Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

La Biblia, 73 libros sobre un Dios que es sabiduría y amor

"Naturaleza muerta con Biblia", obra de Vincent Van Gogh (Fuente: Wikimedia).

La Biblia es un ‘libro de libros’, que engloba 46 obras del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. El primero de los libros en escribirse es el Génesis y su autor, inspirado por Dios, fue Moisés. El último, el Apocalipsis, obra salida de la pluma del apóstol san Juan, el discípulo predilecto de Jesucristo, al que encargó el cuidado de la Virgen cuando, colgado en la cruz, tras dirigirse a María diciendo “mujer, he aquí a tu hijo”, dijo a Juan “he ahí a tu madre”. Juan huyó de Jerusalén con María porque los sacerdotes judíos del Sanedrín, los que ‘obligaron’ a Pilato a crucificar a Jesús, estaban persiguiendo a los discípulos del Nazareno. Emigraron a Éfeso, ciudad importante en Anatolia, nombre de la actual Turquía cuando el territorio pertenecía al imperio romano. Cerca de las ruinas de Éfeso la tradición coloca la casa donde vivieron María y Juan, que recibe a miles y miles de peregrinos cristianos y musulmanes todos los años.

 ¿Musulmanes? Sí, porque ellos veneran a la Virgen María (Miriam), como una de las mujeres más justas y virtuosas que jamás han existido; ejemplo de pureza, piedad y sometimiento a la voluntad de Dios (Allah). El Corán la describe con gran reverencia, la menciona unas 70 veces y le atribuye un papel especial en la historia religiosa. Nadie ignora que el Islam, como el Judaísmo y el Cristianismo -las tres religiones monoteístas- tienen raíces comunes como nos lo confirma el que las tres tengan un nexo común en Abraham (Ibraim). Los islamistas también son denominados ismaelitas por su origen en Ismael, el  hijo de Abraham y de su esclava egipcia Agar, motivo éste por el que también son llamados agarenos. Para el Islam, María es la madre de Jesús, según ellos un gran profeta, pero no hijo de Dios. Mahoma, autor del Corán, así lo tuvo a bien pontificar.

Biblia latina de Gutenberg impresa en el siglo XV. Archivo de Nueva York. Fotografía de NYC Wanderer (Fuente: Wikimedia).

Si acudo hoy a la Biblia para cantar sus bondades una vez más se debe al impacto que me produjo, durante la misa del martes de la pasada semana, la lectura de la Sagrada Escritura, concretamente del capítulo 7 del ‘Libro de la Sabiduría’, atribuido a Salomón, ese rey que llegó al trono de su padre, David, siendo bastante joven y teniendo miedo a sus responsabilidades. En sueños le habló Dios y le preguntó qué deseaba sobre todas las cosas, y él le suplicó “un corazón sabio y comprensivo para poder gobernar con acierto”. Dios le prometió que su sabiduría sería grande y que, además, tendría fama y riquezas. De todo eso tuvo Salomón, pero fama y riquezas se le subieron a la cabeza, anulando su sabiduría y quedando a merced lujuria e idolatría: casó con cientos de mujeres y tuvo muchas concubinas, mujeres extranjeras y creyentes en dioses paganos, arrastrando a Salomón a la idolatría. Se arrepintió ya anciano y se cree que recuperó la amistad con Dios y tuvo tiempo de escribir el Libro de la Sabiduría. A las puertas de la muerte pronunció esta frase: “Acuérdate de tu Creador; teme a Dios y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre”.

Arrepentido murió Salomón, como arrepentido murió su padre David, que cometió adulterio con Betsabé, esposa de su general Urías, a quien envió a la guerra y al que urdió asesinar en una batalla. En el salmó 51, David confiesa sus terribles pecados y pide perdón a Jehová, que le había castigado con la muerte del hijo ilegítimo habido con Begtsabé, si bien tuvo otro hijo legítimo y sucesor, Salomón. Dos reyes grandes pecadores, pero también grandes arrepentidos. Amantes de la sabiduría, pero, al mismo tiempo, víctimas del abuso del poder, lo que me lleva a  buscar paralelismo con los gobernantes de nuestros días, en España y fuera de España, donde abundan los dictadores que dicen gobernar para el pueblo pero mienten  como bellacos. Hace unos días, entrevistado por un periódico, el juez jubilado Manuel García Castellón decía, entre otras cosas: “En España, la mentira está instalada en el poder”. Lo mismo es decir mentiras que cambiar de opinión. ¿Es maldad o necedad? Ni responden  ante el pueblo ni ante Dios. Dios es sabiduría y es amor. Conocer es fundamental para amar. Los gobernantes que no tienen sabiduría, es decir, conocimiento profundo de las cosas y de los hombres a los que deberían gobernar (no esclavizar con engaño) son dictadores execrables se llamen Trump, Netanyahu, Putin, Xin Jinping o Sánchez. ¿Se arrepentirán algún día del daño que hacen a sus pueblos y al conjunto de la humanidad? Ojalá ese día no esté lejano, como cercano estaría el perdón de Dios y el nuestro.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

2 Comments

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  • Reiterar en el error de mirar siempre hacia el mismo lado y con ceguera de intereses espurios el apoyar la mentira es la mayor irresponsabilidad con uno mismo y nuestras futuras generaciones. Porque nuestra complicidad cobarde o interesada con quienes mienten (INEPTA CLASE DE POLÍTICAS y POLÍTICOS MENTIROSOS) hipoteca la economía y vidas de nuestras hijas hijos nietas nietos…
    Por ética y moralidad
    debemos echar a quienes nos mienten con sus cambios de opinión por egolatría y avaricia…
    A finales de marzo,
    después de usar otra vez a las mujeres y mentirles con proclamas falsarias una vez más (ley que favorece a miles de violadores ya en las calles)
    habrá urnas y votación popular… En marzo, a esperar, tras las mentiras otra vez de falaz feminismo sectario que en vez de unir se empeña en separar a las mujeres de los hombres…

    • La mentira nos hace esclavos; la verdad nos hace libres. Peo ni la ONU, ni los gobiernos del mundo (nos preocupa, sobre todo, el nuestro), legislan para la abolición de la esclavitud de la mentira. Un abrazo.