Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Alicantón

Alicante en 2060, según la IA (Fuente: Picatoste).

Lo de la China ¿comunista? es muy fuerte, no hay más que ver unos pocos reels de Insta para ver lo que pueden hacer y cómo han tomado la vanguardia del progreso y la innovación. Aparte de dinero, mucho dinero capitalista que HEMOS inyectado en ese país sin derechos laborales, sin descanso ni control horario, sin libertad de expresión ni derechos políticos, o sea lo que viene a ser una dictadura en toda su extensión y un paraíso de un capicomunismo salvaje, se lo han montado. Pero si nos olvidamos de estas pequeñas realidades sin importancia (total son chinos y hay muchos), son una maravilla las innovaciones que en los entornos urbanos ya son realidad en el país de la gran muralla.

¿Qué podemos aprender de esto? La historia de las ciudades se escribe con la tinta de la innovación. Atenas fundó la democracia en la polis, la pequeña ciudad de Oxford fue cuna de avances científicos como la penicilina, Malmö en Suecia, con sus 350 000 habitantes, es referencia mundial en sostenibilidad urbana y arquitectura verde y ahora esas ciudades de China se convierten en urbes como Shenzhen o Hangzhou, prototipos globales de futuro urbano. También Arabia Saudí proyecta megaciudades como NEOM, que condensan en desierto y acero la ambición del porvenir. Pero ¿puede una ciudad media europea, mediterránea, ser el lugar donde converjan todas esas tendencias? ¿Cómo sería Alicante convertida en laboratorio urbano?

Una urbe abierta al mar, con tamaño manejable, que además desarrolla un proyecto estratégico —Alicante Futura— que ofrece la oportunidad de experimentar con nuevas tecnologías urbanas en un formato de sandbox, un banco de pruebas vivo, puede experimentar diversas formas de innovación que la preparen para el futuro que ya es presente en una parte del mundo y en las ciudades que han apostado por esa estrategia urbana.

Hay muchos ejemplos, como estos: La limpieza urbana ha dejado de ser un simple servicio municipal para convertirse en una línea de innovación. Ciudades chinas como Xi’an han instalado torres de purificación del aire de más de 100 metros, capaces de filtrar 10 millones de m³ diarios, reduciendo partículas finas PM2,5 en un radio de varios kilómetros. En Pekín y Shenzhen circulan robots autónomos que barren calles y aceras, y drones que supervisan y retiran residuos en cauces fluviales. En Alicante, un piloto de estas tecnologías tendría impacto inmediato. Las playas, símbolo de la ciudad, podrían mantenerse limpias con robots anfibios; los paseos y plazas, con unidades autónomas que operen 24 horas sin emisiones. Y un plan estratégico de limpieza atmosférica con distintos dispositivos oxigenantes actuaría como símbolo público de una ciudad que no solo consume innovación, sino que la produce y la muestra al mundo. 

La experiencia del parque La Marjal en Alicante anticipa lo que China ha extendido a decenas de ciudades bajo el modelo spongecity: infraestructuras urbanas que absorben, filtran y reutilizan el agua, reduciendo la vulnerabilidad frente al cambio climático. Alicante podría escalar este concepto a nuevas zonas: corredores verdes, pavimentos permeables en el centro histórico, o parques inundables en diferentes entornos de la ciudad.

Hace años propuse un proyecto que hoy cobra nueva vigencia: la instalación de una catarata en la cantera. Más allá del gesto estético, la cascada funcionaría como infraestructura climática: reduciría la temperatura local, generaría humedad y biodiversidad, y al mismo tiempo, actuaría como atracción turística y cultural. Un gran parque y lago crearían un entorno único que se completaría con la puesta en valor del impresionante espacio de La Británica. Convertir una herida del territorio en un símbolo de resiliencia urbana sería un mensaje potente: Alicante no esconde sus cicatrices, las transforma en motor de futuro.

Proyecto de catarata y salto de agua en Alicante , diseño de Gente Comunicación (Fuente: Picatoste).

Otra. Toda esta innovación exige inteligencia centralizada. Hangzhou, con su sistema City Brain, redujo en un 15 % la congestión del tráfico e incrementó la velocidad de respuesta de ambulancias en un 50 %. En Alicante, un sistema similar podría integrar datos de movilidad, energía, calidad del aire, sensores en infraestructuras y drones de vigilancia. Ampliando el sistema de control de tráfico ya vigente. El cerebro urbano alicantino no solo reaccionaría, anticiparía episodios de contaminación, desviaría tráfico automáticamente, activaría protocolos frente a inundaciones o incendios y ajustaría consumos energéticos en tiempo real. La ciudad se convertiría en organismo vivo, que piensa y actúa.

Más. No hay innovación sin inclusión. Ciudades chinas han añadido ascensores modulares a edificios residenciales de los años ochenta y anteriores, han diseñado parques accesibles con guías táctiles y han experimentado con semáforos sonoros y señales de luz en los suelos de los pasos de peatones. Alicante puede integrar en su modelo de innovación un principio irrenunciable: la accesibilidad universal. Desde el mobiliario urbano hasta los sistemas digitales, todo debe estar diseñado para mayores, personas con diversidad funcional y niños.

Ahora. La velocidad de la construcción es ya un factor de innovación decisivo. En 2021, la empresa Broad Sustainable Building levantó en Changsha un edificio de diez plantas en apenas 28 horas, utilizando sistemas modulares prefabricados que se ensamblan como piezas de Lego. Durante la pandemia, China construyó hospitales de campaña en Wuhan en menos de dos semanas. Arabia Saudí, por su parte, incorpora tecnologías similares en NEOM, con módulos residenciales que integran desde el diseño inicial a sistemas de climatización y energía solar.
Aplicado a Alicante, este modelo de construcción modular digitalizada podría significar una revolución. Frente a la demanda creciente de vivienda y el encarecimiento del suelo, los módulos podrían habilitar soluciones temporales y escalables: residencias universitarias internacionales, equipamientos culturales que aparecen y desaparecen según la temporada turística, o alojamientos de emergencia en caso de catástrofes naturales. Darían salida a varias iniciativas emprendedoras  e innovadoras creando un hábitat para la integración de nuevas empresas con nuevas técnicas constructivas. De eso sabemos aquí bastante, y con la colaboración con instituciones investigadoras, como la Universidad de Alicante, se completaría un avance en el modelo productivo original y sin duda positivo.

Los beneficios no son solo de velocidad: la construcción modular reduce en torno a un 60 % los residuos de obra y en un 40 % las emisiones de CO₂, al fabricarse en planta industrial bajo control digital (BIM, sensores IoT, impresión 3D de componentes). Alicante podría liderar en Europa una estrategia de construcción ágil y sostenible, atrayendo tanto a empresas de ingeniería como a startups de urbanismo digital.

El futuro no es solo de las megaciudades. Alicante puede demostrar que una ciudad media europea puede ser referente global si concentra en su escala todos los vectores de innovación: la construcción rápida y sostenible, la limpieza ambiental avanzada, la resiliencia hídrica, la movilidad sostenible, la inteligencia urbana y la inclusión social.
El reto no es menor: requiere inversión, colaboración público-privada y valentía política. Pero la oportunidad es única. Alicante está en la posición exacta para ser el faro mediterráneo de la innovación urbana, un lugar donde las ideas que se experimentan ya en el mundo se materialicen en el día a día de los ciudadanos, no como utopía, sino como experiencia necesaria. Haciendo amigos.

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

4 Comments

Click here to post a comment

Responder a Jorge juan monreal muñoz Cancel reply

  • Me gusta muchísimo tu artículo, pero no la imagen, con IA, del Alicante de 2060. Miro al pasado y me gustaba más la antigua calle Virgen del Socorro asomada al Postiguet… Conservaría lo antiguo con mimo y construiría lo nuevo en otras zonas. Me estoy haciendo mayor. Un abrazo.

    • Claro
      El progreso no debe ser salvaje
      Es una imagen que nos dé el mensaje de que hay que hacer cosas y no esconderse.
      Un abrazo

  • Hola Pedro, acabo de leer tu artículo en la Hoja del Lunes y no podía dejar de escribirte para darte la enhorabuena. Me ha parecido un análisis tremendamente acertado y necesario, sobre todo en los tiempos que corren. Me quedo con todos y cada uno de los puntos que expones con una generosa reflexión sobre la revitalización del centro de la ciudad y la importancia de fomentar un comercio local más dinámico o integrar espacios peatonales. Son ideas que, sin duda, deberían estar sobre la mesa. ¡Enhorabuena de nuevo por el texto! Un abrazo.