Leo que España tiene el mayor porcentaje de hombres calvos del mundo. Un 45 % de pelones. Recuerdo cuando se decía la tontunada aquella: «¿tú has visto a un torero calvo?». Pero bueno, eso siempre ha dado para seguir con chascarrillos tipo: «no tiene ni un pelo de tonto», «bola 8», «eres de mente despejada» y, por supuesto, en otro contexto y tirando de clásicos: “ni hablar del peluquín”.
Conozco varios amigos que se han dedicado a ponerse el implante ese que se coge de la zona donante, donde el pelo está más fuerte —suele ser la de la nuca— y se pone en la parte de delante. Un corta y pega de cualquier procesador de textos pero en versión capilar. Creo que sólo se pueden hacer como mucho hasta cuatro implantes, dejando crecer un año entre una intervención y otra porque claro, esto no es una fuente, cuando se te acabe «adiós muy buenas», y si te han quedado huecos pues hay tratamientos que también pueden usar pelo corporal. A ver, uno lee estas cosas y piensa dónde está el vello corporal más fuerte que no sea la cocorota. Eso ya no lo sé. Hasta ahí puedo leer, que diría Mayra Gómez Kemp, «campana y se acabó».
Los resultados que yo he visto, pues hay de todo. Al que no le faltaba mucho, pues quedó bien, y el que tenía menos cabello que un azulejo, pues ya puede poner su cabeza en barbecho varios años y a ver si hay suerte y se repuebla sin necesidad de buscar pelos por el cuerpo. Pero que además del trasplante hay que tomar medicación, en muchos casos, durante mucho tiempo para que no vuelva aquello a ser un desierto que donde el casco suele brillar es, literalmente, por ausencia de matorral.
Otras opciones son esas pelucas que ahora llaman prótesis capilares, porque lo de cambiar el nombre como que le da más caché al producto. Yo, cada vez que veo a un padre preguntar cuándo toca gimnasia, suspiro para que no esté detrás el profe de Educación Física y se líe gorda. En este caso entiendo que hay desde las que te ofrecen centros de estética y profesionales que no tendrán ni un solo pelo en la lengua para aconsejarte el mejor modelo, hasta las que se venden por Amazon o por TEMU desde 13,35 euros. No sé, ahí ya cada cual que elija, porque la ventaja de no tener un pelo de tontos ya la llevan ganada.
Uno es calvo desde hace más de 30 años, pero es que no me veo arriesgándome otra vez y pasar por debajo de la prueba de fuego de los peluquines, que es cruzar cualquier puerta de entrada de El Corte Inglés con ese potente chorro de aire capaz de hacer volar las prótesis más sensibles. Yo nunca he llevado pero, cuando aún me quedada algo y me había peinado ese día pensando que no se notaba demasiado, iluso de mí, entraba agachando la cabeza. Luego daba igual, subías al auto con cualquier gracioso que bajase la ventanilla y ya estabas vendido. No existe el burladero capilar.
Pero que me he ido por los cerros y que lo decía por la expresión de «hablar del peluquín, que podría cambiarse por la de “no me consta”, que si la puede decir tantas veces un presidente sin que pase nada, ya me veo a los alumnos y alumnas más avispados respondiendo a las preguntas de cualquier examen con un “no me consta”. Y a ver quién dice algo, porque si quien debiera dar ejemplo, no le consta tener que hacerlo, pues mira. Aunque a mí me mola más algo rollo “yo sólo pasaba por allí”. Que es lo que vamos a tener que decir en breve los alicantinos, porque el alcalde sigue con lo de peatonalizar San Vicente, en fases. Primero va a dejar que circulen sólo los autobuses de línea y los peatones. Imagino que también los taxis y los miembros de seguridad, algunos tan expertos en mountain bike que, según me cuentan, son capaces capaces de bajar con sus motos por encima de la acera desde casi los bomberos de la prolongación de Alfonso el Sabio hasta la misma calle San Vicente entre los viandantes que pasan por allí.
Es que todo se pega, y si lo hacen los patinetes y no pasa nada, pues lo mismo. Por cierto, Barcala sigo con mi lucha para dotar de patinetes a las personas de la tercera edad.
Que también leo que se han puesto las pilas los del Ayuntamiento y han puesto en marcha, después de las quejas habidas, la Jefatura de Mayores, que se ve que no disponía de peña para tal fin. Pero que se ha puesto en marcha sin adjudicar todavía a ninguna empresa en concreto, no les consta, y han tirado de talleres en varios puntos de la ciudad. Una de las actividades que más me ha llamado la atención es la de cardio latino. Que sí, que hay de todo lo demás de toda la vida, estiramientos, pilates, zumba (que no es lo mismo, que lo he mirado en la IA), gimnasia, pero que eso de cardio latino está muy bien para la gente que le gusta Chayanne, Thalia, Luis Miguel (supongo que estos también sonarán). Pero es que ya estamos con lo de siempre, que respeto a los que les guste la música de Bad Bunny, pero a lo mejor hay viejos rockeros que les gustaría más cardio rock, cardio heavy, incluso cardio padre Abraham… Y los pitufos, que no estaban mal del todo, era como escuchar a Mocedades habiendo tragado helio.

Pero que volviendo a lo de la calle San Vicente, que entiendo a los supuestos motoristas ya practicando el modo de llegar a la calle sin tener que darle la vuelta a la ciudad, porque las faldas del castillo se van a colapsar. Llegarán a la rotonda del Perpetuo y lo harán más y, cuando se llegue a la rotonda, puedes ir al Postiguet, al Plaza Mar o a pillar la carretera de Valencia, que aún los veo haciendo lo que han hecho en la rotonda que sale del CEU Jesús María para alcanzar la Avenida de Denia: han quitado los policías que había por las mañanas para descongestionar el caos que se genera y han puesto semáforos.
Otra opción podría ser peatonalizar desde la Playa de San Juan hasta la Gran Vía, seguir peatonalizando hasta el Hospital, seguir por la Avenida de Jijona y ya llegamos al ADDA, que ya estará peatonalizado tocando con la calle San Vicente y la subida de Las Cigarreras, y ya de Alicante Beach a Alicante Walking hay un paso y cuando la gente en verano se achicharre pues será Alicante Walking Dead. Seguro que nos dejamos algo por peatonalizar, pero eso es ponerse a mirar qué calles pueden colapsar más la ciudad. Por supuesto, va a ser ideal para las personas mayores de edad que cogían el transporte urbano en cualquier punto de la ciudad. Pues nada, ahora a andar. Y a saber dónde coger el bus, que antes iba directo y ahora te hará el circuito turístico. O eso, o ponerse a andar cargados del mercado. Pero para eso, intuyo, han creado los talleres para personas mayores y dos clases de cardio latino y a tirar de estribillo de Celia Cruz: «azúcar» (Bueno, sacarina no la vayamos a liar y lo estropeemos).

Lo dicho, que a comprar zapatillas que las vamos a gastar de aquí a un par de años. Que a lo mejor la idea es maravillosa, que criticar es gratis, y que Barcala piensa presentarse en 2027 de nuevo. ¿Si ganará o no? No lo sé, si me preguntan. Pues eso, que no me consta.
Canción, Zapatillas de El canto del loco.
Libro, Mentes divergentes: Cómo vivir en un mundo que no está hecho para ti, Jenara Nerenberg.
En fin, que ustedes lo lean, lo pasen y lo paseen bien.
Imagen de portada: www.despositphotos.com.













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