El Hércules sale de nuevo derrotado en su choque de liga correspondiente a esta semana, en la matinal del domingo. Esta vez fue en Barcelona, frente al filial del Español, conjunto que milita en Primera División. La derrota fue justa, sin paliativos. Una vez más, fue aquello de; un quiero y no puedo. Es cierto que al final la derrota fue por la mínima, pero no dejó de ser un puro maquillaje que vino por las circunstancias del propio fútbol, sólo eso. Un gol de penalti, otro que marcó un defensa, en el descuento, y poco más. Lo poco que se dominó sin sensación de peligro, y por si faltaba algo, Benja, el delantero centro, se marchó lesionado en la primera mitad, pero es que el sustituto natural, Jona, también se fue lesionado en el último tercio del encuentro. Cualquier contratiempo que le pueda pasar al Hércules, le pasa.
Español B 3 – Hércules 2

El trece de abril del año 1970, el astronauta americano, Jack Swigart, durante el accidentado viaje de la nave Apolo 13, después de observar una luz de advertencia acompañada de un estallido, le dijo a su base, ubicada en esa ciudad de Texas: «Houston, tenemos un problema». Una gran cantidad de luces de advertencia se encendieron en serie, indicando la perdida de las tres fuentes generadoras de energía.
Como tantas leyendas urbanas, desde entonces, la frase se ha popularizado, usándose y sirviendo para dar cuenta, de manera informal del seguimiento de un problema imprevisto.
Lo que sucede es que, en este caso, y a modo de semejanza o parangón, la cosa no tiene nada de imprevisto, si acaso sí el estallido, pero las luces en serie hace tiempo que vienen encendiéndose, advirtiendo de una realidad. De tal forma que, aunque nadie la pronunciara de forma verbal o en voz alta, la frase en cuestión ayer debió resonar, al menos en el interior de más de un integrante del club: «Ortiz, Ortiz, tenemos un problema».

Es una evidencia que el equipo no funciona ni carbura, el cambio de entrenador ha quedado prácticamente en una anécdota. Algo irrelevante. Ayer se produjo un detalle significativo, del recorrido de este Hércules, independientemente de que cada partido es diferente. A los números me remito. El colista Orihuela, fue capaz de vencer a domicilio, en casa del Olot, el equipo al que nosotros en casa no fuimos capaces de vencer y solamente empatamos la pasada semana. Cómo estará la cosa, cuando el más débil, doblega a aquel con el que nosotros no hemos podido. El grito desgarrador y de socorro a Ortiz, es más o menos aquello de; echar a seis o siete y que vengan seis o siete nuevos en el mercado de invierno, que se acierte y haya suerte, de no ser así esta dinámica nos puede enviar y llevar a Tercera División, y eso para todo un Hércules podría venir a ser lo más cercano a la propia desaparición. ¡Qué pena, qué triste! Y todo ello a las puertas de cumplirse el centenario del club y cuando se celebra o igual se lamenta, la adquisición de la entidad deportiva por parte de Enrique Ortiz. Es cierto, que en más de una ocasión, el empresario se ha lamentado en voz alta, por el compromiso que adquirió presionado y condicionado por el entonces alcalde Alperi, pero no es menos cierto que también ha tenido alguna que otra oportunidad de vender y no ha querido escuchar ofertas. ¿Quién lo puede explicar?
El partido y su película ya es irrelevante. Dos paradas muy pronto de Falcón para salvar los muebles, después una lotería pasajera, para adelantarnos de penalti por unas manos dentro del área. Al cero a uno le sobrevino el empate, antes del descanso en una falta lateral, botada por Moha, aquel que jugaba en el Hércules, el que pasó sin pena ni gloria, pero aquí le va muy bien, al parecer. Moha Ezzarfani.
Después del descanso, dominio estéril herculano. Varios saques de esquina, y de nuevo Moha chuta desde el borde del área, con la suerte que el balón lo desvía Íñiguez y se aloja en el fondo de las mallas. El Hércules luchó, pero en el último tercio de partido, en el setenta y cinco, el local, Jutglá estableció rematando en el área chica, el tres a uno. Y después el maquillaje del resultado, que para poco valdría, un defensa Víctor Olmedo hizo un inesperado y buen gol desde lejos. Y eso que el Español tenía varias bajas importantes.

Seguimos una semana más en zona de descenso. No se trata de ganar o perder. Se trata de competir y da la sensación de que no podemos contra nada ni contra nadie. Esta semana que se inicia puede pasar de todo, a la espera del colista Badalona, este sábado catorce a las siete de la tarde. Mientras tanto en voz alta, o en forma de susurro, se advierte y adivina la voz de un comprometido secretario técnico, Javier Portillo, emparentado con el accionista que, o bien no sabía dónde se metía o bien le metieron, y que ahora mismo, arrepentido o no, y a las puertas de la Navidad, litiga y porfía, no por no poder ascender, sino por la posibilidad de poder bajar a Tercera.
«ORTIZ, ORTIZ, TENEMOS UN PROBLEMA»
«SUEGRO, SUEGRO, TENEMOS UN PROBLEMA»
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