Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Más fauna y amistades

(Fuente: FreeImages).

Ese que echa la culpa a los demás de sus inutilidades y encima se beneficia de las consecuencias de esos mismos fallos porque nunca son suyos y, si por él fuera, nunca se habrían producido. Los demás son culpables y, con su superior intelecto y con más poder, eso no sucedería. Usan su cagada para ascender (cuentan con la inestimable ayuda de sus superiores a los que en realidad desprecian). Aquel que te llama amigo y se dedica a difamarte y a no dejarte crecer; el viejo amigo que es viejo del tiempo que hace que no hace nada por verte.

Pero, también, tras el pasado artículo de «Amigo del año«, he visto que escribir y transmitir sirve de verdad a veces. 

Muchos me confiesan que les ha hecho escribir y llamar a algún amigo o amiga casi olvidado. Incluso a mí me han llamado solo para saludarme algunos antiguos «amigos del año» y ha sido todo un placer. No hemos dicho «a ver si nos vemos», sino que hemos quedado en fecha y hora… ¡así se hace!

Mi hijo mayor también lo leyó, le pareció chulo y me preguntó qué hacer cuando algún amigo no da señales de vida y siempre eres tú quien llama o contacta. Creo que en realidad somos amigos de una persona en un momento de nuestras vidas y que las personas cambiamos, el recuerdo de la amistad no es amistad, por eso hay que cuidarla, dedicarle tiempo y cariño o será como esos grupos de WhatsApp donde solo nos felicitamos los cumples y la Navidad.

Y eso que nada hay como encontrar la comprensión y complicidad de alguien sin ningún interés o pretensión, esos momentos mágicos como el otro día, en la vendimia de Torre Juana, cuando Fernando me dio un abrazo y me dijo: «¡Joder Pedro! Leí tu artículo y me emocioné, nos vemos poco». Sí.

Por eso nada duele tanto como la amistad perdida, como pasar de la tranquilidad absoluta con alguien a la incomprensión y la desconfianza. Ese amigo importante que no te responde por sistema, esa amistad perdida gratuitamente y sin motivo ni clemencia. A mí esas cosas me duelen, me arrancan un jirón de piel, me dejan desolado y en Whats App, cuando no me contestan o me ignoran, pongo ese emoticono de 💤. 

No sé si me entienden.

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

2 Comments

Click here to post a comment