Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Reportajes

Cien años del Desastre de Annual (1921-2021)

Traslado de un herido en Annual, 1921. Ilustración por Ramón Palmeral.

Introducción

Lo malo de las derrotas es que quedan escritas en letra pequeña y bastardilla en los libros de Historia. Los Desastres de Annual en el Rif y Monte Arruit (norte de África) fueron las mayores derrotas contemporáneas del Ejército Español, que tuvieron lugar entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de la localidad de Annual, situada entre Melilla y Alhucemas. En verano, con 50 grados a la sombra y con escasos pozos de agua.

El enorme número de bajas y la magnitud del desastre, conmocionaron a la opinión pública española y hubo dimisiones en el gobierno de turno. Se creó una comisión de investigación, el llamado “Expediente Picasso” y se intentaron depurar las responsabilidades militares y políticas, pero no hubo juicio. Por la Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército de 19 de enero de 1912, se crean los soldados de cuota, es decir, que los hijos de los ricos se libraban pagando. Entre 1.000 a 2.000 pesetas. El ejército español destacado en el Protectorado español, dirigido por Abd el-Krim, padeció una severa derrota contra los rifeños. Dicho Protectorado permaneció vigente entre 1906 y 1926, iniciado por el Tratado de Algeciras, firmado el 7 de abril de 1906, al finalizar la Conferencia de Algeciras entre los representantes de España, Francia, Alemania, Reino Unido y Marruecos con el objetivo de solucionar la llamada Primera Crisis Marroquí que había enfrentado a Francia y a Alemania. En enero de 1911 Alfonso XIII emprendió un viaje oficial a la ciudad de Melilla y los territorios africanos controlados por España acompañado del presidente José Canalejas. En 1927 estuvo con la reina Victoria Eugenia en Ceuta

Sin embargo, los familiares que perdieron a un hijo en la posición de Annual (en el Rif) a 80 kilómetros al este de Melilla, no lo olvidaron jamás, como mi bisabuela, que perdió a un hijo en esta batalla, un soldado de reemplazo forzoso, y recuerdo, muchos años después verlo en un retrato en el comedor de su casa. El campamento de Annual estaba formado por tiendas de campañas de lona rodeadas por un muro de piedras de medio metro de alto. Otro, un tío de mi padre, un Guardia Civil héroe de la fábrica de harina y electricidad  de Nador, llamado Antonio Simón, fue herido en una pierna  y cuando se restableció fue enviado otra vez a Melilla y desapareció luego en 1922, por siempre jamás.

Gráfico correspondiente a la retirada de Annual, 1921.

Finalmente, el 2 de agosto de 1921, tras 10 días de resistencia en la fábrica de harinas y electricidad de Nador, los rifeños aceptaron la rendición de los españoles, agotados los víveres y municiones. La fuerzas acantonadas en dicho lugar estaban compuesta por miembros del Ejército y una treintena de guardias civiles de los puestos de  Nador, Zeluán, Segangan y San Juan de las Minas. En Nador se construyó una iglesia cristiana, a la advocación de Santiago el Mayor. Como nota curiosa apuntar que los miembros de la Guardia Civil, tras entregar sus armas largas y empezar a formar junto al resto de los defensores, pudieron conservar sus pistolas, ya que formaban parte de su uniformidad y el jefe de los rifeños quiso distinguirlos como muestra de respeto y consideración que aquellos hombres les merecían.

Los españoles somos unos “hachas” a la hora de olvidar a las víctimas de los desastres militares como el de Cuba o el de Annual del que, el presente mes de julio se cumple el primer centenario de una humillante derrota. Valga este humilde reportaje como homenaje a todas las familias que perdieron hijos, y, a  estos dos familiares míos cuyos hijos dieron su vida por España, y por la Compañía Española de Minas del Rif (CEMR), fue una sociedad anónima española fundada en 1908 para la explotación de mineral de hierro en el norte de África, que operaría en el territorio del Protectorado español del Rif y Yebala. Se disolvió en 1984, treinta años después de la independencia de Marruecos. La mina se encontraba a 15 km al sudoeste de Nador y a 28 km del muelle de Melilla, unidas por un ferrocarril (Tistutin-Melilla). El Alto Comisario de España en Marruecos era el general Dámaso Berenguer.

Número de  muertos en Annual

No sabemos el número exacto de muertos, según el Expediente hubo 13.363 muertos (10.973 españoles y 2.390 fuerzas indígenas). El número de bajas rifeñas es desconocido.

El ministro de la Guerra era el vizconde Luis Marichalar y Monreal quien ordenó al general de brigada Juan Picasso González (1857-1935), tío del pintor Pablo Ruiz Picasso, y representante español ante la Sociedad de Naciones (en 1925 pasó a la Segunda Reserva con el grado de teniente general), elaborar un informe conocido como “Expediente Picasso” (El ministro Marichalar nunca se sintió responsable del Desastre de Annual), en el que, a pesar de diversas acciones obstructivas, se señalaban múltiples errores militares, calificando como negligente la actuación de los generales Berenguer (Alto Comisario) y Navarro (2.º Jefe de la Comandancia General de Melilla) y de temeraria la del general Fernández Silvestre. Héroe de Cuba, amigo personal del Rey Alfonso XIII que quiso congraciarse con él, en acciones militares de ocupación del territorio del Rif. Sin embargo, el general prefería los soldados de las Fuerzas Regulares Indígenas a los de Reemplazo por su baja preparación militar, ya que la mayoría procedía del campesinado español. Los Regulares llegaron a conseguir 56 Laureadas.

General Juan Picasso González .

No obstante, las cifras seguramente fueron inferiores, ya que los registros eran a menudo hinchados para cobrar más soldadas y recibir más suministros y presupuestos. La corrupción era la orden del día.  El comandante Caballero Poveda calculó en 1984 el total de bajas españolas; fueron 7.875 hombres. Indalecio Prieto calculó en 8.668 los españoles muertos o desaparecidos en octubre de 1921. Por último, Juan Tomás Palma Romero en 2001 los estimó en 8.180 los muertos o desaparecidos. Sea cual sea el número de muertos, esta matanza es horrible, por no apreciar en lo que debe ser la vida de los soldados, oficiales y jefes. También hubo miles de prisioneros. Los restos mortales de los muertos se encuentran en el «Panteón de los Héroes» del Cementerio de la Purísima Concepción de Melilla.

Se rumoreaba que, el Rey Alfonso XIII había animado, con el telegrama: «Olé los hombres», la penetración irresponsable de Silvestre hasta puntos alejados de Melilla sin contar con una defensa adecuada en la retaguardia ni los avituallamientos adecuados. Se habló de corrupción generalizada: oficiales que gastaban el doble de lo que les correspondía por asignación, armamento inadecuado, jefes y encargados del abastecimiento alimenticio que se enriquecían mientras las tropas pasaban hambre, y hospitales que eran focos de infección. El propio Silvestre murió el 22 de julio en circunstancias no esclarecidas. Una versión dice que al ver el desastre se metió en su tienda de campaña y se suicidó para evitar ser capturado, otra versión dice que fue abatido a tiros por los rifeños junto con el coronel Manella y varios oficiales que trataban de defenderse. No obstante, su cadáver jamás fue hallado, lo que, durante un tiempo, dio pábulo a rumores infundados sobre su presunta supervivencia.

A las pérdidas humanas se añadieron la pérdida  de material militar (20.000 fusiles, 400 ametralladoras, 129 cañones, aparte de municiones y pertrechos y caballería) que quedó en manos del enemigo, a pesar de que existía la orden de destruir el cerrojo de los fusiles en caso de peligro de ser hechos prisioneros.

Soldados españoles en el Rif, 1921.

El fracaso de un avance y una retirada militar

Desde enero del año 1921 el ejército español comandado por el general Manuel Fernández Silvestre ejecutó una maniobra de avance progresivo partiendo de Melilla en dirección a la bahía de Alhucemas (80 kilómetros al oeste), y tras un ataque rifeño ordenó  una retirada lamentable, a la desbandada. Se consideraba la bahía de Alhucemas como el corazón del Rif y el enclave estratégico que era preciso tomar para dominar el territorio y acabar con la prolongada guerra del Rif que se había iniciado en el año 1909 por el desastre del Barranco del Lobo, próximo a Melilla, con victoria de los rifeños  que ocasionaron 150 muertos en las tropas españolas, dio origen a la Semana Trágica de Barcelona,  organizada por los sindicatos, por el reclutamiento forzoso de  reservistas solteros y casados durante el gobierno del conservador Antonio Maura.

El armamento consistía en artillería anticuada y escasa, proveniente de la I Gran Guerra, ametralladoras que no funcionaban o de poca eficiencia de la marca Cok que se sobrecalentaban al usarlas y fusiles Máuser modelo 1893, antiguos de origen alemán, muchos de ellos deteriorados por proceder de finales del siglo XIX cuando España realizó las últimas guerras coloniales de Cuba y Filipinas. Los soldados estaban pobremente vestidos y calzados con alpargatas, se les racionaba la comida y la renovación del calzado, por existir una corrupción generalizada dentro del ejército que desviaba los suministros destinados a la tropa para beneficio de algunos oficiales corruptos. Había un oficial por cuatro soldados. Carecían de aviación y carros de combate, y como medio de trasmisiones usaban todavía el heliógrafo. La caballería del Regimiento de Alcántara 14 fue su apoyo en la retirada de Annual con grandes pérdidas de jinetes y monturas cerca del Monte Arrit. Apenas tenían camiones para desplazar fuerzas. El Ejército Español se dividía entre africanistas y los de la península, estos ascendían por antigüedad, y los africanistas por méritos de guerra como Franco, Mola, Varela, Astray, Queipo de Llano…

General Manuel Miguel Fernández Silvestre.

Silvestre ocupó Tafersit, adelantó el frente hasta el río Amekrán y obtuvo la sumisión de las cabilas de Beni Ulixek y Temsaman, llegando a acuerdos con sus jefes, ofreciéndoles dinero a cambio de su amistad y cooperación. Iban dejando blocaos (unas pequeñas fortificaciones de madera y sacos terreros, que se desarman y pueden transportarse fácilmente para armarlos en donde mejor convenga) de unos 20 ó 25 soldados, situados en lugares elevados sin pozos de agua, por lo que debían desplazarse a buscar agua, con el peligro de emboscadas.

Los rifeños defendían su propio terreno del que eran grandes conocedores, disponían de armas de fuego como la espingarda y estaban acostumbrados a usarlas con excelente puntería, pues las luchas en el Rif entre grupos rivales eran muy frecuentes antes de la llegada de los españoles. Con frecuencia hostigaban a las tropas españolas mediante francotiradores ocultos en las laderas montañosas. Estaban perfectamente adaptados al clima, incluso su ropa de tonos terrosos actuaba como un magnífico camuflaje. Eran maestros de la emboscada facilitada por el terreno montañoso.

Los prisioneros de Abd-el-Krim

Tras el Desastre de Annual fueron hechos prisioneros 492 españoles. Algunos de ellos fueron liberados al comienzo de la misión de rescate llevada a cabo, entre otros, por los miembros de la Delegación de Asuntos Indígenas, Gustavo de Sostoa y Luis de la Corte Luján. Sufrieron 18 meses de cautiverio y fueron liberados 357 prisioneros que estaban en poder de los rifeños. Finalmente, el 23 de enero de 1923, tras las negociaciones llevadas a cabo con Abd el-Krim por parte del industrial vasco Horacio Echevarría, a cambio de cuatro millones de pesetas en unos 80.000 en duros de plata, 270.000  pesetas más que entraban dentro del capítulo de «atenciones al transporte y otras causas diversas», cantidad fabulosa para la época. En cuanto a la segunda condición exigida por Abd-el-Krim, fueron puestos en libertad 40 indígenas presos de las autoridades españolas. En esta última fase de la negociación intervinieron el cónsul Luciano López Ferrer y el interventor de Hacienda Sr. González.

Reportaje de «El Mundo Gráfico», con Abd-El-Krim y soldados españoles muertos y heridos en Annual.

 El líder Abd el Krim

A finales del siglo XIX y principios del XX se producirán diversos enfrentamientos entre la población española y la marroquí que culminarán con la guerra del Rif, una sublevación de las tribus rifeñas contra las autoridades españolas y francesas. Pese a las bajas españolas durante el combate y, sobre todo, al trágico episodio del Annual de 1921, se consiguió la pacificación de la zona y el establecimiento, con ayuda de Francia, del Protectorado del norte de Marruecos. Será también durante estos años cuando se constituya el Ejército de África, compuesto por tropas españolas; la Legión Española, y una infantería marroquí conocida como los Regulares.

Guardias civiles liberados en Nador.

En aquellos años el Jefe Abd el-Krim (1883-1963), era el enemigo número uno de España, pertenecía a la belicosa cabila de Beni Urriaguel, había trabajado al servicio de la administración colonial en Melilla como traductor, conocía perfectamente las debilidades del ejército español y aglutinó a las diferentes cabilas para un ataque coordinado inesperado que sorprendió por su intensidad a los militares españoles que no supieron valorar en los primeros momentos la intensidad del movimiento y se vieron desbordados por los acontecimientos.

Las dos potencias coloniales (Francia y España) acordaron en Madrid coordinar los esfuerzos bélicos entre ambos países. La contraofensiva conjunta, que comenzó el 8 de septiembre de 1925 con el desembarco de Alhucemas, bajo el mando del general Miguel Primo de Rivera, terminó con la derrota de los rifeños sublevados en apenas unos meses. El 26 de mayo de 1926, Abd el-Krim se rindió a los franceses en su cuartel general de Targuis. Fue deportado a la isla de la Reunión (francesa), cerca de Madagascar. Durante su etapa en el exilio, el antiguo líder guerrillero mantuvo su retórica anticolonial. En 1947, tras lograr autorización del gobierno francés para trasladarse a la metrópoli, Abd el-Krim logró escapar durante una escala en la ciudad egipcia de Puerto Saíd. El gobierno de ese país, encabezado por el entonces rey Faruq I, lo acogió como refugiado. Luego se exilió en El Cairo, donde falleció.

La Legión Española

La Legión Española, o también conocida popularmente como los “novios de la muerte”, es una fuerza militar de élite de Infantería dirigida y creada en enero pero activa desde septiembre de 1920 por el teniente coronel José Millán Astray (1879-1954), encuadrada dentro de la Fuerza Terrestre del  Ejército de Tierra en Ceuta y Melilla, similar a la Legión Extranjera de Francia en Marruecos formada por voluntarios, no con personal de reemplazo.

El «Tercio de Extranjeros», que posteriormente se llamó «Tercio de Marruecos» o simplemente «Tercio» y finalmente «la Legión» (nombre que ha llegado hasta la actualidad), participó en la Guerra del Rif desde su fundación en 1920 hasta su término, en 1927, siendo la acción más destacada en ese tiempo el conocido como desembarco de Alhucemas. El primer grupo de voluntarios del tercio de extranjeros vino de Cataluña: «La flor y nata de los aventureros», escribiría de ellos Millán Astray, su fundador.

Primera jura de la bandera de La Legión con Franco y Valenzuela.

La dictadura de Primo de Rivera

El Desastre de Annual fue tan grave derrota militar que condujo a una redefinición de la política colonial de España en la Guerra del Rif, y origen de una crisis política que socavó los cimientos de la monarquía de Alfonso XIII. El gobierno de Allendesalazar se vio obligado a dimitir, y en agosto de 1921, el rey encarga a Antonio Maura formar un nuevo gobierno de concertación nacional del que formaron parte todos los grupos políticos. Este gobierno estuvo dividido entre quienes deseaban una intervención más decidida en Marruecos y los partidarios del abandono. El malestar creado por el desastre de Annual y las acusaciones al rey de instigar el poco meditado y mal preparado avance que propició el desastre, fueron una de las causas del golpe de Estado del general Primo de Rivera, desde el 13 de septiembre de 1923 hasta el 28 de enero de 1930. En 1924 el general ordenó que no se depuraran responsabilidades militares, de tal forma que los posibles culpables quedaron impunes. Parte del Expediente Picasso se perdió en el Congreso de los Diputados, cuyo original constituía un total de 2.417 folios. No hubo juicio. La guerra del Rif continuó durante seis años más.

En mayo de 1926 Abd-el-Krim se rindió a los franceses, y el 10 de julio de 1927 finalizaron los combates, al producirse la pacificación total del territorio, que permaneció bajo dominio español hasta la independencia de Marruecos en 1956.

​Estamos en el periodo más agudo de la decadencia española. La campaña de África es el fracaso total, absoluto, sin atenuantes, del ejército español. Pero como he dicho en otros artículos míos Ceuta y Melilla no son colonias en Marruecos. Mantener en la historia esas ciudades ha costado mucha sangre española

Pero la crisis política continuaba. El gobierno de Maura cayó en marzo de 1922 y tras él los gobiernos de Sánchez Guerra y García Prieto. Antes de que el informe Picasso se debatiera en el Pleno de las Cortes, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado decidido a poner fin a la deriva política.

Con respecto al Rif, Abd el-Krim extendió su dominio por todo el Protectorado español, creando la República del Rif, independiente de Marruecos, que llegó en 1924 a la cumbre de su poder de sublevar a los rifeños. Estudio derecho islámico, sabía español y había estudiado una temporada en la Universidad de Salamanca, trabajó como traductor en la Oficina Central de Tropas y Asuntos Indígenas en Melilla. En 1915, en el contexto de la I Guerra Mundial, ante las sospechas francesas de que colaboraba con los alemanes, se le abrió un expediente que dejó al descubierto sus verdaderos sentimientos contra la colonización europea. Consecuencia de ello, permaneció encarcelado en el fuerte de Rostrogordo, de donde intentó fugarse, rompiéndose una pierna al descolgarse por la muralla. No recobró la libertad hasta un año más tarde, y al poco tiempo se retiró a su cabila para comenzar a preparar la lucha contra los colonizadores españoles y franceses. Sin embargo, su éxito y sus ataques al Marruecos francés determinaron el giro de la política de Primo de Rivera, hasta entonces pasiva y de contención, frente al problema del Rif. España cooperó con Francia para hacer frente común a los rifeños y pasó a la ofensiva. Con el éxito rotundo del Desembarco de Alhucemas, en 1925, Primo de Rivera obtuvo una posición fuerte que le permitió pacificar la zona en menos de un año y restituir la autoridad española en el Protectorado. La Legión como Cuerpo de élite tuvo un papel muy decisivo.

Como escribe Gerardo Muñoz:

«Las noticias de tales hechos [del desastre de Annual], así como el posterior cautiverio de centenares de militares y paisanos españoles, conmocionaron a España entera y fueron causa directa de varias crisis políticas como el golpe de estado y la dictadura de Miguel Primo de Rivera así como la posterior caída de la monarquía [de la Restauración] de Alfonso XIII. Aquella trágica derrota del ejército español fue el comienzo de la última guerra colonial española, que duró seis años y finalizó con la ocupación militar del Protectorado de España en Marruecos».

Conclusiones

Cien años después de Desastre de Annual podemos sacar las conclusiones siguientes: primero que no se pueden olvidar y archivar las derrotas sin analizarlas detenidamente apara aprender, segundo que son necesarios las Fuerzas Armadas profesionales no las de reemplazo, invertir en Defensa y modernizar los Ejércitos. Dice el dicho militar «si quieres la paz prepárate para la guerra». No se pudo mantener el Protectorado español en Marruecos sin una política social de integración y de autonomía en el Rif y Yebala. Hemos de tener en cuenta que tanto Ceuta como Melilla no son colonias en Marruecos (obtuvo la independencia en 1956).

Si los rifeños hubieran aceptado su integración en España, como una autonomía con su propia idiosincrasia y religión, hoy estarían en la Unión Europea.

Hoy se  debe hacer revisionismo histórico partidista por parte de la izquierda  que perdió la guerra civil española y de condenar al ostracismo al general Millán Astray (recuperar el nombre de una calle en Madrid), héroe de Filipinas en 1896, como otros generales africanistas, sin tener en cuenta sus hazañas bélicas. En 1926, Astray perdió un ojo y sufrió de vértigos toda su vida, aunque la mayoría de sus compañeros participaron en la sublevación militar del 18 julio de 1936, por un desacuerdo contra el gobierno de la II República.

Muchos generales, jefes y oficiales africanistas daban nombres a calles y plazas, sin embargo los soldados rasos y guardias civiles de la guerra de África están olvidados. A ellos nuestro recuerdo y homenaje.


Bibliografía destacada

  • Barea, Arturo, La Ruta, 1943.
  • Díaz Fernández, José, El blocao, 1928.
  • Fernández Palmeral, Ramón y José Ramón Fernández, El héroe de Nador (de autor anónimo), Amazon, 2016.
  • Muñoz Gerardo, El Desastre de Annual. Los españoles que lucharon en África. Editorial Almuzara, 2021.
  • Sender, Ramón J.,  Imán, 1930.

Ramón Palmeral

Soy escritor con más de 40 libros publicados sobre temas diversos. Socio de Honor de Espejo de Alicante, socio del Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia, colaborador de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela. Publico crónicas culturales y políticas con un sentido satírico desde hace más de veinte años, puesto que considero que la labor del ciudadano y de la prensa es la de fiscalizar al poder. Dirijo el portal Nuevo Impulso.net de arte, cultura y opinión. Mi correo: ramon.palmeral@gmail.com

11 Comments

Click here to post a comment