Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Educación

Educación: El derecho que abre puertas al futuro y transforma sociedades

Acaba de celebrarse la Semana de Acción Mundial por la Educación, del 22 al 28 de abril, y marca el 25 aniversario de la Campaña Global por la Educación. Esta importante iniciativa pretende movilizar a la sociedad civil y dar voz a todas las organizaciones que tienen un compromiso con el ámbito educativo. De este modo, se invita a sindicatos de profesores, estudiantes, ONG, movimientos de jóvenes, etcétera, como parte importante de la ciudadanía, a ejercer presión sobre las instituciones públicas, tras un ejercicio de reflexión, para que la educación, como derecho universal que tiene el poder de abrir puertas al futuro, esté al alcance de todas las personas, independientemente de su origen o de su situación socioeconómica. De hecho, el tema central de este año es Educación transformadora, y pretende dar a la palabra educación el sentido más amplio del término, pues se quiere saltar la barrera de las aulas, involucrando a comunidades enteras, para alcanzar una visión ampliada de lo que la educación puede y debe ser.

Al tratar el tema de la educación, no se deben olvidar las zonas afectadas por conflictos armados, por las catástrofes naturales, por las pandemias, donde la educación adquiere un papel secundario en pro de la propia supervivencia. Tampoco se debe olvidar, no en pocas ocasiones, la tiranía de unas políticas sociales o económicas que dan la espalda a la necesaria transformación de los sistemas educativos. Muchas veces, desgraciadamente, a los conflictos, la violencia, la dependencia económica y las políticas de dudosa eficacia, hay que añadir el efecto catastrófico, sobre la propia sociedad, de obviar la importancia de los niños y las niñas: la esperanza de futuro en cualquier región.  Los colectivos desfavorecidos, los grupos sociales menos considerados, suelen tener como denominador común a las mujeres, los niños y las niñas, desdibujando y ocultando sus rostros para evitar crear un sentimiento de culpa del que al final nadie es responsable.

La educación es la base sobre la que se construyen las sociedades y se edifica el avance humano. No sólo se trata de una simple transmisión de conocimientos. La educación también cultiva habilidades esenciales y fomenta valores universales que permiten a los individuos alcanzar su máximo potencial y contribuir de manera efectiva al progreso y el bienestar de la sociedad. Así, la UNESCO, reafirmando su compromiso con la promoción de la educación como un derecho humano esencial, declara que debe ser universal, accesible para todos, independientemente de sus circunstancias. Por todo ello, es imprescindible poner en marcha un activismo pacífico global, que permita aunar esfuerzos y promover acciones de concienciación sobre la importancia de la educación a nivel mundial, como una oportunidad excepcional para reevaluar, rejuvenecer y fortalecer los métodos a través de los cuales se educa en cada rincón del planeta.

A lo largo de esta semana, organizaciones de todas partes del mundo aúnan esfuerzos para visibilizar las barreras que deben ser superadas desde el sector educativo. Pese a los notables progresos de las últimas décadas, aún persisten grandes obstáculos, como las infraestructuras o los recursos insuficientes, que limitan o impiden el acceso de millones de personas a una educación de calidad, a un verdadero compromiso de futuro. Es imprescindible recurrir a la justicia social para romper las desigualdades educativas, no solamente las socioeconómicas, que siempre excluyen a los más vulnerables, para alcanzar la meta de un futuro esperanzador en el que la persona pueda alcanzar un desarrollo pleno a través de una educación de calidad, inclusiva y equitativa.

Fotografía de Gpointstudio (Fuente: Freepik).

La educación es un valor seguro de futuro, una herramienta clave para activar los mecanismos de transformación de las sociedades. Un elemento que permite trabajar, de manera multidimensional, aspectos tan importantes como la paz, la estabilidad social y el desarrollo económico de los pueblos. Para alcanzar este objetivo, los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil deben incrementar su compromiso con la educación. Esto implica no sólo una mayor inversión financiera, sino también la implementación de políticas que promuevan la equidad y la inclusión en el acceso educativo. La innovación en métodos pedagógicos y la adaptación de los currículos para reflejar las realidades del siglo XXI son fundamentales para mantener la relevancia y efectividad de la educación.

No menos importante es el papel de los educadores y las educadoras, quienes, con su dedicación y esfuerzo diario, realizan la admirable tarea de enseñar. Apoyar a estos profesionales con programas adecuados de formación continua, entrenando las habilidades personales y sociales, respaldados por un adecuado reconocimiento social, bajo un espíritu colaborativo, y con unas condiciones laborales adecuadas, es esencial para que puedan cumplir su papel con la requerida excelencia y, sobre todo, motivación.

Finalmente, a modo de reflexión, es necesario pensar en la Semana de Acción Mundial por la Educación en el contexto de un mundo interconectado, plural y global, sin fronteras ni barreras, donde los desafíos y las soluciones a los problemas futuros tendrán que ser compartidos. Así, uniendo esfuerzos en esta causa común, se pueden provocar cambios significativos y duraderos que resonarán a través de las generaciones, asegurando que la educación siga siendo la piedra angular del desarrollo humano global y pacífico.

V Jesús Martínez

Divulgador educativo.

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