Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Música

Más de 150 músicos participan en el Concierto del Miserere de Miguel Crevea en do menor para solistas, coro y orquesta

Organizado por el Conservatorio Profesional de Música “José Tomás” de Alicante

Miguel Crevea estrenaba hace 165 años su Miserere en la Colegiata de San Nicolás durante la Semana Santa. El próximo jueves a las 20:15 h la Concatedral de San Nicolás de Alicante volverá a acoger el reestreno de esta joya sacra, una obra reconstruida por el Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, José María Vives. Este acontecimiento singular, en palabras de Miguel José García Sala, director del Conservatorio Profesional de Música “José Tomas” de Alicante (CPMA), se celebra «como parte del programa cultural más ambicioso que el CPMA ha abordado hasta la fecha, dará vida a una pieza de gran profundidad y significado, y será  interpretada por la Orquesta Sinfónica del CPMA, dirigida por el Maestro Jaume Pascual Sirera; además del talento vocal aportado por el Coro del CPMA, a cargo de la profesora Patricia Peinado Brotons; el Aula de Canto del Conservatorio Superior de Música “Óscar Esplá” de Alicante (CSMA), coordinada por la catedrática de Canto, Pilar Páez; y el Coro Crevea y su director Manuel Ramos».

Este evento se presenta como un homenaje a uno de los compositores más injustamente desconocidos del siglo XIX español, Miguel Crevea (Cocentaina, 1837-Alicante, 1862), quien desempeñó el cargo de Maestro de Capilla de la propia Concatedral de San Nicolás. Su Miserere, de gran belleza, logra traspasar el tiempo hasta llegar a ser interpretado en este emblemático espacio, para el que fue creado, por más de 150 músicos, con edades a partir de los quince años, entre instrumentistas y voces solistas y corales, quienes aportarán su maestría interpretativa, contribuyendo así a la potencia emocional y sonora del Miserere de 1860 en 2025.

Interior de San Nicolás (Fotografía: Archivo Municipal de Alicante).
Nacimiento del proyecto

Aquel 22 de noviembre de 2023, el CPMA celebraba su convivencia de confraternización con motivo de la festividad de Santa Cecilia. Como cada año, se organiza un concierto y un almuerzo, actos a los que acuden compañeros, excompañeros, y colegas. Siempre fiel a su cita, también llega el experto musicólogo José María Vives, «una persona muy querida por todos nosotros y especialmente por mí, a quien admiro por su impecable trayectoria profesional y extraordinarias cualidades personales», rememora García Sala. Fue ese día, mientras pensábamos cuál podía ser el proyecto que el CPMA podía emprender el siguiente curso, cuando surgió. En el CPMA queríamos «un proyecto del centro, un proyecto de la ciudad, nuestro objetivo es que nuestros niños ocupen espacio en los lugares importantes de la capital, como es el caso, entre otros, de la Concatedral de San Nicolás». Y Vives fue quien puso la primera semilla de este interesantísimo proyecto, y quien «nos descubrió la excepcional belleza del Miserere de Miguel Crevea, una obra que él conocía bien porque la ha reconstruido, ya que no se ha conservado la partitura completa, y a quien agradecemos que nos la haya prestado de manera absolutamente generosa y desinteresada».

Siendo una obra de tanta envergadura, continúa García Sala, «vimos la necesidad de establecer varias vías de colaboración con instituciones de la ciudad». Así se solicitó la colaboración del CSMA y su director, José Vicente Asensi; de la catedrática de Canto y coordinadora del aula de Canto, Pilar Páez y parte de su alumnado, las sopranos Lisabel Huerta, Elba Pujalte, Leila Rodríguez, Marian Gómez y el contralto Víctor Alcañiz; a los pianistas repertoristas Sonia Vallés y Paul Montenegro; al barítono Manuel Ramos y al tenor Luis Egío. También a las voces que han cantado el Miserere con el director José María Vives desde 1995 a 2002, como son las sopranos Cristina Luzón Gómez, Esperanza Prodanovic Lalic, Mari Carmen Cristóbal Caballero y Mari Ángeles Ramírez Puche, la contralto Rosa Arechávala y Purificación T. Brotons Morant; los bajos Jaime Colom, Luis Gonzalo García Castroverde; Manuel Rivas Gómez y Alejandro Rodríguez Abad; los tenores Francisco Pérez Pomares y Antonio Llinares. Además, agradecemos la experiencia del Coro Crevea y su director, Manuel Ramos; este Coro está compuesto por: las sopranos Ana María Carbonell Esquiva, ⁠Sonia Huertas Muñoz, ⁠Mari Carmen Franch Sánchez, Rosa Sánchez García, Manuela García y Susana Pastor; las Contraltos: Nieves Jurado Marchori, Nadia Cabezas, Carolina Rojas e Inmaculada Galvañ Morante; el tenor ⁠José María Prim y los bajos: José Francisco Pascual Rubio, ⁠Juan Galvañ Morante, Francisco Javier Cerdán Baeza y Juan Francisco Martínez. «A todos ellos les damos las gracias por su generosidad, su trabajo y creer en este proyecto», agradece García Salas a toda esta relación de colaboradores externos al CPMA.

Explica el director del CPMA: «Por nuestra parte, tengo que agradecer la colaboración extraordinaria de la inmensa mayoría del claustro, para lograr que sea una realidad esta gran iniciativa. Como he dicho, la colaboración será masiva y, aunque a lo largo del texto se nombrará a todos los participantes, quiero mencionar en este inicio a los dos profesores sobre los que recae el mayor peso: Jaume Pascual Sirera, profesor de la Orquesta Sinfónica del CPMA y Patricia Peinado Brotons, profesora de Coro del CPMA. Otros profesores que también quiero significar son: Benantzi Bilbao, Cristina Cámara, Begoña Colomina Bernabéu, Neus Crespo Carceller, Andrea Egea Tortosa, José Joaquín Ferrández, Ausiàs Gisbert, Benilde Martínez Gregori, Carmen Montesinos, Virtudes Narejos Bernabéu, Francesc Navasquillo, Florencio Sáez Villanueva, Isabel Elvira Seva Merín, Margarita Tonda Sitjes, Luis Tur, Jordi Vila y Rafael Zanón Miquel».

Deán de la Concatedral de San Nicolás

D. Ramón Egío Marcos es Deán de la Concatedral de San Nicolás y párroco de este templo con rango de catedral de la ciudad de Alicante. Recuerda cómo durante la Semana Santa de 2002, justo un año después de tomar posesión de su cargo «escuché el Miserere mei Deus para cuatro voces solistas, coro y orquesta, de Miguel Crevea, dirigido por José María Vives, con el Orfeón Alicante, Orfeón Stella Maris, y la Orquesta Filarmónica de Alicante. Y lo escuché desde la parte de arriba, justo en la esquina que hace el crucero». En nombre de la Concatedral, explica D. Ramón, este acontecimiento «va a suponer volver a interpretar una pieza que sonó muchas veces en San Nicolás, puesto que es un Maestro de Capilla el que compuso este Miserere. Lo estamos viviendo como una preciosa preparación para la Semana Santa; ojalá hubiese mucha gente que pudiese este día estar, escuchar y rezar con el salmo Miserere con la música de Crevea. Y tenemos que ubicar este Concierto dentro de todos los actos que va a haber en Semana Santa, es decir, nosotros vamos a estar en la Semana de Pasión, a las puertas prácticamente del Domingo de Ramos. Y con todo lo que supone esto para la Concatedral, que es el lugar donde se celebra la Misa Crismal de todo el clero, donde pasan tantas procesiones, donde —por decirlo de alguna manera y un poco gráficamente—   ojalá que esos versos del salmo Miserere y su música se queden en nuestras paredes, en nuestro ambiente, para que después toda la Semana Santa pueda ser vivida con ese espíritu». En este sentido, el Deán de la Concatedral explica que «la indulgencia plenaria sí se puede lucrar en San Nicolás por ser Templo Jubilar de este Año Jubilar 2025 Peregrinos de la Esperanza, siempre con las condiciones que la Iglesia pide, es decir, participar en un acto como el canto o la escucha del Miserere en San Nicolás, más la confesión, la comunión y la oración por las intenciones del Papa, pudiendo la confesión y la comunión ser también unos días antes o después, por ejemplo, una semana».

(Colección particular José María Vives).

Mientras conversamos con D. Ramón, en una ajetreada sacristía, con entradas y salidas constantes, le preguntamos qué le parece este acontecimiento para la ciudad de Alicante y así responde: «Parto de un principio y espero que los alicantinos me perdonen por esto, pero es que Alicante no termina de valorar su historia ni todo lo que se ha ido aportando en tantas cosas, incluida también la propia música. Este Concierto, y eso está bien, va a ser para muchos alicantinos redescubrir que en la ciudad hubo grandes maestros de capilla, que dejaron grandes obras y una de ellas muy significativa, precisamente este Miserere. Sería magnífico, partiendo desde aquí, estudiar un poco la Capilla Musical que tuvo la ciudad y su rico patrimonio musical sacro; una Capilla Musical que existía ya en el siglo XV, además aporta muchísimas cosas como, por ejemplo, que fue en Alicante donde, a finales de 1600 nos encontramos con un alicantino, Mosén Isidro Escorihuela, que fue el primero que introdujo los violines en las orquestas de los templos». Volviendo a las fechas actuales, D. Ramón Egío quiere enviar un mensaje al CPMA y a los alicantinos, en general: «Primero, quiero felicitar a los que organizan este Concierto y segundo, espero que esto sirva de acicate para seguir recuperando nuestra música. Y también, invitar a todo el mundo porque puede ser un momento excepcional, antes de comenzar la Semana Santa, que todos los que puedan participen de este concierto singular, donde se va a interpretar una música de este Templo».

Interior de San Nicolás, año 1940 Fotografía: Sánchez (Fuente: Archivo Municipal de Alicante).

Miserere

José María Vives también quiere felicitar al CPMA y darles la enhorabuena: «Expreso mi admiración y les digo chapó; creo que es un gran reto para un conservatorio profesional poder hacer esto; no ya por la orquesta sino por las voces que tienen mucho protagonismo, y los instrumentos, sobre todo los de viento, tienen papeles muy descarados —se siente que todo el mundo está atento a lo que hace el intérprete— y destacados ante el público, es un reto que el CPMA ha afrontado con un valor tremendo y que —seguro—va a dar unos frutos magníficos el día 10». Y continúa Vives: «Si este concierto hubiera que pagarlo, supondría mucho dinero. Esto lo avalo, y por eso estoy orgulloso de ceder los derechos intelectuales de la obra —que además se va a hacer en la Concatedral— para una interpretación digna y sin ánimo de lucro, a Miguel José García Sala y al CPMA para que la interpretara, no solo por lo que tiene de reto, sino porque es importante que los jóvenes accedan a este repertorio, no los que ya somos mayores. Estos chavales se acordarán toda la vida de lo que han hecho y eso es importante para la historia religiosa y cultural de Alicante, para la historia de la Concatedral, para la historia de la música y por la importancia que tiene la obra».

Desde la primera interpretación en 1860, cuenta García Sala «esta extraordinaria obra se estuvo representando en la Concatedral de San Nicolás discontinuamente y siempre con éxito, para celebrar los Oficios de Tinieblas del Miércoles Santo, hasta la Guerra Civil. Tras ésta se vuelve a recuperar y se sigue interpretando hasta la década de los 50 del siglo XX». Y añade «la partitura con la que estamos trabajando es una brillante reconstrucción realizada por José María Vives, fundamentalmente a partir de una partitura poco correcta fechada en 1906, una reducción para órgano de la orquesta con voces solistas y coro, dos juegos de particelle «casi completos» también del siglo XX y otros materiales de la obra procedentes de Madrid». Vives lo recuerda así: «Es una obra que tuve que reconstruir de papeles sueltos de los instrumentos y de las voces, con varios juegos que hay en San Nicolás y otros que localicé en Madrid; aquello fue un puzle que hubo que rehacer. Cuando traté de recuperarla, era impensable para mí que en San Nicolás no hubiera una partitura original de Miguel Crevea. Y, es más, no quedan ni papeles originales del siglo XIX allí; conservan solo copias hechas en el siglo XX. Llegué hasta Madrid y localicé copias en la Biblioteca Nacional y otras copias pequeñas que me han ayudado, que estaban en manos privadas».

(Colección particular José María Vives).

El Miserere, explica Vives, «está basado en el salmo 50 y tiene 20 versículos. En la historia del canto polifónico de los salmos, los versículos que se cantan polifónicamente son los impares, menos el último que se canta el primer hemistiquio en gregoriano y el último se hace en polifonía, en este caso con voces y orquesta, es decir, el versículo 1, 3, 5, etcétera están hechos con solistas, coro y orquesta. Y los pares se cantan con música gregoriana tomada del Liber Usualis. De hecho, en este Miserere se utilizará gregoriano con el acompañamiento de órgano que le he puesto».

La particularidad de esta obra, explica Vives, es que la «constituye una melodía cortísima de cuatro notas que ponen en pie toda la obra, que son do natural, mi bemol, fa sostenido, sol natural, produciéndose un intervalo melódico de los prohibidos en la música tradicional entre el mi bemol y el fa sostenido. Sobre un motivo de cuatro notas que no se le puede llamar ni tema porque es un motivo, él crea toda la composición, eso es una de sus partes geniales porque después hay cosas muy curiosas. Ahí está la genialidad en cuanto a la construcción. Él, a la letra, claro que se ajusta. Incluso antes de que se prohibiera el uso de la percusión en los templos —Motu proprio de Pío X— él ya no utiliza la percusión». Vives recuerda que «Haydn, Mozart, infinidad de músicos utilizaban la percusión durante el período clásico y romántico en las obras sacras.

Este Miserere reconstruido por Vives se estrena en noviembre de 1995 en la Iglesia de Santa María de Cocentaina, donde había nacido Miguel Francisco Crevea y Cortés, era la «primerísima versión tras pasar muchísimos años, porque después tuve que rectificar cosas, aunque la obra ya estaba bastante depurada, pero bueno, siempre quedó alguna cosa que fue fruto después de nuevas aportaciones de material para la obra, de documentos, entre otros», explica Vives y añade «la última interpretación que tengo registrada, la hizo la Coral Polifónica de Alicante, a las órdenes del maestro Rubio, que fue un gran músico, que hizo una versión para conmemorar el centenario, tanto del estreno del Miserere en el año 1860 como de la muerte de Crevea en el año 1862; Crevea murió a los 25 años y medio justos, nació el 10 de marzo de 1837 y murió el 10 de septiembre de 1862».

Miserere, reconstrucción de José María Vives (Colección particular José María Vives).

Tras Cocentaina, Vives dirigió el Miserere de Crevea en la Concatedral de San Nicolás durante la Semana Santa, desde 1996 hasta 2002, tenía lugar el Miércoles Santo; «en aquella época dirigía al Orfeón Stella Maris, con voces femeninas solamente y al Orfeón Alicante, de voces masculinas, ambos de la extinta CAM, y a la Orquesta Filarmónica de Alicante que fundé yo, además de solistas propios de los dos orfeones. También el Miserere era solicitado fuera de Semana Santa, en teatros y auditorios y en muchos sitios de Elche, Elda, Valencia, o Castellón, en esos años lo interpreté unas 40 veces» relata Vives.

Miguel Crevea

Explica García Sala que para hablar de Miguel Crevea, va a tomar «como referencia los estudios realizados por José María Vives, tanto sus aportaciones en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, dirigido por Emilio Casares y publicado por la Sociedad General de Autores y Editores; como por el artículo dedicado a esta misma obra con motivo de la Semana Santa, editado por el Ayuntamiento de Alicante en el año 2000». Así lo recoge: «Miguel Crevea fue un músico brillante y polifacético, ya que ejerció como compositor, organista y violonchelista. Fue nombrado organista de la Colegiata de San Nicolás de Bari de Alicante en 1848. Como violonchelista desarrolló una interesante actividad, la más destacada, sin duda, la de ser componente del cuarteto del insigne violinista Jesús de Monasterio. Su faceta como compositor, la que realmente nos interesa, comenzó con sus estudios en Valencia, más tarde se trasladó a Madrid recibiendo clases de Francisco de Asís Gil. En 1857 el Ayuntamiento de Alicante convoca una plaza como organista y Maestro de Capilla de la Colegiata de San Nicolás, y Crevea obtiene el puesto. Producto de su estancia en Madrid son dos zarzuelas y algunas pequeñas obras para piano. Sin duda, lo más importante de su producción son sus obras sacras y en especial el Miserere en do menor para dos coros y orquesta interpretado, de manera intermitente, hasta la década de 1950. Su prematuro óbito acaecido a causa de una tuberculosis puso fin a su vida cuando tan solo contaba veinticinco años».

Concatedral de San Nicolás, 1930 (Fotografía: Archivo Municipal de Alicante).

La Orquesta Sinfónica del CPMA

Jaume Pascual Sirera nace en Beneixama, es Título Superior de Trompeta en el Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia, de Dirección de Orquesta en el Conservatorio Superior de Música “Manuel Massotti Littel” de Murcia, y en la especialidad de Dirección de Banda (ISEB) en Trento (Italia), entre otros. Para Jaume que lleva «40 años estudiando música», explica que «al indagar un poco en Crevea, te encuentras a un músico que ha hecho este pedazo de Miserere, y que vive solo 25 años. Entonces es un gran reto porque te enfrentas a una obra —entre comillas— bastante desconocida, de la que solo existe la grabación en Cocentaina tras la reconstrucción de Vives y la grabación del coro de la Generalitat Valenciana y el conjunto instrumental valenciano, que son unos grandes músicos, dirigidos por Frances Perales».

Lo que estamos preparando «hay que pensar que vamos a interpretar una obra de 1860 en 2025; tampoco es igual en el número de músicos que tenía Crevea; es todo diferente, el coro tendría menos voces y los instrumentos también serían menos. Cuesta imaginar cómo sería todo eso, además se tocaba justo debajo del órgano… es como cuando vas a unas ruinas romanas e imaginártelo en pie cuesta. Aunque creo que va a tener mucha potencia, con 8-10 violonchelos y 4 contrabajos; va a ser una orquesta totalmente romántica, que seguramente a Crevea le gustaría más si estuviese presente. Intento trasladar la gran potencia del romanticismo alemán a 2025». Y añade Jaume «Veo al Miserere como lo que es, porque es un lamento que sigue existiendo. Me imagino ese Apiádate en la época de Crevea con la cantidad de músicos que tuviera y la potencia romántica que conseguía. En la actualidad se sigue pidiendo piedad a Dios, apiádate de nosotros, pero con la potencia de 2025».

Jaume, que ya ha dirigido en San Nicolás, cuando comentamos sobre la posible reberb de la cúpula, dice que «confío plenamente en la profesionalidad por parte de todos y la sabiduría que cada uno aporta al proyecto, además de la magia del momento, por supuesto». Y añade «la magia del momento es algo que no tiene la inteligencia artificial».

Ensayo para el Miserere de 2025 (Fotografía: CPMA).

Los instrumentistas de la Orquesta Sinfónica del CPMA que intervienen en el Miserere son: Flauta: M.ª Paz Brotons; Clarinete: Bagrat Natriashvili, José Joaquín Ferrández (Profesor); Oboe: Marina Guijarro; Fagot: Marcos Maluenda; Trompa 1: Nicolás Casanueva, Trompa 2: Luis Tur (Profesor); Trombón: Pablo Maluenda; Violines 1: Victoria Álvarez, Celia Valentín, Isaac Wirschun, Liliana Mishakova, Kento Gómez, Jone Lu Pérez, Daniela Nieva, Carmen Mena, Sara Hernández; Violines 2: Francesc Navasquillo (Profesor), Laura Vidal, Irene Roselló, Julia Núñez, Lucas Cuesta, Íker Martín, Enrique Martínez, Ricardo Gómez, Carmen Ruíz, María Delgado, Alejandro García, Gabriel Santos, Julia Ñíguez, Elena Pérez; Violas: Carlos Rus, David Sala, Victoria García, Ferran Salinas, Alejandro Rus; Violonchelos: Carmen Montesinos (Profesora), Ausiàs Gisbert (Profesor), Claudio Álvarez, Emma Villarroya, Alicia Amo, Lucía Casas, Antonio Ferrández, David Mba, Germán Cabello; Contrabajos: Jordi Vila (Profesor), Alvaro Ballarín, Gonzalo Soler, Alfonso Zare; Órganos: Benantzi Bilbao (Profesor), Cristina Cámara (Profesora), Manuel García, Manuel Tormo, Isabel Seva.

El coro del CPMA

Patricia Teresa Peinado Brotons, profesora de Coro del CPMA, cree que este Concierto significa «la posibilidad de mostrar a los alumnos de mi clase de coro el trabajo de uno de los compositores del panorama alicantino más importante del siglo XIX. Además, es un tipo de obra que no están acostumbrados a interpretar y les viene muy bien hacerlo para completar su bagaje musical y cultural. Creo que este concierto debe suponer la recuperación de una figura olvidada de la cultura alicantina». Del CPMA «están trabajando 50 alumnos de los cursos 3.º, 4.º, 5.º y 6.º de Enseñanzas Profesionales, que hicieron una primera toma de contacto antes de la Navidad de 2024 y están centrados en el trabajo de montaje y ensayos desde el mes de enero de 2025». Los nombres del alumnado que participará en este concierto son: Adrián Alcober Berges, Martín Alvado Sánchez, Marta Bejarano Olmo, José Juan Celdrán Martínez, Irene Diánez Rodriguez, Néstor Diánez Rodriguez, Lucas Espí Bautista, Simeón Fernández Chureshky, Zaira Fernández Pedrajas, Alejandro Fernández Viltsen, Anna Ferreres Falcó, José Gambra Luz, Lucía García Martínez, Claudia García Serrano, Manuel García Tébar, María García Tolosa, Juan Jesús García Vázquez, Juan Manuel Gil Papí, Carmen Giner Soler, Ezequiel Giner Valera, Irene Gómez López, Luis Gomis Lara, Santiago Henares Domenech, Iago Izquierdo Lamas, Giovanni Francisco Jiménez Ugarte, Ayane Sonya Komura Hutanu, Krystyna Koynova, Alejandra Mariani Murciano, Martina Carla Marín Sala, Irene Migueltorena Ríos, Iván Morales Checa, César Morillas Sánchez, Luka Natriashvili, Rodrigo Navarro Mateo, Francisco Javier Núñez Perona, Victoria Oncina González, Pablo Osuna Aliaga, Isabel Padilla Rodríguez, Jorge Pérez Revert, Aitana Pérez Romero, Gabriel Román Matamoros, Felipe Sánchez Moya, Gabriel Santos García, Héctor Medi Seleznev Mbappe, Elena Tobarra García, Manuel Tormo Navarro, Manuel Valero Navarro, Adrián Vázquez Jover, Josué Verdejo Pascual, Fernando Verdú Díaz, José Verdú García y Laia Vives Antón.

Añade Peinado Brotons que «esta obra necesita unos solistas experimentados, porque a ellos Crevea les da un notable protagonismo en esta obra, tanto en los cinco números en los que intervienen con el coro como en los seis que destina a solistas con numerosas combinaciones: hay dúos, tercetos y un cuarteto de tiples. En cuanto al coro se necesita que esté bien equilibrado y con voces lo más formadas posible para poder abordar todas las exigencias interpretativas que demanda la partitura».

Los solistas son Mary Carmen Cristóbal, soprano; Verónica Berenguer, contralto; Antonio Llinares, tenor; Juan Piqueras, barítono; director José María Vives (Fotografía: Colección particular Mari Carmen Cristóbal).

Solistas del Miserere

La catedrática de Canto y coordinadora del Aula de Canto del CSMA, la torrevejense Dra. María del Pilar Páez Martínez considera que «la recuperación del Miserere de Crevea es un acontecimiento muy significativo tanto a nivel cultural como histórico para la ciudad de Alicante. Es muy importante para una ciudad poner en valor el patrimonio artístico y musical de obras que han formado parte de su tradición, como es el caso de esta obra del periodo romántico que ofrece al músico y al oyente momentos verdaderamente inspirados y bellos». Y añade «es obligación de los músicos de Alicante y concretamente de los conservatorios de la ciudad rescatar e interpretar las tradiciones musicales, para que el público actual y las futuras generaciones puedan conocer a compositores que estuvieron tan involucrados en la vida musical de nuestra ciudad, como es el caso de Miguel Crevea, además de lo enriquecedor que es conocer obras de estas características. Todo ello revaloriza el patrimonio musical y cultural de Alicante».

Explica Páez que «en esta ocasión son cinco los alumnos de Canto del CSMA que participan en este proyecto que se realiza en colaboración con el CPMA: cuatro sopranos y un contratenor, todos ellos están cursando 2.º y 3.º de Canto con ella misma y con los profesores de repertorio Sonia Vallés y Paul Montenegro, que comenzaron a preparar la obra con mucha ilusión, siempre muy involucrados en el proyecto y mostrando mucha profesionalidad. Para ellos, formar parte de un acontecimiento tan importante a nivel musical en Alicante es muy motivador y enriquecedor». Entre estas alumnas está la soprano Lisabel Huerta, una cantante cubana radicada en la ciudad de Alicante, que ha estudiado en la Universidad de las Artes de Cuba y es exintegrante del Coro Nacional de Cuba dirigido por la Dra. Digna Guerra. Lisabel también ha sido semifinalista en la 11.ª edición del “Concurso Internacional de Canto Ricardo Lafuente» de Torrevieja.

Concierto del Miserere, dirigido por José María Vives, en San Nicolás, 1996 (Colección particular José María Vives).

Preguntamos a Manuel Ramos, director del Coro Crevea sobre el engarce de las voces más jóvenes y las adultas, y contesta que «empastaron muy bien. Lo que los niños puedan cantar más o menos con seguridad, porque son músicos en potencia, los mayores le dan el color; entonces eso crea una densidad armónica y queda muy chulo». Sobre el canto en gregoriano, lo cantan «solo los hombres, las voces masculinas, las voces graves de Crevea, que van a estar acompañados por el órgano». «Crevea, dice Manuel Ramos, da protagonismo a todos, él se para y dice que cante el tenor; después, que cante el bajo, ahora la soprano y después el cuarteto solista y luego el coro otra vez.  Jugando así, a la obra le da ritmo». Lo que más ha llamado la atención del barítono Ramos son «los contrapuntos que tiene y la rapidez con la que entra el coro; a veces, después de venir de una frase más lenta, se cambia a algo muy veloz; tiene pasajes complicados. El Miserere es una muestra del talento alicantino; cada cierto año nace un compositor o un artista de pintura que marca un poco la diferencia; y creo que Crevea marca la diferencia de esa época».

Las voces solistas son cuatro: Rosa Arechavala, contralto. Rosa es licenciada en Económicas, estudió piano y solfeo en el entonces llamado Conservatorio Óscar Esplá de Alicante; su formación vocal, como afición, la obtiene en la Coral Stella Maris, donde fue solista y voz tutti. Cantó el Miserere desde 1995 hasta el año 2002 dirigida por José María Vives. Otro de los solistas es el barítono Manuel Ramos Aznar; con solo cinco años participa en las representaciones del Misteri d’Elx y emprende estudios musicales a los 6 años en los conservatorios de Alicante, Murcia, Valencia, Granada, Córdoba y Madrid. Manuel es la persona más joven en dirigir el Coro del Seminario de Orihuela y ser organista en la iglesia de las Santas Justa y Rufina de la misma ciudad. La voz tenor es la de Luis Egío Sánchez; organista durante una década en la Concatedral de San Nicolás, que se ha formado en los conservatorios de música alicantinos. Para Egío el Miserere es «una obra nada aburrida; tiene cambios de personajes y de color en la voz, y eso da ritmo; no es lo mismo una voz contralto que un tenor o un bajo. Ese contraste armoniza y lleva para adelante la obra». La voz soprano es de una alumna del CSMA, la de Elba Pujalte, natural de Sant Joan d’Alacant. Elba comienza sus estudios en el CPMA obteniendo el premio Extraordinario de Canto en el año 2023 y ha realizado diversos conciertos en Aspe, su actual ciudad de residencia, y en la provincia de Alicante.

(Colección particular José María Vives).

Cuarteto de tiples del Miserere

En el Cuarteto de tiples también interviene la contralto Rosa María Arechávala, relacionada ya entre las voces solistas. Además, completan esta composición de cuatro voces, la soprano Leila Rodríguez, nacida en Albacete. Como soprano cuenta con una amplia trayectoria en el canto coral y ha participado como solista en proyectos destacados, como Mambra Jesu Nostri de Buxtehude y el Oratorio de Navidad de Saint-Saëns. La otra soprano es Marian Gómez, natural de Pétrola, Albacete. Marian comienza sus estudios de Canto en el Conservatorio Profesional de Albacete y, junto a la Banda Sinfónica de Albacete ha participado en los conciertos anuales de carácter pedagógico “Toca la Banda”. El cuarto tiple es el contratenor Víctor Alcañiz, nacido en Torrevieja, quien realiza sus estudios de canto en el Conservatorio Profesional de Torrevieja con la profesora Belén Puente. Víctor lleva vinculado a la Escuela Coral Municipal de Torrevieja desde niño, donde actualmente es profesor.

Coro Crevea

Explica el director del Coro Crevea y director titular de la Orquesta Barroca Valenciana, Manuel Ramos Aznar, que este Coro ya tiene «casi tres años de existencia, interpretando y participando en acontecimientos grandes con programas sinfónicos corales, como el Réquiem de Mozart, o el Réquiem de Verdi». Respecto al surgimiento del nombre, cuenta Ramos que «siempre hemos estado trabajando sin nombre porque siempre íbamos unidos a otros coros, por ejemplo, a Coral Discantus de Murcia, al coro de la Universidad de Alicante. Somos un grupo de unas veinte personas aproximadamente bien integrados; entonces estábamos pensando en un nombre cuando surge el proyecto de hacer el Miserere de Crevea y nos encantó a todos tener el nombre de un compositor alicantino de Cocentaina». Cuenta más detalles Manuel sobre el Coro Crevea, «formado por entre diez-doce voces femeninas y ocho-diez masculinas, que ensayan todos los jueves por la tarde en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Alicante».

El Coro Crevea está formado por las Sopranos:  Ana María Carbonell Esquiva, ⁠Sonia Huertas Muñoz, ⁠Mari Carmen Franch Sánchez, Rosa Sánchez García, Manuela García y Susana Pastor; las Contraltos: Nieves Jurado Marchori, Nadia Cabezas, Carolina Rojas e Inmaculada Galvañ Morante; el tenor ⁠José María Prim y los bajos: José Francisco Pascual Rubio, ⁠Juan Galvañ Morante, Francisco Javier Cerdán Baeza y Juan Francisco Martínez. Explica Manuel Ramos que «nos conocíamos ya de antes y tuve la suerte de que nos encontráramos otra vez; son de Alicante, Elche, Novelda… Se habían dedicado a sus familias, habían dejado un poco la actividad coral que llevaban, y de repente se han encontrado con que disponen de tiempo, he aparecido yo un poco desinteresadamente porque queremos hacer música y queremos hacerlo bien». Y que «como Coro Crevea ya cantamos la ópera Carmen, asociados al coro de la Universidad de Alicante y al coro de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Elche. Y hemos actuado hasta hace muy poco en el teatro circo de Orihuela».

Ensayo para el Miserere de 2025 (Fotografía: CPMA).

CPMA: un conservatorio de futuro

Conversamos con Miguel José García Sala, profesor desde hace 30 años del CPMA y su director desde hace 4, donde hay casi un centenar de profesores. García Sala, cercano y volcado en su profesión y su alumnado, explica sobre este gran proyecto musical del CPMA, de este Miserere, del que «nos enamoramos, es una obra maravillosa, una obra que considero genial, escrita por un joven de 22 años, que lamentablemente murió con 25. Un talentazo de la música»

Desde el principio, lo hemos gestado como un proyecto de centro. Hay muchísimo profesorado y alumnado participando en él. Todos los chavales de la Orquesta Sinfónica y del Coro profesional. Además de los refuerzos de profesorado y de algún alumno de Canto, que también está colaborando. Al principio, un poco como nosotros, los chavales no entendían muy bien porqué estaban haciendo el esfuerzo de interpretar esta obra. No sabían ni quién era ese señor. Pero con el paso de las semanas y los ensayos se han quedado fascinados con esta maravillosa obra.

En dinero, ¡madre mía! Es muy difícil. Es que cuantificarlo por una orquesta profesional y por un coro profesional, es muy complicado. Es un inmenso trabajo musical y humano y se necesita mucho tiempo. No me atrevo a cuantificarlo, pero mucho. Desde el CPMA lo hemos podido gestar bajo el paraguas de ser un proyecto de centro, un proyecto transversal en el que se ha involucrado casi todo el profesorado. Una gran pieza sinfónico coral y religiosa con todas las características de las grandes obras románticas. Desde el punto de vista formativo y estilístico es una obra que se integra perfectamente en la programación de cualquier especialidad instrumental y vocal de nuestro centro.

El 90 % está oscilando entre los 15-18 años. Son los chavales que están acabando el grado medio. Tenemos dos orquestas, una orquesta de nenes de primero a segundo, entre 12 y 14 años, y otra orquesta, de tercero a sexto, con edades que oscilan entre 15-18 años.

Ensayo para el Miserere de 2025 (Fotografía: CPMA).

Los chavales empiezan sus estudios a los 8 y la inmensa mayoría de nuestro alumnado comienza con esa edad. Es cierto que hay un pequeñísimo porcentaje de alumnos que empiezan con 7 y otro tanto por ciento, cada vez más numeroso, de personas que empieza con más de 18 años. También jubilados.

Lo primero es hacer una prueba de acceso. Si no tienen formación, tienen que entrar en primero de Lenguaje Musical y de instrumento.

Los chavales que están en el grado elemental dedican alrededor de 3 horas semanales de horario lectivo en el centro. Y después deben practicar en casa con su instrumento alrededor de una hora. Más tarde, al comenzar las enseñanzas profesionales, pasamos a 4 horas. En quinto y sexto tienen alrededor de 6 horas en el centro. Todo este horario lectivo está repartido en 2 o 3 días de asistencia presencial en el conservatorio. En total son 10 cursos, 4 años de Enseñanzas Elementales (EE: EE.) y 6 de Enseñanzas Profesionales para terminar el grado (EE. PP.).

Carlos con García Sala (su profesor), premio de la Comunidad Valenciana de Violín (Fuente: CPMA).

Esto es una pregunta muy importante. La verdad es que el conservatorio está pasando en Alicante por un muy buen momento; aunque no sé si todas las familias son conscientes de las bondades y ventajas que supone estudiar música. A través de nuestra formación musical, se trabajan muchísimas cosas, además de las obviamente musicales, como es la psicomotricidad, tan importante para el desarrollo cognitivo del cerebro de un niño y adolescente, o valores. Tenemos asignaturas individuales, como las especialidades instrumentales, y colectivas, como la orquesta, la banda, el coro o la música de cámara. La orquesta de mayores (de 3.º a 6.º de EE. PP.) está formada, más o menos, por unos cincuenta chavales; la banda de mayores (de 4.º a 6.º de EE. PP.) tiene alrededor de 90 componentes. En actividades tan claramente sociales, la inclusión, la igualdad, el desarrollo del espíritu crítico y de sacrificio, del que tan poco se habla; el esfuerzo personal, el respeto por el prójimo, sin importar el talento de cada cual, el respeto por el lugar que cada uno ocupa en la orquesta o en la banda. Muchas veces me han felicitado, en los actos de graduación, por el silencio y el respeto con el que se desenvuelven los alumnos en el escenario; cómo esperan su turno para sentarse y levantarse, con respeto, orden y silencio, en actos que pueden alargarse y pasar de las dos horas.

La música es una disciplina maravillosa para desarrollar y potenciar lo que los psicólogos llaman las funciones ejecutivas, tan importante para la formación y desarrollo de la madurez de un niño o adolescente. Para esas funciones ejecutivas la música es magnífica. Y dentro de las funciones ejecutivas está la doble tarea, fundamental para el cerebro y para potenciar las conexiones neuronales, y todo esto en el conservatorio se trabaja de manera natural con el estudio de cualquier instrumento. Va calando como una lluvia fina en el cerebro y en el corazón de nuestros jóvenes, y cuando llegan los momentos en los que han de estar atentos y enfocarse en algo concreto, lo tienen más fácil. Estar dos, tres o cuatro horas estudiando un instrumento proporciona una madurez, una fuerza de voluntad, una atención y una disciplina… que la tablet o el móvil no lo dan.

El rey de los instrumentos es el piano; le siguen el violín y la guitarra.

Concierto de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio José Tomás en la sala sinfónica del ADDA (Fuente: CPMA).

Sí, hay demanda de flauta de pico y de viola de gamba; recibimos las peticiones, las estudiamos y se trasladan al Servicio de Ordenación y Gestión de Enseñanzas de Régimen Especial en Valencia. Así surgieron, hace apenas dos años, las especialidades de guitarra eléctrica y bajo eléctrico, y hace unos ocho se incorporó la tradicional púa, siendo este Conservatorio de los pocos de esta Comunidad que la tienen, y además, muy demandada.

Pues no, la verdad. Estamos esperando desde hace 25 años la construcción de nuestro nuevo centro.

Básicamente por la tarde, claro, para complementar con el horario del colegio. También hemos implementado una coordinación horaria muy interesante entre el conservatorio y el IES Miguel Hernández; los jóvenes salen un poquito antes del Miguel Hernández, en horario de mañana, y se van a nuestro centro del Tossal. De esta manera algunas asignaturas las pueden realizar por la mañana, optimizando su horario y esfuerzo.

Nosotros tenemos muchísimo interés por la música de bandas sonoras, o videojuegos, que es una industria millonaria, incluso más que la del cine. hemos invitado a especialistas; el año pasado, Luis Ivars dio una conferencia maravillosa sobre la música y el cine; está previsto que vengan también especialistas de música para videojuegos.

Además, es música de muchísima calidad, o sea, la música clásica en el siglo XX y XXI ha pecado de alejarse, desde mi punto de vista, del gusto del gran público. De hecho, en las salas de conciertos el repertorio que se interpreta es mayormente barroco, clásico, romanticismo y posromanticismo, lo que supone el 90 % de la programación de todas las salas de concierto del mundo. Ese acercamiento tan tremendo que hubo en el romanticismo y en el posromanticismo hacia el público, con la música contemporánea se ha fracturado un poquito, con tanto individualismo y subjetivismo. Pero se puede seguir haciendo música contemporánea que no esté estéticamente tan alejada del gusto de la mayoría del público. Creemos que es música muy interesante, que tiene muchísima calidad y sobre todo aporta muchísimo a la industria musical. Los músicos, aunque seamos profesores y estemos en instituciones de enseñanza, no debemos ocuparnos de cuestiones excesivamente idealistas o gaseosas, sino que debemos aterrizar nuestros esfuerzos en la tierra y debemos ocuparnos de luchar por la música en todas sus dimensiones y eso incluye también poner nuestro granito de arena en situara la música como una industria más.

Concierto de los alumnos del aula de órgano en la Concatedral de Alicante (Fuente: CPMA).

Pues la inteligencia artificial tiene su hueco, y tiene un hueco importante. De hecho, ya se está utilizando em publicidad, en música para jóvenes… claro, creada con limitaciones porque evidentemente la inteligencia artificial puede hacer una obra parecida a Beethoven, pero no puede suplantar a Beethoven o a John Williams.

Porque tenemos 23 especialidades, un buen número de grupos de música de cámara, dos orquestas, dos bandas, tres coros, dos conjuntos instrumentales (uno de cuerda y otro de viento), una orquesta de pulso y púa, otra orquesta de guitarras, una Big Band, entre otros. En cuanto a las peticiones para los conciertos, el primer paso lo da el tutor, luego lo traslada al jefe de departamento y de éste pasa al equipo directivo. Por un lado, tenemos muchísimas actividades en el centro, actividades y conciertos que se desarrollan en nuestras salas de conciertos (San Fernando y Tossal) y actividades y recitales que tienen lugar en aulas de uso múltiple. Además, tenemos siete ciclos musicales distribuidos por toda la ciudad: en el ADDA, la sala sinfónica y la de Cámara, la Concatedral, el Mubag, la Casa Bardín, la Fundación Mediterráneo y el Ateneo.

Todo se recoge en nuestra web, que está muy actualizada.

Muchos, muchos profesores son antiguos alumnos. La verdad es que cuando pienso en egresados, pienso en los jóvenes que se van y prosiguen su carrera en prestigiosos centros, lejos de Alicante, pero también están los que se quedan. En piano, por ejemplo, de los 25 profesores, alrededor de la mitad son egresados.

Elvira Rodríguez

Periodista.
Responsable de Contenidos en APPA (7/2019-6/2023).
Subdirectora Gestión Editorial IAC Juan Gil-Albert (2015-2019).
Subdirectora Revistas Canelobre y El Salt (2004-2011).

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