En estos momentos tan cruciales para la paz, con el expansionismo soviético y el riesgo de que una vez más los nacionalismos y el comunismo vayan conquistando el mundo, urge tomar medidas. Pero estas han de ser inteligentes y sensatas.
Cuando el ejército soviético está a las puertas de la frontera de la UE, no solo no debemos permanecer indiferentes, sino que va en ello nuestra salvación. Además de reforzar militarmente nuestras fronteras, con tropas de la OTAN –por la supervivencia–, hay que mirar otras soluciones.
Las ciencias exactas son una panacea. Hay investigaciones avanzadas que incluso llegan a prever soluciones para la curación, o al menos la atenuación, de enfermedades (así, el cáncer). ¿Y por qué no empleamos las ciencias exactas, con tantas mentes preclaras que se dedican a ellas, para solucionar el problema con el que iniciábamos este texto?
Los algoritmos matemáticos pueden ser una vía para, al menos, intentar un camino que nos lleve a unas soluciones que eviten un cataclismo de enormes proporciones. Pueden servir, una vez más, a la humanidad.
Pero antes, veamos: ¿qué son los algoritmos?
En matemáticas, lógica, ciencias de la computación y disciplinas relacionadas, un algoritmo (del latín “algorithmus” y este del griego “arithmos”, que significa “número”, y acaso también en su denominación hay una influencia del nombre del matemático persa Al-Juarismi), es un conjunto de de instrucciones o reglas definidas y no ambiguas, ordenadas y finitas, que hacen posible, típicamente, una serie de epígrafes como solucionar un problema, realizar un cómputo, procesar datos o llevar a cabo distintas tareas y actividades, entre otras.

Dados un estado inicial y una entrada, y siguiendo los pasos decisivos necesarios, se arriba a un estado final y así se obtiene una solución.
Los algoritmos son objeto de estudio de una disciplina científica que se denomina algoritmia. En términos de programación, un algoritmo es una secuencia de pasos lógicos que permiten solucionar un problema. Entre los medios de expresión de los algoritmos, podemos resaltar como más descollantes, estos:
- Diagrama de flujo.
- Pseudocódigo.
- Sistemas formales.
- Implementación.
- Variables.
- Estructuras secuenciales.
En resumen, un algoritmo es cualquier cosa que funcione “paso a paso” y donde cada paso se pueda describir sin ambigüedad y sin hacer mención a una computadora en particular. Además, tiene un límite fijo en cuanto a la cantidad de datos que se pueden leer o escribir en un solo paso.
Esta amplia definición abarca tanto a “algoritmos “prácticos” como a aquellos que solo funcionan en teoría. Son ejemplos el “Método de Newton” y la “Eliminación de Gauss-Jordan”, que funcionan con números de precisión infinita. Sin embargo, no es posible programar la previsión infinita en una computadora, y no por ello dejan de ser eficaces los resultados.
Hay una importante propiedad que puede ser usada para ratificar la “tesis de Church-Turing” de que toda función calculable se puede programar en una máquina de Turing (o equivalentemente, en un lenguaje de programación suficientemente general).

Las cuatro propiedades, comunes a todas las definiciones de algoritmo (siempre que no consideremos los algoritmos paralelos), son el tiempo secuencial, el estado abstracto, la exploración acotada y la aritmetizabilidad.
Históricamente, los autores que han tratado de definir formalmente a los algoritmos utilizando modelos matemáticos fueron especialmente Alonzo Church (1936) y Alan Turing.
Vías de solución
Los algoritmos matemáticos permiten encontrar vías de solución. ¿Cómo? Haciendo padecer al sátrapa y que se aplique a sí mismo la medicina.
Los algoritmos matemáticos posibilitan toda una estrategia para la paz estudiando todos aquellos elementos que ahoguen la economía y los recursos soviéticos. Será un sufrimiento para los ciudadanos rusos, pero cuanto más eficaz sea la acción matemática, menos vidas de inocentes ucranianos e incluso rusos se perderán.
Hay que estudiar muy bien todas las vías de “aprovisionamiento”: el empleo, las importaciones y exportaciones, el gas, la financiación, el conjunto de fuentes de suministro… Estrangulando la economía, se llega a la yugular del sátrapa.
Rusia tiene dependencias, no es autosuficiente. Que se contemplen sus puntos débiles, que son muchos, y no habrá necesidad de una actuación bélica que nos destruiría.

Hay que pensar muy bien cuáles son estas fuentes y la UE debe actuar. Será un cierto sufrimiento para los ciudadanos rusos, muchos de los cuales están bajo las garras de Putin, pero hay que pensar: o sufrimiento y sacrificio o muertes y guerra. Los algoritmos permiten diseñar todo un sofisticado sistema de estrangulamiento de la economía, incluso midiendo las consecuencias para que no sean todo los devastadoras que pudieran ser. Pero que el sátrapa sufra en sus propias carnes el correctivo que se ha ganado a pulso.
Estos son los elementos intervinientes que deben combinarse en estos algoritmos:
- La agricultura y la ganadería.
- La minería y la industria.
- El gas y el petróleo.
- Las entidades financieras.
- Las importaciones y las exportaciones.
- El bloqueo.
- La retirada de embajadores.
- El boicot a las celebraciones deportivas internacionales en Rusia.
- El veto a los deportistas rusos a participar deportivamente.
- Más rigor en el control de los dopajes.
- Una propaganda masiva, o contra-propaganda, dirigida a los soviéticos.
- Un aislamiento internacional.
- Máxima unión y firmeza por parte de la Unión Europea y de la OTAN.
Y así podríamos seguir.
Un acción combinada
Una acción combinada y haciendo intervenir todos estos parámetros –y alguno más que se les ocurra a los investigadores–, tendría un efecto balsámico. Rusia no podría resistir todas estas medidas por mucho tiempo.
Si los algoritmos matemáticos han permitido grandes avances en la salud, la medicina, la conquista espacial o las nuevas tecnologías, ¿por qué no aplicarlos para la paz?
El mejor ejército para combatir el expansionismo soviético que, repito, está llegando a nuestras fronteras, e incluso, sibilinamente, está penetrando en nuestras propias entrañas (espionaje, grupos políticos afines, ideologías destructivas…) es el de las ciencias exactas.

Ahogando al sátrapa, este comprenderá, y aprenderá la lección.
No hay otra forma. Y la UE debe actuar en varios frentes, pero este, el de los algoritmos, es realmente infalible.
¡A investigar, que los matemáticos ya están tardando!
Nunca te puedes fiar de los comunismo ni de los dictadores, todos acaban mal. La democracia, con sus dolencias, es la única forma posible de gobierno con futuro y libertad. Europa está en peligro por una tercera guerra mundial, si no es que ya estamos. Un abrazo.
Y tenemos el enemigo en casa… Eso es lo peor, si no hay “remontada” gallega.
Enhorabuena por tus trabajos.
Un abrazo muy fuerte.
Llevas mucha razón en lo que propones, pero en la Unión Europea (por supuesto en España) hay muchos putinescos disfrazados de demócratas.
Me gustan mucho tus artículos. Enhorabuena.