsto la construcción de un nuevo tanque de tormentas en Arenales del Sol.
Torrevieja.- 94 803 habitantes en 2024 según INE (Instituto Nacional de Estadística)

Mapa de las zonas inundables de Torrevieja Fuente del mapa.
Torrevieja es el municipio más llano de los tres y tiene una orografía particular, ya que además de tener salida al mar, se encuentra rodeada de dos lagunas: la Rosa y la Salada, con un pequeño montículo entre ambas. Y pese a no encontrarse ubicada en zonas inundables, tiene dos problemas muy serios en su relación con las lluvias. El primero es su tendencia natural a anegarse, incluso con pocas precipitaciones. Y el segundo es su desarrollo urbanístico que ha sido diseñado para todo menos para las lluvias.
El primer problema parte tal y como señala David Pamies, periodista del diario Información especializado en Infraestructuras, Agua, Urbanismo, Medio Ambiente y Gestión de los ayuntamientos en la Vega Baja, se debe a que “las lagunas se encuentran por debajo del nivel del mar de forma que cuando llueve, el agua tiende a ir o bien hacia el mar o bien hacia las lagunas. Y si va a estas últimas ahí es cuando se generan problemas, porque no hay bombas que la transporten al mar y las urbanizaciones construidas en las zonas aledañas, como la de Las Torretas, se inundan”.
Y es ahí cuando aparece el segundo problema. Históricamente Torrevieja no había tenido grandes problemas de inundaciones hasta los años 80, cuando con la llegada del agua potable garantizada por el trasvase Tajo-Segura comenzó un desarrollo urbanístico salvaje que no tuvo en cuenta la implantación de alcantarillado, redes separativas de aguas pluviales u otro sistema de drenaje. De forma que hoy en día cuando llueve aún con muy pocas precipitaciones se genera una corriente de agua que corre por la superficie y se mezcla con las aguas residuales, ya que no hay redes de separación pluvial. De forma que el agua acaba por salir a la superficie… Y además de resultar muy complicada de bombear genera problemas serios como cortes en la carretera de acceso a Torrevieja, la CV-905, inundaciones urbanas y contaminación del mar , pues es allí donde se acaban vertiendo estas aguas residuales.
El plan de Torrevieja, cuya red de agua está gestionada mayoritariamente por la empresa Hidraqua, poco a poco ha ido construyendo tramos de redes pluviales subterráneas en las zonas más críticas.
Aunque las principales infraestructuras con las que está contando son los sistemas de drenaje sostenible. Tiene dos en forma de parque inundable, los de Doña Inés y Torre Almendros, con capacidad de absorber 14 000 y 12 000 metros cúbicos respectivamente y otros dos sin ajardinar.
Además, se está construyendo otro parque inundable para absorber 50 000 metros cúbicos cerca de una macrourbanización de nueva creación, la de La Hoya, donde habitan 7400 personas.
El futuro de las ciudades
Ahora que ya conocemos cuál es el punto de partida y las soluciones que ofrecen las tres principales ciudades de la provincia cabe preguntarse. ¿Y qué pueden hacer el resto de ciudades para adaptarse a los cambios en el comportamiento de las lluvias mediterráneas?
Dado que a corto plazo revertir el cambio climático es prácticamente imposible, solo existe un camino posible tal y como señalan los expertos en infraestructuras hídricas y climatología: la adaptación urbanística y tecnológica de las ciudad. Y el objetivo debe ser evitar que el agua de las lluvias intensas circule en la medida de lo posible por las calles y avenidas de nuestras ciudades.
Urbanísticamente todos coinciden que el camino a seguir pasa por la construcción de obras de infraestructuras pluviales, colectores de tormentas y sistemas de drenaje sostenible: depósitos de almacenamiento pluvial y parques inundables. Y tecnológicamente, la solución pasa por desarrollar sistemas e instrumentos de medición y análisis que permitan adelantarse a las lluvias.
Estas soluciones, apuntan, pueden y deben complementarse con medidas para reducir la temperatura de las ciudades como la renaturalización de las ciudades, creando más zonas verdes (está demostrado que puede reducir hasta en 5 grados centígrados) o construyendo refugios climáticos. Porque ya que no podemos evitar las DANAS, al menos debemos estar preparados para afrontarlas.
Glosario
Colector: Un colector es una súper tubería donde pueden caber varias personas de pie creada para absorber grandes cantidades de agua. Se ubica en puntos donde se sabe que va a llover.
Sistema de drenaje sostenible: red de infraestructuras hídricas diseñadas para captar lluvias de la forma más natural posible, como podría ser un parque inundable o un depósito de almacenamiento de lluvia.
Parque inundable: un sistema de drenaje sostenible. Tiene tanto la función estética de un parque como el papel de absorber grandes cantidades de agua. Es como un desagüe natural, una balsa bonita.
Depósito de almacenamiento de lluvia: también llamado balsa de laminación es otro tipo de sistema de drenaje sostenible. Realiza la misma función que un parque inundable, pero no tiene elementos estéticos.
Tanque de tormentas: también llamado tanque de aguas pluviales, recoge el agua de una riada y evita que el agua llegue contaminada al mar. Se colocan en un punto por el que se sabe que va a pasar una corriente de agua y está conectado a una depuradora.
Red de aguas pluviales: infraestructuras y alcantarillado diseñado para captar y separar las aguas que caen del cielo. Un colector formaría parte de una red de agua pluvial.
Red de aguas residuales: infraestructuras y alcantarillado diseñado para captar las aguas contaminadas. Un tanque de tormentas formaría parte de ellas.
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