Corto: Sed de aire (2011)
Actores: Iván Candela, David Botella, Iván Sánchez, Germán Iborra, Miriam Villalobos, Carmen Sánchez.
Directores del corto: Emilio Vicedo y Alfredo Navarro.
Guión: Emilio Vicedo y Jose Antonio Pérez.
Fotografía y montaje: Alfredo Navarro.
Sonido: Francisco José Rico.
Producción: Alfredo Navarro y Emilio Vicedo.
Música: Sergio Mira Jordán.
Echamos la vista atrás para recordar aquellos momentos en los que el centro de día de Aspe, para sorpresa de todos, transformó sus pasillos, aulas e incluso sus aseos en plató de rodaje. La vida a veces nos presenta momentos delicados pero también la oportunidad de cambiarlos y verlos de otra manera o, al menos, de aceptarlos con una actitud diferente y un poquito más llevadera.
En muchas ocasiones nuestro apellido es adaptación y, en realidad, nuestro compañero y amigo Emilio Vicedo por entonces abrazó todas las letras de esa palabra para dejarlas caer en medio del patio junto a las cámaras, a las claquetas y a los micros.
“¡Vamos a hacer un corto, Iván!”. Y la brisa nos acarició…
Apda: ¿Cómo surgió la idea?
Emilio: Porque había fallecido la madre de Iván recientemente. Él mostraba ilusión y alegría siempre pero, a partir de ese momento, cambió su actitud. Y pensamos ¿qué podemos hacer para que Iván se recupere? Y se nos ocurrió hacer un cortometraje en el que él fuese el protagonista. ¿Te acuerdas, Iván?
Iván. Sí, ostras. Qué guapo…
Emilio.- Y le preguntamos a él si le gustaba la idea y no tardó en contestar.
Iván.- Contesté sí, sí, sí.
Apda: ¿De quién fue la idea del guion?
Emilio: Pues surgió espontáneamente en un encuentro forzado con Iván. Resulta que Iván es muy observador y, a pesar de sus dificultades en la comunicación, no deja de percibir las emociones en los demás. Un día entré en el Centro cabizbajo por una situación familiar y él se dio cuenta. Iván me pidió que le acompañase al aseo y resultó que no quería ir al baño sino que buscó un espacio para estar a solas y preguntarme qué me pasaba. Así que esa situación tan entrañable pensé que no podía quedarse ahí, había que darle visibilidad para que se aprecie su calor y su valor humano.
Apda: ¿Cuánto tiempo ha pasado de esto?
Emilio: Catorce años por lo menos. No recuerdo si fue en 2011 el primer premio que nos concedieron. Cada día tengo menos memoria y más canas… (Ja, ja, ja, ja). Lo que fue una gozada fue ver la generosidad de todos los compañeros que me dieron todas las facilidades del mundo para llevar a cabo la idea. En aquellos momentos el Centro era un caos porque el despliegue de materiales era grande, los usuarios tenían que abandonar sus espacios habituales, etc. Así que desde aquí mi más sincero agradecimiento a todos.
Apda: ¿Qué fue lo más costoso?
Emilio: Que este señor se pusiera serio. (Ja, ja). Llegaron momentos que me veía ya enfadado porque le costaba un montón a él. Pedíamos espacios, a veces necesitábamos sitios con luz natural, en otros momentos interiores, cada paso que íbamos a dar le pedíamos permiso tanto a Iván como a su padre porque íbamos a entrar en su intimidad. He escuchado en ocasiones que los actores mientras ruedan un drama es cuando mejor se lo pasan aunque parezca contradictorio; te quieres poner tan serio que te da una risa enorme. Y a nosotros nos pasaba lo mismo; habíamos podido quedar con todo el equipo, con todo el material preparado y concentrados y decíamos “acción” y ahí iba la risa de Iván una y otra vez. (Iván se ríe sin cesar al escuchar esto). Eso provocó que nos llevase un poquito más de tiempo pero nos lo pasamos muy bien.
Apda: La presencia y el apoyo del padre de Iván fueron exquisitos.
Emilio: Sin duda. Fue generoso y demostró una empatía extraordinaria; grabamos en la habitación de sus padres, las zapatillas de su madre, etc. Lo hicimos con mucho amor y mucho respeto hacia toda su familia. Íbamos a entrar en la intimidad de todos ellos y todo fueron palabras de estímulo.
Apda: ¿Cuánto tiempo destinasteis al corto?
Emilio: De rodaje… (Emilio se toma un tiempo para pensar). Unas dos semanas entre exteriores, centro de día y la casa de Iván. Pero en total fueron dos años. Había que hacer el guion, crear al equipo técnico y artístico, trabajar el guion, ensayar, etc. Pusimos mucho énfasis en los diálogos y en utilizar las palabras adecuadas. Todo ese proceso duró unos dos años, a fuego lento.
Apda: Al escucharte, se te nota que disfrutaste y disfrutas recordándolo…
Emilio: Ya lo creo; nos dio mucha vida y fue una experiencia maravillosa. Fue bonito desde que nació hasta ahora incluso que lo recordamos. Fue una pasada, ¿verdad Iván?
Iván: Sí, sí, Y compartimos porque mi padre pudo estar en la presentación en la Ciudad de la Luz.
Emilio: Fue tan bonito que no hemos hecho nada más desde entonces.
Apda: ¿Y el título, cómo se os ocurrió?
Emilio: ¿Tú te acuerdas, Iván? Le dimos mil vueltas porque para mí el título tiene que recoger la esencia. Fueron unos momentos delicados que nos iluminó. Fueron momentos que notabas que te faltaba el aire; puedes tener necesidad de beber pero también se pueden presentar situaciones en las que necesitas respirar, te encuentras sumergido y necesitas ese aire que te falta y sales a respirar como un delfín o como le pasaba a Iván. Y nos gustó la idea de bautizarlo como Sed de aire.

Apda: ¿Cómo conocisteis al equipo?
Emilio: Conocía a José Antonio porque es compañero en el Centro Capaz de Novelda que nos ayudó en el guion. Pero no conocía a nadie más. Me comentaron que en Novelda vivía un director conocido, Alfredo Navarro, y me puse en contacto con él y, en seguida, con toda su generosidad me dijo que sí, que me ayudaría en la idea de hacer un primer corto sobre la violencia de género y, para Sed de aire, le volví a preguntar y de nuevo pude contar con él así como con los amigos Miriam y Germán que colaboraron en ese primer cortometraje. Y ahí empezamos de nuevo.
Apda: Ahora ¿hay sed de grabar otra vez? O quizás ¿hay sed de largo?
Emilio: Igual es momento de retomar una conversación y juntarnos ante un café y recordar (Iván se incorpora en su silla para corroborar la idea) y contarnos cómo nos va la vida y, quién sabe, si de ese encuentro surge algo…. Pero me asusta mucho porque yo no sabía dónde me metía y luego te das cuenta del tiempo que se necesita, del coste que requiere y del esfuerzo que lleva. Y te sumerges en el proyecto las 24 horas del día y agota aunque haya sido algo maravilloso en mi vida.
Apda: ¿Cuáles fueron los premios que recibió el corto?
Emilio: Fueron varios y todos inesperados. El primero fue en el festival que organizaba APCA y, en especial gracias a Paco y a Gaspar. Ya fue un premio que lo seleccionasen como finalista; esto fue en 2011, y mi sorpresa fue que durante la Gala nombraron el premio al público y escuché Sed de aire; me quedé en shock. Y al año siguiente se celebraba un festival internacional en Sevilla para personas con discapacidad y el último día de inscripción se me ocurrió presentarlo de improviso. Al tiempo recibo una llamada comentándome que el corto era uno de los tres finalistas; bueno, no nos lo podíamos creer. Me acuerdo que vi los otros dos cortos y me dije “qué pasada de trabajos”. De hecho, en uno participaba Albert Plá. Al cabo de unos días me llaman para decirme que habíamos conseguido el primer premio y ya te puedes imaginar la alegría que nos llevamos. Y por último en FEAPS también lo premiaron al año siguiente. Una locura. Y lo mejor los viajes que hemos realizado y la gente que conocimos del mundo del corto.
Apda: El cine o el corto es una gran herramienta para dar visibilidad a cualquier tema, ¿verdad?
Emilio: Lo que nos caló fue que lo hicimos pensando en ayudar a Iván y, en realidad, él es el que nos ha ayudado. Sin duda es un recurso excelente para ofrecer la expresividad de una mirada o de un gesto en personas que no pueden decir las cosas de otro modo.
Apda: Iván, ¿recuerdas algún momento especial o alguna anécdota durante el rodaje?
Iván: La cena de la gala en la Ciudad de la Luz. ¡Qué pasada!
Apda: ¿Cómo se desarrolló la escena en el aseo? ¿Fue natural o formó parte del guion?
Emilio: Fue natural totalmente. En serio. Surgió de verdad, una vez que fuimos al aseo y apareció David y tontamente creamos ese instante y pensé que era el momento mágico del corto que rompía el drama que queríamos contar.
Apda: Iván, ¿te sirvió para descargar en aquellos momentos todas las emociones que llevabas dentro?
Iván: Sí, sí. Pensaba todo el día en el corto. Y me distraía. Habría que repetir.
Apda: ¿Qué te pareció ese papel de actor? ¿Te gustó? ¿Es difícil ser actor?
Iván: Sí, sí. Es difícil.
Apda: En esta ocasión eras tú el personaje pero, aún así, tenías que interpretar; salir de ti para ser otro. ¿Te costó?
Iván: Sí, mucho.
Apda: ¿Te imaginas en otro papel en otra historia?
Iván: No me lo imagino pero me gustaría.
Apda: Y tú, Emi, ¿qué reflexión te produjo este enorme trabajo?
Emilio: La verdad es que me sirvió para tener más empatía en cuanto a cómo vive un duelo una persona como Iván con las dificultades que él tiene para comunicar. Nosotros podemos quedar con alguien, hablar con amigos, hacer deporte y otras maneras de desahogarnos pero qué puede hacer Iván ante esas situaciones. Ofrecer un recurso como hacer un corto y ofrecer todo cuanto lleva es una satisfacción.
Apda: ¿Queréis añadir algo más? (Iván parece absorto en sus pensamientos como si estuviese viviendo de nuevo aquellos momentos tan felices).
Iván: ¿Cuándo hacemos otro? Ja, ja, ja.
Emilio: Dar las gracias a todos por lo que vivimos y lo que compartimos. Animar a la gente a expresar lo que llevan dentro de la manera que sea y aquí nos tienen para ayudarles a transmitir sus emociones si fuese a través de una experiencia auténtica como es un corto.
[…] Apda.— ¿Qué opinas del corto Sed de aire? […]