Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Cristina Pedroche y otras orgullosas del destape

Cristina Pedroche en una de sus visitas a El Hormiguero, 2014 (Fuente: Perfil de El Hormiguero en Flickr).

Como las feministas, arguye que hace con su cuerpo lo que le da la gana.

La televisiva Cristina Pedroche lleva seis o siete años retransmitiendo las doce campanadas que, desde la Puerta del Sol madrileña, dan paso al nuevo año. Ha protagonizado un vídeo desnudándose por las calles de Madrid, con recorrido que termina en Sol, para promocionar su próxima comparecencia de Nochevieja. ‘El Hormiguero’ le dedicó su edición del jueves pasado íntegramente. Cristina acudió al programa casi desnuda y desveló que en Nochevieja comparecerá con la cabeza rapada y un vestido “sin tela”.

Tiene motivos Cristina para estar orgullosa de su cuerpo. Pero no acabo de comprender las razones que aduce para enseñárselo a todo el mundo. Entendería, hasta cierto punto, que instalara en su casa espejos por todas partes para alimentar su orgullo, que no es orgullo gay, pues bien claro dejó su amor por el mejor chef del mundo 2021, Dabiz Muñoz, su marido y coempresario en una red de restaurantes famosos. El que quiera demostrar a los demás la belleza singular de su fisonomía pudiera sonar a exhibicionismo un tanto morboso.

Nada tengo contra las playas nudistas, pero me parece inadecuado convertir las calles de Madrid en una de esas calas para culos al aire que, por lo que cuentan, cada vez tienen menos seguidores. El nudismo callejero, por otra parte, no es signo de libertad como defiende Pedroche. Como una feminista cualquiera sostiene que hace con su cuerpo lo quiere. Razona su posición libertaria con argumentos inconsistentes. “No se trata de atreverme. Es cuestión de ser libre y de elegir lo que me da la gana. Al final, tengo lo que quiero”.

Vamos a ver, Cristina. La libertad es acaso como la suerte: la hay buena, la hay regular y la hay mala. Dicen que la suerte hay que buscarla, no sólo esperarla. A la libertad le ocurre tres cuartos de lo mismo. Con su libertad hicieron barbaridades Nerón, Hitler y, a escala menor, todos los maltratadores que por nuestro mundo tanto abundan para desgracia de tantas mujeres y para oprobio y vergüenza de tantos hombres como amamos y adoramos a las mujeres y somos más auténticos feministas que Irene Montero, Yolanda Díaz y Carmen Calvo juntas.

Te vi en la tele y me pareció que, efectivamente, tienes motivos para estar orgullosa de tu cuerpo, pero veo innecesario que se lo muestres por completo a toda España y parte del extranjero. Eso es exhibicionismo y, además, interesado. Me gustaría saber la opinión de Dabiz o, mejor, de David Muñoz, sin ‘b’ y sin ‘z’, el de andar por casa. ¿A qué marido o a qué novio le gustaría que su mujer o su novia se desnude por la calle o vaya semidesnuda a la tele?

No acudo a razones morales, sino a cuestión de civismo y relaciones sociales. No me vengas con monsergas de que hay que ser rompedoras y abrir caminos a la libertad de la mujer. Nada de nada. Yo no veo hombres que se desnuden por la calle o vayan semidesnudos a la tele para proclamar libertad y romper esquemas. Es elogiable que medites todas las mañanas, al levantarte, durante diez minutos para tomar energía interior, para recargar pilas del espíritu. Pero medita más. En la tele dijiste muchas cosas sensatas, pero lo de desnudarte en la calle y lo del (no)traje con que acudiste a ‘El Hormiguero’ no es fruto de la meditación, sino del demonio de la propaganda para hacerte publicidad barata y llevar audiencia (y anuncios) a la emisión de las campanadas de Nochevieja. No te engañes a ti misma. No creo que puedas hacer más bello tu cuerpo, pero podrías refinar un poco más tu espíritu que veo muy inquieto y con ansias de trascendencia, pero un tanto desnortado. Busca más en tu interior, donde dice San Agustín que habita la verdad, esa verdad que nos hará verdaderamente libres. Y si la encuentras con mayúscula, mejor que mejor. De corazón: ¡Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, Feliz Nochevieja!

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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  • Da que pensar y reflexionar, maestro Ramón Gómez Carrión, tu exposición de hoy. La situación que compartes me suena a subsistencia pura y dura, en este caso luciendo una sonrisa picarona, carnes ‘prietas’ de juventud femenina y creando a raudales lo que denominan ‘morbo’ que yo por suerte nunca utilicé y nada necesito. Así de simples son los medios que muchos humanos utilizan para recoger algunas ‘perragordas’ que llevarse a la boca… Todo lo demás (argumentos miles hay para debatir) son excusas para tal vez justificar ella, inconsciente o puritanamente, una libertad que considero nadie le debe juzgar a esta persona (mujer joven)… ¡Viva el 2022, 2023, 2024, 2025, 2026, 2227…! ¡Jajajajajajajajajaja!