Monseñor Munilla es atacado con mentiras por la izquierda anticlerical y la frivolidad de algún medio de información.
Desde que tengo memoria histórica y democrática nunca había visto ni oído tantas mentiras para atacar a un nuevo obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante antes siquiera de tomar posesión de su cargo. Y me sorprende el titular del diario Información, en primera página: “División de opiniones ante la llegada del nuevo obispo”. ¿Saben cuál es la primera opinión que nos ofrece el compañero periodista? Ahí va: “El señor Munilla es el obispo más retrógrado de España y uno de los más retrógrados de Europa. Ni el Papa Francisco sabe qué hacer con él y, como el de Orihuela-Alicante es un Obispado de poca categoría, como castigo parece que nos lo ha endosado”.
Y a renglón seguido escribe el compañero: “Es la opinión de un ciudadano ante la llegada del nuevo obispo (no dice ni siquiera el nombre del ciudadano o qué titulación tiene, ni otro dato acreditativo de su autoridad para opinar). Pero la calle está dividida: hay quien cree que hay que dar al religioso una oportunidad, “como a todo hijo de vecino y ver lo que tiene preparado para Orihuela-Alicante. Después ya opinaremos”.
Esto no es serio. Cualquier pelanas puede saltar a un periódico de larga tradición y méritos profesionales de servicio a la provincia a decir tonterías, entre otras que somos una diócesis “de poca categoría” a la que monseñor Munilla llega castigado. Alicante tiene una población de casi dos millones de habitantes cuando Guipúzcoa (capital San Sebastián) sólo tiene 717.000, no llega a tres cuartos de millón. La extensión guipuzcoana es de 1997 kilómetros cuadrados y la de Alicante sobrepasa los 5.800.
Monseñor Munilla no es un obispo cualquiera y es muy respetado dentro de la Iglesia nacional y de la universal, porque es un gran teólogo y un excelente comunicador que pronuncia homilías muy jugosas y maneja las redes sociales con soltura debatiendo en profundidad. Sus enemigos de la izquierda lo atacan sin leerlo. Tiene presencia permanente (una página propia) en internet. Cualquiera puede leer sus homilías. Escribe en periódicos y revistas. Ha publicado decenas de artículos en El Diario Vasco.
Los comunistas de Cambiemos Orihuela (camuflados bajo el lema ‘ecologistas, feministas y justicia social’), que tienen tres concejales en el Ayuntamiento de la Vega Baja, han promovido una campaña de acoso al nuevo obispo, con apoyo de algún socialista, como el edil alicantino Francisco Sanguino, al que yo tenía por hombre culto y sensato. La concejal del cambio María Sandoval, sin aportar ni una sola cita textual, se lanza a un ataque ciego al obispo: “lleva años dedicando mensajes de odio e intolerancia hacia las mujeres y el colectivo LGTBI”. Mentira podrida, que apesta a persecución organizada como la que estamos viviendo contra un gran personaje que hará mucho bien a las diócesis y no puede gustar a las falsas feministas y los gays exhibicionistas y tergiversadores de la personalidad de un gran obispo, que ni comulga ni debe comulgar con la ideología de género, esa que predica el relativismo moral más destructivo de la sociedad y de los valores del humanismo.
Dice Sanguino en el periódico: “No puedo sentirme cómodo con quien cuestiona las investigaciones por pederastia”. Falso de toda falsedad, señor Sanguino. Monseñor Munilla no cuestiona las investigaciones. Munilla, como todos los obispos de la Conferencia Episcopal y su presidente el cardenal barcelonés Omella, cuestiona que la investigación se limite a la Iglesia cuando el 80 por ciento de los casos de pederastia se producen en el entorno familiar de los abusados y otro importante porcentaje en ámbitos deportivos mientras el porcentaje es bajo en medios religiosos. Quieren los obispos y quiere Munilla justicia en la investigación y no persecución a la Iglesia.
Tristemente la izquierda sigue siendo anticlerical por sistema y los socialistas se suman a los comunistas, lo que no impide que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz muevan cielo y tierra (sobre todo tierra) para fotografiarse con el Papa Francisco en el Vaticano. En busca, claro, de los votos de cristianos ‘progresistas’.
Conclusión: ladran al obispo, luego cabalga. Este sábado, día 12, entra en (la catedral de) Orihuela sobre mula blanca y el domingo, 13, a las 12, será recibido en la concatedral de Alicante. Primero fue la diócesis de Orihuela y luego Orihuela-Alicante. Una diócesis de primera categoría que tendrá un obispo acorde con su rango, pese a los papanatas.
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