Sánchez y Yolanda no fueron abortados para bien de España

¿Cuántos prohombres y grandes  mujeres nos perdemos con los casi cien mil bebés no nacidos anualmente en nuestro país? ¿Falto está de españolitos y necesitado de oleadas de inmigrantes? ¿Han pensado Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, alguna vez, mientras se desvelan por la noche preocupados por el bien de España, en lo desgraciados que seríamos sus votantes (y no votantes) sin tenerlos a ellos marcando los destinos de España? Ellos no llevarían un montón de años gobernándonos (y los que les quedan) si sus padres los hubieran (o hubiesen) abortado. Bien hicieron esos padres. Les estamos agradecidos. El problema del aborto es de madres y padres.

Entonces, me pregunto, como hacen tantos padres, abuelo(a)s, bisabuelo(a)s y demás procreadore(a)s que no somos, ni fueron, fascistas, sino ciudadanos del montón, me pregunto, repito, por qué hay forofos del aborto libre y gratuito y se permiten llamarnos enemigos de la libertad de las mujeres a quienes  queremos que sigan naciendo futuros presidentes y vicepresidentas, o presidentas y vicepresidentes, en estos tiempos peligrosamente antidemocráticos, presumiendo de democracia.

Dicen Pedro y Yolanda que los fetos no son seres humanos. Ni yo, ni usted, ni ellos dos  y sus ministros cantamañanas (que no cantautores, pues sólo repiten lo que dice el ‘puto amo’, en genial acierto del incierto ministro Óscar Puente), se atreverían  a decir que de los fetos abortados no van a nacer bebés maravillosos sino cualesquiera otros seres vivientes. Son seres humanos y los matamos y los utilizamos para luchas políticas miserables, como la que ahora inician Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y demás dirigentes de partidos de una izquierda que habla de libertad cuando quieren decir muerte. Y eso va contra la inteligencia, contra la esencia del hombre y contra la libertad con mayúsculas y no para el libertinaje que es la corrupción de la libertad.

Estoy en contra no sólo de los partidos de izquierda, sino contra todos los partidos que defienden el aborto como libertad, cuando en todo caso podrían defenderlo como un mal menor, incapaces como somos  de educar a los jóvenes y adultos en cuestiones sexuales y de amor, de forma que se acaben las nefastas conexiones entre parejas confundiendo las relaciones amorosas, de amor, con relaciones sexuales, de sexo. Cada uno puede hacer con su sexo lo que quiera, pero todos hemos de evitar los embarazos no deseados y para eso nunca viene mal, sino todo lo contrario, informar a chicos y chicas, en centros oficiales y privados, sobre la sexualidad. Fomentar el aquí te pillo y aquí te mato es un irresponsable modo de embarazarnos (cosa de dos) para luego exigir y pregonar las bondades del aborto libre y gratuito.

¡Y ahora Pedro y Yolanda quieren hacerlo ‘constitucional! ¿Se han vuelto locos? Si ya tenemos una ley orgánica 1/2023, que ‘mejora’ la ley 2/2010, Ley Orgánica de Salud Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. No les parece suficiente a Pedro y Yolanda. No se conforman con aniquilar los fetos legalmente; quieren acabar con ellos constitucionalmente, como ya hacen en Francia, el único país del mundo que comete tal tropelía, con Macron al frente del ‘magnicidio’, un discapacitado Macron que ya quiso introducir el aborto libre y gratuito en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Fue ‘apedreado’ con muchos votos en contra por lo absurdo de  su propuesta de hacer del aborto un derecho fundamental europeo. ¿Desde cuándo ‘matar’ algo humano puede ser un derecho constitucional mientras perseguimos la muerte de animales?.

Igual de absurdo veo yo que el Gobierno pretenda ahora imitar al Ejecutivo de Francia. Pedro Sánchez se hace al Ma(cron)chote intentando agitar el ambiente político, como hace con otras cuestiones más o menos banales, para que la gente se olvide momentáneamente de los graves problemas judiciales en que están inmersos su esposa, su hermano y sus otrora amigos Cerdán, Ábalos, Koldo y García Ortiz. ¿Quién va a querer meter en la Constitución el derecho a matar bebés no nacidos? El mensaje de Pedro Sánchez en la red social X tiene sólo y exclusivamente, una finalidad electoralista, en un intento burdo de ganarse votos ‘feministas’, que no ‘verdaderamente femeninos’. Dice que si el PP quiere “fundirse con la ultraderecha no puede hacerlo a costa de las libertades y los derechos de las mujeres… Con este Gobierno, en derechos sociales, ni un paso atrás”. Otra mentira como un rascacielos. Hay ya, repito y él lo sabe, una ley orgánica que protege las libertades y los derechos de las mujeres. No se haga usted, Pedro Sánchez, el discapacitado mental. No quiera superar la discapacidad de Zapatero. Ni la de Yolanda, que asegura que ya es hora de votar en el Congreso la reforma del artículo 43 de la Constitución con este apartado: “se reconoce el derecho a una interrupción del embarazo que sea libre, informada, plena y universal”. Nada de un aborto a medias, no, sino pleno. Nada de aborto para españolas exclusivamente, sino universal. Eso parece una llamada a todas las mujeres del planeta para que vengan a abortar a España ‘constitucionalmente’.

¿No sería mejor, menos traumático, apoyar a las mujeres con embarazos no deseados a que cambien de opinión con toda clase de ayudas estatales que las hagan sentirse arropadas y queridas? Contra el miedo a no poder hacer frente a la economía familiar, que el Estado procure las ayudas sociales necesarias para salir adelante sin miedo a la miseria. Los hijos no tendrían por qué ser una carga, sino una bendición. Hacer realidad la conciliación trabajo-familia en lugar de dar prebendas a amiguetes y amigotes. Menos asesores y altos cargos, casi 300 altos cargos más que en el Gobierno de Rajoy y unos 400 asesores más que con Rajoy. Se ha publicado y Moncloa no lo ha desmentido que se sepa. Merecería la pena evitar casi cien mil muertes al año en España por abortos. Yo votaría a Sánchez y a Yolanda si se unen para salvar cien mil vidas. Ya sé que es muy difícil, pero Sánchez y Yolanda y Feijóo y Abascal e Iglesias pueden hacerlo. Los votaría cien mil veces y con los ojos bien abiertos, no con los ojos cerrados, unos ojos tan maravillosos como la sonrisa de los cien mil niños que se se sumarían a los 300 000 que nacen cada año en esta España nuestra, de todos. Sí, de todos. Seamos todos de todos, solidarios, hermanos, no matarifes, no odiadores. Haz el amor y no la guerra, pero —lo repito— no seas tan subnormal como para confundir hacer el amor con hacer sexo irresponsablemente. Es la diferencia que hay entre el instinto y la inteligencia. No seamos animales, seamos hombres y mujeres con cabeza y… con corazón.