Lleva quince años al frente de la corresponsalía de Le Monde en España, el diario vespertino francés de gran prestigio internacional, con 550 empleados y medio millón de suscriptores, en el que los redactores están blindados para separar información y propiedad. Habla de periodismo, y en especial del periodismo local y del global y de cómo están íntimamente relacionados en la jornada de comunicación “Del periodismo local al periodismo global” que se ha celebrado el miércoles pasado en Valencia.
Antes de trabajar para Le Monde, Sandrine Morel lo hizo para varios medios de distintas zonas en el norte y sur de Francia, Córcega o la isla de Nueva Caledonia en el Pacífico. “De esta experiencia en redacciones locales nació mi amor por esta profesión”, asegura esta periodista que llegó a España por amor y comenzó a trabajar en un semanario nacional francés. “Para mí el periodismo local y el periodismo global son dos caras de la misma moneda: desde lo local se explica lo global y desde lo global también lo que pasa de manera local. La noticia siempre empieza por una historia local. Y con el poder de las redes sociales, con Internet, se ha derribado esa frontera entre periodismo local y global”, explica.
Para demostrar la relevancia que puede tener el periodismo local, donde recomienda empezar para agudizar el ingenio, apunta que el periódico más leído en Francia es el Ouest France, un medio local que cubre toda Bretaña y los países del Loira, con una difusión de pago de 591 000 suscriptores y 2,2 millones de audiencia. Le Monde tiene 528 000 y 2,6 millones de audiencia.
El periodismo local tiene una función “comunitaria de dar voz a los que no suelen tenerla y de informar de temas cercanos y cotidianos, que no se encuentran en otros medios. Es fundamental para la gente en el territorio”. “Cuando trabajas en local escribes para tu vecino y cuando trabajas en un medio global escribes para un público que está fuera del ámbito donde ocurre la historia”, dice.
“Tiendo a pensar que ser corresponsal en el extranjero es justamente combinar estas dos facetas porque lo que realmente me piden es contar historias de la calle, es estar haciendo un trabajo de periodista local, pero con una visión global y siempre buscar noticias que sean las más originales y no se pueden contar desde una agencia”, añade. A partir de una historia “lo que voy a contar para mi periódico es todo lo que hay detrás, lo que puede ser nuestra fragilidad frente a episodios climáticos graves, retos de la adaptación al cambio climático y todos los fallos políticos cuando no se toman en serio los avisos que pueden haber”, señala.
Sandrine defiende la existencia del periodismo local y que ninguno es más importante que otro. “Es fundamental que haya un periodismo local fuerte y tristemente se ha perdido muchísimo, no solo en España, sino en todo el mundo, porque en pequeñas ciudades es el único sitio donde puedes luchar contra el caciquismo local, para que se conozcan las injusticias, porque si no se sabe lo que pasa no existe, y se dé solución a los problemas”, afirma.
Además, permite que esas pequeñas historias resuenen y lleguen a otros medios, dijo recordando cómo la muerte de George Floyd en 2020 a manos de la policía en Estados Unidos se convirtió en una historia mundial y una niña delante del parlamento sueco generó los Fridays For Future.
Otro ejemplo más cercano fue la Dana que asoló Valencia el pasado mes de octubre. “Mientras la televisión autonómica À Punt hizo muchos reportajes con imágenes cuando en Madrid se cerraron las ediciones de casi todos los diarios sin una foto de lo que estaba ocurriendo en Valencia, para mí fue la máxima señal de cómo se ha dejado de financiar y de trabajar con el periodismo local porque si hubiera habido una buena red como solía, de periódicos nacionales en Valencia no se hubiera entendido. La información estaba, pero faltó la correa de transmisión hacia el gobierno valenciano y muchos periódicos”, explica.
Crítica con los medios españoles por caer permanentemente en el ruido del periodismo de declaraciones explica que “medir cuándo un tema es trascendente es otro de los retos de mi trabajo”, dice en alusión a los temas que abren portadas durante seis meses en España, con cero trascendencia para el periódico francés.
También le gustan los clichés. “Evidentemente no es la realidad de toda España, pero existen, como la madre de Rubiales (el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, condenado por agresión sexual), que es una mujer que se encierra haciendo una huelga de hambre por su hijo que tiene 40 o 50 años. Esto era un caramelo ¿no? La mamma española, más que la italiana ¿no?”, dice entre risas. Y la picaresca “que tiene un trasfondo histórico porque este tipo de personales han existido desde hace siglos en la literatura española”, añade.
Sandrine Morel compartió tras su intervención una mesa redonda con los periodistas Pere Valenciano, presidente del grupo El Periódico de Aquí y Francisco Estellés, cofundador de SempreValencia.com, moderada por quien escribe en la Universitat de València, que fue organizada por Ideas and Advice y la Generalitat Valenciana.
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