Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Debatiendo

A las madres de la tierra y a la Madre del Cielo

(Fuente: Freepik).

¿Quién es capaz de sentir compasión por un terrorista encarcelado? ¿Quién se queda sin dormir mirando por la ventana a las cuatro de la madrugada? ¿Quién enseña las primeras oraciones? ¿Quién detecta antes que nadie el primer desengaño amoroso? ¿Quién hace de despertador y de ‘levantador’ un día y otro con paciencia infinita? ¿Quién cede alegremente en sus gustos, en sus ocupaciones y en sus ilusiones? ¿Quién mira sin condenar, habla sin ofender, perdona sin exigir y abraza sin reprochar?

Es ella, sí, la que ayuda a vencer el miedo a la oscuridad; la que abriga en el invierno hasta parecer un astronauta; la que enseña a dar las gracias al recibir un caramelo; la que regaña cuando uno se chiva de sus hermanos. Es ella la que insiste en que hay que visitar a los abuelos; la que dice que su hijo va a ser investigador cuando se mete el dedo en la nariz; la que recoge por la mañana la ropa del suelo; la que muestra orgullosa a sus vecinos las fotos de Navidad; la que da 18 avisos y consejos antes de salir a la calle; la que respeta cartas y llamadas, cajones y diarios, secretos e intimidad.

Nadie como ella es capaz de unir, en el mismo instante, el mayor dolor y la mayor alegría; nadie como ella sufre tanto ante una respuesta violenta o un desprecio de indiferencia; nadie, excepto ella, acude a nuestro lecho para enjugar las lágrimas que producen el dolor o la soledad… Porque escucha sin interrumpir; calla sin provocar; sufre sin herir; ama sin esperar…

(Fuente: Freepik).

Su vida siempre nos deja un sabor como de misterio. ¿De dónde saca fortaleza para sonreír a los que llegan? ¿Cómo adivina que nos ha ocurrido algo? ¿Por qué prefiere al hijo más débil? ¿De qué modo consigue que sean protagonistas los otros? ¿Cuándo descansa? ¿Cuándo disfruta? ¿Cuándo sueña? ¿Cuándo vive? Y, observándola de cerca, el misterio se resuelve: descansa al ver descansar; disfruta cuando otros disfrutan; sueña con los sueños ajenos… y vive y revive, exulta y reina cuando son su marido y sus hijos a los que que ve felices. Y por eso es para todos el corazón del hogar.

Si en algo de todo esto tu madre no acaba de entrar, no te pierdas, insensato, y vuelve a leer lo demás. Y demuestra que la quieres, que a veces ni eso sabemos dar.

Y si la madre en la tierra es la cumbre del amor, ¿qué no contará cada uno de la Virgen, nuestra Madre del cielo? De esta Mujer asombrosa, llena de gracia y bondad? En Ella se multiplican y trascienden todas las cosas buenas de todas las madres del mundo, de todas las razas y pueblos, de todos los tiempos del cosmos. Y quien nada pueda contar… no es  un buen hijo. O es un ignorante y eso ya es mucho fallar. Mayo nos trae las flores y un perfume virginal que a los corazones nobles impregna sin hacerse notar. Haz la prueba en este tiempo y mira sin prisa ese rostro que sabe de amor y de pena, de firmeza y debilidad. Y agárrate fuerte a su mano, que ese asidero materno jamás abandona en la lucha, en la tregua y en la paz.

José Ochoa Gil

José Ochoa Gil es abogado y colaborador de “La Verdad” y el seminario “Valle de Elda”, y en Alicante con la revista trimestral “Punto de Encuentro”, editada por CEAM Parque Galicia.

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