Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Palabreando

Codigodebarreando

Fuente: www.deposiphotos.com.

Atención spoiler, que es como se suele ver escrito, pero que la palabra está en el Diccionario de la Lengua española como espóiler que, a groso modo, es la revelación de detalles de una trama o circunstancia que reduce o anula el interés de quien aún no los conoce. Vamos, que te cuenten el final de la peli El sexto sentido antes de entrar al cine. A mí me sucedió, pero mantuve las formas y el decoro con el gracioso de turno. Bueno, que me voy como siempre por las ramas, pero llenas de luces como está repleta toda la ciudad, que algunas avenidas pueden hasta confundir a los aviones porque desde arriba parecerán pistas de aterrizaje y aún nos vemos a un despistado aparcando el avión en la Rambla, que se dé prisa antes de que la peatonalicen también.

Conversando esta semana con amigos taxistas, me comentaban la locura de cerrar la ciudad como tienen intención, que voy a cambiar mi lucha de los patinetes para la tercera edad por “Barcala, no a la peatonalización de la calle San Vicente”. Todos y todas coinciden en que sacar la circulación de ese tramo es aislar a los barrios donde llegan los autobuses o a los vecinos que necesitan del medio de transporte, ya sea particular o de trabajo. No todos tienen veinte años para moverse con soltura, y menos cargados. Si ya lo de Padre Esplá es un crimen con lo que han hecho quitando todos los aparcamientos, que parece mala leche después de que se negaran al parking subterráneo, y metiendo un carril bici en el centro donde apenas circularán dos bicicletas al día y reduciendo a un solo carril, que te pilla el autobús y ya vas de cabeza; pues quita todos los de la calle San Vicente y mételos por ahí, a todos, o todos por la calle Calderón o por la calle Benito Pérez Galdós. ¿Por dónde se llegará al hospital, por la Gran Vía?

Si tan sólo se va a poder llegar a la Rambla por la calle San Fernando, porque la única vía de llegada era por el Ayuntamiento y ya han chapado la plaza del Ayuntamiento para siempre, bueno eso dicen.

El viernes era todo un caos, estaba todo colapsado, vale, por lo del Black Friday, pero es que todas las arterias estaban en teoría, obras mediante, abiertas; en el momento en que cierres, ¿qué harás?, ¿bajar en la Plaza del Mar si vienes de la playa y pasar la Explanada y subir toda la Rambla si quieres coger un autobús a mitad de la avenida para poder llegar a Virgen del Remedio? Pues ya puedes salir dos horas antes porque últimamente la entrada a la ciudad por el scalextric es un caos de circulación y caravanas. Eso sí, no verás a nadie controlando el tráfico para que eso no suceda. ¡Si no hace falta que pongan más radares! ¡Si te van a multar por ir parado! Tendría que existir un tiempo en concreto para llegar de un lado a otro de la ciudad. Rollo quiero ir de la calle Jaime Segarra al colegio Calasancio vía Padre Esplá y un contador en minutos, como en las paradas de los autobuses que, lo dicho te hacen espóiler de cuándo llegará el bus; aunque juegan al despiste, que es como en las lavadoras, que pone que falta un minuto y puede ser un minuto de doscientos segundos porque no es real; pues lo mismo. Un contador a tiempo real y, si no llego, como mínimo con margen de pasada de cinco minutos, multa para el Ayuntamiento por negligencia en el control del tráfico y del urbanismo.

Calle San Vicente de Alicante (Google maps).

Ya que juegas a limitar mi libertad de movimiento, yo te controlo el tiempo, como tú haces con la zona azul, o no me vendas la ciudad rollo modernidad y todo van a ser ventajas y luego pierdo media vida en el coche. Y no me vengas con «coge el bus o el Tram o un taxi» porque van por las mismas vías, salvo el Tram y Alfonso el Sabio en hora punta o la Avenida de la Estación son un caos infinito por mucha cámara que haya en la ciudad.

Por cierto, el otro día vi a un policía local en bicicleta parando a una «patineteadora» que iba por el carril bici para decirle que por ahí no se podía ir. Casi lloro de la emoción al verlo. Porque uno que se patea la ciudad de cabo a rabo, los veo a todos y a todas surcar por todos lados como si no hubiera un mañana y con total descontrol, ya lo dije, botellas de butano en mano, maletas, perros, niños a pares e impares, suegras intuyo con zapatillas de estar por casa y calcetines blancos con bolas de esas que se hacen del uso. Fue un momento legendario. No les pedí un selfie para inmortalizar el momento porque no quería romper la magia misma del ambiente. He de decir que el agente, con absoluto respeto y paciencia, le estaba explicando a la chica el motivo de su infracción. Un diez por la actitud y otro diez por la actitud de la chica.

Luego me fui a ver el concierto de Revólver al Teatro Principal casi cegado por las luces y los detalles, esos que van dejando por ahí para que te hagas la foto de turno sin necesidad de flash. A mí porque no me va hacerme fotos con tanto brillo, que me reflejan en la cabeza y parezco una bombilla reluciente, pero a la peña le mola y hay hasta colas para hacerse la foto que no tardarán en subir a las redes sociales antes de que se me adelanten, que aquí no es sólo hacer la foto, es llegar el primero y subirla como si fuera una competición. Como si fueran las rebajas de los selfies, todos apiñados para que no te quiten el momento. La verdad es que hay tantas luces led que el Belén de la Muntanyeta como que se ha quedado a dos velas. Que le enchufen un cañón de luces.

Revólver (Teatro Principal).

Por cierto, el concierto de Carlos Goñi espectacular. Casi tres horas de concierto. Uno cuando era joven quería ser músico, y recuerdo coincidir con Carlos Goñi, el cantante de Revólver, en el Kentucky Fried Chicken cuando había uno en la Avenida de Niza de la Playa de San Juan. Me encantaba el grupo. Recuerdo que mi madre me regaló el primer cd del grupo y yo flipaba con el estilo. Pues el concierto memorable. Lo dicho, casi tres horas de música con músicos. Lo cierto es que los años pasan para todos, pero la voz se mantiene intacta y la velada fue espectacular, cantando todos los clásicos, bueno, menos el de Fuera de lugar, pero es que cuando uno es megafan lo mira todo con lupa. Espectáculo de 10 para un jueves cultural en Alicante. Luego a la salida pues eso, cegados por las luces de la Avenida de la Constitución. Y la gente a las 23.30 h aún haciéndose selfies.

Pero bueno, que lo dicho, que me enrollo, que lo del espóiler del principio viene a cuento con lo de la picaresca, por decirlo de un modo, con lo de las ventas de estos días. Leo en prensa lo de que Consumo multa a Carrefour, Media Market y Pc Componentes por falsas rebajas de hace dos años en el Black Friday, rollo suben los precios para después decir que los rebajan. Bueno, Consumo va con años de retraso porque, de toda la vida, y lo dice un consumidor habitual de música en compact disc, de los pocos que compren originales, pues que cuando llegaban las rebajas de centros comerciales de todo tipo, un servidor iba a comprarse un disco de Manu Chao que costaba en su momento 15 euros, pues el día de las rebajas al 20 % costaba 22 euros. Un día después. Y lo digo porque estuve esperando para el momento Clandestino. Pues ahí se quedó. De hecho, a día de hoy sigo sin tenerlo, pero ya por puro orgullo. Esas cosas que se te quedan y al final las vas dejando y habrán pasado más de 15 años, pues nada hasta que se me pase la tontería.

Y que se me ha vuelto a ir el santo al cielo, que lo del espóiler también lo es porque, me cuenta mi amigo Maikel que fue a comprar a una tienda un muñeco de esos que se venden en pijama como si fueran el Wally y que le costó unos cinco euros. Si no quieren el espóiler paren aquí, luego no se quejen de que saben el final de la historia.

Para los valientes aquí sigue. Y es totalmente verídica. Nada de ficción: Al día siguiente fue a comprar otro que le habían encargado para un sobrino y le iban a cobrar 10 euros. De un día para otro. Y que se lo dijo a la chica. Que ayer mismo le había costado la mitad. Y se dio cuenta de que entonces, hábilmente, giró la caja y volvió a pasar la pistola láser por un código de barras de un lateral y le soltó, “es que lo he pasado dos veces.”

Mentira de las gordas. La caja llevaba dos códigos de barras diferentes. El verdadero y otro recortado y pegado con celo debajo. La dependienta pasó la primera vez el código puesto con fixo y, al decirle mi amigo que cómo había podido subir el doble en un día se dio cuenta de que giró la caja y tapó con los dedos el código de barras falso.

Pues eso, que tengan cuidado que hay mucho listo y mucha lista. Y esto sucedió en un lugar de la ciudad de cuyo nombre no quiere acordarse porque ya, en otra ocasión, fue a comprar una planta que a las 13.00 horas costaba 10 euros porque estaba de oferta y cuando fue a por el coche para acercarlo y subir la planta el precio había subido a 12 euros porque la oferta caducaba a las 13.30. Y sucedió en el mismo lugar. Para que luego digan que la peli de El sexto sentido da miedo.

Por cierto el final de la peli de Bruce Willis es…

Y para miedo el de la persona esa que se hizo pasar por su madre fallecida hacía tres años para poder cobrar la pensión. Pero lo triste no es que pasaran tres años sin que nadie se diera cuenta. Lo triste es que si miras las fotos, realmente son iguales. Lo descubrieron cuando se presentó en el Registro Civil disfrazado de ella, pero que son dos gotas de agua. Lo mismo que Stallone y su madre. Pues aquí todavía más. La caracterización es perfecta, que ya hay que tener sangre fría para hacerlo, pero es que el tío lo hacía bien. Al final no deja de ser un delito, pero bueno aquí hay gente que sin disfrazarse ha robado tanto que, al menos, el ingenio y el trabajo para hacerlo debería de contar. Asesinos autónomos. Total, los están matando a impuestos. De alguna manera tendrán que defenderse. Porque a Soto del Real parece ser que sólo van los delincuentes VIP. Está clara la relación. Cuando el delito es mayor, en proporción, la pena es menor. La peña aprende, hazte político y roba. Tus millones de votantes te seguirán y apoyarán. Siempre serás inocente para miles. Ya habrá circunstancias atenuantes que te justifiquen. Ahora roba una manzana y te irás a Foncalent. Un delincuente con traje y con cartera no se juzga igual que un pobre delincuente que roba para comer. Somos así de hipócritas. Estoy convencido de que te cruzas a un político juzgado por lo peor por la acera y te saluda hasta le devuelves el saludo. En cambio, ves a un recién salido de la cárcel por un delito menor y, como lleve mala pinta, te cruzas de acera y, aunque lo conozcas de toda la vida, si puedes le evitas el saludo. Muchos son así. Esa clase de gente. Esa clase de gentuza.

Canción, El Dorado, Revólver.

Libro, Insulteibol:  Un librojuego de humor para generar insultos creativos. Ninjastic Books (lo dicho, pura curiosidad de lo que se publica y vende hoy en día. N.º2 en Ficción absurdo en Amazon.)

En fin, que ustedes lo lean, lo pasen y  lo paseen bien.

Imagen principal: www.deposiphotos.com.

Bruno Francés Giménez

Escritor de serie B.

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