Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Caminando con la historia

Troya, el enigma que perdura

"La caída de Troya", pintura de Johann Georg Trautman. Colección del gran duque de Baden, Karlsruhe (Fuente: Wikimedia).

La mayoría de nosotros conservamos buena parte de la historia gracias a las imágenes de las películas de Hollywood que han encarnado épocas con personajes, héroes o dioses como Aquiles, Héctor, Odiseo, Elena de Troya,  Paris, Príamo o Menelao. A todos ellos los podemos ver en  La Ilíada y La Odisea de Homero, que durante milenios ha cautivado, y cautiva, la imaginación de todos los que la leen. Pero, ¿qué hay de cierto, por ejemplo, de la historia de Troya, una ciudad asediada por diez años. ¿Realmente existió Troya?

Si nos trasladamos a la época de Homero, se cree que sus escritos datan de entre los siglos VIII y VII a.C. y son una de las pocas fuentes que tenemos sobre la guerra de Troya, un conflicto entre griegos y troyanos que fue iniciado por el rapto de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya, con un final que traería la caída de la ciudad gracias a la inteligente y perspicaz trampa del caballo de Troya.

Siempre se ha podido pensar que estos hechos son debidos a la fascinante imaginación del poeta, siendo meras leyendas, pero en el siglo XIX, el arqueólogo Heinrich Schliemann emprendió una ambiciosa búsqueda para encontrar los restos de la antigua ciudad troyana en la colina de Hisarlik, en lo que hoy sería Turquía. Allí encontró diferentes estratos de varias ciudades construidas unas sobre las ruinas de las otras, identificando entre ella a la posible ciudad de Troya que menciona La Ilíada de Homero.

Lo cierto es que esa identificación del arqueólogo no era nada concluyente puesto que esa colina de Hisarlik había sido ocupada durante miles de años por diferentes civilizaciones, y que era difícil realmente establecer una correspondencia exacta entre los estratos arqueológicos y los eventos narrados en los poemas homéricos, pero también es justo aseverar que ese lugar fue un escenario de una serie de conflictos bélicos en el pasado y que alguno podía haber servido de inspiración al poeta.

Las excavaciones en Hisarlik han encontrado restos de muros, palacios, tumbas y objetos de valor que han revelado que hubo una ciudad fortificada que fue destruida en varias ocasiones  y que sugiere que Troya podría haber sido un centro comercial importante en la región del Egeo. Pero, como digo, las evidencias arqueológicas no son concluyentes y todavía no se han encontrado pruebas directas de una guerra a tan gran escala durante ese tiempo, no coincidiendo exactamente con lo narrado en los poemas homéricos.

Es muy posible que la guerra de Troya no sea más que una mezcla de hechos históricos y elementos míticos en los que el poeta se inspiró pero con demasiadas libertades creativas y exagerando los hechos creando así el fascinante mito de Troya y sus increíbles personajes que viven historias de amor, heroicidades, se enfrentan con valor, sufren traición, viven con honor, realizan venganzas, provocan guerra y son dignos del mejor de los best seller.

Por otro lado, en esos poemas de Homero se han inspirado artistas, escritores y cineastas a lo largo de los siglos representando la guerra en innumerables obras de arte, desde pinturas sobre la caída de Troya o el caballo de Troya, pasando por los duelos entre sus protagonistas, sin olvidarnos de las esculturas o películas y novelas, hasta incluso videojuegos. Todo ello ha transcendido las barreras del tiempo, pero que no resuelve la respuesta a la pregunta de la existencia de Troya.

Escritores como Eurípides exploraron las profundidades psicológicas de los personajes homéricos ofreciendo nuevas perspectivas sobre la guerra y sus consecuencias, dentro de la categoría de la tragedia griega, así como la literatura romana con Virgilio que, en La Eneida, retoma la figura de Eneas, un troyano superviviente, para fundar la historia de Roma.

Personalmente, me quedo con la película épica de Wolfgang Petersen, Troya, que ha popularizado el mito para las nuevas generaciones, aunque con licencias artísticas, claro, pero siguiendo en la línea de abarcar temas atemporales universales que alcanzan su resonancia, así como los héroes y heroínas de Troya, personajes complejos y multidimensionales que encarnan tanto virtudes como defectos en una identidad cultural que es la base de la civilización occidental.

Jorge Monreal

Natural de Madrid y dianense de adopción, estudié Educación Física (INEF) y toda mi vida ha estado vinculada a la nutrición y alimentación para el alto rendimiento deportivo, aunque mi vocación siempre fue el periodismo, así que con la ayuda de la Universidad de Barcelona logré tener el grado de comunicación además de otros estudios paralelos como Máster de Comunicación Empresarial y Corporativa en la Universidad Isabel I, un posgrado en Publicidad y Relaciones Públicas y un MBA en una escuela de negocios en Florida.

Lo importante es que soy una esponja para el periodismo y su historia, presente y posibles escenarios de futuro. Formar parte de la familia periodística y más concretamente de la APPA ha sido un verdadero honor al que espero poder contribuir engrandeciendo la Asociación y buscando un futuro próspero como profesionales y comunicadores, aunque tenemos que reconocer que en España nos queda un gran trabajo.

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