Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Familiarizando

Comida

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—Mami, ¿qué hay para comer?
Aún puedo oír esas voces, pequeñas, curiosas, acercándose al calor de los fogones, atraídas por el perfume del guiso que burbujeaba lento, como la vida en casa. Y yo, fingiendo sorpresa, bajaba la mirada y respondía con la seriedad de una actriz consagrada:
—Comida.
—¡Jolines, mami! —protestaban—. Siempre dices lo mismo, nunca nos dices qué hay.
Y entonces, con la misma calma con que se mueve el estofado, les decía:
—Es que lo que haya de comer… es lo que hay que comerse. Y no hay más.

Nunca lo dije por imponer, ni por ejercer autoridad. Lo decía como quien ofrece una enseñanza sencilla pero honda: en la vida, lo que tienes es lo que debes aprender a disfrutar. No siempre habrá banquetes, pero siempre debe haber gratitud. Mi padre, cuando nos sentábamos a la mesa a comer paella, solía preguntar con una sonrisa:
—¿Cómo está la paella?
Y, sin esperar respuesta, sentenciaba:
—Ésta es la mejor paella del mundo.
—¿Por qué, papá? —le preguntaba yo, con esa lógica infantil que todo quiere entender.
—Porque es la que estamos comiendo ahora —respondía. —En el mundo no hay otra como ésta.

Y así, sin saberlo, me enseñó a vivir el presente. A saborear lo que hay, no lo que falta. A valorar lo que está aquí, ahora, servido entre nuestras manos. Porque eso, precisamente eso, es lo más valioso. El momento presente. Aquellas comidas, aquellas frases que parecían simples, eran en realidad pequeñas lecciones envueltas en vapor de puchero. Eran raíces. Porque crecer en familia no es sólo crecer acompañado: es crecer con historia, con principios, con recuerdos que nos abrazan como los brazos de un abuelo.

La familia es eso: la base firme sobre la que se sostiene todo lo demás. Nuestros mayores nos legan más que genes: nos dejan valores, relatos, enseñanzas. Son la memoria viva de nuestro árbol genealógico. Y ese árbol, con sus ramas y sus raíces, es lo que sostiene a la sociedad. La familia es la base de la sociedad y la nuestra, en concreto, nos hace grandes de verdad.

Hoy parece que hay quienes quieren arrancar todo eso de cuajo. Pero los que aún creemos en la familia, los que respetamos el legado de nuestros abuelos, los que enseñamos a nuestros hijos con amor firme y ejemplo constante… debemos cuidar ese linaje. Protegerlo. Defenderlo de la indiferencia y la banalidad de quienes quieren reducirlo a escombros. Porque yo soy eso: pro familia, pro vida, pro abuelos, pro hijos, pro amor que se cocina a fuego lento. Soy el fruto agradecido de quienes me cuidaron, y el anhelo de ser algún día el ejemplo que ellos fueron para mí.

Y eso es todo. Estoy orgullosa de mi linaje, de mi historia, de mis raíces. Y sí, también de haber respondido alguna vez, con una sonrisa y una cuchara en la mano:
—Comida.

Yolanda Iborra

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ASAFAN Familias Numerosas

ASAFAN es una asociación sin ánimo de lucro que pretende la mejora de la situación de las familias numerosas en general y especialmente aquellas que se encuentran en exclusión. ASAFAN pertenece a la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN)
Para más información: www.asafan.org

2 Comments

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  • Gracias Yolanda. Un relato precioso y aleccionador. Comparto todo lo dicho por ti. La importancia de la familia y de la educación en ella. Ya sabes que eso cuesta mucho, pero compensa en el futuro. Nosotros también somos familia numerosa, de las de menor rango. Tres hijas y seis nietos de regalo. Han convivido con un padre médico que no ha parado un minuto en casa, y una madre que no ha salido un minuto de casa. Ya sabes.
    Lo que más felicidad nos supone, a estas alturas, es la convivencia y unión que existe entre nosotros. En la familia.
    Imitando al Padre Peiton de mi infancia, puedo decir que «familia que «habla» unida, permanece unida». Gracias a Dios.

  • Llego tarde a la lectura de tan bello artículo y me sumo, con absoluta convicción, a tus palabras y a las que han salido de la elegante pluma de Francisco Mas-Magro.