Solo esta palabra habla de Alicante, de nacimientos y de hospital. Mis hijos nacieron allí y muchos de los alicantinos que conozco también. Por lo tanto, muchos de los momentos más emocionantes de nuestras vidas las pasamos en entornos como este. Los hospitales fueron refugio y lugar de reunión, apoyo y encuentro antes de ser centros asistenciales y siempre están presentes en los momentos más significativos de todos.
Esta tierra siempre fue saludable y, aunque no queramos, somos consecuencia del pasado. El Pla del Bon Repós fue el lugar donde en el siglo XIII el rey Alfonso X el Sabio y su esposa, Violante de Aragón, pasaron temporadas de descanso en Alicante, que por entonces pertenecía a Castilla como parte del reino de Murcia. Al parecer, tendrían una residencia en las afueras de la ciudad, en lo que actualmente es el barrio del Pla, y habría sido aquí, en una de estas temporadas, donde la reina habría quedado encinta después de muchas dificultades para concebir.
Heredera de esa tradición sana de esta zona, la clínica Vistahermosa tiene además un espacio especial en el corazón de la zona alicantina del Pla y del alumnado del colegio Inmaculada; los jesuitas, vamos.
Empezó Vistahermosa como un hospital materno infantil consecuencia del boom de los años 60. Fue iniciativa de varios médicos, sobre todo ginecólogos, que supieron ver esta join venture sesentona. El arquitecto García Solera diseñó el edificio con su reconocido estilo que tanto ha sido identificado como alicantino, de líneas sencillas, acogedor y vanguardista al tiempo. Me encantan las ideas, los materiales, las maquetas de madera y el diseño de este hombre al que conocí, siendo él muy mayor ya, pero siempre lúcido y educado. Le tomé mucho cariño, creo que en gran parte porque me recordaba mucho a mi padre, Santiago Picatoste…

La clínica Vistahermosa, como se conoce, ha estado siempre de reformas en un proceso de inversión constante y de ampliación reflejo de su éxito y de la confianza que en ella tiene gran parte de la ciudad.
Aquella imagen, inolvidable, de las monjitas «siervas de Jesús» atendiendo la clínica contrasta con los nuevos edificios de hoy, como el recientemente inaugurado V77, donde especialistas de prestigio desarrollan su labor médica y científica.
Pero lo fundamental es que esa querencia de los alicantinos por el lugar y la confianza en sus gestores ha hecho que durante generaciones sea el lugar de nacimiento de gran número de alicantinos, tal y como fueron y son otros lugares anteriormente; la Maternidad del puerto, el Hospital Provincial y por supuesto el Hospital General. Evidentemente las posibilidades económicas determinan también el lugar de nacimiento, pero esta batalla hoy no toca.
Y es que quiero destacar a las personas, a los profesionales de Vistahermosa, y lo hago desde el recuerdo de aquella clínica donde te mandaban desde «el cole» si tenías un accidente o algo que no pudiera atender el hermano Mompó en la enfermería de los jesuitas. Señalo, por si alguien está pensando que éste es un artículo de la alta sociedad alicantina, que el colegio Inmaculada de los jesuitas era concertado y eso hacía que se diera la afortunada circunstancia de que junto a los hijos de las «familias bien» de la provincia, que estaban allí, también, y casi al 50 %, estábamos los «pobrusos» de la zona del Pla-Carolinas que nos tocaba por cercanía y por el esfuerzo de nuestros padres (funcionarios, empleados, comerciantes, pequeños empresarios), que no gastaban ni en bromas para que sus descendientes pudieran tener lo que consideraban lo mejor. Gracias.

Lo cierto es que en Vistahermosa siempre fueron las personas su gran potencial y hoy también es en gran parte así. Me vienen a la cabeza muchos nombres como Antonio Server (hombre de confianza de Paco Ivorra ya con ASISA como propietaria, junto con el Dr. Colmenero y con Ricardo Navarro ). Y ese momento de cambio a ASISA tuvo personas como Guillermo Cañellas y el gerente del momento, José Antonio Pomata, que tan buen recuerdo dejó. Y ahora Emilio Ruiz de la Cuesta, Concha Giner, Luis Marhuenda, Carmen Terencio, Juan Bautista López Molina, Enrique Herrero, María Dolores Mora, competentísima jefa de enfermería; Patxi Cantó, enfermero que te saca sangre sin pincharte porque ni lo notas; los doctores Llopis, Mataix, Quiles, Colomina, Espinós, y un largo etcétera. Además de una continua renovación y búsqueda de la excelencia asistencial cuya última incorporación es el Dr. Lorenzo Rabadán, especialista internacional en cirugía de la mama y referente en innovación quirúrgica.
Esto es solo un pequeño homenaje a mucha gente que mejoró y mejora día a día con su esfuerzo y dedicación la asistencia hospitalaria privada en Alicante.
Vistahermosa es Alicante, y evoluciona con ella, que cada vez más es un referente de destino de salud y más lo sería si ese ansiado lobby sanitario se constituyera con fuerza y generosidad. El sector médico es importante, aunque seguramente sobran algunos egos, pero es seguro que son superables. Haciendo amigos.
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