Fresco el congreso de Alicante de Transformación Social y Humana que se celebró el martes en Alicante, es increíble lo que las personas pueden mover en el mundo con su voluntad y con ese sentimiento de ayuda que invadía la empinada sala de Cámara del ADDA.
Personas como María Parra y Tomás y su equipo, como Natalia o Esther y todos los suyos de la Fundación, grandes como el padre Ángel, Pedro Piqueras, o como la impresionante Irene Villa y el cocinero Andrés Torres, Juan Lledó o Asunción Sánchez Zaplana, como Rafa Llopis y Rosalía Mayor, como Ginés Llorca y los políticos que hacen posible este evento singular; la ADL con Mari Carmen de España, el alcalde Luis Barcala, Toño Peral o Begoña León, entre otros. Por allí vi a Farhang, de la comunidad Bahai de Alicante, gran persona que lleva décadas ayudando a los demás; Carlos Castillo, Elisa Díaz, Mari Carmen Ibáñez, Adela García, Benito Zuazu de ASAFAN, y gente como Inma, Cris y Alberto, que hicieron un trabajo impecable de organización. Un grupo que, junto con el recinto totalmente lleno, completó un éxito absoluto y rotundo de la IV edición de este congreso.
Esas eran las personas, pero hubo algo casi más impresionante que fueron las palabras, los mensajes. Desde el cierren los ojos por favor y transportarnos a un mundo de emoción por ayudar, por crear cada uno un entorno mejor desde su poder y perspectiva al que las palabras ciegas de María nos trasladaron sin salir de la sala. Las palabras impresionantes de Irene Villa con su cero rencor que nos dejó a todos impresionados por su corazón, generosidad y sabiduría ante esa vida dura y preciosa que le ha tocado vivir.
Las palabras del padre Ángel con su absoluta y contundente sentencia que dejó en la mente de todos: “las personas malas son personas enfermas”. El consejo es que lejos de contagiarnos de la pandemia de la maldad hay que ayudar a estos enfermos porque esto es lo que son. Magistral.
Las palabras del cocinero Andrés Torres que ve en la mirada de la gente la palabra hambre y eso es lo que quiere solucionar; también su conversión al oír que él y otras personas son las que elige Dios para solucionar los problemas del mundo.
Las palabras de Pedro Piqueras de que “nadie tiene la libertad completa de decir lo que piensa”, además de su sentencia de muerte a los móviles que son una droga maligna, según su opinión.
Las de Juan Lledó con su cruzada contra la soledad no deseada y que solo se cambiará sumando pequeños actos para transformar, con esa suma, las peores realidades. Para él, el que ayuda es en realidad el ayudado, siempre recibe más que da…
A mí me pareció un oasis para pensar (cosa que recomiendo, que nos pongamos una alarma en el móvil maldito con aviso para pensar al menos una hora a la semana), un remanso de paz, una tarde con muy pocos egos exacerbados, donde todos parecíamos iguales, donde se encontraron gentes que se dedican a los demás, y donde hubo testimonios y visiones terribles de la realidad de fuera del congreso.
Me arrugó el corazón y el alma ver a los niños en una cola de comida repartida donde primero los hombres se peleaban por los alimentos, luego las mujeres y finalmente, cuando pensaban que ya no quedaba nada, llegaban los niños solos o huérfanos con su otra jerarquía de mayores y pequeños, donde son la nada, donde saben y comprueban que son el último mono y la desesperación está en sus ojos… los repartidores lo sabían y les habían guardado a ellos algunas comidas y dulces que ellos agradecieron como si se lo dieran los mismísimos ángeles. Y aportaron alegría y cariño como solo la infancia sabe dar.
¡Vaya mundo de guerras, miserias, injusticias y mierdas! Y nosotros aquí, pagando impuestos y buscando triunfar para estar más cómodos y cerrar los ojos a todo lo que sucede. No es necesario hacerse peregrino ni héroe, se empieza por decir “buenos días” a tu vecino y por ayudar a alguien y abriendo esos mismos ojos para ver dónde y quién te necesita, pequeños gestos sumados que pueden cambiar el mundo, “las pequeñas gotas de cera hacen un cirio pascual”, lo dijo una mujer sabia que parió a Rafa Llopis.
Gracias.
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