Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Balones a la olla

Triunfo herculano con sabor a vainilla y chocolate

Fotografía: Perfil de @cfhercules en Twitter.

Por la conexión histórica de la localidad de Alzira con la industria de los dulces y el helado, haciendo un guiño, titulamos tras la derrota abultada de la primera vuelta, que “nos quedamos más helados que un polo”; en este partido de vuelta ha sido al revés. Dulce victoria porque ponía fin a tres partidos sin ganar y porque cerraba igualmente una sequía goleadora que se prolongaba por espacio de más de cuatrocientos minutos.

No fue fácil, nada es fácil en esta categoría, pero ha habido días peores. El de ayer fue uno de esos partidos en los que casi vislumbras que sí vas a ganar, que al final lo logras y consigues, poco a poco, pero entendiendo que la cosa se va mascando. La cosa precisamente comenzó a encarrilarse al filo de la primera media hora, cuando de forma justa el colegiado expulsó al central del conjunto valenciano por una entrada a Acuña. El Alzira debió jugar lo que restaba más la segunda parte con diez efectivos. Aguantó el tipo hasta mediado el segundo acto, pero una genialidad de Aketxe desequilibró, y un acierto pleno del Toro Acuña lo refrendó. Llegó el gol por fin, y además llegó a través de dos delanteros, dos de los artilleros del equipo. A raíz del primer gol, ya en inferioridad el Alzira bajó los brazos y, además, evidenció que no es equipo de la locomotora de arriba, sino que está un vagón más atrás, sin parecerse a otros, pero ni mucho menos es de lo mejor que esta temporada ha pasado por el Rico Pérez.

Hércules 2 – Alzira 0

Jornada veintiuno. Visitaba el Rico Pérez el Alzira, presencia de aficionados valencianos, no en demasía, pero por aquí y por allá en los aledaños se dejaba sentir hablar en valenciano. Todos ellos desplazados en vehículos particulares, la distancia entre Alzira y Alicante no va más allá de una hora y pocos minutos. Tarde soleada pero fresca, trece grados centígrados de temperatura, y poco más de cuatro mil espectadores. Volvió a ser de la partida Bikoro, ya reincorporado tras la Copa de África, en detrimento de Borja Díaz. Estuvo ausente por sanción Carlos David, y se quedaron fuera por decisión técnica otros, como Pedro García, Chuli o Mario Ortiz. Arbitró el malagueño Aranda Delgado, del Colegio Andaluz, debutante en la categoría pese a sus treinta y cuatro años. Mejor la segunda parte que la primera. Le precedía fama de tarjetero he hizo honor a su fama. Amonestó a Bikoro a las primeras de cambio sin ton ni son y expulsó al central valenciano Kaiser por derribo a Acuña, cuando ya le había desbordado. Errores de apreciación en un sentido y en otro, muchos.

No pisó el Alzira el Rico Pérez, con muchas ganas de proponer, sino más bien de quedar a verlas venir. En la primera parte la iniciativa fue alicantina por lógica y guion y en la segunda por pura necesidad y apreturas. Ya había llevado a cabo Acuña alguna acción interesante como el balón que estrelló en el lateral de la red, peleón y reivindicativo como siempre. Recibió una pelota en el minuto veintiséis tras un mal despeje del contrario, desbordó al defensa central y éste que perdió la posición no tuvo otra opción que zancadillearle cuando ya encaraba puerta. Último hombre y por tanto expulsión. El Alzira se quedaba con diez y la partitura se modificaba sensiblemente. Entre eso y su gol de la segunda parte puede decir Toro Acuña que fue decisivo en el devenir del partido. En cualquier caso, el primer tiempo al que se llegó con la igualada se resume con los calificativos de feo, soporífero, espeso y con dominio local, pero sin profundidad.

Debió conjurarse el equipo en el vestuario y pensar que no quedaba otra. Salió el Hércules más decidido en la segunda parte, y con la convicción de no poder especular, sólo valía la victoria. De entrada, Galán dejó su puesto al vasco Aketxe, y puede decir Sergio Mora que acertó. Optó por un cuatro-cuatro-dos, donde Pedro pasaba a la izquierda y Aketxe y Acuña eran las puntas de lanza. Todavía hubo tiempo para un susto del Alzira en el minuto sesenta y dos, propiciado por un error de José Manuel, pero a partir de ahí, y con un equipo visitante muy cerrado y con uno menos todo cambió tres minutos después. Aketxe recibe un balón y arrancando desde la izquierda, se acomoda el balón a su pierna buena y chuta desde lejos, fuerte, cruzado y colocado a la izquierda del meta del Alzira. Era el uno a cero.

Se acababa de romper la racha negativa. No todo estaba hecho, con minutos por delante pero el camino se allanaba y de qué manera. Y la tranquilidad ya total y la bajada de hombros definitiva de los visitantes, seis minutos después, Pedro Sánchez bota un córner y entrando desde atrás y jugándose la cara, Toro Acuña impacta un cabezazo que entra por el centro de la portería. Quedaban veinte minutos, pero salvo catástrofe el triunfo no se podía escapar. El dos a cero campeaba en el marcador. Y el propietario del Hércules, Enrique Ortiz, sin compañía en el palco, lo miraba y lo disfrutaba. A Ortiz ya le gusta el fútbol y vibra como cualquier aficionado.

Enrique Ortíz (Fotografía: Ferrándiz).

Borja Díaz y Nico, que iban a entrar un poco antes y el técnico lo retrasó por el primer gol, ingresaron por Raúl Ruiz y Acuña y la aportación fue buena, cada uno en su sentido, sobre todo el desparpajo y empuje del canterano. Quedando apenas cinco más el descanso también hubo opción para Elliot y Raúl González que aportaron más refresco, ocupando los puestos de Bikoro y Pedro.

No fue triunfo fácil ni cómodo, nada lo es, pero tampoco fue agónico o algo parecido a “poner una pica en Flandes”. Dice el técnico herculano, Sergio Mora, y dice bien, que en esta categoría todo se decide por pequeños detalles, y que hasta los más grandes vencen por la mínima a los colistas o pinchan cuando viajan a sus campos. No le falta razón. Pudimos haber ganado o debimos haber ganado frente al Mar Menor, pero también debería haber ganado ayer el Intercity en Melilla y solamente pudo empatar.

Sala de prensa

El entrenador del Alzira, Dani Ponz, se mostró resignado y achacó la derrota a la cantidad de errores que habían cometido y que eran imperdonables en un escenario como el Rico Pérez y frente a un equipo como el Hércules. Dijo haber llevado a cabo una mejor primera parte y una segunda con riesgos donde habían hecho lo que habían podido. Gran parte de la película del partido la relacionó con la expulsión de su jugador, devenida por un error propio. Y también se acordó del árbitro, del que dijo haber dejado acciones sin pitar, impunemente.

Dani Ponz, técnico del Alzira (Fotografía: Ferrándiz).

Por su parte Mora, con su tranquilidad habitual afirmó que su Hércules había hecho lo que había que hacer y tocaba. Confesó haber respirado con la llegada del gol, después de tantos minutos y varios partidos. Dijo haber apostado por Bikoro desde el principio en detrimento de Borja Díaz, porque ya está bien físicamente, ha entrenado toda la semana y cuando él está en el equipo, “el equipo tiene y cuenta con algo más”.

Repitió que esta liga se decide por detalles y valoró el triunfo como un paso grande en relación con situarse en la zona de Play-Off, aunque no definitivo, pero ya parece abrirse hueco entre los cinco primeros de arriba y el resto.

Sergio Mora (Fotografía: Ferrándiz).

Ahora el nuevo líder es La Nucía con cuarenta puntos que desbanca al Intecity. Los de negro empataron en Melilla y los de César Ferrando vencieron al Pulpileño. Hércules e Intercity tienen treinta y nueve, desde atrás como un cohete asciende el Murcia que ayer volvió a ganar, y la sorpresa del Socuéllamos, localidad a donde se desplazará el Hércules el próximo domingo, venció a domicilio al Eldense. Un casi colista que dio la campanada podía haber sido menos inoportuno a la hora de despertar, precisamente en puertas de la visita herculana. Será el domingo en sesión matinal a las doce del mediodía. En tierras de buen queso manchego, esperemos que no NOS LA DEN CON QUESO.

Ferrándiz

Se puede ser de equipos muy grandes, muy famosos, ganadores de muchos títulos, pero nosotros somos del Hércules. Modestia y orgullo pueden ir de la mano. En nuestro corazón habita ese pálpito blanquiazul. Sentimos al Hércules, como sentimos la Explanada, el Postiguet o la Cara del Moro. Macho Hércules.

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