Me refiero a esa situación que se nos viene encima cuando pasamos del periodo de actividad profesional al espacio de inactividad. Descanso ganado a pulso tras años de no parar. Pero, ¡cuidado! Es el aburrimiento quien sigue, como un perrito faldero, a la jubilación. Ese paso abismal del todo a la nada. Ese despertar con la intención de marchar al trabajo y sentir, como un jarro de agua helada, que el trabajo ya no existe. El ostracismo que se transforma en tedio; el tedio en cansancio; el cansancio en aburrimiento y este aburrimiento perdura hora a hora, día a día.
¿Qué hacer? ¿Quedarse en pijama toda la mañana? ¡Desayunar sin prisas! Sentarse a leer el periódico. ¡Leer y leer sin aprietos! ¿Levantarse del sillón y darse cuenta de que lo que a continuación asoma es nada? Un más nada en el espacio de una nueva vida que comienza y que tiene un futuro largo, casi tan largo como esa vida profesional que hemos dejado atrás. Gran peligro. Porque la experiencia nos señala un futuro vacío y la mente sigue hablándonos y reclamándonos acción. ¿Qué hacer cuando nada hay que hacer? ¿Qué inventar para no caer en el ostracismo y la tristeza depresiva?
El otro día cayó en mis manos un artículo del Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry, una reseña que se titulaba como este artículo de la Hoja del Lunes, “La falta de objetivos pueden preceder al deterioro cognitivo leve”. Lo firman Guo J, Wang J, Dove A, Bennett DA y Xu W.
Nos dice la reseña que “sentir que la vida carece de propósito y que hay pocas oportunidades de crecimiento personal durante la etapa de la vejez puede preceder al desarrollo del deterioro cognitivo leve (DCL)”. Y esta situación puede ser un precursor de la demencia como la entendemos hoy día, con sus problemas de desorientación y pérdida de memoria. Ese “coco” que nos aterroriza a todos y del que queremos huir, muchas veces sin saber cómo.

Todo se nos viene a través de un viaje desarrollado por el aburrimiento. ¡Cuántos ancianos de más de 70 años sentados en bancos de paseos! Y, aun, en Alicante tenemos ocasión de poder caminar tomando el sol. Influye el estado de ánimo decaído, el síndrome depresivo adjunto a la situación de inactividad, la creencia de inutilidad. Tras tener en cuenta factores potencialmente influyentes como la edad, la enfermedad vascular y sus factores de riesgo, el estilo de vida, las actividades sociales y los sentimientos de soledad, fueron factores que aceleraron o, al menos, influyeron en el desarrollo del deterioro cognitivo. Esa situación tan triste del “viejo que chochea”.
Las actividades dirigidas a esta población cada vez más importante se multiplican en nuestra ciudad. Sin ir más lejos, la Universidad de Mayores (la conocida UPUA —Universidad Permanente de la Universidad de Alicante—) ofrece actividades para esta población fáciles de conseguir, entretenidas y que nos ayudan a combatir la soledad (o compartirla) con ilusión y vida. Se dice eso de que “el saber no ocupa lugar”. No es cierto, sí ocupa lugar y evita, desplazando al aburrimiento, que nuestra cabeza se llene de pajaritos.
Yo, que me encuentro a mis 78 años dentro del grupo citado, procuro no descansar en el intento de llenar la vida de actividades: escribir, leer, caminar, compartir, amar… En una palabra, vivir conmigo y vivir con los demás. Y un ejemplo de vivir con los demás es que este consejo lo comparto con los lectores de esta Hoja del Lunes. Porque la vejez no es una enfermedad, la vejez es una etapa más de la vida y la vida hay que vivirla.
Busquemos nuestro espacio, hay sitio para todos.
Tu artículo es la verdad, hay personas que se jubilan y se creen ancianos e inútiles, enfermos de años. La vida es como montar en bicicleta, si te paras te caes. Tú te mantienes muy activo mental y físicamente. Te dejo enlace a un artículo mio que escribí para el Ateneo de Valencia sobre el tema, para tu curiosidad: https://www.nuevoimpulso.net/2024/10/normal-0-21-false-false-false-es-x-none.html
Magnífico artículo, Francisco, que, desgraciadamente, no van a leer miles y miles de jubilados (y, sobre todo, prejubilados) a los que tanto bien haría empaparse de que no sólo tienen pasado sino futuro. Un abrazo.
Gracias Ramón (Gómez Carrión). Espero que lean el articulo muchos jubilados. Un abrazo.
Gracias, Ramón, por el artículo interesantísimo. Es fundamental entender así la vida del jubilado. Un abrazo.
Gracias…
puede no;
porque demostrado quedó que el consumismo como puerta de escape para llenar tu tiempo y el vacío vital sin ética en tu vida es la infelicidad y la demencia final…
Un abrazo
[…] reunión de febrero del dieciocho en Alicante—, sino para convertir en realidad el sueño de un envejecimiento más saludable. No se trata de que la vejez se prolongue diez años, con sus achaques y derivados. Se trata de […]