Gran médico y excelente escritor. La medicina y la escritura son las dos grandes pasiones del doctor Ángel Mota López, quien acaba de reeditar, ampliado notablemente, su Confieso que he vivido y convivido, poco después de lanzar su última obra, Iatrogenia y filibusterismo sanitario, ambas en Amazon. Hay una gran tradición de conocidos galenos que destacaron también en las letras, como Gregorio Marañón, Pedro Laín Entralgo, Luis Martín-Santos y Pío Baroja, entre los más conocidos a nivel nacional. Entre los alicantinos y valencianos traigo a la memoria estos nombres: Francisco Mas-Magro, Roberto Hurtado García, Ángel Pascual Devesa, Enrique Selva Poveda, Luis Rivera Pérez, Juan Ródenas Cerdá, Juan Carlos Padilla, Jaime Segarra y Jaume Roig.
No todos viven y los dos más antiguos, Jaume Roig y Jaime Segarra (éste tiene calle dedicada en la capital alicantina) llenaron los siglos XV, el primero, y XVI, el segundo. Del primero fue famosa su novela, en versos de cuatro sílabas (sí, cuatrisílabos) titulada Espill (Espejo), obra de gran éxito, de la que se hicieron tres ediciones y cuyo distintivo fue su misoginia, una novela que resaltaba las maldades femeninas, escrita como reacción contra la idealización de la mujer en los entonces exitosos libros de caballería, como Tirant lo Blanch del también valenciano y contemporáneo Joanot Martorell, tan elogiado por Miguel de Cervantes. Curiosidad: en el año 2000, el cantante Raimon saca álbum con una de las canciones dedicada a un fragmento de Espìll, en el que Jaume Roig contaba que, en un restaurante de París, las mujeres que lo regentaban servían carne humana a sus clientes.
Ángel Mota, que no nació en Alicante, sino en Pinarejo (Cuenca), pueblo que le nombró `Hijo Predilecto´, está tan orgulloso de ser pinarejero como alicantino, porque no sólo es de la terreta por amor, sino que tiene el título de ‘Alicantino de Adopción’, otorgado por la Diputación Provincial y por el Ayuntamiento capitalino en 2019, haciendo justicia. Su familia emigró a nuestra provincia y Ángel estudió bachillerato en el Seminario Seráfico de los padres franciscanos de Benisa, estudios que convalidó en el Instituto Alfonso VIII de Cuenca para luego hacer la carrera de Medicina en la Universidad de Valencia, de donde saltó a nuestra provincia para ejercer la profesión en el Hospital Provincial, en el Sanatorio del Perpetuo Socorro, en el Cuartel de San Fernando de la avenida de Aguilera capitalina (donde puede decirse que salvó la vida de la esposa del coronel siendo médico militar mientras hacía la mili ya licenciado en Medicina); en el Hospital General Universitario de Alicante, del que fue director gerente unos años y del Hospital Universitario de Elche donde se jubiló tras varios años como jefe del Servicio de Medicina Interna e Intensiva.
En su Confieso que he vivido los lectores encontrarán una larga e interesante historia y muy bien contada, como dice el prestigioso abogado y doctor en Derecho, Antonio Moreno Cánoves, en el prólogo a la primera edición: “El estilo literario de Confieso es, como mínimo, peculiar, directo y claro: dice lo que quiere decir, sin ambages ni circunloquios. Ya lo era el de Pinarejo, un pueblo de la Mancha… y el de Safari en Tanzania, sus anteriores libros publicados. Pero ahora más aún, porque Confieso es, incluso en sentido religioso-sacramental, una auténtica confesión del comportamiento del autor ante las circunstancias que le han rodeado en su peripecia vital, y de sus reacciones —muchas veces de pura defensa legítima— ante las actitudes de aquellos con los que se ha relacionado”.
Iatrogenia y filibusterismo sanitario

Si interesantes son la vida y milagros que narra Ángel Mota en su Confieso (una vida singular, a la sombra de su excepcional compañera y madre de sus dos hijos, Mari Carmen, ahora también su lazarillo tras la pérdida de visión casi total del doctor Mota), su otro libro, muy reciente, Iatrogenia y filibusterismo sanitario, reúne alicientes más que indispensables para meterse en su lectura. Interesa tanto a médicos como a pacientes y tiene material de información y ricas sugerencias para políticas visionarias sobre el futuro de la sanidad.
La iatrogenia hace referencia a la mala praxis médica, mientras el filibusterismo sanitario es una expresión dura que profundiza en los peligros de una profesión tan trascendental para la salud de los ciudadanos. El título del libro tiene, a mi juicio, una doble resonancia que pretende atraer la atención de los posibles lectores. Los asuntos sanitarios nos seducen a todos y eso me llevó a leer la obra con atención y tensión. Es libro de denuncias, pero también de propuestas; libro espectacular, divino y humano, doloroso y gratificante, lleno de denuncias y de propuestas de alguien al que se le nota que rebosa amor por una profesión, que, como expresa en la dedicatoria, es un arte: “A todos los sanitarios que practican el arte de curar con ciencia, ética y empatía hacia sus pacientes hasta el final de su proceso”. Libro extraordinario que encierra densidad y amenidad, salpicado con apuntes de humor. Si el título podría parecernos el anuncio de un Ángel exterminador, la lectura nos lleva al encuentro de un Ángel (Mota López) consejero, avisador y protector.
Posdata: El rey y Sánchez, sobre Cataluña

Muy breve y muy significativo. Felipe VI, en Barcelona hace unos días, durante la entrega de los Premios Princesa de Girona, dijo que hay que “estrechar lazos entre Cataluña y las demás tierras de España”. Pedro Sánchez, a primeros de mayo, en Barcelona, en el Cercle d`Economía afirmó que “Cataluña y España somos países extraordinarios”. Puede que Sánchez sea doctor en Economía pese a que copió parte de su tesis doctoral, pero en la asignatura de Historia se ha ganado un ‘cero zapatero’, es decir, un cero influenciado por las enseñanzas de Zapatero.
Habrá que leerlo. Ole por esa posdata… pues no están los tiempos para dejar pasar por alto!!
Gracias.
Doctor Mota, amigo Ángel , no solamente eres un gran médico, también un gran profesor que ahondas en el humanismo que propagó Marañón. Como maestro te tengo y sé de tu resistencia a los avatares de la vida y de tu gran resiliencia.
Gracias Ramón Gómez Carrión, por incluirme en ese grupo de médicos escritores a los que no llego a alcanzar y así lo asumo.
No te pases de humildad, que podría ser, según santa Teresa de Ávila, una forma de soberbia… La humildad es la verdad.