Y así, sin más… enero.
Y así sin más… me puse más que guapa, guapísima, radiante, sexi, bonita, floreciendo, sin capullos que hacen daño y sin pétalos que destiñen… con un aroma exquisito de pureza, serenidad, amor propio, tranquilidad, disciplina, sin soberbia, sin rebeldía, con humildad, me curo la arrogancia y mi voluntad se ve fortalecida, más lista y decidida, entregada y reflexiva, contemplativa, espiritual, agradecida, analítica, demostrativa, sensible, exquisita, suave, delicada, tierna, romántica, educada, inteligente, creativa, soñadora, seductora, coqueta, enamorada hasta las trancas del Universo, me pregunto las veces que haga falta: ¿qué me sucede?
Con mi panetone de frutas y mi café, con mis chocolates rellenos con tiramisú, crème brûlée, pie de limón, frutos del bosque, Baileys… Con mis infusiones de finas, delicadas y exquisitas hierbas aromáticas y hechizos: ¡tristeza y melancolía fuera de la casa mía! y con locura por cocinar a las tantas de la madrugada…
Y es que, sin contemplación no hay asombro y sin asombro no consigo las respuestas a mis interrogantes, y con asombro siento esas ganas tremendas y bravas, de seguir y de escribir, y de experimentar y de confiar, y de marcar los comienzos cuando queramos, y ser lo que soy: caprichosa, impulsiva, todoterreno, aventurera, generosa, muy ansiosa, exageradamente ansiosa, me pierden. Y mi debilidad… Y es que, aceptando nuestras partes, dejamos de huir de nosotros mismos, porque el AMOR es un vínculo de gratitud y de agradecimiento y de aceptación y de transformación y de atrevernos a ser quienes realmente somos… Somos un libro abierto, ¿y si nos leemos?
Y mientras, enhebro cada palabra como nunca antes, de colores, pinturas, cuadros, paisajes, estrellas, puestas de sol, amaneceres, universos enteros, postres y empachos, locuras y desastres… ¡¡¡nos dieron las doce!!! ¡¡¡Bienvenido enero!!!

Y como nunca antes… tenía preparado mi rincón… mi lugar… mis doce uvas, color uva y velas de café, romero, lavanda, la sensibilidad de la bergamota, canela… Una por cada mes del año… Mi cama vestida con ropa blanca de algodón y mi almohada de flores secas de mis paseos por la naturaleza y por el mundo y por lugares que me dejan recuerdos para soñar y seguir soñando, y miro las fotos que acabo de tomar… muy ¡¡¡top!!! Y mi rincón con eucalipto, cedro, clavel rosa, rosa rosa, roble, espigas, flores blancas y doradas, espino blanco, tila, melisa, manzanilla y valeriana… donde empiezo a coser mis grietas y roturas sin patrones y a mi manera y con mis emociones en mis manos, puntada tras puntada, palabra tras palabra, porque escribiendo expreso que me importas y mucho y lo hago con desnudez, con hilos de colores y agujas como plumas entre nubes, hilando con pasión tantas ganas de vida… tantas ganas de matiz… de ese fragmento de luz, entre lo que quiero, lo que deseo, lo que me provoca y lo que me enloquece y me hace perder la razón y sinrazón y tanto y más…
Y flores donde no existe el daño, piedras, golpes que te sacuden como un cóctel cósmico, fatigas en las que gastas esa sed que no sentías, engaños tras buscar y rebuscar en las oscuridades y la ausencia y el silencio roto del relámpago y el apagón del destello furtivo, traiciones, sueños, encantos, deseos y muchos hilos que se quedan entre mis manos que se aceleran con el teclado del ordenador al ritmo de mis pulsaciones, y por esta vez, van tan dulces y serenas, que mi respiración agradece tanto y más, y la ducha de agua fría me sentó de maravilla y caeré rendida, ahora mismo, en esta dulce entrada del encanto de enero, y mi mirada se nutre del campo y es el jardín del AMOR, es la luz de la vida, con aroma a enebro, a chocolate, revitalizante del alma y de la tristeza, el dulce aroma del espliego de las montañas, con infinito y estratosférico y caprichoso y dulce y antojadizo y tanto y más…
“Alijo de sueños” con mirada luminosa, decidida, sin carencias, sin tantos miedos y ¡a por todas! En este comienzo al sonido de cascabeles y en grata compañía de Sus Majestades, los reyes magos de Oriente… con su luz… Y es que toda luz es un maravilloso jardín y me siento serena, pacífica, con la mano en el “considere”, en el corazón, nunca mejor dicho, en donde aflora un ser de aire, una acuario impulsiva y a todo riesgo, un ser completamente libre y conscientemente libre, libre de culpa… ¿Libre de pecado?… Risas… risas y a montón… Y cosiendo puntadas en mi corazón para otear el horizonte con amplitud, con firmeza y brío, para esos tiempos de tormentas, aunque menos intensas. Y robustecerme con generosidad y confianza trepidante, como el eucalipto, árbol de rápido crecimiento y atractiva silueta en su madurez, con hojas persistentes, exuberantes y de colorista floración. Su tronco delgado y esbelto al principio, se vuelve fuerte y poderoso, con increíble contrafuerte en la base cuando se hace viejo y su corteza se está renovando durante toda su vida y lo hace desprendiendo aromas en sus hojas y belleza en sus flores repletas de estambres, por doquier…
Y es que, esta vida, me pide ¡¡¡vida!!! Me encanta complacerme y empiezo por la rendición del ego y por dejarme llevar por mis ganas… Vivir es un hechizo deliciosamente exquisito y empiezo desde ya, por comerme todo de todo de este secreto irrepetible de la naturaleza, que me susurra, cierra los ojos… y así, sin más… le plantó ese beso.
¡¡¡Qué infinito es estar viva!!! ¡¡¡Viva en mí!!! ¡¡¡Viva en ti!!!
Y es que “una lágrima sincera es más duradera que el bronce” Emily, poema 1232, escrito en 1871.
… Sólo el AMOR hiere… Sólo el AMOR sana…
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