Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Cuentan que Pedro Sánchez no puede dormir

Imagen generada por ChatGPT.

Su compañero del PSOE, García-Page, le acusa de aliarse con la “extrema derecha racista” de Junts.

Eso dicen; que no puede dormir. Eso se comenta en algunos mentideros, esos antros donde se generan bulos y se fabrica fango. No hay manera de que Pedro Sánchez concilie el sueño ni por un minuto. Y menos desde que a Sánchez le ha llegado el mensaje de su compañero de partido y presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, acusándole de aliarse “con la extrema derecha racista de Junts”. Bolaños anda buscando nuevos asesores psicólogos y psiquiatras y hasta curanderos en un intento extremo para que el puto amo concilie, de una puta vez, el sueño reparador tras sus interminables jornadas de actividad salvadora de la patria. y hasta de Europa, que esa es otra, no había bastante faena para satisfacer las ignominias de Puigdemont para que, ahora, andemos sudando el Falcon con la Unión Europea echa unos zorros por culpa de Trump. Excesivos problemas para quitarle el sueño. Y, encima, hay graciosos que dicen que Sánchez echa de menos el exiliado colchón donde dormía, a pierna suelta, su antecesor monclovita Mariano Rajoy. Incluso aseguran que asesores del Gobierno han acudido a Cáritas en busca del colchón, pero allí les han dicho que no saben a qué familia necesitada se lo dieron.

Las carcajadas del presidente contra Feijóo ya no son las que fueron aquellas que dio en el Congreso de los Diputados y que aún están resonando en la Torre del Big Ben de Londres. Lo de Page es la puntilla, que no la putilla; lo de la putilla o putillas dicen que tiene que ver con su exhombre de confianza y acaso más gente, que ya se verá. Pero lo cierto es que Sánchez cada vez se ríe menos. Cada vez ríe y sonríe menos. Se le ve siempre con las mandíbulas prietas, ajustadas, tirantes y dibujando gestos tensos de una cara que resta serenidad a un rostro otrora casi juvenil, todo ello agravado por un pelo cada vez más canoso, pero nada venerable debido a la falta de comunicación del conjunto, una figura que otrora resultaba atractiva para las ancianas que le votan devotamente, sin que les importe que sus trajes sean siempre azules. O acaso es que el azul le da un timbre de chico un tanto celeste e inmaculado, merecedor de votos sin cuento. El presidente está triste, ¿qué tendrá el presidente?

Menos mal que, de vez en cuando. llegan congresos del PSOE y allí se quita el traje; se pone la cazadora socialdemócrata y se olvida de todo lo que sea lastre. Es un triunfador nato y sabe dar todo lo que le piden, unas  veces los compañeros y otras los aliados. Lo da todo, incluso lo que no es suyo, sea constitucional o no porque siempre hay tiempo para decir hoy que es legal lo que ayer no lo era; para decir que es constitucional o no, según convenga. Cosas del marxismo del Gobierno coaligado con el comunismo y apoyado por capitalistas catalanes y vascos, todos independentistas a los que Pedro, en plan caudillo, dice que lo que ayer, o anteayer, era inconstitucional o claramente anticonstitucional ya no lo es. Los sacan en la tele (a él, Pilar Alegría, Marlaska…) diciendo que la amnistía era inconstitucional o que las competencias exclusivas del Estado son intransferibles, pero, con toda cara dura, al día siguiente, ceden ante Esquerra de Cataluña y más aún ante el fugado Puigdemont. Y la bajada de pantalones, con perdón de la deuda catalana, la anuncia primero Junqueras. Y la cesión o transferencia (o lo que sea) de competencias en inmigración o control de fronteras, lo anuncia primero Puigdemont, humillando a Pedro, que se deja pisotear. ¿Y la dignidad de un presidente que representa a todo el pueblo español donde queda? Puigdemont se jacta de que Cataluña es tratada ya por Sánchez como una nación, como un estado a punto de independizarse. Eso dice y Sánchez ni abre la boca, ni trata asuntos tan trascendentales en el Congreso de loa Diputados, ni informa de asuntos de tanta gravedad al rey, según leemos en la prensa y en periódicos digitales. La rendición (rendiciones, una detrás de otra a independentistas catalanes y vascos) lo celebran Sánchez, Bolaños, Marisu Montero y Pilar Alegría, como triunfos “después de intensas negociaciones (en el extranjero y casi siempre con un mediador internacional para más inri), trabajando por España hasta la extenuación”.

Pero lo que dice Page les tiene alterados: “No se puede pactar lo que se está pactando sin vender tus valores, sin caer en la hipocresía de haber hecho lo contrario de lo prometido”. La caradura no puede ser más parecida al ‘cemento armao’. Hay que esperar al texto de la ley orgánica que se exige constitucionalmente para proceder a las transferencias o delegaciones, dejando claro lo que dice el artículo 50 de la Carta Magna, que “el Estado se reserva formas de control… y podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas aún en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general. Corresponde a las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada cámara, la apreciación de esta  necesidad”. El Estado puede recuperar lo que haya delegado si así lo creyera oportuno, en cualquier momento, por el “interés general” de la nación. Cataluña no es una nación según la Constitución. ¡Por ahora! No creo que Sánchez vaya a permitir el referéndum de independencia catalana ni que el catalán sea el único idioma oficial de Cataluña. La Constitución, en su artículo 3, es clarísima: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla (también Puigdemont y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras) y el derecho a usarla”. El catalán también es oficial en Cataluña, como el valenciano en nuestra Comunidad, el vascuence en el País Vasco y el gallego en Galicia. Es anticonstitucional exigir el catalán como requisito para obtener el permiso de residencia en la comunidad, pero dicen que se lo van a sacar al Gobierno, que nunca sabe ni defiende lo constitucional mientras  necesite los siete votos de Junts para mantenerse en la Moncloa. ¿Hablamos de dignidad otra vez o de rendición cobarde de un Gobierno que, tras cada escupitajo separatista, dice “sentirse cómodo’?

Aunque el sanchismo, traidor del PSOE y de España, haya eliminado los delitos de secesión y de malversación sin enriquecimiento personal, para ofensa a la historia de la mejor jurisprudencia y gran desgracia de este país que fue lumbrera del Derecho en todo el orbe, aún queda el artículo 155 de la Constitución por si a los separatistas catalanes se les ocurriera volver a proclamar la República Catalana cuando vuelvan a ganar las elecciones y manden a la oposición al partido de Illa y su valedor Sánchez. ¿O piensan reformar el artículo 155 para que aquí y ahora, o luego, dentro de nada, cada región española haga de su capa un sayo?  Pregunta ridícula. Pero ¿qué no es ridículo en este momento en España con un monigote que tiene a casi toda su familia en los juzgados, así como a su exministro  más poderoso y a la vez exsecretario de organización del partido y al fiscal general del Estado en los tribunales y un Gobierno que paraliza un Consejo de Ministros por voluntad del forajido Puigdemont? Un presidente todo el tiempo humillado en el Parlamento y fuera de él por unos partidos cochambrosos que se ríen y mofan en sus barbas un día sí y otro también. ¿Cómo puede pasearse por el mundo, muy trajeado, pero desnudo de méritos, sacando pecho (gracias a España) pero sin aportar nada, gobernando no para la mayoría de españoles, entre ellos los empresarios a los que desprecia abrazado a Yolanda Díaz?

Yolanda Díaz, como ministra de Trabajo, siendo recibida en audiencia privada por el papa Francisco en febrero 2024 (Fuente: Moncloa).

Rodeado de tantos problemas y tantos asesores y tantos ministros pelotas y tantas ministras repitiendo todo el tiempo sus consignas y contraconsignas y teniendo que lanzar cada día nuevas mentiras o cambios de opinión… Eso no hay cuerpo que lo resista ni que cien años dure, sobre todo si no puede dormir y recuperar neuronas, que dicen que se reproducen más y mejor durante los dulces sueños. ¿Cómo van a ser dulces los sueños de Pedro rodeado como está por todas partes de ‘gente de confianza’ de los que tiene que desconfiar para que no le salgan como José Luis Ábalos y…? Pues eso. Que, como siga así, sin dormir, cualquier día le da un jamacuco, como al papa Francisco, y nos mete en un problema, ya que Pedro es como el papa, que no dimite. Bien es verdad que Francisco tiene 88 años y Pedro acaba de cumplir los 53 el pasado 28 de febrero a las 12 en punto de la noche. Lo deduzco así porque Pedro es uno de los humanos que nació en año bisiesto, el 29 de febrero de 1972. Cumple cuatro años cada cuatro años y acaso sea eso lo que le hace tan especial y que no pueda conciliar el sueño, que digo yo que no duerme para que no le quiten la presidencia y la Moncloa. Pero a lo mejor no es por eso. Incluso puede que duerma a pierna suelta todas las noches soñando con el angelito de Rajoy y lo de que no duerme es un bulo que he fabricado yo.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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